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Yurii Sheliazenko: La voz interior de la conciencia nos llama a un mundo en el que todos se nieguen a matar y no haya guerras
III Fireta del Llibre Anarquista de La Marina: Pedreguer, 7 de septembre
Salut companys i companyes¡
Continuem amb els diferents cartells que van anunciant-mos les activitats que es realitzaran el pròxim dia 7 de setembre de 2024 a la III FIRETA DEL LLIBRE ANARQUISTA DE LA MARINA, a Pedreguer (Alacant).
- Paella solidària en suport al moviment llibertari -
Recordem el menjador popular per qui vullga acompanyar-nos durant el dinar, els tiquets els podràs adquirir el mateix dia a la barra de begudes per a refrescar-se, oberta des de les 10 del matí, puntualitzem que tenim paella per a unes 40 persones, per a dinar tindrem paella mixta i paella vegana.
Vine promptet i no et quedes sense el teu tiquet per a dinar¡¡
Per a després de dinar, tornem a donar veu i un espai per a expressar-se al GRUP ANTIMILITARISTA TORTUGA, donant així suport als col·lectius i moviments socials, perquè pensem que són la força transformadora d'aquest canvi social que anhelem, que somiem, i que algun dia veurem arribar, però com bé sabem, la victòria no serà fàcil.
Xerrada:
ÉS URGENT I NECESSARI CONSTRUIR UNA CULTURA DE PAU.
A les 16:00h. Plaça de l'Amistat.
El Grup Antimilitarista Tortuga són un xicotet i veterà col·lectiu conformat per persones de l'Alacantí i el Baix Vinalopó. Des de l'època de la insubmissió, i sempre des de la seva identitat antimilitarista i el seu compromís amb la Pau, treballant temes contra la militarització social, les instal·lacions militars, la despesa bèl·lica, la desobediència civil, les guerres al món, l'educació per a la Pau, la cultura popular i qüestions semblants. Treballen en col·laboració amb la resta de moviments socials de les nostres comarques, i participen en la coordinació estatal Alternativa Antimilitarista-Moc. Podeu trobar-los a la seva pàgina web, grupotortuga.com on fam un treball continu de difusió i contrainformació antimilitarista.
Seguidament, donarem pas al Col·lectiu Revolta 1873.
Xerrada:
ALCOI, 1873
A les 17:00h. Plaça de l'Amistat.
Aquest Col·lectiu naix amb l'objectiu de recuperar part de la història del moviment obrer d'Alcoi, concretament a 1873 i en l'anomenada, Revolució del Petrolio.
Un fet històric on la ciutat va viure una de les insurreccions obreres més importants del segle XIX, una massa obrera pertanyent a la 1a Internacional convoca la que possiblement, siga la primera vaga general d'aquest país, signe del clima social que existia entre el proletariat.
L'insurrecció va esclatar amb el dispersament a foc per part de les autoritats republicanes encapçalades per l'alcalde Agustí Alborx ''Pelletes'', resultant dos obrers morts i diversos ferits..
Avui en dia, encara envolten molts mites i mentides enquadrats dins d'aquesta insurrecció obrera, on continuen culpant a les treballadores i treballadors. El col·lectiu Revolta 1873 està fent un gran treball d'estudi i divulgació d'aquests fets, tant com les condicions de vida dels obrers, l'explotació infantil, la poderosa organització anarquista de la 1a Internacional, la dura i injusta repressió que patiren els obrers i obreres...
Tot açò i molt més, ens explicaran els companys de Col·lectiu Revolta 1873.
La programación continuará a las 17:30 h con la presentación del libro La Experiencia Zapatista, Rebeldía, Resistencia y Autonomía por parte de Editorial Milvus. Su autor, Jérôme Baschet, estará presente.
A las 19 h, Carlos Taibo presentará su libro Breviario de Ecología Libertaria.
La jornada concluirá con un concierto de los cantautores Atipiko Inconformista y Sonoris Causa a las 21 h. Además, durante todo el día, de 10:00 a 20:00 horas, se podrá visitar la exposición La Revolució del Petroli.
No està de més fer una crida i convidar a totes les editorials, distribuïdores i llibreries perquè vinguen i participen en la III Fireta organitzada per al dia 7 de setembre de 2024 en la localitat de Pedreguer, Alacant. L'horari de la Fira serà a partir de les 10 del matí i com de costum, disposem de taules, cadires i d'una bona ombra. Ens podeu escriure a:
grupanarquistadelamarina@gmail.com
Recordar la importància d'estar organitzats als moviments socials, perquè som la força transformadora, animem a totes a mobilitzar-se, aportar i crear lluita popular.
Salut.
Yurii Sheliazenko: La voz interior de la conciencia nos llama a un mundo en el que todos se nieguen a matar y no haya guerras
Mauro Carlo Zanella
Pressenza.
Un amigo me escribe: «¡Tú sí que eres valiente!», pero la verdad es que tengo mucho miedo, tengo una cita que confirmar con Yurii Sheliazenko, objetor de conciencia ucraniano, y en el último momento desearía aplazar el encuentro.
