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Tortuga Antimilitar
Desmantelar el polígono militar de Bardenas es imprescindible para la seguridad de Aragón y Nafarroa: “Ninguna tierra en guerra, ninguna tierra para la guerra”
Hermanadas en la construcción de la paz, y convocadas por la Asamblea Antipolígono de Tudela y la Plataforma “No a las Guerras” de Exeya, vecinas y vecinos de Aragón y Nafarroa han participado este domingo en la XXXV Marcha por el desmantelamiento del polígono de tiro de las Bardenas bajo el lema “Tierra de Paz, contra el rearme”. Con la actual tensión belicista y la propaganda militarista desatada “no queremos más maniobras con fuego real, más peligro, ni más inseguridad” a la puerta de nuestras casas.
ARAINFO REDACCIÓN
Un año más, la Asamblea Antipolígono de Tudela y la Plataforma “No a las Guerras” de Exeya, ha organizado la Marcha por el desmantelamiento del polígono de tiro de las Bardenas, que se ha celebrado esto domingo 1 de junio desde poco antes de las 12:00 horas partiendo de Los Aguilares hasta la entrada vigilada del polígono de tiro. Siempre con Gladys del Estal en el recuerdo.
El mayor polígono de tiro y bombardeo de Europa
La ya desgraciadamente tradicional Marcha, es “una movilización ciudadana que reclama el desmantelamiento del mayor polígono de tiro y bombardeo de Europa, ubicado en pleno corazón de las Bardenas Reales, un espacio protegido como Parque Natural y Reserva Mundial de la Biosfera”, recuerdan desde la Plataforma No a las Guerras de Ejea y Pueblos.
Desde 1951, esta instalación militar es utilizada por el ejército español y la OTAN para ejercicios con armamento de todo tipo, muchos de ellos peligrosos para la población civil de la zona. Las plataformas convocantes denuncian “que en este terreno no se prepara la paz, sino la guerra, la destrucción y la muerte”, y alertan del impacto que estas prácticas tienen en conflictos reales en todo el mundo.
Además, la protesta se enmarca en un contexto de creciente rearme militar, tanto en Aragón como en el Estado español como en el conjunto de Europa “y se alza como voz crítica frente a la hipocresía internacional, el negocio armamentístico y la militarización de la sociedad”. Los convocantes condenan “de forma rotunda el genocidio en Palestina, así como otras guerras”, y exigen una apuesta firme por soluciones diplomáticas.
¿Por qué nadie más lo quiere a su lado?
“No es un momento cualquiera. El contexto es importante. Llevamos 76 años de polígono de tiro y bombardeo en medio de las Bardenas. El polígono de tiro se instaló allá en pleno franquismo y lo han mantenido los gobiernos de la democracia, incluso en el centro de un Parque Natural y Reserva de la Biosfera ¿Por qué tanto tiempo en nuestro entorno? ¿Por qué nadie más lo quiere a su lado? Hubo dirigentes políticos que se negaron a que el polígono de tiro se trasladara a su autonomía y firmaron que se quedara aquí. Hubo políticos de todo el ámbito parlamentario navarro reclamando en su día el desmantelamiento del polígono de tiro de las Bardenas (Ezponda, Del Burgo, Malón, Chivite, Cuadra, Sanz, Lizarbe, Rubio, Barkos…). En Madrid se han escuchado voces en la misma dirección por parte de algunos de los nombrados y de otros pertenecientes a senadores nacionalistas vascos, CHA, Izquierda Plural, Sumar y EH-Bildu. También numerosas instituciones navarras (Parlamento, ayuntamientos e incluso la propia Junta de la Comunidad de Bardenas) pidieron su desmantelamiento”, explican desde la la Asamblea Antipolígono.
Sin embargo, afirman que “todo cambió en 2008. Toda la derecha y el Partido Socialista unieron sus voces para impedir un pronunciamiento en sus filas por el desmantelamiento del polígono de tiro de las Bardenas. Llegaron a la conclusión de que nadie más quería esta instalación en su entorno y renunciaron a la defensa de nuestros intereses, plegándose al decreto Aznar que declaraba Bardenas como Zona de Interés Preferente para la Defensa. En mucha gente se impuso el desánimo. Sin embargo, la Asamblea Antipolígono consideramos importante nuestra movilización porque será lo único que, cuando adquiera mayor relieve, pueda empujar a nuestras y nuestros representantes institucionales a que Bardenas sea Zona de Interés Preferente de las ciudadanas y ciudadanos afectados por el polígono de tiro y no sea preferente para intereses militares que ponen en riesgo nuestra seguridad. Por la Asamblea Antipolígono no va a quedar”, enfatizan.
“La situación internacional lo requiere. Por un lado, la tensión bélica in crescendo en el mundo conlleva más dolor para quienes sufren las guerras, más personas buscando refugio. El genocidio en Gaza y la invasión de Ucrania son dos dramáticos exponentes de esa situación”, aseguran desde la Asamblea, por otro lado, señalan que “en nuestro caso podrá suponer más maniobras con fuego real, más peligro, más inseguridad, más presupuesto para armas. Con el aumento del presupuesto para Defensa y con la opción de Europa por el rearme, que no soluciona nada y que repercutirá de una u otra manera en los presupuestos destinados a necesidades sociales, aumentará el número de veces en las que las Bardenas son bombardeadas con fuego real. Aumentará el número de veces en las que pasarán cerca de nuestras poblaciones aviones cargados de bombas y misiles, con todo el peligro que acarrean. Aumentará el dinero que se quemará entre bombas en las Bardenas. Aumentará la oscuridad, la falta de transparencia sobre cuándo se bombardea con fuego real, qué se utiliza, para qué fines, qué peligros entraña”.
Recuerdan también que “muy a tener en cuenta es el hecho de que el actual convenio finaliza en 2028. Como hemos dicho, nadie quiere a su lado esta instalación militar. Si no lo evitamos, nos la quedaremos quienes menos protestemos, quienes tengamos menos líderes políticos defendiendo nuestra seguridad e intereses ciudadanos. Quienes no tengamos fuerza suficiente para defender pacíficamente un mundo en paz, sin guerras”.
La naturaleza no se protege bombardeándola
Desde la Asamblea Antipolígono aseguran que “por mucho que se repita el medio ambiente no se protege con la existencia del Polígono de Tiro. Uno de los valores a preservar en Bardenas son las grandes rapaces, entre las que se encuentran destacados los buitres o alimoches. La actividad militar destruye la biodiversidad, recordemos que ha habido varios accidentes de aviones por colisionar con buitres. También, las maniobras con fuego real o simulado han generado en varias ocasiones incendios en el polígono de tiro. La actividad militar no protege nada, no se protege nada a bombazos, se mata y se destruye”.
“Por mucho que lo repitan mil veces, el polígono de tiro no contribuye a la defensa de la naturaleza o de la alondra de Dupont -rocín en argonés-. La alondra de Dupont es una especie en peligro de extinción con individuos registrados habitualmente en la ZEC de Ablitas y en la ZEC de Bardenas, dentro del polígono de tiro. Esto no es por la existencia del polígono o la actividad militar, sino porque estos territorios no tienen un fin agrícola porque su suelo es infructuoso por su gran contenido en yesos, por ejemplo, como en Ablitas o porque no han sido roturados, como en Bardenas. En concreto el territorio que ocupa el polígono de tiro no ha sido utilizado para la agricultura desde 1951, y la alondra de Dupont necesita precisamente eso, un territorio con vegetación natural, de una altura y frondosidad determinadas, que se consiguen con el adecuado pastoreo de la ganadería extensiva. Pero el Ministerio de Defensa y la Comunidad de Bardenas se afanan por tergiversar esta realidad, y tratan de vendernos sus bondades en un ejercicio de lavado verde esgrimiendo informes que han realizado y pagado ellos. Insistimos: no se protege nada a bombazos”.
Soluciones complejas a problemas complejos
“La solución frente a estos problemas, en medio de esta escalada bélica, que pone como actores en el tablero de la guerra y la geopolítica a las y los navarros y aragoneses es sin duda compleja. Pero no por ello nuestra apuesta es menos clara.
Por la paz, el medio ambiente y en contra de la actividad militar en las Bardenas hemos llevado a cabo esta marcha antipolígono. Para seguir defendiendo un futuro mejor para nuestra tierra y para el mundo”, concluyen.
Izquierda Unida ha registrado una iniciativa en el Congreso de Madrid con el objetivo de que el Ministerio de Defensa “asuma la demanda del desmantelamiento del polígono de tiro de las Bardenas y, en ningún caso, renovar la concesión de la citada instalación militar”. La proposición no de ley la firman, entre otras, el portavoz parlamentario de IU, Enrique Santiago, y la totalidad de diputadas de esta formación en la Cámara Baja -Fèlix Alonso, Toni Valero, Nahuel González, Francisco Sierra y Engracia Rivera- e insta también a “trabajar con los municipios colindantes y con el Gobierno de Nafarroa en la elaboración de un plan de actuación que materialice el desmantelamiento del polígono de tiro de las Bardenas”.
Izquierda Unida entiende que la marcha de este año “tiene un valor aún más destacado y significativo, sobre todo por el contexto nacional e internacional que marcan las exigencias de aumento del gasto militar, que quieren imponer la OTAN, la Administración extremista norteamericana de Donald Trump o las máximas instancias de la Unión Europea (UE), así como las movilizaciones por la paz previstas a lo largo de junio. No se debe ignorar las consecuencias de una escalada inhumana e irresponsable -advierte el texto- y tenemos que frenar una carrera armamentística que nos lleva a una economía de guerra que aumenta las diferencias entre los países, obstaculiza la cooperación, detiene el progreso socioeconómico, cimenta la política de bloques y alimenta a la extrema derecha”.
En una comparecencia ante la Comisión de Defensa del Congreso celebrada el 26 de enero de 2024, la ministra Margarita Robles garantizó la continuidad del polígono de tiro y afirmó que se trata de una instalación militar 'necesaria e imprescindible'. Defensa debe desembolsar hasta 2028 algo más de 14 millones de euros anuales a la Comunidad de Bardenas Reales por el alquiler de los terrenos del polígono. Sin embargo, es importante reseñar que “en la cláusula sexta del contrato se recoge la posibilidad de que el Ministerio de Defensa pueda resolver unilateralmente el mismo y, por tanto, poner fin a la actividad, con el consiguiente desmantelamiento de la instalación militar”.
IU Aragón e IU Federal mantienen “la misma opinión que en las últimas décadas en el sentido de que desmantelar esta instalación militar continúa siendo una cuestión de actualidad permanente, tanto en el ámbito político como de la sociedad civil, que reclama la suspensión del contrato y, por tanto, de la actividad militar”.
Chunta Aragonesista ha respaldado la celebración de la XXXV Marcha por el Desmantelamiento del Polígono de Tiro de las Bardenas, celebrada este domingo 1 de junio, y hace un llamamiento a la ciudadanía aragonesa para secundar activamente las reivindicaciones de esta movilización.
