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Tortuga Antimilitar
A sangre fría: 30 datos para entender qué está pasando en el mundo
Rosa Guevara Landa
1. Imperialismo cuantificado
Jason Hickel: las economías del Norte global se han apropiado, a través del comercio y sus reglas injustas, de 826.000 millones de horas de trabajo corporal del Sur global.
2. Lucros industrias militares
Los ingresos en 2023 por la venta de armas y servicios militares de las 100 mayores empresas del sector aumentaron en promedio un 4,2% respecto al año 2022, alcanzando los 632.000 millones de dólares (cifra mucho mayor de la que se necesitaría para erradicar el hambre en el mundo).
Tres de cada cuatro de esas empresas mejoraron sus ingresos (un importante repunte luego del descenso promedio que habían experimentado en 2022)
41 de las 100 empresas más grandes de la producción y comercialización de armamentos se encuentran en los Estados Unidos. En 2023 declararon ingresos por 317.000 millones de dólares, un 2,5% más que en 2022.
Desde 2018, las cinco empresas en la cima del ranking mundial elaborado por el SIPRI tienen su sede en EEUU: Lockheed Martin, RTX, Northrop Grumman, Boeing y General Dynamics
3. Tras el 11S de 2001
Rafael Poch de Feliu: Desde el 11 de septiembre de 2001 neoyorkino, la guerra continua desatada por Estados Unidos en el mundo (Afganistán, Iraq, Yemen, Siria, etc.) se ha gastado 8 billones de dólares (dos veces el PIB de Alemania) para ocasionar entre 4,5 y 4,7 millones de muertes (directas e indirectas) y 38 millones de desplazados.
4. China-USA-G7
Fuentes: Rebelión EEUU representa actualmente el 15% de su comercio exterior y es su tercer socio comercial (antes era el primero).
Las exportaciones a los países del G7 representaban el 48%, menos del 30% en la actualidad.
5. Italia
Informe Censis 2024 (Censis es un instituto privado que lleva 60 años publicando su encuesta anual) sobre la opinión de la población italiana:
La U.E. se deshace si no hace reformas radicales: 71,4%.
La democracia liberal ya no funciona: 68,5%.
El ascensor social prácticamente ya no existe: 85,5%.
La culpa de las guerras de Ucrania y Medio Oriente es de Occidente (USA a la cabeza): 66,3%
Se siente amenazados por la entrada de inmigrantes: 38,3%.
6. Cómputo de desigualdades
Si contásemos un billete de 50 euros cada segundo, en cuestión de medio minuto (30') habríamos alcanzado los ingresos mensuales del español medio (1.500 euros), tardaríamos cerca de 7.800 años, contando día y noche sin descanso, en contabilizar la fortuna de Elon Musk.
7. Inversiones del Trinity College de Cambridge
El prestigioso colegio, uno de los terratenientes más ricos del Reino Unido, tiene 78.089 dólares invertidos en la mayor empresa armamentística de Israel, Elbit Systems (que produce el 85% de los aviones no tripulados y del equipo terrestre que utiliza el ejército israelí).
La universidad también tiene millones de dólares invertidos en otras empresas que arman, apoyan y se benefician de la guerra de Israel contra Gaza.
8. Ayudas y gastos militares
El jefe del Pentágono, Lloyd Austin, interviniendo en un foro organizado por la Fundación Presidencial Ronald Reagan: EE.UU. ha proporcionado a Kiev 62.000 millones de dólares en ayuda militar desde el inicio del conflicto armado con Rusia: otros aliados de Ucrania habían aportado alrededor de USD 57.000 millones durante el mismo período, elevando a unos 119.000 millones de dólares la cantidad total de apoyo bélico brindado a Kiev desde 2022. Austin declaró que el próximo año el Pentágono recibiría un «presupuesto histórico» de 841.000 millones de dólares para garantizar «que el Ejército estadounidense siga siendo la fuerza militar más poderosa del mundo»
9. España, exclusiones
La exclusión social en España afecta a 9,4 millones de personas (19,3% de la población; incremento de 2 millones, un 16,4% más que antes de la crisis de 2008)
Aún más que el grupo en riesgo de exclusión ha crecido el colectivo afectado por la pobreza severa: hay 4,3 millones de personas en esta circunstancia (+ 28% desde antes del estallido de la burbuja inmobiliaria y la crisis financiera de 2008).
La exclusión residencial, relacionada con el acceso a la vivienda: afecta de una u otra forma a uno de cada cuatro hogares en España: 4,6 millones de hogares han sufrido en 2024 dificultades relacionadas con el acceso y mantenimiento de la vivienda (esa proporción se dispara al 90% si se analizan solo los casos de hogares en situación de exclusión social severa).
El 20% de los hogares con menor renta dedican actualmente más del 70% de sus ingresos al pago del alquiler de su vivienda (en 2007, ese desembolso pesaba un 48% con respecto a sus retribuciones).
Aproximadamente 3 millones de personas (un 6,3% de la población) utilizan ya formas precarias de tenencia de la vivienda (facilitada gratuitamente por particulares o instituciones; realquilada; ocupada ilegalmente o con aviso de desahucio).
Otros 3,4 millones (7%) sufren condiciones de hacinamientos, al verse obligados a compartir la vivienda con más personas o tener que regresar al hogar de los padres u otros familiares.
El porcentaje de hogares donde la persona principal sustentadora de la unidad familiar tiene un empleo que no le permite salir de la exclusión ha pasado del 1,1% en 2018 al 2,7% en 2024.
Las familias sustentadas por un empleo irregular —sin contrato ni alta en la Seguridad Social— han duplicado su peso al pasar de ser el 1,3% en 2018 al 2,2% actualmente.
Aquellos hogares donde la persona de referencia está afectada por inestabilidad laboral grave (tres o más contratos; en tres o más empresas o tres o más meses en paro en un año) han pasado en los últimos ocho años de ser el 4,8% de los hogares al 5,9%.
10. Feminicidios
85.000 mujeres y niñas fueron asesinadas en 2023.
Informe de la ONU: Cada 10 minutos una mujer muere a manos de su pareja o un familiar.
11. Corea del Sur-USA
EE.UU. tiene una presencia militar muy importante en Corea del Sur con unos 28.500 efectivos en servicio activo destacados en varias ramas (Ejército, Armada, Fuerzas Aéreas y el Cuerpo de Marines).
Oficialmente las tropas estadounidenses están allí para disuadir posibles amenazas de Corea del Norte, pero en realidad esta presencia desempeña un papel crucial en la proyección del poder estadounidense en Asia-Pacífico (sobre todo frente a China).
Fuerza militar sur-coreana: 500.000 soldados en activo más 3,1 millones de reservistas.
12. El poder del dólar USA
Casi el 60% de todas las reservas de los bancos centrales del mundo se mantienen en dólares, y casi el 90% de todas las transacciones de divisas se realizan en la moneda estadounidense.
13. Sanciones.
Número de sanciones lanzadas por USA, UE, Canadá, Japón y aliados hasta febrero de 2024 con la intención explícita de destruir económicamente a Rusia: 16.500
14. Informe del estado del clima del planeta de 2024 de [William] Ripple
Los 14 científicos ambientales más importantes del mundo arman que la Humanidad va camino a una catástrofe planetaria que va a poner en peligro la continuidad de la civilización humana.
