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Tortuga Antimilitar
El periódico La Razón lidera los contenidos islamófobos
Rosa Roda
El tratamiento mediático de la comunidad musulmana sigue siendo uno de los desafíos más apremiantes en el panorama informativo español y europeo. Así lo evidencia el informe «Islamofobia en los medios de comunicación, 2017-2021», presentado por el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones.
Este documento, coordinado por Pilar Garrido Clemente, profesora de Estudios Árabes e Islámicos en la Universidad de Murcia (UMU), y Pedro Rojo, presidente de la Fundación Al Fanar, analiza en profundidad la representación mediática de los musulmanes y propone acciones concretas para erradicar el discurso de odio en los medios.
Islamofobia: un problema histórico y complejo
La islamofobia no es un fenómeno reciente. Según el informe, tiene raíces históricas que se remontan al siglo XIX, aunque cobró relevancia en el contexto contemporáneo tras los atentados del 11 de septiembre de 2001. El término, que ha evolucionado desde su definición inicial como «prejuicios antimusulmanes», combina actualmente racismo, intolerancia religiosa y discriminación cultural.
Esta problemática, profundamente arraigada, se alimenta de estereotipos que separan a «nosotros» de «ellos», reforzando la idea de un islam homogéneo, inmutable y ajeno a los valores occidentales.
El alcance de la islamofobia en los medios españoles
El estudio analiza 6.279 artículos publicados entre 2017 y 2021 en medios nacionales como El País, La Razón, El Mundo, eldiario.es, y en agencias como EFE y Europa Press. La investigación revela que un 45,8% de los textos contienen contenido islamófobo, ya sea de manera explícita (22,2%) o implícita (23,6%). Estas cifras, aunque preocupantes, muestran una mejora respecto al 62% registrado en 2017. Este descenso se atribuye, en parte, a la influencia de informes previos que han generado mayor conciencia en las redacciones.
Uno de los hallazgos más destacados es el papel del tono en las publicaciones. Los artículos con enfoques positivos, que representan solo el 25,7% del total, contienen menos islamofobia (20,5%) que aquellos con temáticas negativas, como terrorismo o radicalización, donde el discurso islamófobo alcanza el 54,6%.
La imagen de la mujer musulmana: entre estigmas y avances
El informe subraya la problemática representación de las mujeres musulmanas en los medios. A menudo son mostradas únicamente en relación con su identidad religiosa, especialmente el uso del hiyab, desde una perspectiva paternalista que las presenta como víctimas pasivas de opresión. Aunque se han identificado avances en la diversificación de estas narrativas, sigue siendo común el enfoque limitado y estigmatizador.
Este fenómeno, conocido como islamofobia de género, combina actitudes xenófobas con discursos sexistas, intensificando la discriminación hacia las mujeres musulmanas.
Periodismo de proximidad: un modelo a seguir
El análisis destaca el papel positivo de los medios locales, como El Faro de Ceuta y Segre. Estos periódicos, más cercanos geográficamente a comunidades musulmanas, presentan menores índices de islamofobia en sus publicaciones. Por ejemplo, El Faro de Ceuta registra un 91,5% de artículos libres de islamofobia, en contraste con el 61,7% de contenidos islamófobos en La Razón. Este dato evidencia que la proximidad cultural y social favorece una cobertura más respetuosa y matizada.
Factores que fomentan la islamofobia en los medios
El informe identifica varios elementos clave que contribuyen al discurso islamófobo en los medios de comunicación. Entre ellos destaca la tendencia a presentar el islam como una entidad monolítica, ignorando la diversidad interna de esta religión y sus seguidores. Esta representación generalizadora refuerza estereotipos que limitan la comprensión de las múltiples realidades culturales y sociales del islam. Además, más del 72% de los artículos analizados vinculan a los musulmanes con temas de terrorismo y radicalización, consolidando prejuicios negativos y perpetuando una visión reduccionista y alarmista de la comunidad musulmana.
Otro aspecto fundamental es la notable ausencia de voces musulmanas en los reportajes y artículos periodísticos. Apenas el 17,3% de las noticias incluyen testimonios directos de miembros de esta comunidad, lo que perpetúa una narrativa externa y sesgada que no refleja fielmente sus experiencias ni perspectivas. A esto se suma el uso inadecuado del lenguaje, donde términos como “islam”, “islámico” e “islamista” se confunden habitualmente, y se recurre a una terminología cargada de connotaciones bélicas que refuerzan la percepción de conflicto.
Recomendaciones
Para contrarrestar esta situación, el informe ofrece recomendaciones dirigidas a los medios de comunicación con el objetivo de reducir la islamofobia y promover un periodismo más inclusivo. Entre las propuestas, se destaca la necesidad de evitar generalizaciones y estigmatizaciones, utilizando un lenguaje preciso y neutral que no asocie automáticamente el islam con actos de terrorismo. Asimismo, se subraya la importancia de diversificar la cobertura temática para incluir historias positivas y cotidianas que reflejen la riqueza y la pluralidad de las comunidades musulmanas.
Una medida esencial es fomentar la inclusión de voces musulmanas en las noticias, dando espacio a testimonios directos que permitan representar sus realidades de forma auténtica y equilibrada. También se enfatiza la importancia de capacitar a los periodistas en diversidad cultural y sensibilidad lingüística, para mejorar su comprensión y tratamiento de estos temas. Ampliar y profundizar los contactos con fuentes musulmanas resulta igualmente crucial, ya que construir lazos de confianza y conocer de cerca las experiencias de estas comunidades contribuye a un periodismo más constructivo y fiel.
Por otro lado, el informe recuerda la importancia de respetar el código deontológico de la profesión, especialmente al contrastar las fuentes, incluidas las agencias de noticias, para evitar sesgos y garantizar la veracidad de la información. Además, se hace un llamado a visibilizar la diversidad de las mujeres musulmanas, evitando las generalizaciones que suelen asociar sus experiencias únicamente con situaciones negativas o de opresión. Reflejar sus múltiples perspectivas contribuirá a una representación más completa y justa.
El informe enfatiza, en definitiva, que los medios de comunicación tienen un papel clave en la construcción de imaginarios sociales. Mientras que el discurso islamófobo perpetúa la exclusión y el racismo, un enfoque periodístico inclusivo puede ser una herramienta poderosa para fomentar la comprensión y la cohesión social.
50 años de 'Dersu Uzala', la película de aventuras con la que Akira Kurosawa cruzó Siberia para salvar su cine y su alma
Fernando Sánchez
La década de los años 70 comenzó de manera traumática para el director japonés Akira Kurosawa. Tras varias décadas rodando todas sus películas únicamente en glorioso blanco y negro, Kurosawa decidió que era el momento de acercarse al cine a color, algo que le permitiría jugar con los pigmentos y las texturas tal y como lo hacía su idolatrado Vincent Van Gogh en sus pinturas. No hay que olvidar que durante su juventud, Kurosawa fue un destacado alumno de Bellas Artes, y que él mismo se ocupó durante toda su filmografía de elaborar personalmente los guiones gráficos de sus películas. Para poder llevar a cabo su colorida película, el director se acercó por primera vez en su carrera a la industria hollywoodiense cuando se le ofreció codirigir junto a David Lean la película ‘Tora! Tora! Tora!' (1970), basada en los bombardeos de Pearl Harbor, y para la que se había tenido una idea rompedora: Lean se ocuparía de filmar la parte referente al punto de vista americano, mientras Kurosawa rodaría la parte en la que se mostraría el punto de vista japonés. Sin embargo, antes de que la película echase a andar, Lean se descolgó del proyecto, dejando solo a un desilusionado Kurosawa que poco después fue despedido por los estudios debido a una metodología de trabajo que resultaba incomprensible dentro de los cánones de Hollywood, y fue sustituido por los directores Richard Fleischer, Kinji Fukasaku y Toshio Masuda, quienes finalmente se encargaron de la dirección del proyecto.
Kurosawa regresó abatido a Japón para filmar su primera película a color: ‘Dodeskaden' (1970), un drama social centrado en una comunidad de vecinos que viven en un barrio pobre de Tokio. Pero tras su estreno, la película no fue entendida en su país natal y su desempeño en taquilla fue un fracaso, lo que hizo que los estudios japoneses le retirasen la financiación para sus siguientes proyectos. El director nipón comenzaba a vislumbrar el ocaso de su carrera, algo que le sumió en una profunda crisis personal. Su estado depresivo le llevó a tomar una decisión drástica: el 22 de noviembre de 1971, Kurosawa intentó suicidarse realizándose profundos cortes en la garganta y en las muñecas, emulando a su hermano mayor y referente, Heigo, un narrador de películas mudas que se había suicidado en 1930, a la edad de 23 años. Al ser descubierto, fue trasladado de inmediato al hospital, donde a pesar de la gravedad de las lesiones se recuperó tras unos cuantos días de reposo. Sin embargo, su ánimo continuaba preocupantemente mermado, pues Kurosawa no imaginaba una vida sin rodajes.
El viaje que rescató a Kurosawa del abismo
En medio de esta delicada situación, el embajador soviético en Japón se puso en contacto con Kurosawa como representante de los poderosos estudios Mosfilm, responsables de producir algunas de las películas soviéticas más famosas de todos los tiempos, así como de desarrollar las carreras de directores como Serguéi Eisenstein o Andréi Tarkovski. En un intento aperturista por diversificarse, Mosfilm ofreció a Kurosawa la posibilidad de financiar una de sus películas y trasladar el rodaje a territorio soviético, siempre y cuando estuviera basada en una obra literaria rusa de su elección. Desde su juventud, Akira Kurosawa había sido un ávido lector de la literatura rusa, mostrando especial interés por las novelas de Tolstói y Dostoievski. Cuando el director eligió la novela ‘Dersú Uzalá', publicada en 1921 por el explorador ruso Vladímir Arséniev, los directivos de los estudios se quedaron asombrados del profundo conocimiento de Kurosawa, ya que era un título prácticamente desconocido fuera de las fronteras de la Unión Soviética. Curiosamente, el director ya había intentado iniciar este proyecto varias décadas antes, a finales de los años 30, pero lo desechó al considerar que únicamente podía ser rodado en la estepa siberiana y con actores rusos, algo completamente imposible en aquel momento debido a las restricciones soviéticas y la imposibilidad de transitar libremente su geografía para los ciudadanos extranjeros.
Para cerrar el acuerdo, el productor Yoichi Matsue y su asistente de dirección, Teruyo Nogami, estrechos colaboradores de Kurosawa, fueron los responsables de las complicadas negociaciones con Mosfilm. No obstante, ambos consiguieron que el acuerdo concediese plenos poderes sobre el control creativo de la cinta a Kurosawa, algo fundamental para el director. La dificultad más grande a la que Nogami y Matsue se enfrentaron a la hora de cerrar el contrato fue la enorme insistencia de los estudios en contar con el actor Toshirô Mifune en el papel de Dersú Uzalá. A lo largo de su carrera, Mifune había protagonizado 17 películas dirigidas por Kurosawa, destacando algunas de las más famosas como ‘Rashomon' (1950), ‘Los siete samuráis' (1954), ‘Trono de sangre' (1957), ‘Yojimbo (El mercenario)' (1961) o ‘El infierno del odio' (1963), y se le consideraba el actor asiático más importante del mundo. Sin embargo, Matsue convenció a los directivos de Mosfilm de que Mifune no se comprometería con un rodaje que a priori sería de larga duración, y propuso al actor ruso de etnia tuvana Maksim Munzuk en su lugar, algo que finalmente acabaron aceptando desde los estudios.