Imagino, en un crescendo de pánico, ser detenido por la policía, el servicio secreto, el ejército. Que me lleven a la cárcel o, peor aún, que me fusilen en el primer paredón. Luego, la racionalidad y el sentido del deber vuelven a imponerse y confirmo la cita.
Yuri se reúne conmigo en el restaurante italiano cercano a su casa. Enseguida simpatiza conmigo. Le tiendo las manos: «Yuri, mi inglés es pésimo.» «Bien, entonces podemos hablar en ucraniano», responde sonriendo.
Por suerte, el traductor del móvil facilita la conversación. Me pregunta por mi trabajo: «No soy periodista, enseño italiano e historia en una escuela primaria a niños y niñas de nueve y diez años».
«¿Historia de la Humanidad o Historia de Italia?», pregunta correctamente. “¿Les dices a tus alumnos que todos los seres humanos procedemos de África?».
«Por supuesto, es una de las primeras cosas que les explico».
¿Te preguntan cómo es que tenemos la piel clara?
«Les digo que recuperamos parte de nuestro color original con el sol».
Sonríe. «A los ucranianos nos cuesta más broncearnos».
«¿También estudian en la escuela el Imperio Romano, que tanto le gustaba a Mussolini?»
«Lo estudiamos críticamente, sobre todo en lo que respecta al militarismo y la esclavitud. Por ejemplo, leo a los niños el durísimo juicio de Plinio el Viejo sobre Julio César, a quien acusa de haber cometido crímenes contra la humanidad durante la campaña de las Galias». No oculto mis simpatías por el gladiador tracio Espartaco y la revuelta de los esclavos.
Me lo agradece, nos sentamos y comienza la larga entrevista con preguntas mías y otras enviadas por Anna Polo desde Italia. Al final me lleva a coger el taxi porque se hace tarde y dentro de una hora empieza el toque de queda.
Cuando llega el taxi, una anciana nos pide que la llevemos, al conductor le parece bien y a mí también.
Yuri me saluda con afecto y ahora toda mi preocupación es para él, ya que dentro de unos días tendrá que enfrentarse a un juicio difícil. Es un tipo valiente que merece toda nuestra solidaridad y cercanía.
He aquí la entrevista.
Se le acusa de «justificar la agresión rusa» con su declaración «Programa por la paz para Ucrania y el mundo», leída públicamente el 2 de octubre de 2022, Día Internacional de la No Violencia, en el Parque Botánico de la Universidad de Kiev, bajo la estatua de Mahatma Gandhi. ¿Cómo responde a esta acusación?
Es un pretexto absurdo para impedir que yo y la organización que dirijo, el Movimiento Pacifista Ucraniano, defendamos la paz y los derechos humanos, especialmente el derecho a la objeción de conciencia al servicio militar. El Programa por la Paz no justifica la agresión rusa. En realidad, apoya la condena de la agresión por la resolución de la Asamblea General de la ONU del 2 de marzo de 2022, así como el llamamiento a la resolución pacífica del conflicto entre Rusia y Ucrania, que Putin convirtió en una guerra de conquista genocida a gran escala.
La declaración del Programa por la Paz fue ampliamente difundida, enviada al presidente Zelensky, y lo convirtieron en un pretexto para la persecución. Pero el expediente del caso muestra que el Servicio de Seguridad de Ucrania me perseguía mucho antes del Programa por la Paz. Abrieron una investigación cuando en marzo de 2022 solicité al Comisario de Derechos Humanos del Parlamento ucraniano que reconociera el derecho a la objeción de conciencia y permitiera a los objetores viajar al extranjero. Un funcionario de la secretaría del Defensor del Pueblo informó a la SSU. Hice numerosas denuncias, el Defensor del Pueblo Lubinets no reconoce la falta, pero al menos mencionó en su informe anual que la ausencia de un servicio alternativo viola el derecho constitucional a tener creencias religiosas incompatibles con el servicio militar.
¿Cómo ves la situación bélica actual?
La guerra de agresión rusa se ha convertido en una guerra de desgaste. A nadie le gusta, pero ni el agresor ni la víctima quieren rendirse. Rusia y Ucrania son capaces de continuar el derramamiento de sangre con cierto grado de moderación y un vigor bien calculado, en pos de la victoria. Las visiones simplistas de la paz, como la rendición del enemigo, no son realistas porque ambas partes tienen una base económica seria, incluido el respaldo internacional. Ucrania, con la ayuda de muchos países, está intentando desarrollar una visión más seria y realista de la paz. Pero coincide con un deseo desesperado de seguir adelante, aunque no haya un camino claro. Estamos cansados de la guerra. Quiero ponerle fin de forma no violenta, aunque mucha gente se niegue a considerar esa posibilidad.
En cualquier caso, Ucrania no formará parte de ningún imperio, y esta guerra debería enseñar a todo tipo de imperialistas, empezando por el Kremlin, que es demasiado costoso y peligroso construir imperios en el siglo XXI. Mejor que abandonen sus armas y reconozcan que ningún pueblo libre como el ucraniano puede ser conquistado por la fuerza, y que sólo los grandes poderes del amor y la verdad pueden gobernar el mundo y unir a la humanidad pacíficamente.
¿Qué te da fuerzas para seguir adelante en esta difícil situación?