15. Belgas ricos
En 2000, sólo había una familia multimillonaria en Bélgica. Septiembre de 2024: 48.
16. Estrategias de los ricos de Cataluña
Isabel Micó-Millán, investigadora del Banco de España, ha descubierto que el 0,5% con más riqueza de las personas de Cataluña hacen aportaciones de capital a “empresas familiares” antes de su muerte para que sus herederos paguen menos impuestos: “una estrategia de minimización de la carga scal” con la que los más ricos [herencias imponibles superiores a 2 millones de euros] consiguen eludir en total cerca de un tercio del tributo de sucesiones y donaciones (uno de los impuestos cedidos por el Estado a las Comunidades Autónomas del régimen común, junto a patrimonio o el 50% del IRPF entre otros menos importantes): unos 120 millones cada ejercicio fiscal desde 2014 (los ingresos equivalentes a un 27% de la
recaudación del impuesto de sucesiones y donaciones).
17. Regalos del Banco de España y del BCE
El Banco de España ha pagado unos 12.000 millones de euros a los bancos españoles -entre septiembre de 2023 y 2024- en concepto de intereses por los depósitos que mantienen en el banco central (una cantidad que explica las pérdidas de unos 8.000 millones de euros que registró el Banco de España y que supone una merma de ingresos de ese mismo montante para el Tesoro).
Por ese concepto y al conjunto de la banca privada europea, estos economistas estiman que el BCE ha pagado 125.000 millones de euros en el mismo periodo.
Los pagos por intereses del BCE a la banca privada representan casi el 75 % de todos los gastos que realiza la UE a lo largo del año (en España equivale más o menos a un mes de gasto público en pensiones, un mes y medio de gasto en sanidad o a dos meses y medio en educación).
18. Bhopal 1984
Los fallecidos llegan a 22.000 (10.000 murieron la noche de la tragedia y las semanas venideras) 500.000 personas sufren algún tipo de secuela: cáncer, enfermedades respiratorias o digestivas, trastornos hormonales y mentales y discapacidades congénitas.
19. Impuestos USA y subvenciones
Dos de las operaciones comerciales de Musk, Tesla y SpaceX, han recibido miles de millones de euros en subvenciones federales. El gobierno federal ha “externalizado su programa espacial” a SpaceX, y Tesla “únicamente despegó tras recibir 465 millones de dólares en subsidios de la administración Obama en 2010.”
En los años 50, con la administración del Republicano Dwight Eisenhower, el impuesto federal a la franja de los ingresos más altos jamás cayó por debajo del 91%. ¿Cuál es ese impuesto federal hoy? Sobre el papel se encuentra en el 37% a más de 693.751 dólares para una pareja que presente una declaración conjunta: toda una serie de vacíos legales ha hecho que el tipo impositivo al que se enfrentan los ricos en sus ganancias anuales reales sea mucho más bajo.
Las 400 familias más ricas de los EE UU entre 2010 y 2018 “pagaron un promedio de solamente un 8,2% de sus ingresos” en impuestos federales sobre la renta individual, contando las ganancias por el valor de sus inversiones.
20. Trump
Primer mandato: de 2016 a 2020 aprobó 8,8 billones de dólares de nuevo endeudamiento bruto y redujo el déficit en 443.000 millones de dólares (con Biden: aumentó la deuda en 2,6 millones menos (6,2 millones) y logró una reducción del déficit 4,2 veces mayor (1,9 billones)).
Los ingresos del 95% por ciento de la población se mantuvieron, en promedio, prácticamente constantes de 2016 a 2019, en el primer mandato de Trump, mientras que los del 5% más rico aumentaron un 17%.
21. Guías con instrucciones.
José Luis Gordillo: “Los gobiernos de Suecia, Finlandia, Noruega y Dinamarca han enviado a sus ciudadanos (noviembre de 2024) unas guías con instrucciones para su protección en caso de desastres naturales, inundaciones, pandemias, ciberataques, actos de sabotaje y guerras, lo que incluía la posibilidad de una guerra nuclear a gran escala contra Rusia” (El País, 20-11-2024).
22. Ingresos fabricantes de armas.
Los ingresos de los 100 mayores fabricantes de armas alcanzaron los USD 632.000 millones en 2023 (aumento del 4,2% en comparación con 2022)
El crecimiento de los ingresos por venta de armas es notable en todas las regiones (especialmente en Rusia y Oriente Próximo).
Los fabricantes más pequeños han obtenido beneficios gracias a la nueva demanda impulsada por los conflictos de Gaza y Ucrania, así como por los programas de rearme de los Ejércitos de muchos países.
Casi el 75% de las empresas de armas aumentaron sus ingresos en 2023 en comparación con 2022.
23. Sobre el orden mundial basado en normas.
Unos pocos ejemplos de los tratados internacionales no firmados o no ratificados por EEUU:
a). Convenio para la represión de la trata de personas y de la explotación de la prostitución ajena (1949, nunca firmado).
b) Convención sobre el Estatuto de los Refugiados (1951, nunca3. Convención relativa a la lucha contra las discriminaciones en la esfera de la enseñanza (1960, nunca firmada).
c). Convención sobre el consentimiento para el matrimonio, la edad mínima para contraer matrimonio y el registro de los matrimonios (1962, firmada pero nunca ratificada).
d). Convención sobre la imprescriptibilidad de los crímenes de guerra y de los crímenes de lesa humanidad (1968, nunca firmada).
e). Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar (1982, nunca firmada).
f). Convenio de Basilea sobre el Control de los Movimientos Transfronterizos de los Desechos Peligrosos y su Eliminación (1989, firmado pero nunca ratificado).
g). Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad (2006, firmada pero nunca ratificada).
h). Convenciones de control de armamento que Estados Unidos se ha negado a firmar o de las que se ha retirado unilateralmente: Tratado sobre Misiles Antibalísticos (ABM por su sigla en inglés) (1972, retirado en 2002). Tratado de Fuerzas Nucleares de Alcance Intermedio (INF por su sigla en inglés) (1987, retirado en 2019). Convención sobre la prohibición del empleo, almacenamiento, producción y transferencia de minas antipersonales y sobre su destrucción (1997, nunca firmada). Convención sobre Municiones en Racimo (2008, nunca firmada). Tratado sobre el Comercio de Armas (2013, firmado pero retirado en 2019).
24. Derivados financieros
Se llaman así porque nacen –se derivan– unos de otros a partir de un contrato real originario –por ejemplo, una hipoteca– en forma de seguros, reaseguros, garantías, apuestas sobre la evolución de los precios, entre otros, sólo para intercambiarse a velocidad de vértigo.
En 2023, en todo el mundo se realizaron unas 4.500 operaciones de compra y venta de derivados por cada segundo durante los 365 días del año. En total: 141.912.000.000 de operaciones.
25. Riesgo de pobreza
España: en 1995: 19%, en 2023, 20%,
China en 2000: prácticamente del 50%; en 2023, menor del 1%.
26. América Latina
La pobreza afectó al 27,3% de los latinoamericanos en 2023 (172 millones de personas) y la indigencia alcanzó al 10,6%
Reducción con respecto a 2022 prolongando una tendencia que viene desde 2021, tras el pico alcanzado en el marco de la pandemia: la pobreza se situó en 32,8% y la pobreza extrema en 13,2% (De acuerdo con la Cepal, si la situación de la pobreza en Brasil no hubiese cambiado, el promedio regional en 2023 habría sido de un 28,4%, apenas 0,4 puntos porcentuales menos que en 2022, y la incidencia de la pobreza extrema se habría mantenido sin cambios en 11,1%).