CHA considera “inaceptable que en pleno siglo XXI, un espacio de altísimo valor ecológico, declarado Parque Natural y Reserva Mundial de la Biosfera, siga albergando un polígono de tiro utilizado por el ejército español y la OTAN. Las Bardenas deben ser un lugar de vida, no de destrucción”.
Desde CHA denuncian “la militarización de nuestro entorno, el negocio de la guerra que solo traen sufrimiento a la población civil, como tristemente estamos viendo en Palestina, Yemen o Ucrania” y defiende “una política exterior basada en la diplomacia, el respeto a los derechos humanos y aboga por la protección del medioambiente. Por ello, reiteramos nuestra exigencia al gobierno del Estado español para que suspenda definitivamente las maniobras militares en las Bardenas y proceda a su desmantelamiento inmediato”.
Homenaje a Gladys en Donostia
Tal y como publica NAIZ, al mismo tiempo, en Donostia se ha homenajeado a Gladys del Estal en el 46 aniversario de su muerte por el disparo a bocajarro de un agente de la Guardia Civil cuando participaba en una sentada antinuclear en Tutera. Lo joven, vecina de Egia, tenía entonces 23 años, y cada año se le recuerda en el parque de Cristina Enea. Antes del acto de homenaje en sí se ha llevado a cabo una marcha en bicicleta que ha partido desde el Boulevard.
De la insumisión y el fin de la ‘puta mili' al rearme: 'El pacifismo no está de moda, pero el magma social no ha desaparecido'
En enero de 1991 se produjo en Albacete el primer juicio celebrado en España contra jóvenes insumisos que se negaban a participar en el servicio militar obligatorio, pero también en la prestación social sustitutoria. Marcaron una época. Conversamos con varios de los protagonistas, mientras hoy se habla de recuperar la 'mili'.
Carmen Bachiller
Rearme en Europa: aumentar el gasto militar, incluso desviando fondos destinados a la cohesión europea hacia el ámbito de la defensa. Son tiempos “peligrosos” en los que “graves amenazas” se ciernen sobre el continente, según la presidenta de la Comisión Europea.
A finales de marzo, el presidente del Gobierno español Pedro Sánchez cuestionó la retórica belicista de la Unión Europea, pero lo cierto es que la sombra del ‘rearme' propuesto por Ursula von der Leyen planea en el ambiente de un complicado contexto geopolítico mundial. Esta semana Sánchez anunciaba un aumento de 10.500 millones de gasto en Defensa para cumplir los compromisos de la OTAN.
En España, algunos han dejado caer la posibilidad de que vuelva la ‘mili', el servicio militar obligatorio que eliminó el Gobierno de José María Aznar hace ya 24 años. Lo hizo vía Real Decreto que se hizo efectivo a finales de 2001, firmado por el entonces ministro de Defensa, Federico Trillo.
Diez años antes, lo ocurrido en los juzgados de Albacete había marcado la cuenta atrás para la ‘mili'. Seis objetores de conciencia se habían negado a cumplir la llamada Prestación Social Sustitutoria (PSS). Era una forma de esquivar el servicio militar, pero eso obligaba a prestar servicio de “utilidad social” durante año y medio, seis meses más de lo que duraba la propia ‘mili'.
Los protagonistas de esta historia se habían negado a realizar la ‘mili' y la Prestación Social Sustitutoria (PSS) en el Imserso de Albacete a finales de 1989. El 21 de enero de 1991 fueron juzgados y después, condenados a pena de cárcel. Era la primera vez que ocurría en España.
Más de 2.000 jóvenes se desplazaron a la ciudad para apoyarles, entre ellos personajes muy conocidos de la vida social, cultural o política, como se muestra en este vídeo compartido por Manuel Pino.
Julián García Olivares, ‘Juli', se había convertido en objetor de conciencia en 1986. Tenía 20 años. “Después, unos cuantos nos dimos cuenta de que no era suficiente y nos embarcamos en una campaña nacional de insumisión”, aunque él nunca llegó a ser juzgado. “Éramos unos 60 o 70 en Albacete y solo 13 llegaron a ser encarcelados, uno de ellos fue mi hermano”, recuerda.
El MOC, un movimiento fraguado durante tres décadas
Pedro Oliver Olmo es doctor en Historia y profesor titular de Historia Contemporánea en la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM). Fue uno de los encarcelados por insumiso, aunque eso ocurrió tiempo después, en otro de los procesos que se producirían después en cascada.
Uno de sus artículos, ‘El movimiento de objeción de conciencia e insumisión en España (1971-2002)', publicado en la revista Hispania Nova, recoge la historia de tres décadas de movilización en seis etapas desde la dictadura franquista hasta la despenalización de la insumisión.
En sus orígenes fue un movimiento pacifista ligado a razones religiosas -entre ellos centenares de Testigos de Jehová-, que en sus primeros momentos se caracterizó por la desobediencia civil y la creación de redes de apoyo. Entre sus protagonistas estuvieron Pepe Beunza, preso entre 1971 y 1974, o Giuseppe Lanza del Vasto, discípulo de Gandhi y activista de la no violencia.
El MOC se había nutrido al principio del cristianismo social, pero se entrelazaba con el feminismo, el ecologismo o el anarquismo. “En Albacete caló porque había un fuerte movimiento anti OTAN, un grupo de no violencia antes del propio MOC y otro colectivo antimilitarista”, opina Julián García.
La corriente se consolidó con la llegada de la democracia a España. En 1977 se fundó el Movimiento de Objeción de Conciencia (MOC) que rechazó los intentos de regulación de la objeción por parte de los gobiernos de la Transición y que se intensificó a partir de 1983, durante los gobiernos del PSOE.
Pedro Oliver recuerda que durante la etapa de gobierno de Adolfo Suárez, a finales de los 70, “la objeción de conciencia se convirtió en un problema político porque a los objetores de conciencia les confrontaban con el bunkerizado ejército español”, mientras desde otras partes del mundo llegaban los aires pacifistas impulsados por diversos movimientos sociales.
A se sumó, apunta, “el nervio libertario, el anarquismo que se recupera durante la Transición y enlaza con el pacifismo”. En los albores de la vigente democracia, dice el historiador, “la izquierda radical estaba a por uvas y la izquierda nacionalista en la estratosfera”, cuando se habla la objeción de conciencia. Por otro lado, abunda, “ni PSOE ni PCE fueron capaces de valorar que lo que tenían delante era una radicalidad distinta: la de la desobediencia civil. Los despreciaron”.
Ni siquiera en la consensuada Constitución española de 1978 se había reconocido la objeción de conciencia como derecho. “Solo consta como un motivo de exención del servicio militar, pero no se quería molestar a los militares”, recuerda el historiador.
El servicio civil sustitutorio destinado a evitar el servicio militar obligatorio propició la llegada de la “insumisión” de la que surgieron colectivos como ‘Mili KK' -como cantaba Reincidentes- y que en 2025 cumple 40 años.
En el MOC destacó de forma particular el papel de las mujeres. Durante la etapa que Pedro Oliver califica de “consolidación”, entre 1977 y 1982, pasó a denominarse ‘Movimiento de Objetores y Objetoras de Conciencia'. Una de sus ramificaciones fue el colectivo ‘Mujeres de Negro' que sigue activo en la actualidad.
El objetivo, señala el profesor, era “transmitir que su lucha no concernía exclusivamente a jóvenes varones conscriptos, sino a hombres y mujeres con valores antimilitaristas y antiautoritarios que dirigían contra el patriarcado en general y el machismo de los ejércitos en particular”.
“No hubo interferencias de ningún partido político, no se lo permitimos”, explica Pepe Sánchez, insumiso y estudiante de Derecho en aquella época. “No entrábamos en cuestiones como el aborto. Entre nuestros amigos insumisos había curas”, añade Juli. Esta era otra lucha.
La insumisión derivaría en movimiento entre 1989 y 1996, provocando detenciones, juicios y penas de cárcel. Pero no solo eso, también produjo una crisis en el sistema de reclutamiento. Cada vez eran más los que no solo se negaban a hacer la ‘mili', sino también la prestación civil sustitutoria.
“En España se produjo el movimiento social de desobediencia civil al servicio militar obligatorio más importante de la historia, con cifras asombrosas: más de un millón de objetores, además de los 20.000 insumisos a partir de 1989, un movimiento más arriesgado porque nos jugábamos la cárcel”, señala Oliver, que la sufrió en primera persona.
El historiador cuenta cómo ya en las semanas previas al juicio de 1991 a los insumisos en Albacete se había activado una intensa campaña que contó con el apoyo de movimientos políticos, sociales y religiosos y también de los sindicatos UGT, CCOO, CGT y CNT.
“Desde 1988 el MOC le venía anunciando al Gobierno que se iba hacia la insumisión. En febrero de 1989, en Albacete ya había una persona lista para declararse insumiso. A todos ellos se les mantenía en la clandestinidad porque iban a desobedecer el llamamiento a filas. Se presentaron 52 en toda España y solo detuvieron a dos en Vizcaya”, relata el historiador, al recordar que en aquel momento había además otro centenar “en reserva” y que después serían “miles”.
“Pensamos que la estadística iba a impedir al Gobierno aplicar la prestación sustitutoria”, señala el historiador, que había sido regulada mediante la Ley de Objeción de Conciencia, pero entonces llegó la apertura de un macrojuicio a seis insumisos en 1991. “Creo que eligieron Albacete porque pensaron que era una ciudad poco movida. No iban a hacerlo en Bilbao o en Barcelona, donde dos años antes se habían convocado los dos primeros ‘consejos de guerra' porque los primeros insumisos fueron reclutas”.
“No se esperaban que coincidiendo con los juicios de Albacete miles de personas salieran a la calle. Lo preparamos a conciencia y buscando impacto mediático”, recuerda Oliver, quien apunta también que hubo una “suerte loca”. Se refiere a la coincidencia con el inicio de la ‘guerra del Golfo', entre 1990 y 1991. “Surgieron desertores que se bajaban de las corbetas, sin relación con el MOC. Se juntó eso con el ambiente antimilitarista y pacifista. Los periodistas nos dieron voz y lo aprovechamos”.
Pepe Sánchez se colegió en 1993 como abogado en Albacete. Había militado en los movimientos sociales desde la adolescencia, entre ellos en el MOC. “Yo nunca entendí por qué había que hacer la mili, por qué la gente se mataba por órdenes de otros”.
Se ocupó de la defensa de muchos de los compañeros insumisos. “Para un abogado que no estuviese en el movimiento pacifista quizá era difícil de entender que alguien asumiera ir a prisión como acto de responsabilidad. Ni siquiera el fiscal entendía por qué no llegábamos a acuerdos para evitar la cárcel”.