En primer lugar, es la esperanza basada en el conocimiento y la experiencia de vida de que los humanos por naturaleza son razonables y cualquier disparate, incluso uno tan doloroso como éste, acabará tarde o temprano tras una discusión y una reflexión adecuadas. En segundo lugar, son los amigos y la fe que nos llama a caminar alegremente por el mundo respondiendo al Dios que existe en cada uno de nosotros.
¿Te gustaría decir algo a tus seguidores en Italia y en otros países que podamos difundir a través de Pressenza?
Me gustaría daros las gracias por la solidaridad y el apoyo, por las publicaciones y peticiones, por todo lo que demuestra a los perseguidores del movimiento por la paz que el mundo está mirando. Aparte de mi profunda gratitud, me gustaría pedirles que transmitan mi llamamiento a tener esperanza y a dejarse llevar por la imaginación, no por los estereotipos primitivos y los eslóganes políticos.
Los activistas por la paz debemos ser percibidos, y serlo realmente, como idealistas inofensivos y productivos, soñadores legítimos que intentan activamente mejorar el mundo y no empeorarlo con movimientos o palabras insensatas. Estamos abiertos a comunicarnos con todo el mundo, pero debemos tener cuidado de no abrazar ni impulsar nociones tóxicas, como las llamadas a la rendición llenas de injusticia presentadas falsamente como ofertas de paz, o el odio y la deshumanización del «enemigo» disfrazados de «antifascismo» u otros tipos de «antiautoritarismo». Tenemos que dar ejemplo de acción y comunicación no violentas sin estereotipos injustos ni estructuras de poder. Tenemos que emerger como un pueblo común de todos los seres humanos del planeta, buscando la gobernanza no violenta y la armonía entre los miembros de nuestra familia de ocho mil millones de personas y entre los seres humanos y la naturaleza. No hagamos ningún tipo de guerra, no abracemos la oscuridad, naveguemos por el océano de luz hacia un futuro mejor.
Creo que entre la guerra y la rendición hay una tercera opción, y son las formas de defensa popular no violenta. ¿Qué opinas tú?
Estoy de acuerdo. Es una pena que, aparte de la ONU y algunas organizaciones de la sociedad civil, las instituciones de resistencia de noviolencia activa y de protección desarmada de civiles sean escasas, por falta de conocimientos, personas y recursos. La resistencia noviolenta forma parte del plan de estudios de la escuela de pacifismo «Civiles Libres» que puse en marcha aquí en Ucrania. Abogando por la objeción de conciencia al servicio militar, hago un llamamiento a la resistencia noviolenta a la agresión rusa y me alegro de que la gente encuentre la forma de resistir.
Un ejemplo es Vitaliy Alexeienko, ex preso de conciencia excarcelado por el Tribunal Supremo, al que se le ha vuelto a suspender la condena, a la espera de un nuevo juicio en el Tribunal Supremo en el que el fiscal pide penas de prisión reales. Vitaliy dijo en el juicio en primera instancia y en la apelación que encontró una manera de resistir la agresión como cristiano, sin matar. Putin quiere dividirnos, pero él se hizo cartero para mantener unida a la población de Ucrania mediante el reparto de cartas, paquetes y pensiones; de este modo, su trabajo pacífico preserva la comunicación postal, que forma parte de la cultura de la paz y la cohesión social. Se preocupa por la protección de los civiles en Ucrania. Si más gente prefiere el trabajo pacífico a matar, nadie querrá ser soldado, los ejércitos desaparecerán y cesarán las guerras. La voz interior de la conciencia nos llama a un mundo en el que todos se nieguen a matar y no haya guerras.
¿Cómo ha cambiado la sociedad ucraniana desde la guerra?
La sociedad ucraniana está gravemente traumatizada tras la agresión rusa y esto despierta muchos lados oscuros de la mentalidad popular. Hemos conservado algo de amor por la libertad y la democracia, el humanismo natural de los ucranianos, pero estos valores de cultura de paz son frágiles y la presión del militarismo, nacional y extranjero, es abrumadora. Está muy extendida la arcaica ilusión de que la violencia resuelve los problemas y que más violencia es la mejor respuesta a la violencia; esta concepción permanece casi incuestionada en el imaginario popular. Las tentaciones del poder, la codicia, la crueldad y el odio consumen muchas mentes. Pero incluso entre personas alejadas del pacifismo crece la sobria comprensión de que no debemos convertirnos en lo mismo que el Estado agresor: convertirnos en un despótico campo militar de esclavos armados hasta los dientes no será una «victoria ucraniana». La sociedad se siente acorralada, quiere y se siente capaz de salir de esta esquina sin salida. Tal vez no tengamos todavía una visión plausible de cómo poner fin a la agresión rusa con dignidad y justicia, pero la buscamos. Buscamos algo mejor que la guerra interminable tantas veces pronosticada por muchos «realistas» de aquí y de allá.
¿Será posible reconstruir las relaciones fraternales dentro del Estado ucraniano entre la población de habla ucraniana y la de habla rusa?