La problemática alcanza al 22,2% de las mujeres y al 18,3% de los hombres.
La incidencia de la pobreza entre los menores de 18 años asciende al 40,6%, luego de reducirse por segundo año consecutivo tras el pico de 46,1% alcanzado durante 2021. En 17 de los países considerados las tasas de pobreza de los menores de 18 años eran entre 1,3 y 2,5 veces más altas que las correspondientes a las personas de 18 a 59 años, y entre 1,3 y 10,4 veces más altas con relación a las personas mayores de 60 años.
Las diferencias más relevantes entre las tasas de pobreza de los menores de 18 años y de las personas de 18 a 59 años se verificaban en Uruguay, Costa Rica y Panamá (las brechas más grandes entre la pobreza en la infancia y adolescencia y la que afecta a los mayores de 60 años también se encuentran en Uruguay y Panamá, a los que se suma en este caso también Brasil).
La pobreza está más concentrada en las zonas rurales (39,1%) que en las urbanas (24,6%).
27. Plásticos
Residuos plásticos que se arrojan anualmente en el mundo: 350 millones de toneladas
28. COP29
Declaraciones de Mohamed Adow, director del grupo de reflexión Power Shift Africa: «Esta [cumbre] ha sido un desastre para el mundo en desarrollo. Es una traición tanto a las personas como al planeta, por parte de los países ricos que arman tomarse en serio el cambio climático. Los países ricos han prometido «movilizar» algunos fondos en el futuro, en lugar de proporcionarlos ahora. El cheque está en el correo.
Pero ahora se están perdiendo vidas y medios de subsistencia en países vulnerables.»
Juan Carlos Monterrey Gómez, enviado climático de Panamá: «Esto no es suficiente. Lo que necesitamos son al menos 5 billones de dólares al año, pero lo que hemos pedido es sólo 1,3 billones. Eso es el 1% del PIB mundial. Eso no debería ser demasiado cuando se habla de salvar el planeta en el que todos vivimos». El acuerdo final «se queda en nada cuando lo divides. Tenemos facturas de miles de millones que pagar tras sequías e inundaciones. No nos pondrá en la senda de 1,5C. Más bien 3C.»La posición de Michael Roberts: “Los últimos datos indican que las emisiones de carbón, petróleo y gas que calientan el planeta aumentarán un 0,8% en 2024. En marcado contraste, las emisiones tienen que disminuir un 43% de aquí a 2030 para que el mundo tenga alguna posibilidad de mantener el objetivo de aumento de temperatura de 1,5C fijado por el acuerdo de la COP de París. Ese objetivo está muerto y el planeta se dirige rápidamente hacia un aumento de 2,0C (y más) en comparación con la época preindustrial.”
29. Muertes y altas temperaturas
Personas que fallecen en el mundo anualmente por las altas temperaturas: 400.000
30. Desigualdades
3.000 personas tienen una riqueza superior a 13 billones de dólares –más que del PIB agregado de América y América Latina– mientras que 733 millones de personas pasan hambre.
Jeff Bezos, uno superrico, no paga ni un centavo de impuesto sobre la renta.
Para los súper ricos, resulta que la tasa media de impuestos es entre cero y 0,5 %.
Fuentes:
Espai Marx, TopoExpress, rebelión, El Viejo Topo, Alternativas económicas, Le Monde diplomatique, Mundo Obrero, La marea, Globalalter, eldiario.es, La Jornada, El Salto, Miscelánea (diaria) de Carlos Valmaseda, Blog Burgaya, Blog Rafael Poch de Feliu, Mientars tanto e., blog de Juan Torres López, Jason Hickel, etc.
Paz en la tierra
Lola Sanisidro
Soy maestra jubilada, es decir maestra.
Me gusta el tiempo de la Navidad. Y me da igual cual sea el nacimiento que se conmemora, si es el solsticio de invierno y el crecimiento de los días de luz, el advenimiento de Mitra o del Niño Manuel en un pesebre.
El solsticio de invierno me recuerda que, sin más herramientas que sus ojos y sus manos, hubo mujeres y hombres que ya en tiempos remotos supieron calcular cual era el día más corto de los ciclos de las estaciones y crearon el primer reloj, el primer calendario, a partir de observar las luces y las sombras. Ese pequeño dato debería bastar para hacernos una cura de humildad y quitarnos el sombrero de la prepotencia técnica de nuestros días.
A mí que soy atea y me gusta pensar en comunista, me gusta la Navidad, así, con mayúscula porque creo que el relato de un niño que nació entre los pobres para ayudarnos a cambiar el mundo para bien es un conjuro de esperanza ante el año que empieza.
Me gustan los belenes con sus ríos de papel de plata y los villancicos y las panxoliñas, y los magos de oriente y los olentzeros y los apalpadores, leñadores, lavanderas, carboneros, panaderas, pastores, campesinas y todos esos personajes míticos a quienes nuestra imaginación les ha otorgado la función de procurar que a los niños y niñas no les falte alimento, vestido, techo y cariño. Y no me gustan, en cambio, los posaderos buitre que les niegan posada para convertirla en apartamento turístico.
Me gusta el ángel encima del pesebre que, con su pancartita mínima, nos anuncia paz en la tierra, aunque presiento que más que una noticia es un deseo improbable y remoto en las tierras ocupadas de Belén de Cisjordania.
Baste decir que, por estos días, los soldados de Herodes Netanyahu se han encargado de eliminar a otros tantos periodistas a base de metralla y ¡Zas! Ya van quedando menos mensajeros, menos testigos de la matanza de los inocentes.
Y, paralelamente, tengo la sensación amarga de que los niños y las niñas de los belenes de Gaza van perdiendo espacio y existencia en los belenes de los telediarios.
Hubo un tiempo en que, ante la matanza, los inocentes podían huir a Egipto por la franja de Gaza; ahora ya no les queda ni eso.
Hago recuento y veo que a cada párrafo me quedan menos figuritas del Belén y me sobran piezas advenedizas de las que ya me gustaría prescindir.
En la cena de navidad echo de más los discursos ortopédicos de un rey envarado y distante que nos habla en enigmas como el oráculo de Delfos y como si hubiera adquirido ese derecho.
Me sobran los magnates de la desinformación, creadores de imperios de mentira. Me sobran los que se creen reyes mágicos de occidente, los que construyen tanques y misiles, para crecer sobre la desolación de tanta gente.
Me sobran los oligopolios energéticos con su cicatería para pagar impuestos y su enorme avaricia para acumular fortunas, y sus tarifas que ya no sé si planas o aplanantes de las economías familiares.
No sé cuando se produjo el salto cuántico que convirtió los modestos camellos que traían los regalos de los magos del comercio local en empresas esclavistas del tiempo de los trabajadores para surtir el capricho inmediato del consumo.
Mi Belén necesita más artesanía y menos artificios, más comprensión natural y menos inteligencia artificiosa, porque no es nada la ciencia sin conciencia.
No deberíamos asumir que la Navidad fuese una simple tregua parcial y limitada, ni un placebo de buenas intenciones. Aquí para reconstruir un Belén colectivo que valga la pena nos van a hacer falta todas las manos. Solidaridad quiere decir Paz en la Tierra.