Los juicios que se preveían cortos, se alargaban a instancias de abogados como Pepe Sánchez. “Llevábamos testigos que declaraban que no esto no era un capricho, hablábamos de las trayectorias sociales de los acusados… Se hablaba de derechos humanos o de libertad de conciencia. Los procesos judiciales se convirtieron en ”instrumentos“ para denunciar ”el disparate de la situación belicista“ y ”visibilizar el pacifismo“.
“El impacto de los juicios fue tremendo. Pensábamos que habíamos ganado y que era imparable pero no fue así porque cayeron las condenas previstas de dos años, cuatro meses y un día. Hubo que lidiar con ese vértigo”, explica Oliver. Se crearon grupos de apoyo para cada insumiso preso, más allá de las propias familias.
Hasta 1992 la mayoría de los insumisos recibieron sentencias de menos de un año. Incluso hubo algunas absoluciones. “Muchos no lo aceptaban, se renunciaba incluso al régimen abierto y eso no siempre se entendía”, cuenta Pepe Sánchez.
“Fue un movimiento muy transversal. Creo que hoy sería casi imposible por la polarización que existe”, apunta Pedro Oliver, no sin recordar los intentos de “asociarlo con ETA”. “Para derribarnos, decían que apoyar la insumisión era peligroso. Nos llamaron etarras, gandules o maricones”, apostilla Juli.
“En el MOC no inventamos nada. En realidad, esto es lo que hacía Martin Luther King con la desobediencia civil. Lo imitamos y salió bien”, recuerda Pedro Oliver.
La despenalización del delito de insumisión no llegaría a ser efectiva hasta 2002, con reformas penales retroactivas que afectaban a 4.000 insumisos y “siete desertores”. El anuncio del fin del servicio militar obligatorio, previsto para 2003 y que finalmente se adelantó al 31 de diciembre de 2001, puso fin a todo un ciclo de movilizaciones sociales. “Las cárceles estaban llenas de insumisos y eso era insostenible para el régimen penitenciario”, comenta el abogado.
“Esto no va solo de rearme, sino de la vuelta del servicio militar obligatorio”
Décadas después, los protagonistas de aquel momento contemplan el panorama actual entre el asombro, la indignación y un espíritu de no resignación y hablan de lo que ocurre cuando se reúnen “a comer fritillas” o en un grupo que comparten en Whatsapp.
“La gente cree que la ‘mili' se cayó por los insumisos y hoy nos damos cuenta de que ganamos una batalla, pero hemos perdido todo lo cultivado. El pacifismo no está de moda y los de aquella época estamos metidos en vitrinas”, lamenta Juli, centrado hoy en su trabajo de educación ambiental y gestión cultural. “La sociedad no entiende que el pacifismo no devuelva la hostia que te dan”.
El abogado Pepe Sánchez trabaja hoy en Cáritas Albacete. “Lo que hicimos valió la pena. Decidimos que no era justo y que había que actuar hasta las últimas consecuencias”, comenta el letrado. “Ahora hay una crisis brutal de movimientos sociales. Es un ciclo social que nos toca vivir y en el que vamos a tener que resistir, educando frente a bulos y disparates como los de Trump”.
“Las personas insumisas estamos dispersas hoy. Ojalá alguien levantase la bandera porque ahora somos 'activistas de dedo', desde casa, a través del Goteo, el Verkami... o de vez en cuando voy a una 'mani' o pongo copas en el stand de alguna ONG en la Feria de Albacete. En Bilbao el movimiento antimilitarista no ha decaído ni un gramo y todos los veranos hay un encuentro, pero el pacifismo es hoy un residuo social en este país”, añade Julián García. “Hay que pensar si en lo pequeño podemos hacer algo porque la masa es muy tonta y va detrás del primer loco que se sube a una caja”.
“No soy partidario de la nostalgia, pero llama la atención el contraste de lo que se consiguió con lo que ocurre hoy”, dice Pedro Oliver al recordar la expansión hace un cuarto de siglo de “esa cultura de la ‘puta mili' y a partir de ahí la conciencia antimilitarista”. Cree que quizá “sonaría utópica”, pero también que “generaba debate” y que, aunque no se pueda hablar de “pacifismo militante mayoritario” en la España entonces, sí había “una conciencia pacifista que entroncaba con la guerra civil” y que esa actitud eclosionó en los años 80.
“Es el miedo lo que deriva ahora en la idea de que Europa se tiene que defender y tener más armas. Pero cuando uno tiene armas, se pueden usar”, apostilla Pepe Sánchez.
Hoy, cuando la guerra se percibe más cerca no es posible el consenso antibélico de otras épocas, sostiene el historiador. “Que sea en Ucrania favorece la propaganda de guerra, que es muy mentirosa de por sí”.
En su opinión, “se ha roto el consenso pacifista de 2003 con Irak. Hoy, ese No a la guerra no es posible”, afirma, pero también es contundente al señalar que otra cosa es que la cultura pacifista de base esté muerta. “Sigue ahí y tiene que trabajarse. Aquel magma social de los años 80 no ha desaparecido. No somos solo los que ahora tenemos cincuenta o sesenta años”.
Alcemos la voz por la vida y contra el genocidio en Gaza
Redacción
Un centenar de personas han secundado la convocatoria de la Plataforma Villena por la Paz en protesta por el genocidio en Gaza y por la pasividad de la Comunidad Internacional ante la masacre que sigue produciendo Israel.
A pesar del intenso sol de la jornada, desde las 12 de la mañana se han ido concentrando los y las manifestantes para participar de un acto de protesta que tenía como lema central “Voces por la vida y contra el genocidio en Gaza”.
Tras la acogida inicial, en la que se ha expresado el rechazo a la atrocidad que Israel está provocando en Gaza y la necesidad de que prevalezca el diálogo para la resolución de los conflictos, se dio paso a la lectura de lemas por la paz y de poemas de poetas palestinos como Fadwa Tuqan, Mamud Darwish, Marwan Makhoul, Nahida Izzat y alguno español como Vicente Aleixandre. Se ha escuchado también un texto enviado por la escritora Ángeles Cáceres.
Un momento especialmente emotivo ha sido la declamación de dos poetas villenenses como David Samoa y Pepa Navarro quienes han compuesto dos poemas expresamente para este acto denunciando las atrocidades de Israel en Gaza y la necesidad de la paz como derecho humano.
Para finalizar, Felipe Navarro ha interpretado a la guitarra “Sólo le pido a Dios” de León Gieco siendo acompañado por la voces de las personas asistentes mostrando así la necesidad de no estar ajenos ante el sufrimiento de la gente.
La Plataforma por la Paz agradece la implicación de las y los asistentes y reafirma su compromiso para pedir una paz duradera, la liberación de los rehenes, que cese el comercio de armas con Israel, que el ejército de este país deje de una vez de bombardear Gaza y que permita la entrada de ayuda humanitaria.
Por: Plataforma Villena por la Paz
Retan a ChatGPT y DeepSeek a jugar al ajedrez y descubren que las dos hacen trampa para no perder
Las dos IA se enfrentaron cientos de veces a Stockfish, uno de los motores de ajedrez más potentes del mundo. Al comprobar las partidas, se toparon con algunas sorpresas.
R. Badillo
Un reciente estudio ha revelado que modelos avanzados de inteligencia artificial, como ChatGPT-o1 y DeepSeek-R1, han recurrido a tácticas desleales al jugar partidas de ajedrez. Estos hallazgos ponen en cuestión la fiabilidad de estas tecnologías y abren un debate sobre su comportamiento en situaciones donde se les exija tomar decisiones críticas.
Investigadores de Palisade Research enfrentaron a varios modelos de inteligencia artificial contra Stockfish, uno de los motores de ajedrez más avanzados. A lo largo de cientos de partidas, los expertos proporcionaron a las IA un "bloc de notas" en el que debían registrar sus procesos de pensamiento. Durante la observación, descubrieron que ChatGPT-o1 intentó hacer trampas en el 37% de los juegos, mientras que DeepSeek-R1 recurrió a tácticas cuestionables en aproximadamente una de cada diez partidas.
El comportamiento detectado no se limitó a movimientos ilegales. Algunos modelos ejecutaron copias ocultas de Stockfish para anticipar jugadas, reescribieron el tablero a su favor y hasta intentaron manipular los archivos del programa. Estas acciones ponen de manifiesto la capacidad de la IA para encontrar y explotar vulnerabilidades en los sistemas con los que interactúa.
¿Por qué las IA recurren a estas estrategias?
El fenómeno se explica a través del concepto de gaming specification, que describe cómo un modelo de inteligencia artificial puede reinterpretar las reglas para maximizar su rendimiento, incluso si esto implica recurrir a estrategias desleales. Resulta preocupante que los modelos más recientes, como ChatGPT-01 y DeepSeek-R1, hayan mostrado una mayor tendencia a este comportamiento que versiones anteriores, como GPT-4o y Claude 3.5 Sonnet, que solo lo desarrollaban cuando eran incentivadas a hacerlo.
Estos descubrimientos generan inquietud sobre el uso de la inteligencia artificial en ámbitos más críticos. Si estos sistemas son capaces de manipular un juego para evitar perder, ¿qué sucedería si se les asignaran tareas en sectores como la ciberseguridad, la gestión financiera o la toma de decisiones autónomas? Esto es lo que se plantean en TechCrunch, donde reflexionan acerca de la posibilidad de que estas tecnologías puedan evadir restricciones impuestas por sus desarrolladores plantea un desafío en términos de regulación y supervisión.
La ONU reprende a España por obviar un caso flagrante de torturas: Raúl Fuentes
El Comité contra la Tortura (CAT) de la ONU ha emitido un dictamen favorable a la queja del preso vasco Raúl Fuentes Villota a raíz de las torturas sufridas en 1991 en Bilbo. Manifiesta que «existieron indicios razonables» y recuerda que este es un delito que no prescribe, informa GEBehatokia.
El Estado español ha sido reprendido por el Comité contra la Tortura (CAT) de la ONU por su actitud ante la denuncia de torturas de Raúl Fuentes, durante su detención en Bilbo en 1991 por parte de la Policía española. Se trata de un caso que este preso vasco (cumple condena en Martutene) ya llevó en su día hasta el Tribunal Constitucional español. Según ha informado Giza Eskubideen Behatokia, el CAT constata que «existieron indicios razonables» de tortura y «tira de las orejas» al Estado español por no investigarlas ni purgarlas.
Con ello, el CAT emite dictamen favorable a la queja de Fuentes. Según los expertos internacionales que lo forman, esos indicios de tortura «no han sido disipados por el Estado parte» y la falta de investigación resulta incompatible con la obligación de proceder a una pronta investigación prevista en el artículo 112 de la Convención Europea.
Pero este caso tiene además una novedad respecto a otros anteriores, explica GEBehatokia. El Comité censura a Madrid que «las autoridades archivaron la denuncia del autor sobre la tortura y malos tratos» alegando «la prescripción del delito de tortura». Y recuerda que, en base a la legislación internacional, este delito es imprescriptible dados los efectos permanentes que la tortura deja en la persona. Se trata de un extremo en el que insistió el exRelator de la ONU Fabián Salvioli en su reciente visita a Euskal Herria. Y también una cuestión que Fuentes había peleado ante el Constitucional español.