Si hablamos de hermandad entre todos los humanos, no del «hermano mayor del Kremlin» gobernando al «hermano menor ucraniano», entonces creo que debe ocurrir tarde o temprano, porque se trata de relaciones normales entre pueblos vecinos. Pero hay que restablecer la justicia para garantizar la paz. Rusia debe retirar las tropas de Ucrania y compensar los daños de toda la matanza y destrucción que hemos sufrido. Quizás haya una solución no tan directa y no tan controvertida para muchos rusos, pero actualmente no puedo decir cuál es, mientras que para los ucranianos es una condición mínima. Tenemos que buscar soluciones para la reconciliación, soluciones graduales y sabias que eliminen poco a poco el muro de odio, dolor y enajenación.
Concedo que no sólo el imperialismo ruso, sino también nuestro nacionalismo ucraniano es un obstáculo para la paz, especialmente debido al militarismo de la época de la Segunda Guerra Mundial arraigado en ambas ideologías. Pero es mentira que los ucranianos sean «fascistas», y Putin no puede esperar seriamente que el mundo pueda creer tal «justificación» de su guerra; especialmente desde que expresa su ambición de hacer de los ucranianos un solo pueblo con los rusos, probablemente piensa que cualquier deseo de independencia de Ucrania es «fascista». La cosa es que la gente junta muchas cosas a lo largo de la vida, y las acumulaciones comunes se convierten en patrimonio de la gente. Las guerras hacen que la gente acumule odio, miedo y malas intenciones. El militarismo es lo peor que la gente puede acumular. Las personas no deben definirse por las guerras que han librado, libran o esperan librar. La gente debe definir su identidad con la imaginación colectiva, el conocimiento, el arte, la alegría y la felicidad de la unión y la apertura para abrazar a cualquiera y a cualquier cosa en este maravilloso y bello Universo. Cuando caminemos en la luz, no en la oscuridad, seremos hermanos y hermanas, iguales y creativos, no destructivos. Para ello, debe realizarse un gran trabajo de iluminación y evolución de las consciencias.
¿Qué deberían hacer los pueblos europeos para imponer o hacer cumplir el alto el fuego?
Interesante la palabra «hacer cumplir»; espero que se refiera a hacer cumplir pacíficamente. Sin iniciativas de paz, o con iniciativas de paz tan débiles como las actuales, Putin seguirá atacando, y Zelensky seguirá contraatacando, y contarán con partidarios. Para ponerle fin, debemos decir la verdad no sólo sobre lo erróneo de la agresión rusa, sino sobre lo erróneo de cualquier guerra y violencia en principio y la necesidad de considerar e implementar soluciones pacíficas. Hay que cambiar la narrativa de la inevitabilidad de la guerra, hay que encontrar formas no violentas de transformar el comportamiento del Estado agresor y garantizar la justicia reparadora, la compensación o al menos la mitigación del dolor de todos los males cometidos. Se trata de una gran tarea que requiere el compromiso de muchas personas, muchos recursos, esfuerzos de investigación, educación y diálogo.
También será necesaria la resistencia a los intentos de utilizar los movimientos por la paz en beneficio de los esfuerzos bélicos, y es notorio cómo el Kremlin lo ha hecho en el pasado desacreditando a los activistas por la paz; debemos aprender de esos errores. También será necesaria la resistencia al pensamiento militarista y a las sospechas y los ataques. Así pues, tenemos que trabajar por la paz y ser resistentes. Lo básico es proteger el derecho a negarse a matar y popularizar una visión del mundo en la que se ponga fin a todas las guerras en que todos se nieguen a matar a un semejante, y dar a conocer ampliamente historias de personas que vivieron su vida siguiendo esta visión llena de esperanza, y sus respuestas a todos los desafíos del militarismo, la experiencia de una resistencia no violenta exitosa.
Traducido del inglés por David Meléndez Tormen
Defensa gasta 26.000 euros en un campamento para los hijos de la Guardia Real de Felipe VI
Danilo Albin
Diana, aseo y bandera. Así comenzó cada una de las jornadas del campamento infantil y juvenil de la Guardia Real, celebrado del 21 de junio al 2 de julio en un albergue de Onís (Asturias). El Ministerio de Defensa pagó 26.000 euros a una empresa de tiempo libre para que organizara el evento, bajo la expresa obligación de ajustarse a los valores de las Fuerzas Armadas en cada una de las actividades.
"Nos vamos durante 12 días fuera de casa, a un paraje de montaña, en el que el clima y las condiciones poco o nada tienen que ver con la ciudad", señala el dossier de Club3C, una empresa localizada en Tres Cantos que se hizo con el contrato de la Jefatura de Administración Económica del Cuarto Militar de Casa Real, dependiente de la Secretaría de Estado de Defensa.
Según consta en el pliego del contrato, el campamento se enmarcaba en las "acciones de conciliación laboral y familiar que, con un sentido educativo y recreativo, irán destinadas a los hijos del personal destinado en la Casa de S. M. el Rey – Guardia Real y otro personal del Ministerio de Defensa".
El documento establecía que el campamento tendría un total de 50 plazas destinadas a niños de entre 10 y 16 años, que se dividirían en dos grupos. La actividad tendría lugar en el albergue "Linde Bobia", un complejo de 15.000 metros cuadrados situado en Bobia de Abajo (Onís, Asturias), "reservado y proporcionado por la Guardia Real a la empresa adjudicataria".