Elie Wiesel, Premio Nobel de la Paz en 1986. Superviviente de los campos de concentración nazis.
Juré nunca mantenerme en silencio cuando los seres humanos soportasen sufrimiento y humillación. Siempre debemos tomar parte. La neutralidad ayuda al opresor, nunca a la víctima. El silencio alienta al torturador, nunca al torturado.
Pitágoras de Samos
Educa a los niños y no será necesario castigar a los hombres.
2024: la construcción de un clima prebélico
Presentación del informe «Balance de la política de defensa en 2024. Vuelta de tuerca militarista y construcción de un clima prebélico».
Cerramos el año 2024 con la consolidación de las tendencias de remilitarización de las políticas públicas españolas.
El repaso de estas nos permite adelantar varias conclusiones:
a) La primera, la deliberada opción de refuerzo del militarismo por parte del gobierno PSOE-SUMAR, que ha profundizado en las políticas de rearme y remilitarización: gasto militar, injerencia militar en el exterior, securitización de los más diversos espacios y escenarios, militarización de la vida civil, venta de armas y construcción de un clima prebélico en consonancia con las opciones militaristas de EE. UU., de la OTAN y de la construcción (subalterna) de la UE como nueva potencia militar.
b) La segunda, el consenso de facto ente las elites políticas en la tendencia militarista emprendida. Este consenso no sólo abarca los partidos “de orden”, o “de estado”, con una retórica discursiva más militarista (caso del PP, VOX, UPN, PSOE, etc.). También abarca a los que suelen encubrir sus posiciones en público pero dan con una mano lo que quitan con la otra (PNV, Coalición Canaria, Junts per-Cat, Partido regionalista de Cantabria), los cuales, por distintas razones (peso e influencia de sus industrias militares, ideología, oportunismo, etc.), apoyan o consienten este nuevo ciclo remilitarizador. Y, por último, se extiende a los partidos de izquierda nominal, en este caso empleando una retórica maximalista pero vacía de contenidos y concreciones alternativas, mezcla de comicidad y cinismo.
c) La cada vez más acusada transversalidad de la opción militarista a otras administraciones, así como a otras instancias y articulaciones, como pueden ser universidades y corporaciones privadas, empresas, medios de comunicación, centros escolares, ONG´s, intelectuales orgánicos y tertulianos, etc.
d) La perplejidad social y de las articulaciones más potables de nuestro panorama ante el hecho de la guerra y el clima prebélico impuesto por las élites, con la consiguiente falta de una contestación social eficaz. Más aun, la paulatina asunción de los valores militaristas por parte de amplias capas de la sociedad y de una gran parte de las organizaciones sociales.
e) La dificultad, en paralelo, de la falta de propuestas creíbles y prácticas de oposición al militarismo capaz de provocar la energía política necesaria para desencadenar u nuevo ciclo de movilización y resistencia a la guerra y de apuesta por la paz con contenidos.
Hagamos un recuento de los principales ítems de esta reforzada presencia del militarismo que han tenido lugar en el año 2024.
Juan Carlos Rois y Grup Antimilitarista Tortuga
Para descargar el informe:
Masacre en Amazonia: Cómo el jefe de un pueblo indígena se convirtió en el rostro visible de una atrocidad
Alex Cuadros
En el juzgado federal de Vilhena, al sur de la cuenca del Amazonas, Nacoça Pio Cinta Larga camina cojeando hacia el banquillo, y se apoya en una mesa para sentarse. Bajo el frío del aire acondicionado y el resplandor de las luces fluorescentes de la sala, su corona de plumas negras y marrones tiembla con cada paso, además de ser el único recordatorio de la selva situada a lo lejos de las paredes pintadas de blanco. Una bandera brasileña cuelga lánguida en una esquina, con el lema nacional, “Orden y progreso”, oculto entre sus pliegues. “La fiscalía alega que, el 7 de abril de 2004, hacia las 11 de la mañana, en el Barranco de la Tranquilidad, usted, señor, junto con otros miembros de su tribu, acabó con la vida de varios buscadores de oro”, comienza el juez Rafael Slomp.
Pálido incluso para ser un hombre blanco, Slomp lleva una camisa rosa abotonada bajo la toga. Luce una perilla inmaculadamente recortada y su tono resulta monótono, carente de emoción; totalmente inadecuado para los crímenes que está describiendo. Enumera 29 víctimas, 12 de las cuales nunca fueron identificadas: “Una masacre”. Afirma que las víctimas, con las manos atadas, no habían podido defenderse, un factor agravante. “La acusación también alega un móvil básico”, prosigue. “Que las personas indígenas que cometieron estos actos querían impedir que nadie más extrajera diamantes en sus tierras”. Codicia, en otras palabras. Pio observa a Slomp a través de unas gafas con montura de metal. Su párpado derecho está caído, ocultando a medias una prótesis ocular. Para cualquiera que observara ese día de noviembre de 2023, era difícil imaginar que esta figura frágil y diminuta pudiera ser, como decía la Policía Federal de Brasil, “el principal instigador [que] controla toda la actividad minera ilegal dentro de la Reserva Indígena de Roosevelt”.
La Reserva Roosevelt es una zona que, según algunas estimaciones, genera cerca de 20 millones de euros mensuales en piedras preciosas, y que es frecuentada por contrabandistas de Amberes, Tel Aviv y el distrito de diamantes de Nueva York. Los medios de comunicación habían presentado a Pío como el “barón del mercado de diamantes”, y, según algunas leyendas, poseía tres mansiones y una flota de camiones importados y conducidos por chóferes blancos uniformados.
Lo más chocante es que, tan solo una generación atrás, su pueblo, Cinta Larga, no tenía noción alguna del dinero, y mucho menos de las piedras preciosas. El Amazonas es la mayor selva tropical del mundo, y su hogar había sido antaño tan remoto y difícil de penetrar, que las primeras expediciones occidentales para cartografiar sus ríos tuvieron lugar en la década de 1910, en la que participó nada menos que Theodore Roosevelt. Sin embargo, hubo que esperar hasta 1960 para que la primera autopista la atravesara, trayendo consigo una avalancha de colonos y buscadores de fortuna: rancheros, caucheros y buscadores de oro.
En un país donde en el último siglo se han llevado a cabo contactos con decenas de grupos indígenas que hasta ese momento vivían apartados, la tradición jurídica sostiene que los acusados de delitos que son considerados “aislados” o “en vías de integración” deben recibir penas atenuadas, mientras que los ya “integrados” pueden ser juzgados como cualquier otro brasileño. Históricamente, se argumentaba que los que se encontraban en las dos primeras categorías poseían un “desarrollo mental incompleto”, como los niños o las personas con discapacidad intelectual. A primera vista, esto es racismo: una reliquia del darwinismo social, que relegaba a los indígenas a una etapa anterior de la evolución humana. Pero también tiene sentido: ¿cómo puede castigarse a alguien que desconoce que existen leyes que castigan que se disparen flechas a los invasores?
Slomp mira a Pio por encima de su portátil. Sentado en una silla de oficina de aspecto caro, el juez parece presidir una sala de conferencias. Todos los abogados también son blancos, y llevan traje y corbata. Siguiendo el guion, Slomp prosigue: “Me gustaría saber, señor, si esta acusación contra usted es cierta o falsa”.