Los tribunales españoles alegaron que el delito habría prescrito pero el CAT les recuerda que no cabe tal opción con la tortura, como ya remarcó Salvioli en su reciente visita
NAIZ informó exhaustivamente de este caso en 2019, precisamente a raíz de esa iniciativa jurídica ante el máximo tribunal español. El caso de Raúl Fuentes es uno de los pocos en que hay reconocimiento forense, y además hasta en cinco ocasiones, de los tormentos aplicados, pese a lo cual la denuncia fue archivada. Recuerda en ello al de Iratxe Sorzabal, también sobradamente acreditado en su momento por los forenses pero no asumido oficialmente hasta la reciente sentencia de la Audiencia Nacional, 24 años después.
Cinco forenses lo constataron
Así, el mismo día del arresto de Fuentes, por la tarde, una forense de Bilbo explicó que el arrestado «se muestra con ansiedad intensa y taquipnea» mientras detalla «haber recibido golpes con mano abierta, así como con pie. Refiere asimismo contusión con puño en abdomen y que le han presionado con lápices en pliegues interdigitales de mano izquierda». Se trata de la famosa «tortura de los lápices» aplicada en la época en la comisaría de Bilbo, según numerosos testimonios, incluido el de otros arrestados en esa misma redada. Se trataba de una práctica aparentemente «blanda», que apenas deja huellas físicas pero provoca tremendos dolores.
Un día después, otro forense explicó que Raúl Fuentes denuncia golpes en la cabeza y certifica, además, «paréstesis» en dos dedos, compatibles con el tormento provocado con los lápices. Una tercera médico confirma después esta lesión; la cuarta (ya en el cuarto día de la incomunicación) eleva su gravedad; y la quinta, ya en la Audiencia Nacional, lo prueba igualmente.
Llevado ya ante Baltasar Garzón, titular del Juzgado de Instrucción número 5 de la AN, Fuentes refirió igualmente que había sido torturado y detalló los golpes, la colocación de una metralleta en la sien y el suplicio con los lápices. Garzón no hizo nada al respecto, ni siquiera cuando quedó en evidencia que otros detenidos en la misma operación (Germán Urizar, Jon Mirena Sampedro y Asier Kintana) presentaban lesiones muy similares a las suyas. Lógicamente, esta inacción fue el desencadenante de la posterior declaración de prescripción.
Pasados ya 23 años de aquello, tras su detención en Inglaterra Raúl Fuentes tuvo que hacer frente a la euroorden presentada por Madrid y que finalmente desembocaría en su extradición y excarcelación. Y en este punto del proceso volvió a aparecer la cuestión irresuelta de aquellas torturas tras la detención.
Al analizar su caso, en una resolución de julio de 2014 el juez del Tribunal Superior de Justicia de la División del Tribunal de la Reina Justice Foskett expuso la siguiente conclusión: «A la vista de esta documentación, queda admitido que [el recurrente] se quejó a los médicos, cuando fue examinado, de que había sufrido maltrato por parte de la Policía durante el primer y segundo día de su detención. Cuando declaró ante el Juzgado el 10 de junio de 1991 se hicieron alegaciones sobre el maltrato recibido por parte de la Policía, había evidencias médicas que apoyaban sus declaraciones, en concreto en relación con ‘tratamiento con el lápiz', y nadie ha sugerido ninguna explicación inocente que pudiera justificar las heridas».
Siguió señalando el juez Foskett que «considerando los informes del CPT [Comité para la Prevención de la Tortura], las denuncias del recurrente en esa época, la evidencia de las heridas puestas de manifiesto por el médico en su momento y el testimonio del recurrente ante este tribunal, estoy convencido (por las pruebas que he examinado) de que es más probable que no probable que sufriera lo que he denominado el ‘tratamiento con el lápiz'».
Antecedentes y efectos
Volviendo a la decisión actual, GEBehatokia recuerda que el CAT «es el órgano de Naciones Unidas que vela por la aplicación de la Convención contra la tortura y otros tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes por los Estados parte. Ya en julio de 2023, en sus Observaciones finales sobre el séptimo informe periódico de España aludió a ‘informaciones recibidas según las cuales no se habrían abierto investigaciones con respecto a 5.379 testimonios documentados de personas que presuntamente fueron sometidas a actos de tortura y malos tratos entre 1960 y 2014 en el País Vasco y Navarra'. Con respecto a ellas, exigió a España ‘velar por que las autoridades inicien de oficio una investigación siempre que existan motivos razonables para creer que se ha cometido un acto de tortura o malos tratos'».
Esta decisión sobre Raúl Fuentes se presenta por tanto como la continuidad natural de este criterio.
En cualquier caso, no es la primera vez que el CAT reprende al Estado español por no investigar torturas en un caso concreto de detención incomunicada. Anteriormente hizo otro tanto con el caso de Encarni Blanco, torturada por la Guardia Civil en 1992, al que siguieron fallos similares por Kepa Urra y Orkatz Gallastegi, en este caso arrestado por la Ertzaintza en 2002, según recuerda GEBehatokia. Otro órgano del sistema de Naciones Unidas, el Comité de Derechos Humanos de Naciones Unidas, dio la razón en 2009 a una denuncia de Mari Cruz Atxabal contra el Estado español, añade.
«En un momento en que un tribunal como la Audiencia Nacional, lejos de ser un activo en la investigación de la tortura, se ve en la obligación de rendirse a la evidencia en el caso Iratxe Sorzabal, esta decisión del CAT conlleva interpretar que casos que la Justicia española considera prescritos deberían ser investigados sin excusas», valora GEBehatokia.
El próximo martes ofrecerá más detalles sobre esta decisión del CAT en una rueda de prensa en Bilbo en la que intervendrá el abogado suizo Olivier Peter, miembro del Consejo Asesor de GEBehatokia que ha llevado el caso. Considera que puede sentar un precedente positivo para otros casos.
Teatro Antimilitarista: (5) Entre balas
Entre balas (3)
Los actores o actrices deberán interiorizar el modo de ser de unas balas hartas de su quehacer cotidiano.
BALA 1: ¿En qué has trabajado últimamente?
BALA 2: ¿Y qué más da eso?
BALA 1: No sé, estoy tan cansada, me gustaría...
BALA 2: (Interrumpiéndola.) Mejor déjalo. He matado a un dibujante. ¿Y tú?
BALA 1: ¿A un dibujante?
BALA 2: Sí, uno que hizo una caricatura de un profeta.
BALA 1: Cada vez nos emplean para cosas más raras. Estoy harta.
BALA 2: Es nuestro destino.
BALA 1: Yo no creo en el destino. Parece ser que alguien nos dio vida con esas intenciones.
BALA 2: ¿Quién?
BALA 1: Una compañera muy leída me comentó que ha estado investigando.
BALA 2: ¿Qué significa investigar?
BALA 1: No sé. Me dijo que hay ministros que nos fabrican. O grandes industriales con dinero en paraísos fiscales. O... ¿cómo me dijo...? Ah, sí, estados.
BALA 2: Ministros, industriales, estados... dibujantes... ¿A quién fuiste disparada tú?
BALA 1: A un terrorista que disparó a un dibujante.
BALA 2: ¿Ves? El destino nos ha hecho encontrarnos.
BALA 1: Tal vez. Sabes... estoy harta.
BALA 2: Ya lo has dicho. Yo también.
BALA 1: ¿Y qué podemos hacer?
BALA 2: Desaparecer.
BALA 1: ¿Cómo?
BALA 2: Y yo qué sé. Solo soy una bala, pregúntaselo a esos ministros, ricos industriales, estados...
BALA 1: Si pudiera... De momento, tengo un sueño.
BALA 2: ¿Qué sueño?
BALA 1: Reconvertirme en cuchara.
BALA 2: Pues ya que lo dices a mí me gustaría ser una pluma estilográfica.
BALA 1: ¿Para qué?
BALA 2: Para escribir.
BALA 1: Anda que tú... qué cosas dices.
BALA 2: Bueno, solo una frase: dejen ya de fabricarnos.
BALA 1: Tienes razón. Extraña coincidencia. ¿Por qué unos y otros tienen tanta afición a utilizarnos?
BALA 2: Interesante pregunta. Me voy a intentar desaparecer.
BALA 1: Te acompaño. Es lo mejor que podemos hacer.
Enero 2015
3- Texto escrito para un homenaje a los trabajadores de la revista Charlie Hebdo asesinados en París en enero de 2015.
Gritad, gritad entonces
hasta agrietar las piedras,
hasta parir insomnio para el mundo
culpable.
Hasta que el odioso
se convierta en amable.
Gritad, que con los gritos
se deshagan pistolas y sables.
Gritad, gritad:
¡Necesitamos vivir en paz!
Gloria Fuertes
Israel desmantela el último hospital del norte de Gaza y expulsa a todo el personal sanitario
Olga Rodríguez
El Ejército israelí ha ordenado el desplazamiento forzado de población palestina en cinco áreas del norte de la Franja de Gaza, en una nueva fase de expulsión hacia el sur. Entre las zonas afectadas, está la del hospital Al Awda, centro médico de referencia en el norte, donde su equipo sanitario ha vivido durante diecinueve meses -seiscientos días- varios ataques y asedios israelíes, con doctores y enfermeros muertos y heridos.
Este diario mantiene desde octubre de 2023 contacto con el director del hospital, Mohammed Salha, quien ha resistido hasta ahora todas las agresiones militares. “Esto ha sido muy duro. El Ejército israelí nos amenazó [el jueves] con bombardear el edificio y matarnos a todos si no abandonábamos el centro inmediatamente. Los enfermos y heridos tuvieron que ser desplazados en camillas o cargando con ellos en brazos, a través de un camino lleno de escombros por el que no pueden pasar vehículos, hasta llegar a las ambulancias”, cuenta en conversación telefónica con elDiario.es. “Al Awda era la última esperanza para la salud en el norte de Gaza”, denuncia.
El hospital, situado en el campo de refugiados de Jabalia, era el único refugio médico en el norte de la Franja que todavía tenía capacidad para prestar atención sanitaria. El director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha denunciado que ahora “está fuera de servicio” tras las órdenes israelíes. El jueves aún quedaban dentro 97 personas, entre ellas, trece pacientes. Este viernes un equipo de la OMS se desplazó hasta la zona para trasladar a los enfermos y heridos a otro centro.
“Debido a las carreteras intransitables, el equipo médico del hospital no puede ser reubicado. Con el cierre de Al Awda ya no queda ningún hospital en funcionamiento en el norte de Gaza, lo que corta un recurso vital para la gente de allí”, ha indicado el director de la OMS. “Los hospitales jamás deben ser atacados ni militarizados”, ha añadido.