El Ministerio de Defensa dejaba claro en el pliego que "las actividades y el desarrollo general del campamento respetarán en todo momento el ideario propio de la Guardia Real y de las Fuerzas Armadas en general".
Asimismo, se establecía que "los participantes disfrutarán de alojamiento y pensión completa (desayuno, tentempié, comida, merienda y cena), desde el inicio de la actividad (salida en autobús desde El Pardo) hasta la finalización de la misma (regreso en autobús a El Pardo)".
La Guardia Real se reservaba el derecho de "visitar y presenciar las instalaciones y las actividades en cualquier momento y cuantas veces estime oportuno", para lo cual preveía nombrar un "supervisor" que se encargaría de velar "por el cumplimiento y la calidad de los servicios contratados".
"Conversaciones inadecuadas"
La inscripción tenía un coste de 300 euros por niño. A lo largo de los 12 días de campamento, la empresa se comprometía a ofrecer una serie de actividades recreativas, entre las que incluía el descenso del Sella.
Los organizadores incluyeron en el dossier una serie de normas de conducta que debían seguir los asistentes y describían las sanciones que se impondrían en caso de incumplirlas. De esta manera, se advertía que no se toleraría "ningún tipo de violencia, tanto física como verbal", lo que incluía "bromas pesadas", "vocabulario indecente" o "conversaciones inadecuadas".
La empresa organizadora del campamento de la Guardia Real establecía además que quedaba "totalmente prohibido el consumo de alcohol y de otras drogas, así como el consumo de cigarrillos durante la realización del campamento". "Esto será motivo de expulsión directa", advertían.
Público
“Marta la estupa”, más de dos décadas infiltrada en movimientos sociales
Tomás Muñoz
Tras la identidad de “Marta de Aranjuez”, como la conocían sus compañeras de Madres Contra la Represión, el último de los colectivos políticos en los que participó, se esconde en realidad la agente de la Policía Nacional María Ángeles G. A., licenciada como funcionaria en la promoción del mes de junio de 1985.
Su identidad como agente encubierta ha quedado acreditada con una investigación realizada por El Salto en colaboración con antiguos militantes del colectivo Distrito 14 y con el medio de comunicación catalán La Directa. A través de diferentes pesquisas, se ha conseguido obtener los documentos que prueban la verdadera identidad de Marta y su carrera como funcionaria del cuerpo policial. A diferencia de otros infiltrados anteriores, María Ángeles G.A. sigue manteniendo activo el teléfono que utilizaba como Marta. Tras ser preguntada por este medio si confirma la información que la señala como agente encubierta, en una conversación vía Whatsapp, María Ángeles ha respondido que “ya nada me afecta, no tengo ninguna intención de hacer una declaración y no confirmo nada”.
El Salto ha podido certificar que acumulaba una larga trayectoria encubierta en diferentes espacios políticos de Madrid, que van desde experiencias autogestionadas como el Centro Social El Laboratorio, hasta colectivos de apoyo a presos de los GRAPO y del PCE(r), vascos, pasando por la Coordinadora Antifascista y diferentes espacios antirrepresivos.
A pesar de esa dilatada trayectoria, su presencia no pasó inadvertida para algunas de las personas que compartieron espacio con ella. Incluso en el último colectivo en el que participó, Madres Contra la Represión, tomaron la decisión de expulsarla cuando tuvieron suficientes indicios para sospechar que, en realidad, tras esa fachada de madre separada que aparentaba demostrar su compromiso político constante haciendo frecuentes viajes desde Aranjuez a Madrid para militar, se escondía una agente policial infiltrada. No fue un plato fácil de digerir para sus compañeras en este espacio.
Marta llevaba más de siete años participando y haciendo vida con la gente del colectivo: “Yo le tenía mucho cariño, ha sido un palo, porque al final después de tantos años militando juntas empatizas con la gente. A mí me llamaba mucho y hablaba con ella a menudo de su vida personal. Nos mandaba fotos por el WhatsApp de sus hijos, de sus viajes. Me contaba que seguía muy enamorada de su ex, aunque este tenía serios problemas de adicciones”, explica una de sus compañeras en este espacio, que prefiere mantener el anonimato.
La activista explica con amargura que “incluso una compañera le dijo una vez delante nuestra, Marta, tú tienes que ser policía, porque tú eres muy estilosa como para estar en estas cosas. Y la otra se partía de risa y nos partíamos todas de risa”. Otra de sus compañeras en Madres Contra la Represión recuerda los inicios de Marta en el colectivo: “Se nos acerca por primera vez en una de las manifestaciones para pedir la libertad de Alfon [un militante vallecano encarcelado tras la huelga general del 14 de diciembre de 2012], y se pone con nosotras en la pancarta, aunque ya la conocíamos de haberla visto antes en otros espacios antirrepresivos”.
Ella les contó que también era madre, y que estaba participando en ese momento en la Coordinadora Antifascista de Madrid. Pero que en ese espacio habían decidido no admitir la participación de individualidades, solo personas en representación de colectivos. Esta fue la razón principal que les dio en aquel momento para querer formar parte de su grupo.