Pío se sienta con las manos en los bolsillos de los pantalones vaqueros. No puede negar que querían impedir que otros se hicieran con los diamantes; la policía federal pinchó sus teléfonos. Pero sí puede volver a repetir que intentó impedir la masacre. Con la calma inquebrantable que le caracteriza, responde con un escueto: “Falso”.
En cuanto a la acusación de codicia, a Pío no le queda más remedio que reflexionar: ¿es codicioso desear las cosas que le habían enseñado a desear los hombres blancos a los que durante su infancia había llamado “papás”?
Los blancos extraños
Los relatos sobre la Amazonia suelen destacar la extrañeza que sienten los occidentales al encontrarse con pueblos indígenas. Pero la experiencia fue igual de extraña, si no más, para los habitantes originales de la región. Pío nunca olvidará la primera vez que vio a un hombre blanco. Tenía unos seis años y acompañaba a su padre de excursión al pueblo de un tío. En aquella época, los senderos sólo estaban marcados por una ramita rota o una hoja retorcida. Pío ya sabía cómo andar descalzo para evitar a las hormigas bala que bajaban néctar de las copas de los árboles y cuya picadura podía hacerte retorcer de dolor durante un día entero. Una especie de avispa hacía su nido cerca del suelo, bajo las hojas de plátano; otra atacaba desde arriba enjambrándose en el cabello. También había que tener cuidado con las orugas venenosas, las víboras de pozo que se enroscaban en las ramas bajas, los peces trueno eléctricos y las anacondas de seis metros que acechaban en los ríos.
No es de extrañar que, en el imaginario occidental, el Amazonas fuera considerado un “infierno verde”. Pero para la Cinta Larga, la selva también proporcionaba sustento. Los viajes a otros pueblos nunca se limitaban a llegar a su destino. Si Pío y su padre divisaban un nido de abejas, se detenían para derribarlo y llevarse la miel a la boca con hojas enrolladas. También se detenían a recoger cacao y las bayas que teñían las manos de púrpura, que los forasteros conocían como açaí. Su pueblo obtuvo su nombre portugués gracias al “cinturón ancho” de corteza que llevaban alrededor de la cintura.
Como todos los niños de la tribu Cinta Larga, Pío llevaba un arco de tamaño infantil y practicaba el tiro a lagartijas y pajarillos con flechas sin plumas. Soñaba con convertirse en un gran cazador como su padre, Mankalu, pero era bajito incluso para su edad. Los arcos de tamaño normal medían dos metros y medio, más que el propio Mankalu, y se necesitaban músculos como los suyos para tensar la cuerda. Pero, sobre todo, se necesitaba habilidad. Para abatir a un jabalí, había que saber exactamente dónde golpear —bajo la pata delantera izquierda, atravesándole el corazón— antes de que toda la manada de bestias veloces, con sus largos y afilados incisivos, pudiera embestirte. El arco debía sentirse como una prolongación del cuerpo. Las celebraciones que duraban semanas –uno de los principales reclamos de la vida en Cinta Larga– culminaban con la matanza ritual de un jabalí, en la que los hombres hacían gala de su puntería con el arco.
El tío de Pío vivía a pocos días de distancia, cerca del río Rugiente, con sus cataratas rocosas. Una mañana, Pío y su tío estaban agazapados en la orilla, bebiendo agua con las manos, cuando oyeron un estruendoso crujido como el de una enorme rama al romperse. Y luego otro, y otro. Río arriba, apenas visible en la distancia, algún tipo de embarcación pasaba por debajo de una pasarela. Como los Cinta Larga nunca llegaron a construir canoas, las embarcaciones les eran ajenas. Además, esa embarcación era ruidosa y estaba propulsada por un motor fueraborda.
En aquella época, los Cinta Larga no consideraban a los forasteros “personas blancas”, sino mokopey, es decir, “los que se cubren”, en referencia al hecho de que iban vestidos. Se sabía que los forasteros eran peligrosos. En aquella época, los Cinta Larga eran hasta 2.000, repartidos por un territorio del tamaño de Bélgica. Pero lo recorrieron todo, siempre intercambiando noticias, incluidas las de incursiones. La más notoria llegaría a conocerse como la Masacre del Paralelo 11, por la latitud en la que tuvo lugar. En 1963, los pistoleros de una empresa cauchera habían asaltado una aldea de Cinta Larga y matado a seis personas con armas automáticas. Una mujer y su hijo de cinco años quedaron en pie. A la mujer la colgaron boca abajo y la partieron en dos con un machete; al niño le dispararon en la cabeza con un revólver.
La mayoría de las masacres en la frontera amazónica no se denunciaban, pero en este caso uno de los pistoleros se lo contó a un sacerdote, nunca quedó claro si por un sentimiento de culpa o por la rabia de no haber cobrado sus 15 dólares. Cuando la noticia llegó a Río de Janeiro y al resto del mundo occidental, el episodio convirtió brevemente a los Cinta Larga en un ejemplo de la limpieza étnica que Brasil lleva a cabo contra los indígenas. Pero no fue más que una de tantas atrocidades. Lo que explicaba la otra palabra de la Cinta Larga para los forasteros: dayap, una onomatopeya para un disparo.
Pío volvió corriendo al pueblo de su tío en busca de su padre, pero no lo encontró. Aterrorizado como estaba, quería saber más sobre los forasteros y su mundo. Volvió a la orilla del río y se escondió entre el follaje para verlos pasar.
Pacificar a los indígenas
Desde hacía siglos, los dirigentes de Brasil soñaban con colonizar el Amazonas. En 1907, un joven militar llamado Cândido Rondon recibió el encargo de construir una línea telegráfica a través del vasto territorio de Mato Grosso (“selva densa”). Rondon no encajaba en el perfil habitual de los exploradores occidentales. Para empezar, él mismo era en gran parte de ascendencia indígena. Y lo que es más sorprendente, dedicó su vida al principio ilustrado de los derechos humanos universales en una época en que la mayoría de los brasileños estaban de acuerdo con Theodore Roosevelt, a quien se atribuye la afirmación: “No llego a pensar que los únicos indios buenos son los indios muertos, pero... nueve de cada 10 lo son”. Al adentrarse en las tierras de los llamados índios bravos –indios salvajes–, Rondón se encontró a menudo bajo el fuego de las flechas. Pero insistió en que sus hombres nunca respondieran del mismo modo: “Morid si es necesario, pero nunca matéis”. Este fue el lema fundacional del Servicio de Protección Indígena de Rondón, más tarde rebautizado como Fundación Nacional de los Pueblos Indígenas, o Funai.
Por supuesto, el propósito de esta institución era sólo nominalmente proteger a los indios. Lo que el gobierno quería en realidad era “pacificarlos”, haciendo que sus tierras fueran seguras para el desarrollo. Para ello, Rondón les ofrecía regalos: espejos, cuentas de colores y –lo más atractivo de todo, para gente que nunca había conocido un material más duro que la roca o el hueso– herramientas de metal. Cuando los agentes de Funai fundaron su primer “puesto de atracción” en el río Roosevelt en diciembre de 1969, siguieron la misma estrategia, y muchos Cinta Larga se instalaron en el lugar. Lo que los agentes no sabían era que los Cinta Larga también venían por pura desesperación. Después de que se construyera la primera carretera de la región, utilizando la línea telegráfica de Rondón como columna vertebral, los colonos habían traído un arma aún más mortífera que las pistolas. Entre la Cinta Larga, un solo brote de lo que probablemente era gripe ya había matado a docenas de personas, propagándose de pueblo en pueblo. No era la primera vez, ni la última, que Funai echaba leña al fuego. Pio perdió a su padre a causa del sarampión después de que ambos visitaran el campamento de Roosevelt para recibir regalos. En la década de los 80, la Cinta Larga había perdido quizá tres cuartas partes de su población.