De este modo, tras varios años de inactividad sin ponerse detrás de las cámaras, Akira Kurosawa se trasladó hasta la región siberiana de Sijoté-Alín, en el Extremo Oriente soviético, donde habían tenido realmente lugar las expediciones de Arséniev aproximadamente siete década antes. El rodaje dio inicio en la taiga entre unas adversas y duras condiciones climáticas que lo retrasaron, y el celoso gobierno soviético envió a un emisario que lo supervisó en todo momento. El director se decantó por un formato de 70 mm por primera vez en su carrera, algo que se alejaba de la película estándar de 35 mm que había utilizado hasta entonces. El equipo de filmación de la primera película que Kurosawa rodaba lejos de su Japón natal estaba compuesto por cien personas, de las cuales únicamente seis eran japonesas. De este modo, la barrera del idioma se convirtió en otro enorme obstáculo, ya que la producción contaba únicamente con un solo intérprete para todo el equipo. A estos inconvenientes, había que sumar los continuos conflictos sindicales que se producían con los operadores de cámara, que obligaron a cambiar de personal prácticamente una vez por semana, con la consiguiente formación que el nuevo equipo necesitaba para darle una continuidad a la parte visual de la película.
'Dersu Uzala', cuando Kurosawa pintó su película más humana con el pincel del dolor
Tras varios meses de rodaje, los estudios comenzaron a perder la paciencia con el ritmo de trabajo lento y tedioso de Kurosawa, que se consideraba a sí mismo un artista y cuyo método meticuloso no encajaba con la petición de Mosfilm de entregar una determinada cantidad de película al día. Finalmente, también hubo problemas a la hora de filmar la secuencia del ataque del tigre, ya que el director insistió en que para dotarla del mayor realismo posible, debían utilizar un animal salvaje y no uno domesticado tal y como pretendía la productora, lo que supuso un enorme reto como era de esperar. Sin embargo, el introspectivo Kurosawa volvió a encontrar la luz, y convirtió las dificultades en virtudes. Las inclemencias del tiempo fueron utilizadas por el director nuevamente de manera simbólica, lo que había sido una constante a lo largo de su trayectoria, algo que su ídolo cinematográfico, John Ford, le había elogiado cuando ambos se conocieron durante la 24º edición de los Oscar, donde ‘Rashomon' se había alzado con la estatuilla a la Mejor película internacional.
A Contracorriente Films
La conmovedora narrativa de la historia nos presenta al capitán Vladímir Arséniev, quien comanda una expedición de soldados para topografiar el inexplorado área de Shkótovo, en Siberia. Durante la marcha, se encuentran con Dersú Uzalá, un viejo nómada cazador de la etnia hezhen, que accede a guiarlos por los implacables y peligrosos paisajes de la región. Esto da pie al nacimiento de una sincera amistad entre el capitán y el guía, pese a que ambos provienen de mundos muy distintos. El trasfondo del filme pone de relieve valores como la sabiduría ancestral, la humildad, la conexión con la naturaleza y el respeto por el equilibrio del mundo natural.
Una vez que la filmación de la película terminó, el asistente de Kurosawa, Teruyo Nogami, quien acompañó al director en su labor a partir de la década de los 50, aseguró que ‘Dersú Uzalá' había supuesto el rodaje más duro y complejo de toda la trayectoria del director junto a ‘Los siete samuráis'. El filme supuso su primera y única película rodada fuera de las fronteras del país del sol naciente, y también la única rodada en un idioma diferente al japonés. El propio Kurosawa sintió un enorme alivio al poder completar la cinta, ya que prácticamente aseguraba la continuidad de su carrera. Años más tarde, el director escribió en sus memorias una acertada metáfora sobre el momento personal que vivió durante aquellos años: “Cuando el río en el que nació y creció se contamina, el salmón no puede remontarlo para desovar y tiene dificultades para rodar sus películas. El salmón, al no ver otra salida, emprendió un largo viaje para remontar un río soviético y dar a luz caviar. Así surgió mi película de 1975, ‘Dersú Uzalá'. No creo que sea tan malo. Pero lo más natural para un salmón japonés es desovar en un río japonés”.
Curiosamente, la década de los 70 fue la de la irrupción de la generación del ‘nuevo Hollywood', en la que una camada de jóvenes directores entre los que se encontraban Steven Spielberg, Francis Ford Coppola, Martin Scorsese o George Lucas, marcaría el rumbo de la industria durante las siguientes décadas. Durante sus comienzos y a lo largo de sus impresionantes trayectorias, todos ellos se dedicaron a reivindicar el cine de Kurosawa de manera incesante. Si algunos años más tarde Coppola le ayudó al director nipón a reunir la financiación necesaria para el rodaje de ‘Kagemusha, la sombra del guerrero' (1980), y el propio Spielberg negoció con Warner Bros. la distribución de ‘Los sueños de Akira Kurosawa' (1990), el estreno de ‘Dersú Uzalá' supuso una nueva inspiración para George Lucas, quien entonces se encontraba desarrollando la primera película de la saga ‘Star Wars', para la que el director ya había encontrado infinidad de referencias en el cine de su idolatrado Kurosawa. Si para entonces Lucas ya había adaptado la mítica transición en cortinilla del director japonés para su nuevo proyecto, y había transformado a los personajes de Tahei y Matashichi de ‘La fortaleza escondida' (1958) en los robots R2-D2 y C-3PO, años más tarde confesó haberse inspirado en el propio Dersú Uzalá para construir el mítico personaje del maestro Yoda.
Pese a que el filme gozó de un impresionante recibimiento de la crítica especializada tras su estreno, los beneficios en taquilla quedaron por debajo de las expectativas, teniendo un rendimiento comercial modesto que tan solo proporcionó a Kurosawa unas exiguas ganancias. Sin embargo, habría que tener en cuenta que al tratarse de una producción soviética, su alcance internacional era mucho más limitado que el de las películas de Hollywood. Más allá de las cuestiones comerciales, ‘Dersú Uzalá' supuso el regreso de uno de los directores más reputados del panorama internacional, quien logró el colofón final cuando vio como su película era premiada en la 48º edición de los Oscar con la estatuilla dorada en la categoría de Mejor película internacional.
El saludo fascista: Una foto
La fotografía, como la historia, es bastante conocida.
En junio de 1936 Hitler presidió la botadura de un barco en los astilleros de Hamburgo. De entre todos los trabajadores y trabajadoras presentes, solo uno no levantó el brazo en el saludo fascista, sino que los mantuvo cruzados. Se trataba de August Landmesser, un joven trabajador de 26 años que hasta hacía poco había pertenecido al partido nazi, al que se había afiliado para conseguir trabajo y del que había sido expulsado por mantener una relación sentimental con una judía, Irma Eckler, con la que el año antes había tenido una hija, Ingrid.
Tras la toma y publicación de esta fotografía, trató de huir junto a su pareja y su hija, siendo detenidos en la frontera de Dinamarca. A la madre, que estaba embarazada de nuevo, la enviaron junto a la niña a un campo de concentración, donde dio a luz a Irene, su segunda hija. Después la madre murió en un campo de exterminio.
A August Landmesser se le aplicaron las leyes de Núremberg, por las que fue acusado de "deshonrar a la raza", obligándosele a romper la relación con su esposa, Irma. Dado que se negó, se le envió a un campo de concentración, de donde salió en 1941 para ser enviado al frente del este, donde se pierde su rastro en 1944. Se le declaró fallecido en 1949.
Sus hijas Ingrid e Irene (a esta última no llegó a conocerla), sobrevivieron a los campos. En 1996 Irene reconoció la foto y dio a conocer la historia.
A una pregunta hecha ante el Parlamento Europeo, El Tribunal Supremo de Casación de Roma dictaminó, el 19 de enero de 2024, que un saludo fascista no se considera ilegal a menos que ponga en peligro el orden público o promueva el resurgimiento de ideologías fascistas.
El campo urbanizado: El suicidio de la cultura popular en España
En los últimos 30 años la transformación del campo en España ha sido verdaderamente espectacular y hasta podemos afirmar que se trata de la mayor sufrida desde el neolítico superando con creces a la de la revolución industrial. El proceso iniciado hace tres mil años en Mesopotamia con los asentamientos urbanos tiene su culminación en la metrópoli del siglo XXI, paradigma del bienestar y la prosperidad. El mundo rural es cosa ya de un pasado remoto y apenas se ha quedado como fuente de inspiración para los artistas o poetas románticos. La crisis de los modos de vida tradicionales de los años 50 y 60 del siglo XX ha sido determinante para que el campo se haya envejecido y despoblado. El índice demográfico nos advierte que la mayoría de la población a nivel mundial hoy habita en las ciudades cuando hace tan solo un siglo era al revés.
El acta de defunción de la vida campesina y la cultura popular en España se firmó en el año de 1986 con el tratado de adhesión a la Comunidad Económica Europea. Se esperaba que España alcanzara en un corto espacio de tiempo un grado de progreso e industrialización sin precedentes. Este vaticinio en parte se cumplió pues algunos sectores se vieron favorecidos gracias a las multimillonarias ayudas que otorgaba Bruselas a las regiones más marginadas. Pero la realidad es que a España se le encomendó el papel de país de servicios, de turismo y huerta de Europa, o sea, algo más acorde a sus tradiciones y costumbres. Y el golpe definitivo se dio el 30 de junio del 2002 cuando comienza a circular la moneda única europea. El Euro ha desatado la euforia nacionalista y los empresarios y banqueros son los que han aprovechado esta coyuntura para elevar los intereses y encarecer el nivel de vida. Triunfa en definitiva ese régimen de usura y explotación. El nuevo Imperio Europeo entra a competir a nivel mundial con el dólar americano y eso representa casi una declaración de «guerra».
En el año 1992 y coincidiendo con el V Centenario del «Descubrimiento de América» se tiró la casa por la ventana para celebrar este magno evento. Bajo el patrocinio del Partido Socialista Obrero Español en el poder y la casa Real Borbónica el derroche, la opulencia y los delirios de grandeza marcaron el resurgir de un país sumido en el subdesarrollo. La propaganda oficial como por arte de magia elevó al cuadrado todas las cifras macroeconómicas. Entonces el reino de España se autoproclamó uno de los países más prósperos del planeta. Y la respuesta fue contundente: más infraestructuras, ambiciosos planes de desarrollo de las zonas más deprimidas, gigantescas obras públicas y una revolución del sector de la construcción como nunca antes se había conocido en toda su historia.
De inmediato, miles de hectáreas de tierras de labor o de cultivo, los campos baldíos o yermos adquieren un valor inusitado. Entonces, por parte de los ayuntamientos se recalifica el suelo (oscuros cambios de la clasificación urbanística de un terreno) que aprovechan los empresarios de los bienes raíces después de pagar las respectivas cargas fiscales. Empieza una loca carrera por levantar apartamentos, hoteles, condominios, parques temáticos, clubes de golf o centros comerciales. El valor del suelo se cotiza a precios exorbitantes pues la especulación es la que manda. Se remueven millones de toneladas de tierra; se construyen autopistas, trenes de alta velocidad y polígonos industriales, parques eólicos o solares y aeropuertos. Porque había que superar ese complejo de inferioridad con respecto a la Europa hiperdesarrollada. Los topos hambrientos agujerean con martillos mecánicos las entrañas de la tierra, dinamitan y trituran las rocas, violan las montañas, secan mares y ríos y no hay obstáculo que los detenga. Una costra de ladrillos, cemento, asfalto recubre la faz de la península. ¿Qué representa la naturaleza para ellos? Sencillamente un escenario propicio para explotar sus malvados intereses.