“Venía de la Coordinadora Antifascista de Madrid, lo que nos sirvió un poco como un aval para aceptarla”, expone una de sus antiguas compañeras. En el colectivo se integró como una más, y sus compañeras la describen como una persona con don de gentes, buena presencia, muy fácil de tratar y que rehuía siempre los enfrentamientos internos. Aunque también se hacía mucho la despistada: “Siempre que había reuniones en las que podíamos tratar algún tema importante, me llamaba por teléfono y me preguntaba: ‘Ay, que es no me he enterado bien, ya sabes el despiste que tengo, ¿me lo puedes explicar?'. Y yo se lo explicaba y ahora me doy cuenta de que, a lo tonto, le estaba haciendo los informes”. Marta estaba tan integrada que llegó a solicitar los permisos (con su DNI falso) en Delegación del Gobierno para diferentes concentraciones que convocó el colectivo. Una práctica, la de manejar documentos falsos pero con todos los visos de legalidad, que ya es un clásico de este tipo de infiltraciones policiales.
Se destapa el pastel
En el colectivo fueron conscientes de que Marta podía ser una policía infiltrada tras la manifestación feminista del 8 de marzo de 2020, unos días antes de declararse el encierro por la pandemia del covid19. En ese momento, tras compartir las fotos en redes sociales, una persona de su entera confianza les dijo que Marta, que salía junto a ellas, era en realidad policía nacional. Con la circunstancia del encierro y el temor de tener las comunicaciones intervenidas, tardaron unas semanas en poder reunirse el resto de integrantes para decidir cómo afrontar la situación.
Elaboraron una estratagema para intentar demostrar si lo que les habían dicho era cierto. Una de sus antiguas compañeras explica que intentaron conseguir su vida laboral para comprobar si la historia que les había contado cuadraba. Para sus compañeras de Madres Contra la Represión, Marta se hacía pasar por una trabajadora ocasional de hostelería y en contratas de limpieza, siempre en una situación precaria e inestable.
“Nos decía muchas veces que tenía que ayudar en el bar de una amiga, en Aranjuez, aunque nunca nos invitó a ir”, recuerda el militante. “Recuerdo una vez que íbamos a ir a Soto del Real, a una concentración, y finalmente no vino porque nos dijo que le había surgido una sustitución para limpiar, precisamente, en la comisaría. Le dijimos ‘Marta, ten cuidado con esa gente', y ella nos contestó que estaba tranquila, que incluso hacía escarnio escupiendo en la mesa del comisario y se escaqueaba fumando cigarros en la puerta con agentes de servicio”, relata.
La reacción tras ser descubierta
Tras el chivatazo recibido, intentaron tenderle una trampa. “En aquel momento, pusimos por el grupo de WhatsApp que unos abogados nos habían avisado de que era posible que se nos hubiesen contabilizado mal los años de la vida laboral, y se ofrecían a arreglarnos el entuerto”, expone Luis. “Todas nuestras compañeras compartieron su vida laboral excepto ella, que dijo que se había encontrado por la calle a un amigo suyo abogado y que le había explicado que todo estaba en regla”.
Aquello fue el detonante y, cuando pudieron volver a reunirse tras las limitaciones de la pandemia, le convocaron a una reunión con el resto de integrantes del colectivo. En la misma, le desvelaron sus fundadas sospechas de que era una agente infiltrada. La reacción de Marta les sorprendió mucho, aunque les sirvió para confirmar sus suposiciones. “Primero nos dijo muy tranquila que le dijésemos su número de agente, una respuesta muy de policía y luego, tras decirnos que ella no llevaba toda la vida luchando para esto, simplemente se fue”, relata una de sus excompañeras. “Si a mi me acusan de ser agente policial encubierto, siendo militante antirrepresiva y antifascista, lo mínimo que hago es defenderme, pero ella no hizo nada, solo abandonó los grupos”.
Los antiguos militantes de Distrito 14, que han sufrido también en su propio espacio las infiltraciones de Juancar y Sergio, otros dos agentes encubiertos, creen que estas prácticas “en un plano general, sí han provocado cierta paranoia y desconfianza entre la militancia, aunque creemos que es debido a la falta de conocimiento sobre cómo funcionan estas prácticas, cómo detectarlas, cómo gestionarlas cuando ocurren”. Destacan también el fuerte impacto psicológico que tiene esta práctica por parte del Estado en las personas que son víctimas de este espionaje: “Muchas de las personas más relacionadas con policías infiltrados están pasando por procesos muy complicados, de hecho un informe del Centro SIRA cifra en un 70% las compañeras que han llegado a tener ideas suicidas tras pasar por este proceso, el 90% de las cuales están vinculadas a la vergüenza, a las humillaciones ahora percibidas y a una idea de irreversibilidad del daño”.
Marta, tras ser expulsada públicamente de Madres Contra la Represión, ni siquiera borró su cuenta de Twitter. Pero empezó a mostrar un carácter radicalmente distinto al que había mostrado en esa red social hasta ser destapada. “De pronto empezó a hacer comentarios con claro contenido fascista, e incluso a hacer burlas de publicaciones que difundían otros casos de policías infiltrados”, explica una militante del colectivo.