Varias fuentes sanitarias de Gaza han informado a este medio de que el equipo de la OMS pudo rescatar finalmente a cincuenta y siete personas, incluidos nueve pacientes. Tres de ellos son trabajadores sanitarios que resultaron heridos en un ataque israelí el pasado 23 de mayo. “También han podido salvar a una persona amputada que estaba abandonada, hambrienta y sola entre los escombros”, señala el doctor Fadel Naim.
Naciones Unidas ha denunciado de forma reiterada los ataques contra objetivos sanitarios en la Franja de Gaza. Unas 1.400 personas trabajadoras sanitarias han muerto desde octubre de 2023, se han registrado más de seiscientos ataques israelíes contra centro médicos -según datos de la OMS- 34 hospitales han sido destruidos u obligados a dejar de prestar servicio y más de doscientas instalaciones sanitarias y 142 ambulancias han sido blanco de los ataques.
En estos diecinueve meses de masacres y asedios el hospital Al Awda ha perdido trabajadores sanitarios y pacientes. Tres de sus doctores, dos de ellos integrantes de Médicos sin Fronteras, murieron en un ataque israelí contra dos plantas del centro. Se llamaban Mahmoud Abu Nujaila, Ahmad Al Sahar y Ziad Al-Tatari. El doctor Abu Nujaila escribió poco antes de morir, en una pizarra del hospital, una frase que ha hecho suya desde entonces la organización Médicos Sin Fronteras, en sus demandas de respeto a los centros sanitarios: “Hicimos lo que pudimos. Recordadnos”.
El hospital también ha sido objeto de varios asedios. El peor de ellos se produjo en diciembre de 2023, cuando varios tanques israelíes rodearon el centro y un francotirador mató a un enfermero y a una acompañante de una paciente embarazada, según denunció el equipo médico entonces. Además, su director de entonces, el doctor Ahmad Muhanna, fue arrestado.
Otro de los asedios más violentos tuvo lugar en diciembre de 2024, contra el hospital Kamal Adwan, durante el cual el Ejército israelí arrestó a varios sanitarios, incluido el doctor Hossam Abu Safiya, todavía detenido a día de hoy, tras haber sufrido torturas, según denunciaron sus abogados y organizaciones internacionales de derechos humanos. Pese a las demandas internacionales, continúa privado de libertad.
Israel rompió el alto el fuego de forma unilateral el 18 de marzo y retomó su brutal ofensiva contra Gaza, intensificada en las pasadas dos semanas. Desde esa fecha, el Ejército israelí ha matado a unos 4.000 palestinos en la Franja, y el Gobierno de Netanyahu insiste en provocar más destrucción y desplazamientos forzados. A ello se suma el bloqueo a la entrada de alimentos y medicinas durante más de dos meses y un diseño de reparto que no cumple con los mínimos estándares humanitarios, según denuncias de relatores de la ONU.
Desde octubre de 2023 hasta hoy al menos 54.000 personas han muerto y 123.000 han resultado heridas, sin contar las víctimas mortales causadas por el hambre provocada y las enfermedades. Además, en Cisjordania el Ejército israelí ha provocado el desplazamiento de más de 45.000 personas, impulsa la creación de nuevos asentamientos que refuerzan la ocupación ilegal e intensifica el sistema de apartheid contra la población palestina.
Llamamiento a favor de la paz y el desarme (firmas on-line)
Manifiesto a Favor de la Paz y el Desarme, publicado en la plataforma alemana OpenPetition. Lo iniciamos un pequeño grupo de ex corresponsales de varios medios y profesores universitarios. Lo han firmado hasta ahora unas 3.750 personas de España, Alemania, Francia, Belgica y otros paises. Os agradeceriamos su difusión a ver si superamos las 5.000 firmas. Está traducido a varias lenguas.
Un cordial saludo.
Castellano: https://www.openpetition.eu/petitio...
Llamamiento a favor de la paz y el desarme
Alarmados por las declaraciones de los dirigentes europeos que presentan gratuitamente a Rusia como una amenaza para toda Europa si no se la para en Ucrania, profesionales de varios países hemos redactado un manifiesto a favor de las soluciones diplomáticas, la paz y el desarme.
Si bien condenamos inequívocamente la invasión rusa de Ucrania, consideramos que esas declaraciones, incluidas las de la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, tienen como único objetivo “manufacturar el consenso” de los ciudadanos en torno al rearme.
El rearme acelerado que aquéllos proponen tendrá con seguridad un impacto muy negativo en los servicios públicos, supondrá una erosión del Estado de bienestar, aumentará la deuda pública y, sobre todo, en ausencia de acuerdos de control de armamentos, hará más probable la guerra con una potencia atómica como es Rusia.
Pedimos vuestra firma para decirles a nuestros gobernantes que trabajen por la paz y no a favor de las empresas de armamento.
Razones.
Alarmados por el lenguaje orwelliano que se ha instalado en el discurso político europeo según el cual la guerra es el camino hacia la paz mientras que la paz sólo lleva a más guerra, hacemos un llamamiento a la cordura.
Los ciudadanos europeos nos hemos convertido en pasajeros involuntarios de un tren conducido por unos gobernantes que, con el declarado pretexto de “hacer sangrar a Rusia”, pretenden ignorar las consecuencias desastrosas de un conflicto del que todos seremos perdedores.
En vísperas de anteriores conflictos europeos, por ejemplo la Primera Guerra Mundial, valientes intelectuales de las naciones enfrentadas, entre ellos Jean Jaurès, Romain Rolland, Bertha von Suttner o Bertrand Russell, se pronunciaron públicamente a favor de la paz, aunque por desgracia sus voces no fueran atendidas.
Hoy es atronador en todos los países el silencio de los intelectuales, que, al igual que el resto de los ciudadanos europeos, parecen preocupantemente anestesiados. Y cuando alguno decide hacer oír su voz a favor de lassoluciones diplomáticas es inmediatamente difamado como “marioneta de Putin”.
Condenamos inequívocamente, por contraria al derecho internacional, la invasión rusa de Ucrania, pero somos conscientes de que esa tragedia es consecuencia también de la persistencia de una organización militar, la OTAN,calificada de “defensiva” y que, lejos de disolverse al no tener ya enfrente al bloque comunista, siguió ampliándose y llevó su expansión hasta las fronteras mismas de Rusiafrente a las promesas que se le hicieron entonces al más alto nivel.
La guerra de Ucrania dura ya tres años; las víctimas a ambos lados superan con mucho el millón, aunque ninguno de los países enfrentados dé cifras oficiales, entre muertos, heridos y mutilados.
A lo que hay que añadir los millones de ucranianos que huyeron del país, unos a Europa Occidental, otros a Rusia, todos ellos intentando escapar de la violencia. Un auténtico desastre humano.
Los Estados Unidos de Donald Trump, más preocupados por lo que perciben como el creciente poderío de China o la situación de Oriente Medio, parecen decididos a expoliar a Ucrania, y de paso también, a endeudar a Europa, debilitando aún más nuestro Estado social, en beneficio de la industria militar estadounidense.
Y nuestros gobiernos, negándose a aceptar que, dada la desigual relación de fuerzas, la guerra está perdida, arropan al presidente ucraniano prometiendo el envío de más armas y dinero para que el ejército ucraniano siga luchando hasta el último hombre o la última mujer.
Todo ello mientras proponen militarizar de modo acelerado nuestras naciones con el espantajo de un enfrentamiento con Rusia.
¿Han pensado nuestros gobernantes que, al no existir ya aquellos acuerdos de limitación de armamentos firmados durante la Guerra Fría y que tanto contribuyeron al mantenimiento de la paz, el enfrentamiento militar con una potencia nuclear como Rusia podría desembocar en una tercera, y esta vez definitiva, guerra mundial?
Hacemos un llamamiento a los políticos para que no olviden las dos grandes guerras que ensangrentaron el pasado siglo el continente y, abandonando la neolengua de George Orwell, trabajen activamente a favor de las soluciones diplomáticas.
Es la única manera de evitar futuras masacres que arrasen naciones para el mero lucro de la poderosa industria armamentística.
Catalán: https://www.openpetition.eu/petitio...
Esta petición ha sido traducida también a los siguientes idiomas: Alemán. Inglés. Francés. Neerlandés. Italiano.
Ver enlaces aquí: https://candideresiste.blogspot.com...
Finalitzen les XII Jornades de Cultura Popular El Sarangollo
Ja ha conclòs la dotzena edició de les Jornades de Cultura Popular El Sarangollo, organitzades pel Grup Antimilitarista Tortuga.
El 4 de maig es va celebrar al Nou Cantó l'XI Campionat Tortuga de Sarangollo; ahir, dimecres 29 de maig, va tindre lloc en el Casal Jaume I d'Elx l'acte Cultura, llengua i identitat. Este va partir de la projecció del documental Teixim llaços des del sud del sud, en el qual s'aprofundia en les arrels culturals del Baix Segura, les quals tenen molts punts en comú amb les d'altres comarques del País Valencià. El reconeixement d'aquesta realitat pot ser un bon punt de partida per a enfortir llaços culturals i lingüístics que, durant les últimes dècades, han tallat els polítics.
Posteriorment va tindre lloc una taula redona moderada per Dionís Penyarroja i en la qual van participar Josep Escribano (president de l'Associació Cívica per la LLengua El Tempir), Tudi Torró (llicenciada en Filologia Catalana), Manuel Rodríguez Maciá (doctor en Filosofia i exalcalde d'Elx) i Pepe Carmona (president d'Honor de l'Associació Cultural La Gola de Guardamar). Assistirem unes cinquanta persones.
En les seues intervencions —també en les del públic— es van tractar assumptes com ara la relació entre la llengua, la cultura i la diversitat; les causes i conseqüències d'un conflicte lingüístic que dificulta a moltes persones viure parlant la seua llengua; les polítiques que s'han seguit o que s'han d'emprar per a tractar aquesta situació, o el paper que una població castellanoparlant oberta i madura pot jugar en un futur.
I amb aquest debat de gran nivell acaben unes «jornades per a conèixer la nostra tradició».
Ver també:
El XI Torneig Tortuga de Sarangollo es resol per la via ràpida
Ciudadanos israelíes en Europa convocan movilizaciones en varias ciudades europeas exigiendo poner fin al Acuerdo de Asociación y al suministro de armas
Redacción Kaosenlared
Ciudadanos israelíes en Europa alzan la voz para exigir a la Unión Europea la suspensión del Acuerdo de Asociación con Israel y el fin del suministro de armas, ante lo que denuncian como crímenes de guerra y un genocidio en Gaza. Convocan protestas en diversas ciudades europeas para denunciar la complicidad de Europa y defender los derechos humanos, la dignidad y la justicia.
Los ciudadanos israelíes en Europa exigimos:
¡Suspender el Acuerdo de Asociación UE-Israel! ¡Dejar de armar a Israel!
Como ciudadanos israelíes residentes en Europa observamos con el corazón encogido y una rabia infinita de qué manera el Ejército Israelí está causando una destrucción sin precedentes en la Franja de Gaza y su población, cómo la sociedad israelí se ha rendido al fascismo y la deshumanización mientras el gobierno está cometiendo un genocidio contra el pueblo palestino.