La ciudad extiende sus tentáculos hasta el infinito y no hay límites que valgan para detener su crecimiento. Para decirlo con un simple ejemplo: hay personas que viven a doscientos kilómetros y trabajan en Madrid pues el tren de alta velocidad tiene la capacidad de transportarlos en una hora hasta el puesto de trabajo. Velocidad por encima de todo sin importarles la ecología, las reservas naturales o los asentamientos humanos. Todo vale y no existe ningún impedimento en esta loca carrera contrarreloj que los políticos llaman «convergencia europea».
Así proclaman el triunfo definitivo de la urbe, de la polis ultramoderna, de la nueva Babylon sobre la vida campesina. Todo esto es posible gracias a los avances de la ciencia y la tecnología que permite realizar obras imposibles en tiempo record. La urbe representa la cuna de la civilización donde sobran las oportunidades; el trabajo, la educación, la salud, el entretenimiento, en fin, en su seno materno se halla lo que todo el mundo sueña y aspira alcanzar. ¿Y cómo quedarse al margen de tan atractivos privilegios?
La ecología humana como organismo vivo también está enferma y un síntoma es la decadencia del mundo rural que traerá como resultado su extinción lenta y agónica. Los viejos en los hogares de jubilados juegan a las cartas o al dominó esperando un ticket sin retorno al más allá. La juventud no asume el relevo generacional pues prefiere confinarse en la ciudad donde se encuentra la arcadia feliz. El trabajo en el campo es muy duro y nadie quiere ser esclavo de la tierra. Eso de levantarse a las cinco de la mañana y faenar hasta la caída del sol no va con ellos pues prefieren la comodidad de una oficina computarizada y disfrutar del tiempo de ocio y las vacaciones. El cerebro urbanizado y lobotomizado apenas si recuerda su origen y el único sitio donde vibra un poco con la naturaleza es cuando hace las compras en el supermercado o de visita en los parques zoológicos. Niegan sus raíces, se han disfrazado de ciudadanos respetables con trajes y corbatas perfumando el cuerpo para esconder su esencia salvaje. No saben sembrar, no sabe recoger cosechas, no saben pescar ni conocen los ciclos de la naturaleza pero eso si conocen a la perfección las funciones de su teléfono celular. El sol, la luna o las estrellas se han convertido en un reclamo publicitario más. La debilidad de esta nueva especie es más que evidente: la abulia y el sedentarismo marcan sus rasgos característicos. No aguantan la intemperie ni las duras condiciones climáticas y por eso se han aislado en una burbuja protectora que como en un seno materno les brinda confort. No saben lo que es el trabajo manual o artesanal pues vivimos en la era del plástico donde todo se fabrica en serie y es desechable. Se ha fundado una nueva civilización del placer cuya prioridad es disfrutar antes que la entrega o el sacrificio.
La personalidad del ciberciudadano está bien definida. Nadie puede contradecir el camino único y verdadero trazado por los gurús de la era postmoderna que amparados en la libertad y la democracia santifican el capitalismo globalizador. El prototipo a seguir es el del individuo cumplidor y responsable que paga impuestos para que todo funcione con eficacia y a la perfección. Ese espíritu mecanicista europeo ha aniquilado la forma de ser relajada y lúdica del carácter Mediterráneo. La revolución digital facilita esta uniformidad o clonación cosmopolita, ingenieria social hoy acelerada al máximo mediante la IA.
En la arquitectura contemporanea se desvela el arquetipo del neofascismo imperante donde prima la línea recta y la rigidez cadavérica. En los edificios se dibuja una geometría castradora de cuadrados y cubos de perfecta simetría ejecutada con materiales prefabricados de fachadas de aluminio y grandes vidrieras polarizadas, interiores frígidos y carcelarios de largos pasillos con celdas higiénicas y luminosas donde un ambiente artificial anula completamente nuestros instintos y desprecia la poesía y la sensualidad. ¿Qué más se puede esperar de un mundo estructurado en un orden matemático? Adonde vayas las grúas se recortan altivas en el horizonte mientras la muralla de edificios va creciendo imparable. Las otrora casas sencillas que se mimetizaban con el paisaje ahora dan paso a palacios y castillos que ensalzan la megalomanía de sus propietarios. El patrimonio artístico de los pueblos se desprecia, la herencia o el legado milenario se borra sin compasión en un santiamén para dar paso a la nueva era interestelar.
Los arquitectos conciben la ciudad a la imagen y semejanza del neoliberalismo imperante y nos van preparando para que asumamos una actitud servil ante el poder. Por eso se elevan los rascacielos de falos metálicos o de hormigón pues al contemplarlos nos sentimos insignificantes y sumisos agachamos la cabeza. Los genios del mundo futuro planifican nuestras vidas y crean ambientes propicios para concretar sus propósitos. Este decorado o escenografía es cómplice de una doctrina que nos conduce al fin perverso del consumismo. Somos felices en esa realidad virtual donde la tarjeta de crédito es la lámpara maravillosa de Aladino que abre las puertas a todos nuestros caprichos. Amazon y las empresas de ventas on line, o el delivery. la macdonalizacion y la uberizacion garantizan la eficacia del sistema.
En esta sociedad occidental netamente individualista se reproducen seres supuestamente autosuficientes que no quieren renunciar a sus privilegios. Hoy en el mundo existen unos 500 millones de vehículos y para el 2020 serán ya 1200 millones. Nos preguntamos si las ciudades aguantarán ese infierno circulatorio, ¿qué pasará con el espacio público ? Automóvil o automotores van unidos a la degradación porque la ciudad ha sido diseñada para éstos en detrimento del ser humano. Además del derroche de energía y el problema de la contaminación agudizan cada día más el crecimiento caótico de la metrópoli.
La ciudad se queda pequeña y en los suburbios se concentra el proletariado, es decir, esos trabajadores y obreros fieles y disciplinados que dedican su vida a engrandecer el imperio capitalista. Confinados en sus pequeñas guaridas esperan el turno para ingresar en la cadena de producción. Como parte vital de ese proceso los autómatas deben ser responsables pues se les exige puntualidad en el pago de sus cuotas, las facturas de fin de mes y los intereses pendientes. No hay escapatoria. Conectados a las redes de informática y telemática obedecen una señal; se enciende y se apaga una luz, y se escucha una voz que nos recuerda que nos falta una cuota en la hipoteca. Deprimente y psicológicamente desastroso: el estrés agudiza las enfermedades a causa de las preocupaciones y el entorno opresivo. En este sentido la pobreza es específicamente urbana. En la ciudad anida el miedo y la desconfianza, la represión policial, las cárceles y manicomios.
La agonía de la España rural ya la vaticinaban desde el siglo XIX los filósofos o escritores que dejaron su huella profética al prevenirnos sobre lo que ocurriría con ese campesinado que escapaba del yugo de la explotación señorial. El único remedio es emigrar a la ciudad o al extranjero y convertirse en proletarios. Pero ¿de quién es la propiedad de la tierra? A estas alturas del siglo XXI en Andalucía, por ejemplo, el 80% es propiedad los señoritos y terratenientes o de los grandes de España.
En el año 39 la cultura popular espanola perdió la guerra y una dictadura feudal nos hundió en la decadencia y la desesperanza. Luego vinieron los años sesenta y setenta con el desarrollollismo opusino que aniquiló la costa del Mediterráneo con la pesada losa del turismo de masas: los complejos hoteleros, condominios, parques temáticos, campos de golf, clubes privados que no dejaron ni una playa virgen. Según los planificadores: para progresar hay que pagar un alto precio. Y vaya que se pagó un alto precio pues sacrificó uno de los paisajes naturales más hermosos de Europa
Incluso los muy pérfidos se han atrevido a explotar la nostalgia. Los museos sacan muy buenos dividendos exhibiendo los fósiles de nuestros antepasados. Hay que sacarle el jugo a esa historia tan sentimental de los campesinos y su folklore, las tradiciones y costumbres; con esos vestidos de antaño, y esos rostros arrugados y curtidos por el sol y esas manos deformes que los hacen aún más primitivos. Pura arqueología: el esparto, el barro, las piedras, las cañas, el cuero o la madera. La mutación se ha consumado y el gen urbano es el dominante. La fuente donde nace el arte popular y las raíces de un pueblo se ha extinguido por completo. Ayer con su yunta de bueyes el campesino cantaba y creaban poesía, hoy en un tractor con aire acondicionado un autómata recoge la cosecha aislado en su cabina escuchando el regueton de moda. Ya nadie canta en lo campos, los campos se han marchitado, los cantores han desaparecido, igual que muchas especies animales también ellos se han extinguido. El colapso demográfico de la "España vaciada" es una sentencia inapelable.
Como quien prostituye una hija; los cortijos, fincas o parcelas propiedad de los campesinos fueron rematados al mejor postor. El campo simboliza el retraso y lo importante es tener una buena cuenta corriente en el banco. Los "catetos" ignorantes vendieron y venden el patrimonio familiar de generaciones para comprarse un Mercedes Benz y un piso en la capital. Regalaron la tierra a los extranjeros que no comparten las mismas tradiciones y costumbres e imponen sus propias leyes: cercan sus propiedades con alambre de púas, cierran los caminos y ponen letreros de «Prohibido el paso. Propiedad Privada. Perro bravo» o contratan un guardia jurado con una escopeta y un bulldog pues se sienten inseguros. Hay que brindarles paz y tranquilidad a esos seres superiores, a las elites dominantes. Las leyes amparan al individuo y la propiedad privada por encima del bien común. Un egocentrismo atroz ha carcomido el alma del pueblo que como nuevos ricos se han vuelto ávaros y pretenciosos. Ahora sus hijos servirán en las fábricas o, tal vez, con suerte sean funcionarios en algún ministerio. El sur de Europa, el Mediterráneo, es el objetivo prioritario de la pequeña burguesía europea ávida de sol y playa, restaurantes, casinos y discotecas.
A finales del siglo XX una nueva oleada de emigrantes provenientes de todos los rincones del planeta llega a Europa a suplir el déficit de mano de obra. Ellos son los nuevos campesinos, son los nuevos peones y gañanes, los nuevos temporeros que producirán grandes beneficios a los empresarios. Los inmigrantes son los impulsores del tan mentado «milagro español», del renacer económico del campo que en algunas regiones gracias a las exportaciones deja multimillonarias regalías. Los siervos aumentan la producción a un bajo coste aunque la tierra se quede estéril al quemarla con tantos agroquímicos y pesticidas. Lo principal es que trabajen a destajo y recojan la cosecha en tiempo record, que produzcan el triple, horas extras incluídas, y como indocumentados, mejor, pues eleva la plusvalía y se le resta un porcentaje de ganancias a la Seguridad Social. Se precisan más camareros que atiendan los restaurantes, más sirvientas en los hoteles, más prostitutas sudamericanas o de los países del este en los clubes de carretera, más africanos para el Maresme y más "moros" en el Ejido o en el campo de Murcia, más ecuatorianos en Huelva y, los que sobren, que se sumen a las obras públicas, la industria o la construcción porque así lo exige la ley de la oferta y la demanda. Y sin olvidarnos del primer mandamiento: santificar el trabajo. De la casa a la fábrica o al campo, es igual y luego a descansar unas horas frente al televisor para mañana temprano frescos rendir al máximo. Este es el futuro que nos espera: una generación de seres fríos y calculadores que glorifiquen el "time is money".