El antropólogo estadounidense Marshall Sahlins calificó a los cazadores-recolectores de “sociedad acomodada original” porque, aunque rara vez producían excedentes, sus necesidades eran escasas y fáciles de satisfacer. Los Funai querían provocar exactamente la situación opuesta, reduciendo gradualmente sus donaciones para estimular nuevos deseos, nuevas necesidades, recordando un esfuerzo anterior, en Estados Unidos, para empujar a los nativos americanos a “vestir ropas civilizadas... cultivar la tierra, vivir en casas, montar en carromatos Studebaker, escolarizar a los niños, beber whisky y tener propiedades” (en palabras del senador Henry Dawes). El objetivo final era incorporar a los indígenas a la economía brasileña, convertirlos en trabajadores productivos.
En el caso de Pío, la estrategia funcionó, aunque no exactamente como se pretendía. Tras quedar huérfano, fue a la escuela en un asentamiento cercano, pero acabó abandonando los estudios para trabajar como intérprete de Funai. Le enseñaron a llamar papai – “papá”– a los agentes de Funai. Ya no soñaba con ser un gran cazador como su padre; ahora esperaba ahorrar para comprarse un coche. El problema era que todo el dinero que ganaba se le escapaba de las manos, pues se veía constantemente necesitado de comprar ropa nueva, constantemente tentado por pequeños lujos: caramelos, refrescos, sardinas en lata. Esta era una situación común. Como dijo el antropólogo brasileño Eduardo Viveiros de Castro: “El Estado brasileño convirtió a los indios en pobres”.
En 1984 llegó lo que parecía una solución, cuando un grupo de Cinta Larga descubrió un enorme alijo de troncos de caoba: 800, talados ilegalmente en el extremo noroeste de su territorio. Fue un agente de Funai quien dijo a Pío que, en esencia, les había tocado la lotería. “Eso vale mucho dinero”, le dijo a Pío. “No desaproveches esta oportunidad. Véndelo”.
Necesidad de recursos
Cuando aparecieron los primeros diamantes en el arroyo de las Moscas Negras, un minúsculo afluente del río Roosevelt, al principio de la estación seca de 2000, Pio –ya convertido en el “gran jefe” de su pueblo– buscaba desesperadamente una nueva fuente de ingresos. Las comisiones de los madereros habían pagado las carreteras que unían sus aldeas con los asentamientos cercanos. Habían pagado visitas a médicos, bienes útiles como escopetas y motosierras, y habían permitido a los Cinta Larga mudarse a casas de madera de estilo occidental con tejados de amianto. Ahora, sin embargo, casi toda la caoba que quedaba cerca de la carretera había desaparecido.
A pesar de la urgencia, Pío quería que las dimensiones de la explotación fueran reducidas. Por un lado, le preocupaba la llegada masiva de forasteros, que se repitieran las atrocidades de la época en la que se produjo el contacto. Por otro, francamente, le preocupaba su propia gente. Mientras que Pío había pasado casi toda su vida rebotando entre el viejo mundo de la selva y el nuevo mundo de la sociedad blanca, muchos otros Cinta Larga procedían de la parte oriental del territorio, donde el contacto había llegado más tarde y la “ley del hombre blanco” seguía siendo un concepto lejano. En la época del padre de Pío, había constantes conflictos con sus vecinos indígenas y, como en muchos otros grupos de Sudamérica, los vencedores consumían la carne de los vencidos. Incluso entre los propios Cinta Larga, el mero hecho de pronunciar el nombre de un hombre en su presencia –un oscuro tabú– podía llevarle al asesinato. Los hombres solían sentir la atracción de la wepíka, que se traduce aproximadamente como “venganza”, sólo que, con un sentido de obligación, como con una deuda que debe saldarse a cero.
Pero, por desgracia, no había forma de mantener en secreto el tesoro del arroyo de las Moscas Negras. Al principio, Pío sólo trajo a un puñado de forasteros, hombres que encajaban en el perfil habitual de los inversores en minas amazónicas: hombres de negocios locales sin conocimientos reales de geología, sin una perspicacia especial para la prospección y sin el menor atisbo de la cultura indígena; sólo algo de capital, apetito de riesgo y un evidente desprecio por la ley. Acamparon en el arroyo de las Moscas Negras y despejaron una zona con motosierras, derribando los árboles para dejar al descubierto el suelo de color ocre. Cada equipo instaló lo que en la jerga brasileña de la prospección se conocía como un “par de máquinas”, que utilizaban agua para separar los minerales de los sedimentos sin valor. Los motores diesel estaban conectados a bombas que enviaban agua a través de un tubo a una boquilla de alta presión que pulverizaba las capas de barro y arcilla sobre la “grava útil”, donde podían encontrarse los diamantes. Poco a poco se formaba un “sumidero” de agua marrón rojiza, el pozo donde un equipo peinaba la tierra empapada en busca de piedras preciosas.
Los buscadores brasileños siempre habían seguido el boca a boca de un yacimiento a otro, hasta el punto de que, en su jerga particular, la palabra portuguesa para cotilleo (fofoca) era sinónimo de mina. En cuanto los socios de Pio vendieron parte de su producto, los buscadores de fortuna empezaron a acudir en masa a las cercanas localidades de Cacoal y Espigão d'Oeste. No importaba si Pio les indicaba que no quería trabajar con ellos; simplemente abordaban a cualquier Cinta Larga que encontraban, ofreciéndole una miseria a cambio de que les proporcionara acceso. Incapaz de impedir que sus compañeros de Cinta Larga trabajaran por su cuenta, Pio intentó mediar en sus tratos. Según el acuerdo estándar, un buscador de fortuna podía quedarse con el 80% de los ingresos; el 15% iría a su “socio” Cinta Larga, mientras que otro 5% iría a la Asociación Pamaré, una cooperativa Cinta Larga dirigida por Pio, para una redistribución más amplia. La asociación también recibiría un “peaje” único por la entrada. Inicialmente, fijó el peaje en sólo 750 dólars (unos 715 euros) por un par de máquinas. En octubre de 2000, lo duplicó; y meses más tarde, en diciembre, lo volvió a duplicar. El interés no decayó lo más mínimo. En febrero de 2001 el peaje había superado los 6.000 dólares (unos 5.700 euros).
En su apogeo, la mina se extendía a lo largo de 11 kilómetros por el arroyo de las Moscas Negras, con unos 5.000 buscadores de fortuna viviendo en chozas de lona en las orillas del arroyo. Pío la visitaba a menudo y aquello le parecía poco menos que hormigas pululando en un hormiguero amazónico. Con la esperanza de mantener la mina lo más ordenada posible, prohibió la prostitución, las armas de fuego, las drogas y el alcohol. Tres docenas de guerreros vigilaban la mina.