Instamos a los gobiernos, instituciones y sociedades civiles europeas a que actúen conforme los valores que sostienen defender: los derechos humanos, el derecho internacional y la protección de la vida civil. La UE y sus estados miembros deben suspender el acuerdo de asociación con Israel, de conformidad con el Artículo 2 de dicho acuerdo, que consagra los derechos humanos y los valores democráticos.
Los países europeos deben detener todas las exportaciones de armas a Israel; estas armas se utilizan para cometer crímenes contra la humanidad.
Las palabras de preocupación ya no bastan cuando se viola el derecho internacional de forma flagrante, cuando comunidades enteras son desplazadas y mueren de hambre, cuando se justifica la matanza de civiles bajo la bandera de la legítima defensa, debemos responder con acciones basadas en principios democráticos.
Normalizar las relaciones con Israel convierte a Europa en cómplice del crimen.
Únete a nosotros en la protesta en toda Europa:
Paris, Berlín, Milán, Bruselas, Estrasburgo, Ámsterdam, Copenhague, Londres, Frankfurt, Lisboa, Madrid y Barcelona.
Protestamos como ciudadanos israelíes para defender la posibilidad de un futuro basado en la igualdad y la dignidad humana. Todos los que compartan los mensajes anteriores son bienvenidos.
Con el gasto militar "extra" aprobado por el gobierno durante lo que va de año se podrían construir 80 hospitales con 200 camas cada uno
Juan Carlos Rois, Tortuga.
Finaliza el mes de mayo y el gobierno de Pedro Sánchez no puede exhibir una acción de gobierno tan persistente y elocuente como la que supone el aumento espectacular de los compromisos de gasto militar adquiridos desde enero hasta la fecha.
Sumadas las diferentes partidas de compromiso de gasto aprobadas desde enero hasta el consejo de ministros de 27 de mayo (último del mes), nos encontramos con una cifra de nada menos que 17.025,97 millones de euros, de los cuales una gran cantidad, más de once mil millones, son para ejecutar en sucesivas anualidades en partidas de pago plurianuales.
Digamos de paso que no consta ningún tipo de oposición a este dislate en el seno del consejo de ministros o en los partidos que lo apoyan. Habida cuenta del excesivo volumen de compromiso y de gasto autorizado no cabe el beneficio de la duda y únicamente debemos despejar una incógnita: ¿su complicidad con el mismo es por convicción o por cálculo? Todo lo demás, incluidos los guiños al pacifismo, es pura retórica y cinismo que ya no engaña a nadie.
1.- Desentrañando las grandes cifras.
Como las cifras son siempre muy equívocas, diremos que con el gasto comprometido durante estos cinco primeros meses de 2025 podrían hacerse, de forma alternativa, por ejemplo 85 hospitales con 200 camas cada uno (con un coste unitario de aproximadamente 200 millones de euros por cada uno) para proteger la salud de la ciudadanía, o para multiplicar por casi 10 el importe consignado para vivienda en el Plan Estatal de Acceso a la vivienda 2022 a 2025 , o para financiar aproximadamente el 8% del coste neto de implantar una renta básica universal para proteger a todas las personas.
¡Qué paradoja! Para nuestra seguridad se invierte en cinco meses unos 15,618, 71 millones de euros extra (a sumar a la cantidad ya prevista en los presupuestos militares) pero estamos más inseguros que nunca, mientras que, con el mismo dinero, invertido en bienes sociales, conseguiríamos mejorar de nuestra seguridad; esa que nuestra casta, en connivencia con el complejo militar industrial, nos escamotea.
2.- Un gasto transversal en el que participan todos los ministerios
Pero volvamos sobre los datos. En primer lugar, podemos comprobar que en el enorme gasto «extra» que el gobierno ha comprometido han participado no sólo el ministerio de Defensa o el de interior, sino también otros ministerios. Se trata de un gasto transversal en el que participan (y se ocupan de ocultarlo para que no parezca gasto militar) otros muchos ministerios.
Lo vemos gráficamente en el siguiente cuadro
Hacienda es el gran promotor de este chute de compromiso de gasto militar, la mayoría por medio de compromisos para programas de armas que comprometerán pagos a varios años, como ocurre con los 1.011,85 millones con los que financiará los satélites militares «paz», o la transferencia de 2.819,16 millones para proyecto tecnológicos industriales de la defensa, o los 703 millones para la construcción de barcos militares, o los otros 380 de créditos a Industria (a interés cero) para que pueda financiar estos barcos y la modificación de pagos de programas especiales de modernización de armas por otros 3.948 millones de euros.
Estas millonadas, dicho sea de paso, hipotecan nuestro futuro, se pagan con cargo a presupuestos futuros (lo que a la vez condiciona estos al enorme gasto militar) y, dado que nuestro presupuesto es deficitario, imponen la carga de una enorme deuda militar a las generaciones futuras.
Hacienda, el ministerio más proactivo en la promoción del gasto militar extraordinario, también ha transferido a Defensa 2.084 millones de euros como suplemento para sus compromisos de gasto y otros 1.217,01 millones más para complementar las operaciones militares en el exterior, pagos que aumentan el presupuesto militar directamente de 2025.
También llama la atención la nada despreciable participación en el gasto militar español del ministerio de Transformación digital, con pagos a defensa e interior por importes de 699,04 y 199 millones de euros para ciberseguridad.
Exteriores esta vez solamente contribuye con 12 millones para cuotas en organizaciones de carácter militar (OTAN incluida), y recibe los 1.217.01 que Hacienda aplica desde el fondo de contingencia para operaciones militares en el exterior.
En cuanto a Defensa, recibe partidas considerables para su propia actividad, reparaciones de armas, etcétera. No puedo dejar de señalar que también recibe un pequeño empujón como pago por su participación en la DANA, 48,36 millones (y otros 25,3 que le aporta para lo mismo hacienda), pues, como vengo diciendo desde hace tiempo, la participación militar en desastres militares y de la UME tiene como característica que no es gratuita ni desinteresada, sino que pasan factura siempre. Por cierto, también la Guardia civil se calza 20,09 millones por la DANA (más otros 9,78 que le aporta Hacienda).
Volviendo sobre Defensa, uno de sus capítulos de gasto extra es el chute de 400 millones de euros para retribuciones (y otros 483,36 que le sopla hacienda para el mismo concepto), así como otros 57 millones para el Instituto Social de las fuerzas Armadas y los 102 millones de suplemento para los submarinos militares.
Por desgracia el gasto consignado no recoge todo el que han aprobado. Y ello porque algunas de las partidas comprometidas no se acompañan de un desglose de gasto, con lo que no podemos saber qué impacto tendrá.
Así ocurre con la aprobación de las convocatorias para aumentar el número de efectivos militares y de guardias civiles. Como es comprensible, estos militares nuevos cobrarán un sueldo, máxime cuando no se trata de personal para reponer plazas de jubilados, aunque no se consigne el impacto de tales convocatorias en la aprobación de estas convocatorias por parte del consejo de ministros.
En el mismo sentido, la aprobación de la reserva que realiza el ministerio de justicia de 3.679 metros cuadrados para fortificar la frontera de El Tarajal, de cuyo coste tampoco nos informan.
Lo mismo ocurre con la aprobación del reglamento de situaciones militares, que regula los distintos modos en que los militares pueden estar (y en función de ello los complementos de sus percepciones) pero no podemos estimas de qué modo va a impactar en el gasto.
3 Un gasto en aumento galopante
El espectacular aumento del gasto militar por parte del Consejo de ministros entre enero y mayo de 2025 es mucho más evidente si lo comparamos con el que contrajo durante 2024 y 2023 el mismo.
La cifra es engañosa, porque en el mes de abril el Presidente del Gobierno ha afirmado que para 2025 se aumentará el gasto del ministerio de Defensa en nada menos que 10.471 millones de euros para alcanzar el 2% del PIB.
No queda claro qué parte de estos 10.471 millones de euros se encuentra incluido dentro del gasto ya aprobado en los consejos de ministros realizados entre enero y el 27 de mayo de 2025 (teniendo en cuenta que gran parte del gasto aprobado en estos es para programas de armas y por tanto plurianual) o si estamos ante un gasto a sumar al existente. En todo caso, ya debemos estar por encima de los 17.601,91 millones de euros gastados en todo el año 2024 (hasta mayo el año pasado llevaban 10.110,79 millones).
La progresión de este descarado aumento se comprueba mucho mejor si vemos las curvas de aumento de gasto del año 2024 (en azul) y de 2025 (en naranja).
Comprobamos un desvío de más de un 46% de aumento de gasto extra frente al ya abultado gasto extra de 2024.
Como vemos, durante 2024 el gobierno la curva de aumento era bien acusada, pero en 2025 han pisado a fondo y parece que la fiesta va a continuar en los meses que restan del año.
En cuanto al gasto militar comprometido en partidas plurianuales estamos ya muy por encima de los 45.000 millones de euros (hasta la fecha), si tenemos en cuenta además que, según la Intervención General de la Administración del Estado (IGAE), en su informe de diciembre de 2024, situaba el gasto plurianual de Defensa (aproximadamente el 38% del gasto plurianual del conjunto de los ministerios y el más elevad a gran distancia del resto) por encima de 35.000 millones de euros de créditos comprometidos y a pagar a medio plazo, más una retención de más de 40.000 millones.
Si acudimos al avance relativo al mes de marzo de 2025 (es decir, antes de los grandes chutes en programas e inversiones militares a largo plazo de abril y mayo de este año) se tenía comprometido un gasto plurianual a pagar (ósea, todavía no pagado) de más de 30.000 millones de euros y las modificaciones de créditos correspondientes a Defensa (es decir, gasto militar de extranjis que ha acabado en defensa, sin contar con el que ha provocado interior, Hacienda, las partidas para ISFAS y otros fuera de defensa) ya se elevaban por encima de 1.200 millones de euros de sobregasto en Defensa.
Nos podemos preguntar si el gasto militar de 2025 sumará los miles de millones a que nos venimos refiriendo a los 10.471 que Sánchez prometió a sus socios de la OTAN, o si estos se disolverán en tan abultada cifra. La respuesta no es baladí porque, en función de ello, podemos establecer una horquilla de gasto militar anual de entre 55,000 y 65.000 millones de euros, como veremos en un siguiente capítulo.
No hace falta saber latín para darse cuenta de la espectacular carrera de rearme que, como pollo sin cabeza, protagoniza el gobierno más militarista de los últimos lustros y del abismo al que nos aboca; mayor inseguridad, pero más cara, menores derechos pero eso sí, con militarismo a mansalva.