En los países europeos la población activa agraria representa el 9% del total y los patrones de comportamiento son similares al urbano. La agricultura en una alta proporción está mecanizada y se ha convertido en una actividad empresarial con fuertes aportaciones en capital. Hoy es imposible diferenciar en Europa una sociedad urbana de una rural. La ciudad ha absorbido y dominado el campo. La civilización post-industrial necesita un escape, una calidad de vida distinta, un regreso a la naturaleza pues todo el mundo quiere huir de la polución, de los ruidos, la delincuencia y los innumerables peligros que nos acechan. Las clases más adineradas empiezan a colonizar el campo instalándose en urbanizaciones y chalets en busca de esa tierra prometida donde gozar de un jardín, de una parcela, de un huerto y respirar aire puro para sentirse de nuevo humanos. Se crea, entonces, la «aldea virtual» con todas las comodidades y privilegios de la ciudad. Los que vuelven al campo no son campesinos sino ciudadanos con ansias de olvidarse de las tensiones de la gran urbe. El poseer una casa en el campo obedece a intereses capitalistas y de mercado.
Para el ciudadano espanol del siglo XXI lo ideal es vivir en un chalet pero cerca de una autopista que lo comunique a uno rápidamente con los grandes centros comerciales o la capital. Pero no importa pues hoy multinacionales como Amazon, Ebay o las empresas de delivery son capaces de traernos en un abrir y cerrar de ojos los productos más exoticos desde cualquier lugar del mundo. Las urbanizaciones privadas están de moda y las inmobiliarias las publicitan como el paradigma del bienestar. Aquí no se discrimina por raza, ideología o religión pues lo importante es que el cliente posea el patrimonio suficiente para pagarlas. El español medio desea ser propietario y no vivir de alquiler aunque tenga que empeñarse con un banco por el resto de su vida. Pero no se conforman con un piso sino que quieren una segunda residencia, o sea, un chalet en la playa o una casa rural en la montaña.
El campo otrora atrasado y aburrido se ha convertido en el paraíso pérdido donde todos queremos regresar, pero, eso sí, como es de imaginar, en un auto de alta gama y con todas las ventajas y comodidades de la ciudad. De ahí el éxito de la «aldea virtual» y el increíble negocio de la urbanización del campo y por ende su aburguesamiento.
Carlos de Uraba 2025
¿Para quién genera riqueza la industria militar y a costa de qué?
Estitxu Martínez de Guevara
En nombre del colectivo Gasteizkoak.
En nuestro libro sobre la conversión, ya explicamos (con documentación demostrativa) cómo, tras observar que el gasto militar europeo llevaba una curva de decrecimiento desde finales de los 80 del siglo pasado, a principios del actual XXI los mercaderes de la muerte europeos decidieron organizarse, e imitando el modelo estadounidense se estructuraron en forma de lobby, naciendo así en 2004 ASD (Aerospace, Security and Defence Industries). A partir de ahí su estrategia se centrará, también a imitación de la estadounidense, en procurar la infiltración en los órganos de decisión de la Unión Europea.
Esa estrategia consigue sus objetivos en una década, lo que se traducirá en un giro copernicano de la política de la Unión Europea ante el gasto militar: pasará de estar excluido de los presupuestos de la UE, a ir contando poco a poco con cada vez mayor número de partidas presupuestarias parciales (la mayoría ligada a la subvención a la industria militar), hasta culminar en la actualidad con un Comisario de Defensa de la UE, una partida presupuestaria propia y la reciente propuesta del Programa de ReArme por el que se pretende incrementar el gasto militar europeo en 800.000 millones de euros.
También comentábamos que esa dinámica iba a provocar un conflicto entre lobbies, pues el fortalecimiento de la industria militar europea, y las medidas proteccionistas aprobadas por la UE en su apoyo (por ejemplo, los programas que financie la UE deben tener un importante tanto por ciento de producción propia), iba a suponer recortar beneficios a los financiadores de la campaña de Trump, sus amigos del lobby militar estadounidense.
Hay quienes vieron venir la jugada, y en los últimos años comenzaron a tomar parte en las principales empresas de producción militar europea: los grandes fondos de inversiones estadounidenses. Así, pase lo que pase en esa competencia entre lobbies, ellos saldrán ganando. Un solo dato que habla por sí mismo: Blackrock es el principal inversor en el sector a nivel mundial, donde cuenta ya con 542 empresas participadas.
En ese contexto de la creación de lobbies y de impulso político económico de la producción para el desperdicio y la guerra (la industria militar) es donde hay que enmarcar los llamamientos de Zedarriak (el lobby vasco del sector) y la abyecta apuesta del Gobierno Vasco de fortalecer la Producción de Euskal Herria para el Desperdicio y la Guerra (PEHDG) para hacer negocio. Sobre lo que supone esa apuesta gubernamental desde el punto de vista ético y político, se han pronunciado con claridad algunas voces, desde ámbitos como el sindical, de la cooperación, los derechos sociales, el feminismo, el ecologismo, el movimiento juvenil, o, con elogiable contundencia, el profesorado universitario. También, por supuesto, el espacio antiguerras y el antimilitarismo. Pero más allá de las fundamentales cuestiones éticas, conviene abordar otros ángulos del debate en los que Zedarriak y el Gobierno Vasco no parecen querer profundizar.
A menudo se nos sugiere que el sector armamentístico va a crear riqueza social y puestos de trabajo, pero el dinero destinado a programas de armamento se detrae de las partidas de gasto social, lo que demuestra que lo que genera es más pobreza social.
Por ejemplo ¿para quién y por qué es un gran negocio? A menudo se nos sugiere que el sector va a crear riqueza social y puestos de trabajo. Pero los datos lo desmienten. El dinero destinado a programas de armamento se detrae de las partidas de gasto social, lo que demuestra que lo que genera es más pobreza social. En cuanto a los puestos de trabajo, veamos un ejemplo cercano, el de Sapa Operaciones: mientras sus beneficios en el quinquenio 2015 a 2019 pasaron de 42.057 euros a 5,1 millones (en el 2018 fueron de 22,5 millones), durante el mismo periodo la plantilla se redujo de 159 a 140. Esto en sí mismo es ya un chollo empresarial, pero hay mucho más.
En los debates sobre el sector de la producción para el desperdicio y la guerra se suele omitir una cuestión básica: su condición de monopsonio, esto es, un sector que vive única y exclusivamente de dinero público (son los ministerios de defensa o los organismos de defensa internacionales quienes les compran), por lo que no arriesga capital, y no solo eso, sino que, además, cuenta habitualmente con financiación pública previa (muchas veces sin intereses) e importantes ayudas a la investigación, así como a la creación de nuevos centros tecnológicos y de producción. Todo ello a través de subvenciones, préstamos y avales de los Ministerios de Industria y Comercio, pero también del Gobierno Vasco, las Diputaciones e incluso los Ayuntamientos.
Pero aún hay más ventajas para el sector. Como señala Alejandro Pozo, la forma de funcionar del sector es parecida a la siguiente: “si yo soy la industria, y como Ministerio de Defensa me pides un tanque y te digo que vale 10 millones y tú me dices que eso es mucho y yo te digo “bueno, pídeme diez y te vale cinco cada uno; y tú me dices “Pero es que solamente quiero uno.” Yo (industria) te digo “bueno, pues uno para ti y nueve los exportamos. Yo gano cinco veces más. Tú pagas la mitad. Y con los otros nueve haces relaciones internacionales”.
¿Todo ese dinero público, esas capacidades de las plantillas, esas instalaciones, no podrían dedicarse a otro tipo de producción, que tuviera como objetivo abordar las cuestiones realmente importantes y urgentes ante las diversas crisis y colapsos que nos amenazan?
Todas estas ventajas se multiplican cuando se impulsa la carrera de armamentos, aumentando compulsivamente los contratos de material militar. Así, volviendo al mismo ejemplo de antes, aún antes del anuncio de los 800.000 millones que la UE va a despilfarrar en armamento (insistimos, que van a salir de nuestros bolsillos vías impuestos), la vasca Sapa, gracias a la guerra en Ucrania, incrementó su facturación en 2023 en cerca de un 20%, y alrededor de un 50% en 2024.
A ello hay que sumar los 200 millones en que se han revalorizado en tres años las acciones que a empresa de Aperribay tiene en la mayor española del sector, Indra. Pues bien, paralelamente a esta situación, la plantilla de Sapa, en marzo de 2024, se vio obligada a iniciar una huelga indefinida que, tras tres semanas, sólo consiguió garantizar la subida del IPC. Así que, cuando el lobby Zedarriak y el Gobierno Vasco nos dicen que la producción vasca para el desperdicio y la guerra genera riqueza, ya sabemos que es exclusivamente a sus dueños, los mercaderes de la muerte.
Reivindicando la ingenuidad, cabría preguntarse ¿por qué Zedarriak y el Gobierno Vasco no nos aportan estos datos para que el debate sobre la armagintza se pueda hacer desde el conocimiento de su realidad?
Apuntemos una posible respuesta: Porque podría suceder que la población atáramos cabos, y viendo que el rearme no supone ningún tipo de aumento de seguridad y defensa (ya hemos visto que se exporta a hipotéticos enemigos) sino que nos acercará el riesgo de guerra, que implica un importante recorte en los gastos sociales, que es una de las causantes del daño medioambiental del planeta, que sólo enriquece a los mercaderes de la muerte dueños de las empresas (y a los fondos buitres que en ellas invierten), y que todo ello se hace con dinero público, con el dinero de nuestros impuestos, igual nos da por plantearnos ¿pero todo ese dinero público, esas capacidades de las plantillas, esas instalaciones, no podrían dedicarse a otro tipo de producción, que tuviera como objetivo abordar las cuestiones realmente importantes y urgentes ante las diversas crisis y colapsos que nos amenazan? Esa es la cuestión que abordaremos en el siguiente capítulo de este serial, también disponible en euskera en Argia.
Miles de personas marchan en Vigo contra el genocidio de Palestina
Vigo reniega del genocidio en Gaza
Participaron hasta 42 colectivos
Patricia Casteleiro
Es difícil ser indiferente a la masacre que Israel está ejecutando en Palestina y, más allá de la frustración, desde la comodidad de Occidente también es posible hacer algo. Así lo decidieron las cerca de 5.000 personas que este miércoles han salido salieron a la calle en Vigo para protestar contra el genocidio de Gaza.
«Palestina vencerá» o «O silencio fainos cómplices» rezaban algunos carteles. Los manifestantes también corearon estos lemas desde el punto de partida en Vía Norte hasta el final en Porta do Sol. Los asistentes fueron variopintos, desde niños —aparentemente tan concienciados como sus padres— hasta mayores. Por el camino hubo quien se atrevió a hacer un grafiti en directo y llamaban la atención las mujeres que cargaban en brazos sacos, como si fuesen niños fallecidos en la zona cero.