Desobede-ser: Nietas y nietos de genocidas
Sus abuelos estuvieron involucrados en delitos de lesa humanidad durante la dictadura. Ellas y ellos formaron dos colectivos para denunciar el horror y llamar a la desobediencia. Qué significa ese corrimiento. Los silencios, las culpas, la confrontación familiar. La vergüenza politizada. El arte como escenario público. Y cómo pensar la desobediencia en tiempos negacionistas. Por Lucas Pedulla.
1. Otra mirada
“Somos lxs hijas, hijos, nietas, nietos y familiares de los genocidas que protagonizaron la feroz dictadura de la historia argentina. De allí venimos”.
Fue un día común, dice Augusto De Bernardi (22), y lo común en su historia de adolescente de 14 años era salir del colegio Domingo Savio de Santa Rosa, provincia de La Pampa, e ir directo a su casa. Lo poco común, lo extraordinario, o el “baldazo de agua fría”, como suele definirlo, apareció en boca de su mamá, que lo recibió con una noticia también extraña:
A tu abuelo lo están trasladando a San Luis por un delito de lesa humanidad.
Augusto no sabía de qué le estaba hablando, ni entendía qué era eso de lesa humanidad, algo que nunca había escuchado en el colegio. Su mamá tampoco podía agregarle mucho, solo que a su abuelo, Carlos Ozarán, lo habían detenido en Buenos Aires y que ella misma se había enterado de que, aparentemente, tenía una causa. “Una cuestión política que ya se va a arreglar”, se repetían en la familia, como una forma de abarcar lo innombrable.
El joven Augusto supo entonces que su abuelo había tenido otra causa en los años noventa y que la habían cerrado. “Se lo están llevando a la cárcel”, se lamentaba, sin que le entrara en la cabeza tanta injusticia. Acompañó ese proceso y lo iba a ver al penal, en San Luis, llorando y conociendo a los compañeros con los que estaba en prisión: todos militares. “Me acuerdo que me sentía mal de ver a la gente ahí. Cómo mi abuelo puede estar acá, pensaba, pero en ningún momento me cuestionaba por qué era. Nunca pregunté qué había pasado. Solo me quedé con que era una cuestión política, que ya se iba a arreglar todo: para mí era imposible que mi abuelo hubiera hecho algo. Y me repetía: yo lo conozco”.
Siempre quiso ser abogado y en esos años cobró más fuerza como deseo para defender a su abuelo: que todo se esclarezca y se llegue a la verdad. “Lo voy a sacar”, se repetía, aunque en 2015 fue condenado a 20 años de prisión. “Todo esto fue así hasta una de esas visitas en San Luis. Era 2017”. Un día Augusto se quedó solo en el cuarto del hotel. Sabía que su familia guardaba en un cajón cintas de VHS con las audiencias del juicio grabadas. “Agarré uno de esos casetes al azar para ver cómo es que se desarrolla un juicio. Lo puse”. Cierra los ojos: “Siempre digo que las cosas que pasan no son casualidades”.
La imagen en la televisión mostró a una madre llorando por el secuestro de su hijo. Luego, a sus compañeros de militancia. Augusto no lo podía creer: “Contaban los detalles de la situación. Decían que esa persona había sido detenida y desaparecida por orden y a manos de mi abuelo. Lo nombraban. Para mí fue un impacto. Ver a esa madre llorando. No puede ser algo político, pensé. Algo tenía que haber pasado”.
Augusto terminó el video y tomó una decisión: no le dijo nada a su mamá. Fueron a la cárcel de visita habitual y fue directo: “Crucé miradas. Había algo, internamente, que ya no lo reconocía. Ya no quería estar en ese lugar. Tartamudeando le pregunté qué había pasado, por qué estaba ahí. Empezó con su discurso: que todo era político, juicio armado. Hasta que le dije lo que había visto en el hotel: una señora llorando porque le habían desaparecido al hijo. ‘Que lo estabas esperando vos en el batallón'. Me acuerdo que me miró a los ojos: me dijo que eran todas mentiras, que era gente mala que tenía intenciones económicas. Ya no lo escuchaba, solamente lo miraba. Quería verlo, pero ya no lo estaba viendo. No era el abuelo que había conocido esos 16 años. Veía otra mirada, eran otros ojos”.
¿Qué viste?
La deshumanización. Las violaciones. La tortura.
2. El diablo en pinta
“En mayo de 2017, después del fallo de la Corte Suprema de Justicia conocido como el 2 x 1, muchxs de nosotrxs empezamos a buscar la manera de alzar la voz, entendiendo el retroceso que el gobierno actual estaba llevando a cabo en materia de derechos humanos. A partir de publicaciones en la prensa, nos dimos cuenta de que no éramos lxs únicxs con estas inquietudes y comenzamos a encontrarnos”.
A Natalín Videla le llegó una de esas publicaciones en la prensa por un compañero de militancia. “No tengo nada que ver con Videla”, se presenta, 35 años, para aclarar que no hay ningún lazo con el asesino y secuestrador de bebés Jorge Rafael, sino que ese es el apellido de su madre. “Mi abuela no me quiere dar el apellido de mi viejo”, aclara y vislumbra en esa frase, y en el tono de voz en que lo dice, una historia brutal que Natalín ubica rápido para entender la densidad, el horror: “Mi abuelo mató de un tiro a mi papá”.