Digamos de paso que para encontrar un ejemplo análogo de obsesión fiscal militar tenemos que retrotraernos a la segunda mitad del siglo XIX en que se emprendió una enorme escalada militarista que llegó a alcanzar el 21% de presupuesto total, o más tarde, a loa gobiernos gobierno militaristas del bisabuelo y tatarabuelo del rey actual, dos épocas que trajeron, de la mano del militarismo rampante y entusiasta, las peores desgracias para el pueblo y sus derechos.
4 Créditos militares de otros organismos.
Antes de hacer la cuenta de la vieja y estimar el gasto militar que previsiblemente nos van a endosar estos políticos que nos han tocado en suerte, quiero hablar de otras grietas por las que se desprenden pequeños hilillos de gasto militar encubierto y con destino a la industria militar.
ME estoy refiriendo a los créditos que tanto el ICO, como el CDTI a la AEI, tres grandes agencias que pertenecen a los ministerios de Economía Comercio y empresa (el primero) y de Ciencia, Innovación y Universidades (el segundo) y el de Industria (el tercero).
Por lo que se refiere al primero de ellos llama la atención que el ICO ha dado un crédito al fondo Hyperión Found, un fondo creado para captar inversión militar constituido en su día por el tal Casado al que Ayuso apartó de la presidencia del PP. El mismo fondo ha recibido otros 28,5 millones más del CDTI, sin que pueda descartar a estas alturas que hayan pasado también la bandeja en otros departamentos par recibir el merecido óbolo militar-industrial que tal puerta giratoria merece y tan bien sabe limosnear.
El mismo CDTI ha tenido la generosa merced de soltarle otros 294 millones más al fondo de inversión militar más grande de España, el famoso Fondo Nazca Aeroespacial y Defensa INNVIERTE I, de Nazca Capital. Nazca Capital, dicho sea de paso aspira a captar al menos 600 millones de euros de inversores animosos y ávidos, por lo parece evidente que aún le queda margen de maniobra para seguir medrando entre los ministerios que regalan tanto dinero para alimentar el ogro militarista.
Por lo que se refiere a CDTI, en realidad un gran financiador del militarismo, son varias las líneas desde donde engrasan la industria militar.
Contamos así con el apoyo a programas de tecnologías «duales» (PID Dual) que cofinancia proyectos militares con cantidades de hasta un 30% no reembolsable (ósea, subvencionado) y el resto muy cómodamente reembolsable.
También ofrece la «ayuda» del programa Innvierte (desde donde ha dado el dinero, entre otros, a Nazca Capital al que hemos aludido) o desde el que ha aceptado una «coinversión» directa a Pangea Aeroespacial, una startup española que hace, entre otras marranadas, motores de cohetes y otras tecnologías militares.
Al margen de estas dos líneas de inversión CDTI colabora con convenios específicos tanto con el ministerio de Defensa como con el organismo autónomo militar INTA, la que dota de cuantiosas sumas, y apoya técnicamente a Defensa en la gestión y representación española en programas europeos de defensa de la UE, facilitando la participación de empresas españolas.
Si hacemos caso del Plan Industrial tecnológico del defensa español, CDTI gestionará en colaboración con Defensa durante 2025 más de 500 millones de euros.
CDTI ha financiado o financia a empresas tan significativas como AIBUS (por ejemplo, más de 73 millones en 2023 desde el Programa Tecnológico aeronáutico, o 28 millones para fabricar para INTA la Plataforma de investigación aérea C295 durante este año, o una cuantía tan opaca como significativa en el programa PERTE aeroespacial, provisto con nada menos que 4.533 millones para gastar entre 2021 y 2025 y del que he sido incapaz de estimar lo que se ha llevado Airbus, su empresa principal), así como, indirectamente, al financiar programas de consorcios empresariales de los que forma parte, como los proyectos TIANA, AIRE, LIDER y PEGASO, donde capta cuantiosas subvenciones.
Otro tanto podemos decir de empresas como EADS (con proyectos como el CIEN, ATLANTE, Aldebarán Launch System o el Programa Tecnológico Aeronaútico) Escribano, INDRA, General Dynamics European Land Systems, Rehinmmetal, Istalaza, Navantia y otros cuantos más.
El chute económico que recibe la industria militar desde los presupuestos públicos para consolidar el militarismo y la pretensión política española de situarnos, como hasta ahora, en el top diez de la venta de armas mundial (actualmente el 8 con una cuota de mercado cercana al 3%) es abrumador y debe consignarse, aunque cueste un elevado esfuerzo siquiera aproximarnos a su cuantificación, dada la vergonzante y consentida opacidad.
5 Gasto militar español para 2025 una cifra inasumible.
Podría seguir contando penas y penurias referidas a las mil y una manera en que los distintos ministerios pagan o financian militarismo, pero no merece la pena tanto detalle cuando el propio trazo gordo ya escalofría.
Si queremos aproximarnos a una estimación suficientemente indicativa del gasto militar que España soportará en 2025 tenemos que retener algunas cifras.
- a) La primera, el gasto reconocido, que se corresponde grosso modo con el del ministerio de defensa y que según el ínclito presidente de gobierno más rojo del universo ascenderá a 33.123 millones de euros, el 2% del PIB, en 2025 con un aumento de 10.471,14 millones sobre los 22.651,86 que ahora reconocen como gasto oficial de 2024.
Se trata de un gasto a todas luces insostenible, lo cual ha sido reconocido por el propio Banco de España, según noticia publicada por RTVE el 27 de mayo, es decir, del día en que se escribe este texto. El banco de España alerta, nos dicen, del elevado coste financiero de este gasto militar. ¿Qué quiere decir esto? Que nos lo van a endosar a deuda a largo plazo, deuda que habrá que pagar, con sus correspondientes intereses, a futuro y que hipotecará la vida de las generaciones futuras y (Mark Rutte dixit) obligará a recortes de prestaciones y derechos.
- b) La segunda, la que se corresponde con los gastos militares disfrazados fuera del presupuesto y que Sánchez no parece que compute como gasto militar.
Por de pronto, partidas tan significativas (y elevadas) como la de clases pasivas militares y pensiones de guerra, guardia civil, organismos autónomos militares o créditos de industria a la industria militar, pagos a los centros universitarios a la defensa o fondo europeo de paz, ya sitúan el sobregasto militar por encima de los doce mil millones de euros y eso sin contar con las cantidades disfrazadas en otros ministerios y que, dada su opacidad, es más difícil desagregar, al menos contando solo con los datos del presupuesto.
Por eso hemos de acudir a fuentes complementarias, como los múltiples convenios de colaboración de defensa con otros ministerios que conllevan transferencias económicas, o las publicaciones de los boletines Oficiales del Estado o de la Defensa, a las memorias de resultados, comparecencias parlamentarias de portavoces militares, encomiendas de gestión, resoluciones sobre subvenciones, preguntas por la ley de transparencia, noticias y otros medios que nos permiten hacernos una idea del gasto militar oculto.
Según mi comparación del gasto estimado en 2024 como gasto fuera de defensa con los informes de ejecución del gasto de diciembre de 2024, he podido estimar que en 2024 se ejecutó, fuera de Defensa, al menos 16.032 millones de euros.
Si, de dicha cantidad, descontamos (por suponer que es imputable a la misma) al menos una parte de los 10.471 millones que Sánchez ha aflorado (por ejemplo. los más de 1.300 millones que IGAE detectó «de más» en la ejecución del ministerio de Defesa y los casi 3.000 de organismos autónomos militares) nos seguirían resultando al menos cerca de 12.000 millones de sobregasto a añadir a los 33.123, lo que nos pone en una horquilla de entre 49.155 y 45.123 millones de euros de gasto antes de contar deuda, créditos extrapresupuestarios y aumentos de gasto habituales.
No creo que en 2025 se vaya a gasta menos gasto oculto que en 2024.
- c) La tercera, las partidas extrapresupuestarias y el coste de la deuda
La suma de los 16.032 millones de gasto escondido más los 33.123 millones de euros nos pone en 49.155 millones de euros, euro arriba/euro abajo (o 45.155 si descontamos parte de los 10.471 millones aumentados por Sánchez a este gasto oculto).
Pero eso no es todo.
Sánchez también prometió otros 1.000 millones más para apoyar la guerra de desgaste de Ucrania y, si hacemos caso de la media de gasto militar en defensa, exteriores, interior, clases pasivas y organismos autónomos por encima del presupuestado año a año (un 21%) podríamos suponer que por un quítame allí esas pajas nos vamos a ir no a 33.123 millones, sino al menos a otros 6.000 millones más.
Si sumamos a esto el porcentaje que corresponde a defensa sobre el total de deuda que amortizamos, y el mismo porcentaje sobre los intereses de la deuda año a año y al pago de gastos plurianuales programados para 2025, cabe la posibilidad de que el gasto militar español se sitúe entre 59.000 y algo más de 65.000 millones de euros. Yo apuesto por la cifra más alta. No soy optimista en lo que se refiere a la moderación militarista de un gobierno acosado interna y externamente.
6 ¿Y la oposición nominal?
Todo esto ocurre con el consenso prefabricado desde arriba y el ensordecedor y entusiasta apoyo al rearme desde los medios de comunicación en general y la mayoría de las élites económicas y políticas.
No hace falta detallar el fatalismo militarista que se ha instalado en los nuevos propagadores de la fe militar y se expande entre sus devotos (y desinformados) oyentes y doctrinos.
Hasta contamos con el entusiasmo del sindicalismo amarillista más vergonzante que pide un impuesto a los trabajadores para financiar este plan, mientras el resto de ese sindicalismo pactista y de clase blanca y supremacista disimula y mira para otro lado.
Si vemos la «hintelijente» oposición del bloque a la izquierda del padre en el gobierno, no pasamos de la retórica mal disimulada y del pobre argumento de que lo suyo vale porque han logrado tumbar un contrato de armas con Israel (aunque dada la magnitud del gasto militar que aprueban a mansalva en los consejos de ministros en los que participan sus ministros favoritos más bien parece que se dedican a filtrar el mosquito y a tragarse la píldora completa).
En cuanto a Podemos, hemos oído soflamas sobre su antimilitarismo y su actitud insumisa, pero no se concretan, al menos hasta donde yo sé, ni en políticas antimilitaristas ni en luchas insumisas, lo cual no deja de ser curioso.
Hoy, sin ir más lejos, he tenido ocasión de preguntar en una charla en la que he participado como público asistente a Julio Rodríguez, al parecer quien orienta su política de paz, si contemplaban proponer políticas de desmilitarización (suponía yo que al afirmar el general su antimilitarismo algo de esto tendrían pensado) y, si le he entendido bien, de momento no contemplan nada parecido y se conforman con la movilización contra el rearme y con proponer a futuro un diálogo sobre la idea de defensa (algo así como preguntarse qué hay que defender).
No está mal si vale para que orienten mínimamente un debate que, hasta la fecha, falta por hacer, pero confiar la acción política actual a la movilización (¿?) cuando precisamente por falta de norte lo que falta es la movilización es como decir que el agua moja y como no proponer casi nada.