Nunca se había hecho en la ciudad una marcha tan multitudinaria por la causa: hasta 42 colectivos de diferentes cortes ideológicos se pusieron de acuerdo para aumentar su fuerza. Entre ellos estaba el Movemento Demócrata en Europa 2025 (DiEM25). Su secretario en Galicia, Óscar Lomba, cree que Vigo es «una ciudad solidaria, que merece una gran movilización para expresar la repulsa por lo que está ocurriendo en Palestina». «Se está violando de forma flagrante el derecho internacional y poniendo en cuestión la misma idea de humanidad», añade.
Las imágenes brutales de la masacre, de personas perdiéndolo todo, han calado entre los vigueses. Según la DiEM 2025, pese a estar lejos, colaborar es posible: «La ciudadanía que no tiene responsabilidades institucionales puede ayudar participando en actos de repulsa. Las movilizaciones dejan patente la respuesta ciudadana, que puede terminar teniendo repercusión», indican.
La polémica musical
Con el verano llega la temporada de festivales y el mes pasado se supo que el fondo proisraelí KKR controla algunos de los mayores eventos de música de España, entre ellos O Son do Camiño, el Resurrection Fest o el Morriña Fest, entre otros. Aunque algunos artistas decidieron desvincularse, se espera que la programación continúe con normalidad.
Desde DiEM 25 creen que «los festivales también son un campo de batalla» y que esa organización no es inocente. Además, apelan a la responsabilidad de los artistas. «Por lo menos tendrían que posicionarse ante el conflicto», concluyen.
15,635 millones más del Consejo de Ministros para programas de armamento
Pues ya lo tenemos.
El Gobierno ha dado su respuesta a las manifestaciones de los últimos días en contra del rearme y la militarización. Más madera para el militarismo.
En el último Consejo de Ministros se han comprometido gastos militares con cargo a presupuestos de años futuros por importe de 15.635 millones de euros para comprar 12 nuevos programas de armas que no necesitamos.
Por hacernos una idea más o menos aproximada de lo que supone este dineral, podemos calcular que es aproximadamente la mitad del presupuesto de la Comunidad de Cataluña, algo más de la mitad de la de Madrid, casi la totalidad de la de País Vasco o algo más del 75% de la de Valencia. O si queremos ejemplos más de andar por casa, para multiplicar por 78 veces el déficit que las universidades públicas de Madrid dicen que les provocan los recortes de la malcarada Ayuso, o para algo más que doblar todo el presupuesto de investigación y ciencia del estado.
Si comparamos lo aprobado por el Consejo de Ministros desde enero al pasado martes 10 de junio con lo gastado hasta el 30 de junio de 2024, resulta que ya hemos superado en tres veces todo lo aprobado el año anterior, para situarnos en un gasto aprobado en lo que va de año de 32,871,16 millones de euros, gran parte, como las partidas aprobadas ayer, para pagar en sucesivos años e hipotecar con ello a las sucesivas generaciones, que sin arte ni parte se verán con el compromiso de pagar unas armas comprometidas por el gobierno más militarista y no menos cínico de los que le precedieron (porque sus ministros de la minoría dicen que si aumenta el gasto militar se irán del gobierno pero bien que se aferran como lapas a las poltronas desde las que se aprueba ese gasto), de los que tengo recuerdo.
A estas cifras podemos sumar otras, como los rendimientos atípicos que consigna en su ultima estadística de ejecución de gasto IGAE referida al mes de abril de 2025, en la que aparecen más de 200 millones que se han calzado en Defensa (probablemente por ventas de bienes que hace el INVIED; segundo terrateniente del estado, para reinvertirlos en armas e instalaciones militares).
Mientras el crecimiento desmesurado de lo militar sigue en aumento acelerado, ya se notan recortes presupuestarios en otros ministerios, como es el caso de educación (más de 1000 millones restados a su exiguo presupuesto, con singular impacto en cualificación laboral con -450 millones, innovación e internacionalización, con - 200 de FP y educación infantil con -140, como especiales damnificados) o de ciencia e innovación, que también palma lo suyo.
Y eso sin contar con que lo que ahora aprueban para pagar luego cargará de deuda los ejercicios futuros y, por si fuera poco, blindará los intereses militares y de esta recua de creyentes en el keynesianismo militar para el caso -¡no lo quiera Dios!- de que en algún momento haya un gobierno transformador y dispuesto a poner por encima de la seguridad militar y sus bandidajes la seguridad humana y sus esperanzas.
Los lobbies militares y la banca se estarán frotando las manos con esta inclinación gravitatoria del gobierno político militar, mientras algunos nos volvemos a preguntar, como en su día hacía Agustín de Hipona (de moda ahora por eso del papa de su logia) en qué se diferencia un gobierno de una banda de malhechoras, cuando unos y otros usan las mismas tretas y tratan del mismo modo, como el orín de los perros, que dijo León Felipe, a la idea de la justicia y esas cosas en las que, a pesar de todo, sigue siendo preferible depositar nuestras confianzas, aunque sean poéticas.
De modo que en nuestras manos está rendirnos a la evidencia de que estos chorizos se van a zampar todo el pan, nos pongamos como nos pongamos, y encima pitorreándose de todas nosotras con ese mantra de que peor sería si gobernaran los «hotros» o armar la de dios es cristo para que les pase factura su sedicente preocupación por que nadie se quede atrás.
Porque para hacer lo que las derechas rancias harían, no parece que lo lógico sea depositar confianza alguna en esta panda de atorrantes dirigidos por un pirómano, y bien que estaría que los manden a todos al carajo de la vela.
Miembros del ejército español preparan a militares tunecinos para reprimir manifestaciones
Danilo Albin
Bilbao-06/06/2025 21:35
Los agentes antidisturbios de Túnez tienen capacitación española. En febrero pasado, tres miembros de la Brigada de Paracaidistas (BRIPAC) del Ejército acudieron a ese país del norte de África, cuyas autoridades han sido señaladas en reiteradas ocasiones por vulnerar los derechos humanos, para adiestrar a las tropas locales en técnicas de represión contra multitudes.
"La misión consistió en instruir a una selección de cuadros de mando de diferentes unidades tunecinas en tácticas, técnicas y procedimientos de control de masas", señala el brigada Ignacio González Frutos, integrante de este cuerpo militar, en un informe publicado en el último número de Boina Negra, la revista oficial de la unidad de paracaidistas del Ejército que se edita bajo la responsabilidad del Ministerio de Defensa.
González relata que "a lo largo de dos semanas, el equipo de instructores formado por tres miembros de la Sección de Policía Militar de la BRIPAC, fue desarrollando un plan de instrucción sobre la materia combinando sesiones teóricas con ejercicios prácticos, de forma que abarcara los aspectos más relevantes de este tipo de actividad".
Los alumnos seleccionados para participar en el curso ofrecido por los agentes españoles provenían del Cuerpo de Policía Militar del Ejército tunecino y de diversas brigadas de infantería, mientras que el Batallón del Cuartel General de dicho Cuerpo ejerció como "unidad anfitriona".
El adiestramiento incluyó "desde nociones de psicología de masas, hasta el despliegue y maniobra en diferentes formaciones, pasando por las técnicas de lanzamiento de medios antidisturbios". De esta manera, "los alumnos fueron aprendiendo y practicando los procedimientos básicos propios de este campo de actuación", señala González.
Tiradores de precisión
Este curso coincidió con otra formación ofrecida en esas mismas fechas por militares españoles a efectivos tunecinos. Durante la primera semana de febrero de este año, miembros de la Compañía de Reconocimiento Avanzado (CRAV) del Regimiento de Infantería de Nápoles número 4, con sede en Paracuellos de Jarama (Madrid), instruyeron a tiradores de precisión en la Arms Basic Training School de la localidad de Al-Hamma.
Según otra reseña publicada por la revista oficial de la BRIPAC, participaron 14 oficiales y suboficiales tunecinos. En este curso, señalan los militares españoles, hubo "diversos ejercicios de fuego real".
Público contactó con el Ministerio de Defensa para consultar si estaba al corriente del curso sobre "control de masas" ofrecido por los miembros de la BRIPAC en Túnez. De momento no ha habido respuesta.
Violaciones de derechos humanos
Estas acciones de formación militar a agentes tunecinos tuvieron lugar pese a las denuncias de vulneraciones a los derechos humanos que se registran en ese país. Según el último informe anual de Human Rights Watch (HRW), en 2024 "las autoridades tunecinas intensificaron la represión de la oposición política y otras voces críticas llevando a cabo detenciones masivas, encarcelando a periodistas y atacando a grupos de la sociedad civil".
La organización de derechos humanos señala que durante 2024 "más de 80 personas fueron detenidas por motivos políticos o por ejercer sus derechos fundamentales, incluidos opositores políticos, activistas, abogados, periodistas, defensores de derechos humanos y usuarios de redes sociales".
Por su parte, Amnistía Internacional señala en un documento que el año pasado "las autoridades utilizaron reiteradamente cargos infundados de 'obstrucción', término carente de claridad jurídica, para detener arbitrariamente, procesar y declarar culpables a personas por el mero hecho de ejercer su derecho a la libertad de reunión pacífica, incluido el derecho a fundar sindicatos o afiliarse a ellos y a organizar huelgas o participar en ellas".
El 20 de junio de 2024, "la policía de la ciudad de Tabarka citó a la defensora ambiental y de los derechos humanos Rania Mechergui para interrogarla en relación con una protesta pacífica celebrada el 11 de junio en demanda de acceso al agua".
Posteriormente, entre el 12 y el 16 de agosto, los agentes citaron a 23 sindicalistas y trabajadores y trabajadoras para someterlos a interrogatorio en relación con una serie de manifestaciones pacíficas en la capital de Túnez "para exigir mejores condiciones laborales, salarios y acceso a la seguridad social".
Asimismo, HRW denunció que "las fuerzas de seguridad tunecinas continuaron cometiendo abusos contra migrantes, solicitantes de asilo y refugiados con impunidad". Pese a ello, "la Unión Europea continuó sus esfuerzos para fortalecer la cooperación migratoria con Túnez a pesar de las continuas violaciones", señala el organismo de derechos humanos.
Público
Archivo: Insumisión (MOC Sevilla)
Ver esta colección en Archivo Digitalizadora
El movimiento de Insumisión fue una gran campaña de desobediencia civil en contra del ejército y la militarización de la sociedad, impulsado por el Movimiento de Objeción de Conciencia (MOC) y otras organizaciones antimilitaristas como el Colectivo Antimilitarista Pro Insumisión (CAMPI), Milikk o Kakitzat.
Los insumisos eran aquellos que, tras la aprobación de la Ley de Objeción de Conciencia de 1984, se negaban a realizar el Servicio Militar Obligatorio y la Prestación Social Sustitutoria, y se organizaban por la abolición de la ley y la institución militar. Alrededor de 1.500 jóvenes fueron encarcelados al negarse a cumplir estas obligaciones.
Con la abolición del Servicio Militar Obligatorio en 2001 y la retirada de los antecedentes a los condenados, el movimiento alcanzó su objetivo principal y dejó un legado en los movimientos sociales antimilitaristas en todo el estado.