En la sociedad de Cinta Larga ser “guerrero” nunca había sido una profesión definida; era simplemente la obligación de cualquier hombre apto. Sin embargo, como antaño, se pintaban el cuerpo con manchas de jaguar y los buscadores les tenían pavor. Algunos llevaban pistolas o escopetas. Otros habían pasado toda su vida empuñando un arco, seguían fabricando sus propias flechas y disparaban con una precisión asombrosa. Puede que Pío fuera el “gran jefe”, pero estos hombres no se parecían en nada a los soldados. No tenían un sentido de la jerarquía y solo eran leales a su conciencia.
La masacre: “Trabajemos en paz”
La masacre de abril de 2004 podría no haber ocurrido nunca de no ser por un prospector llamado Francisco das Chagas Alves Saraiva, más conocido como Baiano Doido, el Loco de Bahía, un estado de la lejana costa brasileña. Recientemente absuelto de los cargos de robo a mano armada, se jactaba ante cualquiera que quisiera escucharle de los crímenes que había cometido. Como dijo un Cinta Larga: “Baiano Doido me dijo que era un hombre de verdad, un asesino intrépido, no un ladrón, un asesino. Que había matado a más de 20 hombres en una prospección de oro en Mato Grosso”.
Baiano fue uno de los 200 buscadores de oro que se colaron en el territorio de Cinta Larga y acamparon en la Grota do Sossego, el Barranco de la Tranquilidad, a unos tres kilómetros del corazón de la mina. Parece existir consenso en la afirmación de que los Cinta Larga intentaron evitar la violencia, al menos al principio. Cuando se enteraron de la incursión, enviaron a tres de sus propios trabajadores mineros blancos con un mensaje: “Marchaos ahora o los indios os expulsarán”. Pero Baiano se limitó a burlarse: “Los indios ya no mandan. Ahora mandamos nosotros”. Incluso, con una pistola en la mano, ordenó a uno de los mensajeros que se arrodillara y le amenazó de muerte, antes de dejarle marchar.
Otra cuestión sobre la que hay consenso: los Cinta Larga intentaron avisar al gobierno, que mantenía una relación compleja y contradictoria con la tribu. Aunque Pío estaba siendo investigado por minería ilegal y blanqueo de dinero, los funcionarios habían negociado con él el cierre de la mina. De vez en cuando, las fuerzas de seguridad del gobierno entraban en la mina, detenían a algunos buscadores y confiscaban el equipo. El resto del tiempo, se limitaban a unos pocos puestos de control cerca de los principales puntos de entrada. El 5 de abril, los guerreros de Cinta Larga capturaron a 15 prospectores que se dirigían al barranco secreto –uno de ellos armado con una escopeta recortada– y los entregaron en uno de esos puestos de control. Los guerreros declararon que, si las autoridades no retiraban a los demás invasores, lo harían ellos. Pero los agentes de guardia dijeron que no podían hacer nada sin órdenes de sus superiores.
De vuelta al Arroyo de las Moscas Negras, Pío intentó persuadir a los guerreros para que desistieran: “Trabajemos en paz”. Ya había alertado a Funai, que prometió intervenir, aunque carecía de recursos para hacerlo de inmediato. Sin embargo, como lo describió un Cinta Larga: “No podíamos llegar a la misma conclusión. Y durante la conversación, una persona empezó a recordar el pasado. Otro empezó a recordar también. Y se empezó a recordar a todos los blancos que nos hicieron daño, las enfermedades. Hablaron de los muchos asesinatos llevados a cabo por los caucheros, los buscadores de oro... Todos nuestros antecedentes que murieron a manos de los hombres blancos. Y preguntaban a una persona tras otra: ¿Tú qué crees?”.
Según la lógica wepíka, estas atrocidades no eran hechos aislados, sino parte de una contabilidad que dejaba un lado del libro de cuentas –el de Cinta Larga– hundido bajo el peso de cientos de muertos. El temor a otra Masacre como la del Paralelo 11 era demasiado real. Los guerreros siempre volvían a Baiano y sus amenazas. “Es él o nosotros”, dijo uno. “Tenemos que hacerlo nosotros antes de que lo haga él”, dijo otro.
Hay versiones contradictorias de lo que ocurrió a la mañana siguiente. Pero hay unanimidad en torno a los hechos principales: mientras Pio se dirigía a implorar la intervención de las autoridades, 53 guerreros se dirigieron al barranco. La mayoría de los 200 buscadores huyeron hacia el bosque. Sin embargo, según los Cinta Larga, Baiano Doido no sólo se negó a marcharse, sino que les llamó “animales”. Fiel a su reputación, incluso amenazó con volver y matarlos a todos. Los forenses lo encontraron atravesado por 11 flechas. Otros dos hombres fueron asesinados junto con él, allí mismo. Los otros 26 fueron conducidos a los árboles antes de ser ejecutados, algunos con flechas, otros con balas, otros a golpes de pesados garrotes de madera.
“O nosotros o ellos”
No es una exageración afirmar que el pánico se apoderó de la región. Un maestro de Cinta Larga llamado Donivaldo fue atado y golpeado en la ciudad de Espigão, y un joven de 15 años llamado Moisés fue asesinado a tiros en una carretera forestal. Pio recuerda haber recibido amenazas en el pueblo: “Pueden pasar cinco años –10, 20, 30–, pero nos vengaremos”. A medida que los medios de comunicación se hacían eco de la noticia, resurgían viejos prejuicios. Un columnista calificó a los Cinta Larga de “caníbales civilizados”. En Brasilia, un diputado denunció la “impunidad de los indios asesinos que masacran a los brasileños que buscan un lugar donde trabajar”, como si los buscadores fueran simples trabajadores que respetan la ley.
Los Cinta Larga nunca tuvieron una palabra para decir “justicia”, y el Estado brasileño hizo un pésimo trabajo para describirla. En la investigación subsiguiente, la policía federal no encontró pruebas que situaran a Pío en el lugar de la masacre. En su lugar, recurrieron a la antropología de sillón, interrogando a los sospechosos sobre el papel que desempeña un gran jefe de Cinta Larga para demostrar que Pío era de alguna manera responsable de las acciones de los guerreros.
No pareció importar que un agente de policía hubiera escuchado por radio las peticiones de intervención de Pío, y que dos funcionarios del gobierno dijeran que se habían reunido con Pío precisamente en el momento en que se estaba produciendo la masacre. Tampoco que las pruebas más sólidas en su contra, y contra muchos otros, fueran solo rumores de los buscadores. La policía federal le acusó a él y a algunos otros jefes de “liderar” e “instigar” los asesinatos. En total, 22 hombres de Cinta Larga (y un agente blanco Funai) fueron acusados de homicidio.
Cuando se planteó la cuestión de si estaban suficientemente “integrados” para ser juzgados, un juez intentó argumentar que este paso ni siquiera era necesario, porque “la participación de los Cinta Larga en la sociedad [brasileña] es de sobras conocida... dado que se puede ver a algunos conduciendo vehículos y realizando transacciones comerciales”, lo que, en su opinión, sugería una “integración perfecta”. Los abogados de la Funai recurrieron con éxito, pero los antropólogos que trajeron no hicieron sino aumentar la confusión. Insistiendo con que los Cinta Larga estaban ligados a una “ética guerrera” milenaria, no consiguieron explicar el posicionamiento de Pío en contra del derramamiento de sangre.