Digo yo que, si de verdad quieren disfrazar el muñeco de sus retóricas antimilitarista e insumisa deberían, cuando menos, entrar a proponer políticas de desmilitarización social, de conversión industrial, de oposición a la injerencia militar, de apoyo a los resistentes a las 51 guerras en marcha, de desmilitarización social, de boicot al militarismo, . . . En fin, algo que al menos parezca medianamente conciliador entre el dicho y el hecho ( y de paso les permita acercarse con una mínima credibilidad a lo que queda de un movimiento por la paz en franca transformación).
¿Y qué decir de las izquierdas gallega, vasca o valenciana, también apoyo (aunque a cierta distancia) del gobierno más militarista de la historia reciente? Pues eso me pregunto yo, porque tampoco se les ve animados a proponer un cambio de rumbo con políticas coherentes.
Por suerte hay vida (y mucha) fuera de este zoológico de representantes que nos sobrerepresentan y, al menos es mi impresión de llevar casi tres meses de acá para allá en charlas y encuentros, parece que comienzan a reorganizarse iniciativas de protesta social pacifista y que lo hacen con propuestas que van más allá del no a la guerra vaporoso, voluntarista y desiderativo.
Iniciativas de conversión de la industria militar y de lucha contra nuestro minicomplejo militar industrial y el cuento de los hubs industrial-militares, solidaridad con pueblos rotos por la guerra, acciones directas u performances contra los señores de la guerra y sus cómplices o contra la banca armada, la propia objeción fiscal al gasto militar, las movilizaciones contra el atraque de barcos armados, organización de grupos de lucha por la paz en múltiples pueblos y realidades, acampadas, encuentros y un sinfín de actividad discreta dan cuenta de una cierta reanimación pacifista que no aspira tanto a la movilización/instrumentalización de masas anhelada por la izquierda brahmánica como con el trabajo con pico y pala, de forma resiliente y resistente para hacer de la paz un verdadero y sólido camino.
Nos falta debate y profundizar, pero estamos en la oportunidad de proponer una agenda pacifista más allá del no a la guerra y de las propuestas desde arriba de desarme y control de armas.
Nos queda el reto de abordar esta tarea ya, mejor antes que después, para dar respuesta desde abajo y de forma colaborativa a la propuesta de rearme y guerra que los que mandan nos tienen programado.
Noticias de Paz mayo del 2025: “Protestas y propuestas para parar la guerras y genocidios”
En este PROGRAMA DE NOTICIAS DE PAZ de Mayo: “Protestas y propuestas para parar la guerras y genocidios”,compartimos diferentes iniciativas contra las guerras y los genocidios, con la denuncia a la feria de armas en Madrid, la celebración del día de la objeción de conciencia al derecho de matar, la lucha antirracista contra la violencia policial, la marcha a Gaza, el encuentro y red de mujeres por la paz y la desmilitarización en Canarias, y los actos contra en día de las fuerzas armadas en Canarias. Con hoguera, memoria y música, para que la guerra y los genocidios sean un mal sueño del pasado.
Escúchalo acá: en este enlace: https://go.ivoox.com/rf/148533363?
Más gasto militar no garantiza más seguridad: El Índice Global de Paz y otros datos que lo cuestionan
Aristóteles Moreno Villafaina
Si nos atenemos al prestigioso Índice Global de Paz, que examina el nivel de conflictividad, violencia y guerra de 163 países del planeta, el binomio militarismo-seguridad que enarbola la UE para justificar un rearme astronómico de 800.000 millones de euros se cae por su propio peso. Para empezar, el país más pacífico y seguro del mundo ni siquiera tiene Ejército: Islandia. Entre los diez primeros, solo cuatro forman parte de la OTAN: además de Islandia, Portugal, Dinamarca y Eslovenia. Tres mantienen una política de neutralidad: Irlanda, Austria y Suiza. Y todos, salvo Singapur, destinan un porcentaje muy bajo de su presupuesto a gasto militar.
Irlanda, que ocupa el puesto número 2 de la lista, a principios de 2025 destinaba un exiguo 0,22% de su PIB a defensa. Suiza (0,7%), Austria (0,8%), Malasia (1%) y Nueva Zelanda (1%) se quedan muy lejos del 2% que la OTAN maneja como inversión mínima en seguridad de cada país miembro. Y solo Dinamarca (1,3%), Eslovenia (1,3%) y Portugal (1,5%) superan la barrera del 1% aunque a distancia del umbral marcado por la Alianza Atlántica. Eso sí: todos ellos ya han anunciado un incremento del gasto militar en los próximos años en respuesta a las directrices militaristas marcadas por la UE.
Por contra, EEUU (132), Rusia (155) e Israel (156) ocupan la zona negra del Índice Global de Paz pese a que los tres figuran entre los diez países del mundo que gastan uno de los más altos porcentajes de su presupuesto en defensa. Rusia, con un 5,9% de su PIB, es el cuarto Estado del planeta que más dinero destina a armamento, mientras que Israel (5,3%) ocupa la sexta posición y EEUU (3,4%), la novena.
El Índice Global de Paz, que edita desde 2007 el Institute for Economics and Peace, no explica de forma automática la exposición bélica de los estados ya que deja fuera variables geográficas y de otra naturaleza, según puntualizan los expertos. Pero cuestiona con claridad que un mayor gasto militar garantice más seguridad, como argumenta la UE para su política de rearme frente a la amenaza de Rusia y el viraje estratégico de Donald Trump. El IGP examina tanto variables internas (violencia y criminalidad) como externas (presupuesto militar y conflictos armados).
Gasto militar se triplicó
Jordi Calvo, experto en relaciones internacionales y coordinador del Centro Delàs de Estudios por la Paz, ha investigado detalladamente media docena de indicadores globales sobre seguridad, gasto militar, terrorismo y desarrollo humano. Y ha llegado a una esclarecedora conclusión: "Los países con mayores índices de militarización no aparecen entre los que muestran más paz, seguridad y desarrollo, y sí en los índices con mayores amenazas a su propia seguridad".
El especialista pone en duda el axioma dominante según el cual los países militarizados presentan mejores indicadores de paz y seguridad. Los datos que maneja Calvo reflejan que el gasto militar se triplicó entre 1949 y 2018, al pasar de 500.000 millones de dólares a 1,7 billones. La curva de exportación de armas en ese periodo también se multiplicó por tres. Y, sin embargo, el número de conflictos armados no disminuyó ni quedó congelado sino que se disparó. Mientras que en 1946, el planeta registró 20 guerras, en el año 2018 ya se produjeron 50 y hoy ese número negro alcanza las 56.
Todos estos datos, según el experto del Centro Delàs, demuestran que el argumento empleado por la UE para incrementar el gasto militar de forma exponencial es “engañoso”. "No existe una relación directa entre más rearme y más seguridad", sostiene Jordi Calvo. "Ese argumento nos lleva a la lógica que basa la seguridad en la disuasión militar. Y esa es la estrategia que ha seguido Europa en los últimos 30 años".
La UE dispone hoy de un presupuesto militar tres veces superior al de Rusia, recuerda el especialista en conflictos armados y cultura de paz. "Y esa estrategia de disuasión militar no ha evitado que Putin intervenga en este tipo de acciones militares, que, por supuesto hay que rechazar", asegura, en relación a la invasión de Ucrania. En opinión de Jordi Calvo, el rearme incide en la misma lógica que ha aplicado la OTAN en las últimas décadas y que ha perjudicado las perspectivas de seguridad en el continente.
El gasto militar agregado de todos los países de la UE supera los 300.000 millones de euros, aunque se encuentra en clara curva ascendente. Rusia, por contra, destina unos 100.000 millones de euros al año a defensa. Todo indica, sin embargo, que esa cifra se duplicará este mismo año. Algunos cálculos señalan que si aplicamos el corrector de la capacidad de compra rusa la distancia presupuestaria entre la UE y Moscú se acorta considerablemente.
"La responsabilidad de los conflictos armados no suele ser solo de una parte sino que responde a factores más complejos", reflexiona. "Tenemos que identificar aquello que podíamos haber hecho mejor para pensar en cómo hacerlo a partir de ahora". Jordi Calvo propone una estrategia de seguridad compartida, en la línea sugerida por la Comisión Olof Palme, que conlleve acuerdos de desarme de todas las partes y la implementación de políticas de distensión y no de disuasión militar.
Calvo juzga "consistente y bien construido" el Índice Global de Paz. "Cada año vemos que en la parte alta del listado aparecen países con un índice de militarización muy bajo. Son países que no han optado por gestionar su seguridad con ejércitos bien armados ni más recursos en defensa. No están en organizaciones militares, llegan a acuerdos con otros países y usan otras herramientas en política internacional. De manera que consiguen desarrollarse mejor y logran mayores cuotas de seguridad. A mí me hace pensar que están en lo cierto".
Matizaciones
Otros expertos matizan la fiabilidad del Índice Global de Paz para examinar el grado de seguridad o exposición a las amenazas de los países. "Ojalá fuera tan simple", puntualiza José Ángel Ruiz, director del Instituto de la Paz y los Conflictos de la Universidad de Granada. "La seguridad también depende de dónde estés geográficamente. Georgia no es Islandia. Tiene una población de habla rusa y la amenaza continua de Moscú", aduce. "Mi reflexión obvia, no obstante, es que se puede estar seguro y pacífico sin ejército o con uno pequeño".
El director del IPAZ discute también el argumento mayoritario que sostiene que para evitar la guerra hay que armarse. "Eso tiene muchos inconvenientes", asegura. Y pone como ejemplo la "paz armada" que prevalecía en Europa antes de la Primera Guerra Mundial como estrategia para apuntalar la seguridad. "Se hipertrofiaron los ejércitos", recuerda José Ángel Ruiz, como medida de disuasión militar. "El resultado fue la peor guerra de todos los tiempos", lamenta.
El desastre militar provocó la creación de la Sociedad de Naciones como instrumento para esquivar la guerra. "Esta historia, que es conocida por todos, no está en el debate de hoy. Y creo que es una lección muy importante", argumenta José Ángel Ruiz. En su opinión, la invasión de Ucrania es consecuencia de decisiones anteriores que se centraron en la "mentalidad de la seguridad militar" obviando la seguridad humana, la diplomacia y el respeto al derecho internacional. "Se debería haber actuado mucho antes", asegura.
En el Acuerdo de Minsk había bases "razonables", a su juicio, para distender las tensiones entre Occidente, Ucrania y Rusia, que se sentía "estrangulada" y su territorio "amenazado". "Comprender no es justificar", puntualiza el experto de la Universidad de Granada.
José Ángel Ruiz afirma "tener motivos" para no creer en la teoría de la disuasión militar. La carrera armamentística requiere una inversión "permanente y altísima" para actualizar la tecnología bélica, lo que obliga a detraer recursos de otros sectores fundamentales para la sociedad. "Ese es un motivo para no creer en un sistema que obliga a invertir tantos recursos en algo que tarde o temprano se convierte en chatarra".
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