Con el objetivo de difundir la memoria fotográfica de estos colectivos sociales pioneros en la defensa de ideales pacifistas, se ha realizado la actividad de refotografía titulada ‘Insumisión. La memoria desobediente”
España mantiene plena colaboración científica y académica con Israel tres años después de suspenderla con Rusia
Aristóteles Moreno Villafaina
Casi 60.000 asesinados y 20 meses después de bombardeos sistemáticos que han reducido Gaza a cenizas, el Ministerio de Ciencia e Innovación mantiene plena vigencia de sus acuerdos de cooperación académica e institucional con el Gobierno de Benjamín Netanyahu. Su principal instrumento público, el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), que agrupa a 121 institutos por toda España y cuenta con más de 15.000 empleados, conserva inalterada su agenda de colaboración con Israel y sus instituciones pese al creciente malestar interno por su pasividad ante una operación militar escrutada por la Corte Internacional de Justicia como posible genocidio.
El mutismo del Ministerio de Ciencia contrasta drásticamente con la inmediata reacción mostrada hace tres años tras la invasión de Ucrania el 24 de febrero de 2022. En aquella ocasión, el departamento que dirige Diana Morant tardó exactamente 14 días en suspender indefinidamente todo tipo de relaciones académicas y científicas con la Rusia de Putin. En un firme y contundente comunicado, el Ministerio subrayó que la cooperación científica solo es posible si existen unos "valores comunes mínimos" y calificó de "inaceptable" la "agresión" ordenada por Moscú.
Esa doble vara de medir ante dos casos flagrantes de violación del derecho internacional, Ucrania y Palestina, es lo que ha empujado a un creciente número de científicos e investigadores españoles a exigir al Gobierno la adopción de medidas efectivas contra el Ejecutivo israelí, objeto de una orden de arresto internacional por cometer crímenes de guerra y lesa humanidad. Una campaña impulsada por CSIC x Palestina en la plataforma Change.org exige el fin de la colaboración científica con Israel en los mismos términos en que se decretó con Rusia.
El manifiesto recuerda que el Ministerio de Ciencia actuó con "extremada rapidez" tras la invasión de Ucrania en la imposición de sanciones y la suspensión de "todas las relaciones de colaboración científica, académica e institucional". Y subraya que Israel ha desatado una ofensiva "aún más brutal", que incluye crímenes documentados, que suponen un "claro y horrible genocidio". En estos veinte meses de ofensiva militar, señala el texto, "el CSIC ha permanecido callado y sin actuar para desesperación de miles de sus trabajadores". La petición superaba días atrás las 1.350 firmas.
No es la primera iniciativa protagonizada por la comunidad científica. En junio de 2024, una declaración firmada por decenas de investigadores y técnicos del CSIC exigía el fin de las operaciones militares, deploraba la destrucción de los centros de investigación palestinos y solicitaba la "revisión" y, en su caso, "suspensión" de los acuerdos de colaboración del CSIC con universidades y entidades israelíes que "no hayan expresado un firme compromiso con el cumplimiento del derecho internacional humanitario".
Otros organismos integrados en el CSIC también han manifestado públicamente su rechazo a la ofensiva contra Gaza y han demandado la adopción de medidas firmes por parte del Ministerio de Ciencia. Es el caso de la Escuela de Estudios Árabes, el Instituto de Ciencias del Patrimonio (Incipit) y de otros centros de investigación. También la Conferencia de Rectores y Rectoras de las Universidades Españolas (CRUE) se pronunció formalmente contra las operaciones militares y se comprometió también a "revisar" y, en su caso, "suspender" los convenios de cooperación con las universidades de Israel. Un año después, el CSIC sigue sin expresar ningún posicionamiento oficial. Público ha planteado varias preguntas por correo electrónico al Ministerio de Ciencia y al CSIC y no ha recibido hasta ahora respuesta.
En noviembre de 2023 ya instaron al CSIC a que se pronunciara. Fue un mes y medio después de los atentados terroristas de Hamás que costaron la vida de casi 1.200 israelíes y la devastadora respuesta de Tel Aviv. En el consejo rector de la entidad, la representante de CCOO, Alicia Durán, investigadora del Instituto de Cerámica y Vidrio, presentó un escrito denunciando el "terrible genocidio" de Gaza y reclamando la cancelación de la cooperación científica con Israel "financiada con fondos propios".
El CSIC evitó pronunciarse entonces bajo el argumento de que el Ministerio de Ciencia no había emitido una posición al respecto. "Yo indiqué que en el caso de Ucrania la respuesta fue inmediata y se rompieron todas las relaciones con Rusia", asegura la investigadora en conversación telefónica. La presidenta del organismo estatal, Eloísa del Pino, siempre según la representante de CCOO, aludió a una reunión del conocido como G6, que agrupa a los grandes centros de investigación europea. En aquel encuentro no solo no se estudió ninguna medida de sanción contra Israel sino que hubo que frenar a Alemania, que propuso reforzar la colaboración científica con el Gobierno de Tel Aviv.
Un año después, en noviembre de 2024, Durán volvió a presentar una propuesta ante el consejo rector del CSIC, con decenas de miles de muertos más sobre la mesa y la orden de detención internacional de Netanyahu por presuntos crímenes de guerra y delitos de lesa humanidad. Tampoco hubo reacción entonces por parte del máximo órgano científico de España.
"Es una vergüenza total que estemos asistiendo todos los días por televisión a la matanza de niños y civiles y no esté pasando nada", lamenta. En el caso de Ucrania se produjo una "unidad monolítica" del espacio europeo frente a Moscú, recuerda la investigadora y representante sindical.
Ella propuso, al menos, que las convocatorias internas financiadas directamente por el CSIC, en relación a i-LINK y i-COOP, excluyeran a las instituciones israelíes. En la última convocatoria, sin embargo, Israel fue consignado como "socio preferente". "Escribí inmediatamente a la Presidencia del CSIC y se excusaron diciendo que se trataba de un error", indica.
El movimiento internacional BDS (Boicot, Desinversiones y Sanciones) también plantea la necesidad de activar un bloqueo académico de las instituciones israelíes. A su juicio, las universidades del país hebreo son "cómplices importantes, intencionales y persistentes" de la ocupación militar de los territorios palestinos, así como del "colonialismo de asentamiento" que practica Israel desde su fundación y el "régimen de apartheid". Además, están involucradas en el desarrollo de sistemas de armamento y doctrinas militares desplegadas en los "crímenes de guerra cometidos en Líbano y Gaza". BDS, sin embargo, es partidario de aplicar el boicot a las instituciones israelíes pero no a los individuos.
"Hay una doble moral y una doble vara de medir evidente si se compara con Rusia y Bielorrusia, con las que el Ministerio vetó cualquier colaboración científica tras la invasión de Ucrania", asegura Miguel Camblor, investigador del Instituto de Ciencia de Materiales de Madrid, vinculado al CSIC. "No tiene el más mínimo sentido seguir manteniendo la colaboración con Israel, sobre todo, después de que Pedro Sánchez haya reconocido que se trata de un genocidio", señala Camblor, activo en la defensa del derecho internacional conculcado en los territorios ocupados.
El químico cree que la disparidad de criterios usados por el Gobierno responde al hecho de que Rusia ha sido siempre un "potencial enemigo" mientras que Israel tiene una "gran influencia en el mundo occidental" y su industria armamentística goza de una enorme penetración comercial en España. Sobre la utilidad de este tipo de acciones de boicot, Camblor duda de que vaya a doblar el brazo de Netanyahu, empeñado en "acabar con Gaza y evitar que los palestinos vuelvan a su tierra", pero al menos logrará "sacar los colores al Gobierno y el CSIC" por seguir colaborando con Israel. "No podemos quedarnos en silencio mientras vemos lo que está pasando", clama el investigador.
No todos los científicos del CSIC comparten esa idea. Lucas Oro Hershtein, filósofo investigador del Instituto de Lenguas y Culturas del Mediterráneo y Oriente Próximo (ILC), sostiene que el boicot "no tiene sentido" en tanto y cuanto descansa sobre una serie de "errores conceptuales y metodológicos". El primer equívoco, según su prisma, es "confundir Gobierno con Estado y Estado con país". Y, por tanto, la sociedad no tiene por qué hacerse cargo de las políticas desarrolladas por los diferentes gobiernos.
"Cuando uno boicotea a las universidades, está boicoteando al conjunto de la sociedad. No está boicoteando a un Gobierno ni a un ministro", argumenta el profesor Oro, que con anterioridad ha investigado en las universidades de York (Reino Unido) y Hamburgo (Alemania). El pasado 22 de mayo, Oro inició como coordinador un ciclo de conferencias sobre Resonancias Judeo Islámicas en el Centro de Ciencias Humanas y Sociales de Madrid. El primer invitado fue Ehud Krinis, profesor de la Universidad Ben Gurion (Israel) y voluntario en proyectos de cooperación con familias palestinas al sur de Hebrón "para mejorar sus condiciones de vida", aclara Oro.
"Como judío me rompe el alma ver muchísimas cosas que pasan y que se hacen en mi nombre", explica por videoconferencia. El filósofo del CSIC está convencido de que el conflicto se puede solucionar. Y cita el modelo de los dos Estados, una confederación o un ente plurinacional como posibles salidas a la sangrienta espiral que martiriza Oriente Medio. "Lo que hay que hacer es invertir tiempo, energía y recursos económicos en apoyar a la gente que trabaja por la paz" y que, a su juicio, es mucho más numerosa de lo que comúnmente se cree. "He dedicado mi vida a estudiar el vínculo entre judíos, árabes y musulmanes", asegura.
El boicot académico y científico a Israel tiene como modelo el que se organizó en los 90 frente al régimen racista de Sudáfrica. Muchos activistas están convencidos de que este tipo de sanciones provocan una erosión significativa en el sistema de apartheid. Es también la opinión de José Cristóbal Carvajal, investigador del Instituto de Ciencias del Patrimonio (Incipit), con sede en Santiago de Compostela. "Tenemos que suspender las relaciones institucionales y académicas con Israel hasta que no se produzca un cambio significativo del Estado israelí o de sus entidades científicas", asegura.
Carvajal es partidario de las directrices marcadas por el movimiento BDS, particularmente escrupulosas a la hora de focalizar el boicot en las instituciones y no en los investigadores. "El comité del BDS está controlado por organizaciones palestinas de base y establece unos límites claros al boicot además de un respeto sagrado a la libertad individual de los académicos", razona el experto en arqueología islámica.
Y lamenta el doble rasero utilizado por la UE con Rusia e Israel. "Yo creo que hay un cierto racismo inherente en esta cuestión. Parece que las víctimas palestinas son menos víctimas por el hecho de ser palestinas. La UE no aplica los derechos humanos con el mismo rasero", protesta. Bajo su percepción, en la comunidad científica española hay muchos investigadores "horrorizados" con la masacre de Gaza, aunque otro sector defiende que la ciencia debe mantenerse al margen de la política.
Los puertorriqueños obligan a la Marina de los Estados Unidos a retirarse de la isla de Vieques, 1999-2003
Nathalie Schils
Puerto Rico, oficialmente el Estado Libre Asociado de Puerto Rico, es un territorio no incorporado de los Estados Unidos que cuenta con autogobierno democrático.
Puerto Rico cuenta con 13.792 km² y una población de 3'2 millones de habitantes.