Todos los forasteros parecían tener una idea de lo que se suponía que eran los Cinta Larga, aunque Pio y los demás de su generación apenas podían resolver estas cuestiones por sí mismos. Su amigo Tataré planteaba el dilema en voz alta: “No sé si soy blanco, si soy indio... No sé lo que soy”. Por mucho que anhelaran poseer las cosas del hombre blanco, nunca se sintieron en casa en las ciudades del hombre blanco, nunca se sintieron tan a gusto como cuando se bañaban en el río Roosevelt. Por mucho que hicieran negocios con los blancos, nunca llegaron a entender cómo funcionaba la mente de los blancos: cómo una vida podía ser una línea temporal individual en la que el futuro crecía lógicamente a partir de las propias acciones, errores e inversiones, separada del destino de la propia familia, de la propia tribu. Aprender a manejar el dinero era como aprender el idioma de los blancos: la gramática nunca resultaba natural.
La justicia brasileña es conocida por su lentitud. Después de que se calmara el circo mediático, el caso pasó de un juez a otro. Casi había caído en el olvido cuando volvió a la vida en noviembre de 2023, con la vista presidida por el juez Slomp. Y entonces ocurrió algo extraordinario. Hace unas semanas, un nuevo equipo de fiscales redujo el caso a sólo seis hombres de Cinta Larga, algunos de los cuales, según transcripciones de interrogatorios policiales, admitieron haber ido al barranco. Los fiscales pidieron a Slomp que desestimara los cargos contra Pio, Tataré, el agente de la Funai y otros para los que las pruebas no eran sólidas.
Casi podría parecer que el disfuncional Estado brasileño enmendaba por fin uno de sus errores. Pero el hecho es que, durante dos décadas, Pío se vio obligado a ser la cara pública de una atrocidad espantosa, en lugar de ser el superviviente de una. Los barones del caucho que ordenaron la masacre del Paralelo 11 nunca fueron acusados.
Este es un extracto editado de Cuando vendimos el ojo de Dios, de Alex Cuadros, publicado por W&N el 5 de diciembre. La traducción del artículo ha sido realizada por Emma Reverter
'Alabí, alabá, alabín bom-bá': Suena a árabe, y lo es
Ernest Alós
'Alabí, alabá, alabín, bom-bá', 'Ra, ra, ra', 'alirón'. Cánticos deportivos (más bien viejunos, de tiempos de Pepe el Hincha, la verdad) que pueden sonar a árabe... inventado. Pero no. Se trata de expresiones populares, originarias del ámbito de los juegos infantiles, que efectivamente proceden del árabe. En concreto, del dialecto andalusí, la forma de habla popular de la que proceden el grueso de los arabismos de origen coloquial incrustados en las lenguas castellana y catalana, y a los que el arabista Federico Corriente (Granada, 1940) dedicó este pasado domingo buena parte de su discurso de ingreso a la Real Academia Española, 'La investigación de los arabismos en registros normales, folkóricos y bajos'.
Porque no todos los arabismos del castellano proceden de los campos en que los andalusís daban sopas con honda a sus vecinos del norte, como la álgebra, la química o la ingeniería agrícola, sino del habla popular que trasladaron los cristianos mozárabes ("bilingües o arabófonos exclusivos", apunta Corriente) que emigraron al norte, o los moriscos que no fueron expulsados hasta el siglo XVII. Un giro en la interpretación de los arabismos hispánicos que inició "el mejor etimólogo de todos los tiempos", Joan Coromines, pero que ha costado aceptar: Corriente lamentaba este domingo que su propuesta de revisión de los arabismos del diccionario de la RAE fuera aceptada solo parcialmente (sí le hicieron caso, en cambio, los editores del 'Maria Moliner'), quizá por lo arriesgado de algunas de sus hipótesis, procelosas cuando se alejan de los más seguros cultismos. Aunque ahora, desde el sillón que dejó vacante Ana María Matute, quizá le hagan más caso.
Entre el repaso a los términos de nivel "bajo o ínfimo", destacan los relacionados con los juegos, las canciones infantiles o las nanas (transmitidas por nodrizas moriscas). Muchos de ellos convertidos en frases o dichos "actualmente ininteligibles o semánticamente absurdos".
Titiritero. "Del andalusí ti-ríd tirí, literalmente, ¿quieres ver?".
Ra, ra, ra. "Literalmente, 'mira, mira, mira'".
Alabí, alabá, alabin bom-bá. Alla'ibín áyya ba'ád alla'ib bón bád, 'jugadores, venga ya, el juego va bien'.
Que si quieres arroz, Catalina. A partir de la fórmula ritual en un segundo matrimonio de una mujer: Tiríd 'ala rrús, aqtá'lina, '¿Quieres a este esposo ante todos? Acláranoslo'.
Dar el agua. "La voz de alarma (andalusí aw'á, '¡cuidado!', origen probable también de '¡agua va!', aw'á ba'ád, '¡cuidado, pues!', sin alusión directa, como se creía, a líquidos lanzados al arroyo desde las ventanas".
Ángela María. "Del andalusí ingilá almaríyya, 'desvelamiento de la novia', es decir, 'quedar la realidad a la vista'".
Del ala. Alihála, propina.
'Nana, nanita'. La fórmula con que empezaban las nanas, que por algo acabaron llamándose nanas. Del la fórmula árabe andalusí nám, nám, nám ínta, 'duerme, duerme, duérmete tú''.
Matarile (rile-la). Andalusí, má tarí li, '¿que me ves?'.
Alirón. Ali''lán, 'anuncio público'.
Ala alima alimón. Que no trataría ni de limas ni de limones. "Del árabe clásico, requerido por el registro oficial de los pregones, ala 'alima al'alimun, 'ea, sepan los que deben saber', prólogo en esas canciones de un anuncio o pronóstico, tales como 'que te vas a quedar soltera' o 'se rompió la fuente'".
Jodo petaca. Hudju bitaqah, 'tómalo, a la fuerza'. Entre otras muchas variantes (jo, jolín, batacazo) que el académico hace derivar de ese 'toma', como el "grito ritual de guerra del beduino que, al herir a su enemigo, le decía hudha
'anni wa'ana fulanu bnu fulan, 'toma esto de mi parte, que soy Fulano, hijo de Mengano'. De hecho, señala el académico, no son pocos los insultos realmente crudos en árabe que se han convertido en expresiones más blandas, sustitutivos aceptables de expresiones malsonantes en castellano. Es lo que tiene no conocer su origen o significado real.
Rapapolvo. Rabah búlb, 'ganarse una vulva'.
Paja. Passás, apaciguar.
Caramba. Hírr úmmak, abreviatura andalusí de un tremendo insulto árabe: 'en la vulva de tu madre haya un pene'.
Herre que herre. Igual que 'arre', términos que deberían proferir los arrieros moriscos a sus caballerías y que remiten directamente a los órganos sexuales femeninos.
Cateto. De 'catetorro', qátí' turúq, salteador de caminos.
¿Qué tiene que ver una trola, una droga y un andrajo? Corriente identificó en un artículo en 1993 toda una familia de voces que derivan de la peculiar pronuncia andalucí de la raíz árabe hat/dr (parloteo, cháchara). Todas ellas derivan en significados como "insignificante, inútil, falso, pretencioso, charlatán, etc".
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