Los puertorriqueños son ciudadanos estadounidenses desde 1917, cuando el Congreso de los Estados Unidos aprobó la Ley Jones. Aunque su relación con Estados Unidos es similar a la de un estado de la Unión y se le permitió la redacción de una Constitución para el manejo de asuntos internos, está sujeto a los poderes plenos del Congreso estadounidense mediante la Cláusula Territorial. Esto significa que el poder de ejercer su soberanía recae en el Congreso de los Estados Unidos. Los ciudadanos estadounidenses residentes en Puerto Rico no pueden votar en las elecciones presidenciales de los Estados Unidos, a menos que dispongan de residencia oficial en alguno de los cincuenta estados o en el Distrito de Columbia. Si es así, pueden trasladarse a su lugar de residencia y votar presencialmente o utilizar el procedimiento de voto a distancia (ballot absentee).
Desde 1938, la Armada de los Estados Unidos ha ocupado una parte significativa de la isla puertorriqueña de Vieques, una isla de 137 kilómetros cuadrados ubicada a 13 kilómetros al este de Puerto Rico continental. A finales del siglo XX, la Armada de los Estados Unidos controlaba más del 70 % de la isla. Miles de sus 10.000 habitantes fueron desalojados forzosamente de sus hogares y reubicados en la parte central, rodeada de campos de entrenamiento, depósitos de armas y emplazamientos de bombas a ambos lados.
Según la BBC: La Marina de EE.UU. llegó a Vieques, un pueblo que en la actualidad tiene unos 9.000 habitantes, a principios de la década del 1940. Miles de personas sufrieron expropiaciones y fueron desplazadas. Los militares ocuparon el 75% del territorio.
«Por los problemas defensivos de la Segunda Guerra Mundial y luego de la Guerra Fría, Vieques jugó un papel importante como base militar de adiestramiento para el ejército estadounidense, pero también como un puente muy estrecho desde el Caribe hacía las instalaciones más grandes que tenía EEUU. en América Latina», explica Carlos Severino Valdés, un doctor en geografía que fue el representante de Vieques ante el gobierno central de Puerto Rico.
La llegada del ejército a Vieques, así como a Culebra, otra isla municipio que fue usada como base militar, fue un suceso «traumático» para los locales, continúa el profesor, quien además fue rector del principal campus de la Universidad de Puerto Rico en San Juan.
«El ruido era terrible [el de los bombardeos] a cada momento y obviamente muchas personas sufrían crisis nerviosas, estrés prolongado y otras enfermedades de salud mental».
Pero el daño, han denunciado activistas y expertos, también llegó el medio ambiente y a la salud física de los habitantes locales. «El paisaje terrestre y submarino también sufrió por las constantes detonaciones de armamento vivo», explica el académico.
Además, entre los residentes de la Isla Nena, como se conoce también a Vieques, se han registrado altas tasas de cáncer, hipertensión y condiciones respiratorias, en comparación con el resto de Puerto Rico. Un estudio epidemiológico citado por el periódico británico The Guardian señala que los viequenses tienen un 30% de mayor probabilidad de morir de cáncer.
Algunos en vieques alegan que estos registrosse relacionan a la exposición de la población a armamento que presuntamente contenía químicos como napalm, uranio empobrecido y plomo.
Según la Armada de los Estados Unidos, la isla se utilizó para prácticas con fuego real, bombardeos aire-tierra, bombardeos de buque a costa y otras maniobras. Otros países también la utilizaron con fines de entrenamiento. Durante la Segunda Guerra Mundial y la Guerra Fría, Vieques y otras islas del Caribe sirvieron como importantes bases militares para las fuerzas armadas estadounidenses. En 1998, se lanzaron 23.000 bombas sobre la isla y se realizaron entrenamientos reales 180 días al año. Además, el municipio enfrentaba una tasa de desempleo superior al 50 % y más del 70 % de la población vivía por debajo del umbral de pobreza. Una campaña para desalojar a la Marina de los Estados Unidos dos décadas antes había fracasado tras el estallido de violencia, y el gobernador puertorriqueño se vio obligado a firmar un acuerdo de buena vecindad con Estados Unidos para garantizar la continuidad del apoyo financiero (véase “Puertorriqueños protestan contra la presencia de la Marina de los Estados Unidos en la isla de Vieques, 1977-1983”).
Tras el colapso de la Unión Soviética a finales del siglo XX, Estados Unidos comenzó a reevaluar su presencia en diversas bases militares alrededor del mundo. Los habitantes de Vieques esperaban que las dos bases de la Marina en la isla se encontraran entre las clausuradas. Cuando Vieques no fue incluida en la lista, el movimiento popular se revitalizó en su lucha por expulsar a la Marina estadounidense y devolver el control de la isla a los ciudadanos puertorriqueños. En las dos décadas transcurridas desde la campaña de los pescadores contra Estados Unidos, la conciencia sobre los peligros de la contaminación tóxica había aumentado considerablemente. Las preocupaciones de los residentes ahora giraban en torno a los desechos químicos, el daño ambiental causado por los bombardeos, la contaminación del agua y el aumento de las tasas de cáncer.
Aunque el Comité pro Rescate y Desarrollo de Vieques (CPRDV) y otros protestaron contra la presencia de la Marina de los Estados Unidos en la isla durante la década de 1990, no fue hasta un grave accidente en abril de 1999 que la campaña comenzó a ganar un apoyo más amplio. El 19 de abril de 1999, David Sanes Rodríguez, un guardia de seguridad civil, murió cuando dos aviones F-18 fallaron dos bombas de 500 libras. Un año después de su muerte, se habían establecido catorce campamentos de protesta en Vieques y en otras bases navales de Puerto Rico. Los manifestantes, actuando como escudos humanos, lograron detener las maniobras militares durante un año escalando cercas y viajando en barco para ocupar bases militares cerradas. La Alianza de Mujeres Viequenses (AMV), formada en mayo de 1999 en respuesta a la muerte de Rodríguez, organizó manifestaciones a las puertas de las bases navales de Vieques, golpeando cacerolas y distribuyendo cintas blancas para simbolizar su deseo de paz. En junio, la AMV organizó una procesión de 100 vehículos que llegó a las puertas del Campamento García, en la costa este de la isla. Los vehículos bloquearon el tráfico y miembros de la AMV ataron cientos de cintas a la cerca. Lemas como «ni una bomba más» y discursos pidiendo el cese inmediato de los bombardeos y los ejercicios de entrenamiento continuaron durante el verano y el invierno de 1999 y 2000. En julio, también se produjeron protestas en Roosevelt Roads, una base militar en Puerto Rico continental. En diciembre de 1999, los manifestantes construyeron el Campamento Paz y Justicia a las puertas del Campamento García. Se realizaron vigilias de oración los sábados por la noche con el apoyo de la Iglesia Católica hasta que el campamento de protesta fue derribado y 224 activistas fueron arrestados en mayo de 2000. En febrero de 2000, 150.000 personas participaron en la Marcha por la Paz para Vieques en San Juan.
La población en los campamentos de protesta demostró el gran atractivo de la lucha contra la presencia de la Marina de los Estados Unidos. Amas de casa, ambientalistas, activistas independentistas, grupos religiosos, pescadores, estudiantes y miembros de diversos partidos políticos se unieron. Tanto el Partido Independentista Puertorriqueño como el Partido Socialista Puertorriqueño apoyaron el retiro de la Marina de los Estados Unidos de Vieques y otros lugares de Puerto Rico. La Federación Puertorriqueña de Maestros colaboró proporcionando educación y literatura sobre desobediencia civil, y el Colegio de Abogados de Puerto Rico ofreció asesoría legal gratuita y asistencia a los manifestantes arrestados. Celebridades como los artistas musicales Ricky Martin y Rosie Pérez, los campeones mundiales de boxeo Félix Trinidad y José Torres, y la Miss Universo Denise Quiñones, visitaron los campamentos en solidaridad con los manifestantes. Partidarios de la desobediencia civil, como el Dalai Lama, el reverendo Jesse Jackson y Rigoberta Menchú, también visitaron los campamentos de protesta en 1999 y 2000. Por último, varios políticos estadounidenses apoyaron la lucha de Vieques, aunque lo más probable es que esto consiguiera el apoyo del electorado puertorriqueño.
Miembros del AMV y del CPRDV enviaron delegados a Washington, D.C. y a otras ciudades de Estados Unidos para obtener mayor apoyo en su lucha. La diáspora puertorriqueña se unió a los manifestantes y exigió acciones a sus representantes en el Congreso. Un ejemplo de este apoyo fue el Desfile del Día de Puerto Rico del año 2000, dedicado a la lucha de Vieques y que incluyó lemas, pancartas y consignas contra la Marina de los Estados Unidos. Además, la Red de Apoyo a Vieques, con sede en Washington, y el Comité de Solidaridad con Puerto Rico ayudaron a forjar alianzas entre los habitantes de Vieques y sus simpatizantes en Estados Unidos. El apoyo internacional provino de las conexiones que el CPRDV había establecido al asistir a reuniones internacionales, recibir a delegaciones de comunidades que libran batallas similares con las fuerzas armadas estadounidenses (Hawái, Guam, Ecuador, Corea) y hablar ante el Comité Especial de Descolonización de las Naciones Unidas. La CPRDV actuó con el apoyo del Consejo Nacional de Iglesias y de diversas organizaciones de paz y derechos humanos, como el Proyecto Caribeño de Justicia y Paz, la Comunidad de Reconciliación y la Operación PUSH.
Incluso después de que las fuerzas de seguridad desmantelaran los campamentos, los piquetes continuaron en las puertas y los puertorriqueños lucieron cintas blancas para demostrar su apoyo. A finales del año 2000, los manifestantes realizaron una sentada frente a la oficina del Secretario de Salud de Puerto Rico, exigiendo información sobre las tasas de cáncer en Vieques. En marzo de 2001, los viequenses se negaron a reunirse con funcionarios de la Agencia para Sustancias Tóxicas y el Registro de Enfermedades (ATSRC) que realizaban una investigación sobre el impacto ambiental de la actividad militar en la isla. Los residentes se negaron a hablar con los funcionarios porque creían que los resultados estarían sesgados en su contra. En cambio, se llevaron sesenta cruces a la sala donde se encontraban los funcionarios para conmemorar los sesenta años de presencia de la Marina de los Estados Unidos.
En respuesta a las protestas generalizadas, el presidente Clinton creó dos comités para informar sobre el impacto de la Marina en Vieques. Con base en los resultados de estos estudios, Clinton ofreció hasta 90 millones de dólares como incentivo económico para permitir el uso indefinido de la isla con fines militares. Se iba a celebrar un referéndum que daría a los residentes la opción de elegir entre el apoyo financiero y la retirada de la Marina estadounidense en un plazo de tres años. Los activistas rechazaron esta oferta y continuaron exigiendo la retirada inmediata. Un referéndum informal en julio de 2001 mostró que el 70 % de la población deseaba la retirada inmediata de la Marina. El presidente Bush revirtió los intentos de Clinton de negociar con Vieques y declaró que la Marina suspendería los ejercicios militares en febrero y abandonaría la isla en mayo de 2003. El cierre de ambas bases militares en Vieques fue recibido con una celebración y una manifestación de apoyo en toda la isla. El terreno fue cedido al Departamento del Interior para la construcción de un refugio de vida silvestre. Se ha mantenido el debate sobre el alto coste de la limpieza, así como sobre los problemas de control y propiedad de los antiguos emplazamientos militares.
Influencias
La campaña para expulsar a la Armada estadounidense de Vieques se inspiró e influyó en una campaña similar en Culebra, Puerto Rico (véase «Puertorriqueños expulsan a la Armada estadounidense de la isla de Culebra, 1970-1974»), así como en una campaña fallida que tuvo lugar dos décadas antes en Vieques (véase «Puertorriqueños protestan contra la presencia de la Armada estadounidense en la isla de Vieques, 1977-1983»). (1)
Fuentes
Aponte, Carmen I. «La Marina de los EE. UU. contra Vieques, Puerto Rico: Justicia social a través de la desobediencia civil». Journal of Poverty. Octubre de 2008. http://dx.doi.org/10.1300/J134v08n04_04.
Baver, Sherrie. «La paz es más que el fin de los bombardeos: La segunda etapa de la lucha en Vieques». Perspectivas Latinoamericanas. Enero de 2006.
McCaffrey, Katherine T. Poder militar y protesta popular: La Marina de los EE. UU. en Vieques, Puerto Rico. New Brunswick, Nueva Jersey: Rutgers University Press, 2002.
McCaffrey, Katherine T. Seguridad desarmada: Perspectivas críticas sobre género, raza y militarización. Editado por Barbara Sutton, Sandra Morgen y Julie Novkov. «Capítulo 9: Porque Vieques es nuestro hogar: ¡Defendámoslo!». Nuevo Brunswick, Nueva Jersey: Rutgers University Press, 2008.
McCaffrey, Katherine T. «Lucha social contra la Marina de los Estados Unidos en Vieques, Puerto Rico: Dos movimientos en la historia. Perspectivas latinoamericanas». Enero de 2006. http://www.jstor.org/stable/27647907.
Murillo, Mario. Islas de resistencia: Puerto Rico, Vieques y la política estadounidense. Nueva York: Seven Stories Press, 2001.
Reals, Fernando. Vieques: Isla bajo asedio. ¡Primero la Tierra!, 31 de julio de 1999.Yates, Larry. «Vieques: Ni una bomba más, ni una bala más». El patio trasero de todos. Otoño de 2001.
Yelin, Joel, y Miller, Demond. «Breve historia de la inequidad ambiental y el colonialismo militar en la isla de Vieques, Puerto Rico». Justicia ambiental. 2009.
Notas adicionales
En 2005, Vieques fue agregado a la lista Superfondo de Estados Unidos, que asigna fondos para la limpieza de desechos tóxicos.
Tomado de: https://www.politicanoviolenta.org/...
El gobierno estadounidense maniobra para enviar al ejército a Los Ángeles a reprimir las movilizaciones contra las redadas de extranjeros
Trump exige “que entren las tropas” en Los Ángeles mientras California denuncia el despliegue “ilegal” de la Guardia Nacional
El presidente de EEUU recurre a tropas federales ante las movilizaciones contra las redadas masivas de migrantes y reclama que se detenga a las personas con la cara tapada sin explicar con qué precepto legal, mientras el gobernador de California denuncia la injerencia de la Administración Trump y la “violación de la soberanía” del Estado
Andrés Gil
Corresponsal en Washington
Tercer día consecutivo de protestas y movilizaciones contra las redadas masivas contra migrantes en Los Ángeles y primer día de gran bronca política en Estados Unidos por el envío de la Guardia Nacional a la ciudad. Dos mil efectivos equipados con material militar han sido desplegados para imponer “la ley y el orden”, en palabras del presidente Donald Trump: “La situación es muy mala, ¡que entren las tropas!”. En otro post exige: “¡Arresten a las personas con máscaras ya!”
Tanto el gobernador de California Gavin Newsom como la alcaldesa de Los Ángeles Karen Bass han protestado contra lo que consideran una injerencia del Gobierno federal al desplegar tropas de manera unilateral en sus territorios. “Que me detenga”, dijo en relación al zar antimigración de Trump, Tom Homan, que había amenazarlo con hacerlo previamente, y al propio presidente de EEUU. “Que venga por mí y me arreste. Que lo haga de una vez. La verdad, me da igual. Me importa mi comunidad. ¿Qué demonios están haciendo? Estos tipos tienen que madurar. Tienen que parar, y nosotros tenemos que plantarles cara”.
Newsom ha afirmado que presentó una solicitud formal a la administración Trump para que revoque el despliegue “ilegal” de la Guardia Nacional en Los Ángeles y devuelva el control de las tropas al estado. La presencia de la Guardia Nacional “alimenta las tensiones” en la ciudad, según una carta enviada por Newsom a Trump. “Lo que estamos viendo en Los Ángeles es un caos provocado por la administración”, declaró Bass. “Esto responde a otra agenda. No se trata de seguridad pública”.
“No hemos tenido ningún problema hasta que Trump se involucró”, dijo Newsom en X. “Esto es una grave violación de la soberanía estatal que agrava las tensiones y desvía recursos de donde realmente se necesitan. Revoquen la orden. Devuelvan el control a California”.
En una declaración conjunta varios gobernadores demócratas condenaron el despliegue como “un alarmante abuso de poder” y afirmaron: “Los gobernadores son los comandantes en jefe de su Guardia Nacional y que el Gobierno federal la active dentro de sus territorios sin consultar ni coordinarse con ellos es ineficaz y peligroso”.
La alcaldesa de Los Ángeles por su parte dijo que el despliegue de la Guardia Nacional es “lo último que necesita Los Ángeles” y aseguró que ha recibido poca información sobre cuánto tiempo permanecerán las tropas en la ciudad. Bass afirmó que había intentado disuadir a la administración federal de enviar a la Guardia Nacional. “Esperaba evitar que esta situación ocurriera nuestra ciudad todavía está intentando recuperarse de los incendios forestales”.
“No necesitamos ver nuestra ciudad destrozada” añadió señalando que la población está “aterrada”. La alcaldesa pidió que las protestas se mantengan pacíficas. “Hago un llamamiento a todos los angelinos para que sigan expresando su derecho su indignación su enfado pero de forma pacífica”.
El presidente por su parte afirmó en sus redes sociales: “Una ciudad estadounidense que alguna vez fue grandiosa Los Ángeles ha sido invadida y ocupada por inmigrantes ilegales y delincuentes. Ahora turbas violentas e insurreccionales están atacando a nuestros agentes federales para intentar frenar nuestras operaciones de deportación. Pero estos disturbios sin ley no hacen más que reforzar nuestra determinación. He dado instrucciones a la secretaria de Seguridad Nacional Kristi Noem al secretario de Defensa Pete Hegseth y a la fiscal general Pam Bondi en coordinación con todos los departamentos y agencias pertinentes para que tomen todas las medidas necesarias con el fin de liberar Los Ángeles de la invasión migrante y poner fin a estos disturbios. Se restablecerá el orden los inmigrantes ilegales serán expulsados y Los Ángeles será liberada”.
En otro post ha cargado de nuevo contra Newsom y Bass: “Deberían pedir disculpas al pueblo de Los Ángeles por el trabajo absolutamente desastroso que han hecho, que incluye los disturbios que continúan en Los Ángeles. Estas no son protestas, son alborotadores e insurreccionistas. Recuerden: ¡SIN MÁSCARAS!” En efecto, Trump el sábado por la noche afirmó que las “máscaras no estaban permitidas” en las protestas, sin decir por medio de qué ley o decreto eso era así.
Las tensiones aumentaron este domingo en Los Ángeles cuando miles de manifestantes salieron a las calles en respuesta al despliegue extraordinario de la Guardia Nacional ordenado por Trump. Los manifestantes bloquearon una autopista principal e incendiaron vehículos mientras las fuerzas policiales locales respondían con gases lacrimógenos balas de goma y granadas aturdidoras para dispersar a la multitud.
Los enfrentamientos ocurrieron en el tercer día de manifestaciones contra la ofensiva migratoria de Trump en la región mientras la llegada de unos 300 soldados federales desató indignación y temor entre algunos residentes.
A mediodía cientos de personas se congregaron frente al Centro Metropolitano de Detención en el centro de Los Ángeles donde permanecen detenidas algunas de las personas arrestadas en redadas migratorias anteriores. Los manifestantes coreaban “vergüenza” y “váyanse a casa” a los miembros de la Guardia Nacional que se mantenían en formación hombro con hombro portando armas largas y escudos antidisturbios.
Cuando algunos manifestantes se acercaron a los soldados otro grupo de agentes uniformados avanzó contra la multitud y lanzó botes de humo a la calle.
Minutos después el Departamento de Policía de Los Ángeles disparó proyectiles de control de multitudes para dispersar a los manifestantes que según las autoridades se encontraban reunidos de forma ilegal. Gran parte del grupo se desplazó entonces a bloquear el tráfico en la autopista 101 hasta que agentes de la Patrulla de Caminos de California los desalojaron de la vía a última hora de la tarde, según informa Associated Press.
Trump pide a los alborotadores de California que si quieren protestar, lo hagan democráticamente asaltando el Capitolio
El Mundo Today
Kike García
El presidente norteamericano, Donald Trump, lanzó anoche un contundente mensaje de concordia a California, que lleva dos días siendo escenario de protestas ciudadanas contra las redadas migratorias de su administración, y exigió a todos los manifestantes seguir los “CAUCES DEMOCRÁTICOS” y protestar contra el Gobierno asaltando el Capitolio, como hicieron sus simpatizantes después de que él les animara a ello en enero de 2021. “PUEDE NO GUSTAR, PERO EL ESTADO DE DERECHO TIENE UNAS NORMAS Y UNAS VÍAS DE PROTESTA CONTEMPLADAS QUE HAY QUE RESPETAR”, ha escrito el presidente en su perfil de Truth Social, recordando que mostrar oposición al Gobierno es un asalto a los derechos fundamentales del presidente.
“YO HACE AÑOS VI ALGO QUE NO ME GUSTABA. ¿QUÉ HICE, SALIR A LA CALLE A ENFRENTARME A LA POLICÍA? NO, MOVILICÉ A MI GENTE PARA TOMAR EL CONGRESO POR LA FUERZA”, ha proseguido Trump intentando convencer a sus opositores. “SI NO TE GUSTA UNA POLÍTICA, NO PROTESTAS EN LAS CALLES: TE PONES TU CABEZA DE BISONTE, TE VAS A WASHINGTON, IRRUMPES EN EL CONGRESO, PONES LOS PIES ENCIMA DEL ESCRITORIO DE LA PRESIDENTA DE LA CÁMARA… EN FIN, SE LLAMA HACER POLÍTICA Y ENTIENDO QUE A LOS IGNORANTES LES PAREZCA DIFÍCIL, PERO ASÍ ES EL MUNDO ADULTO, LO SIENTO”.
Trump entiende que haya ciudadanos a los que su política pueda molestar, pero ha querido recordarles que manifestarse “NO ES LA VÍA PARA MOSTRAR EL DISENSO”: “LO QUE TIENEN QUE HACER ES ESPERAR A LAS SIGUIENTES ELECCIONES Y, CUANDO YO RESULTE VENCEDOR DE MI TERCER MANDATO, NO RECONOCER LOS RESULTADOS. ESO ES LO DEMOCRÁTICO, SEÑORES, ASÍ ES COMO SE HAN HECHO SIEMPRE LAS COSAS EN ESTE GRAN PAÍS”.
Trump ha reconocido también que, en última instancia, si los ciudadanos que están manifestándose se oponen a emplear el procedimiento democrático del asalto violento a las instituciones, siempre le quedará la opción de recurrir al ejército para hacer uso del diálogo de la fuerza.
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