Silencio.
Su abuelo se llamaba Alfredo Telis. Su abuela se llama María Isabel Venturino. Ambos figuran en un listado con 700 nombres del personal civil del Servicio de Inteligencia Naval (SIN) que operó en dictadura. Una de sus bases fue la ESMA. Natalín descubrió el documento en 2015, mientras buscaba en un ciber información de sus abuelos, en medio de la disputa judicial con su abuela por el apellido. La historia la completó en pandemia cuando su mamá le preguntó si quería saber la verdad. Le advirtió que era dolorosa. Natalín le dijo que sí. Y entonces así puede contarla y contarse: “Mi abuelo le instaló a mi papá que se meta en la ESMA, que iba a poder garantizar futuro a su familia. Mi viejo ingresa. No podía estar casado ni tener hijos. Cuando yo nací, mi abuelo le preguntó a mi mamá si quería que me reconozcan como si fuera su hija. Mamá dice que no. Ella termina abriendo los ojos de lo que pasaba en casa porque un día, mientras pasaban en la tele una noticia sobre restitución de los nietos, mi abuela le dice a mi abuelo: ‘¿Viste? Menos mal que no te metiste en esa. Mirá en qué quilombo nos hubiésemos metido'. Mis viejos estaban comiendo. Se querían morir. Se quedaron mirando, duros. Mi viejo, después, se va de la ESMA, no lo aguantaba. En el 89 mi abuelo queda acuartelado en La Tablada. Cuando vuelve a su casa, empieza a tomar, y tiene una discusión con mi papá. Él le dice que los milicos son una mierda y unos hijos de puta. Mi abuelo sacó el arma, un calibre 22, y le disparó. Mi abuela cuenta la verdad a un compañero de mi viejo, que es por el que se termina enterando mi mamá. Mi abuelo queda preso un año y los mismos abogados que lo defienden, militares, arman el relato del accidente: que mi viejo había agarrado el arma y, en una maniobra, se disparó”.
Con esa versión se crio Natalín. “Mi abuelo tomaba y se volvía loco. Un día entró en calzones a los gritos al cuarto de mis viejos, apuntando con el arma a mi mamá, que estaba embarazada, diciendo que la iba a matar. Mi viejo se metió en el medio. Otro día tomó y se puso a contar cómo picaneaban, que a una mujer le habían cortado los senos. Se ponía sádico y, por momentos, también se ponía a llorar. Tomaba y era el diablo en pinta”.
Natalín recuerda su infancia en esa casa, jugando en los mismos lugares donde había pasado todo. Recuerda que un día su abuelo le regaló una hamaca, que otro salió con su abuela a darle de comer a los pajaritos. “Ellos me querían ver y yo quería ir a su casa, mi mamá mucho no podía hacer. Pero hablaban mal de mi familia materna: mi abuelo había sido delegado de una textil y lo hicieron renunciar amenazando que le iban a hacer boleta a la familia. En ese momento mi vieja tomó la decisión: Natalín no viene más”.
Se emociona cuando habla de su mamá: “Me saco el sombrero con ella. Todo lo que vivió, lo que sufrió. Lo que tuvo que afrontar. De chiquita yo dibujaba a mi papá en el cielo y a mi mamá y a mí jugando en una plaza. Sabemos que las víctimas de la dictadura son los compañeros detenidos desaparecidos, pero mi viejo fue una víctima de esa casa, de esos vínculos enfermos. De lo que significa rebelarte de los milicos. Sé que él me hizo rebelde”.
¿Tu abuelo fue juzgado?
Mi abuelo murió impune.
Silencio.
3. “Tuvo que ver”
“Acatamos por miedo o por amor todo lo que pudimos y nos esforzamos en seguir creyendo. Hasta que ya no pudimos más y la verdad nos explotó en la cara”.
Para Juliana Vaca Ruiz (28) el detonante fueron los últimos días de vida de su abuela. En ese proceso, de profundo duelo por la despedida de un familiar amado, Juliana se encontró con su papá en un camino que define como sincrónico. “Un día estábamos en la casa de mi abuela y aparecen fotos. En todas había milicos, reuniones, actos, mi abuelo con armas en lugares, galpones, y todas estaban entre las fotos de cumpleaños de la tía Patricia. Ese nivel de naturalización. Cuando mi papá empieza a rescatarlas, me dice: ‘tenemos que hacer algo con esto, el abuelo trabajaba en el servicio de inteligencia'. Y ahí me empieza a contar cosas, como que el lugar donde lo llevaba a jugar al fútbol era un centro de detención”.
Su papá, rápidamente, se puso en contacto con HIJOS Rosario. Juliana fue más despacio: “Empecé terapia por ese entonces y la terapeuta me preguntó por mi familia. Naturalmente hablé de mi papá, de mi mamá, que mis abuelos eran militares. Ella, súper feminista y de izquierda, me pregunta: ¿cómo militares?”. Juliana, militante universitaria y por los derechos humanos, entonces lo vio: “Ahí me cayó la ficha. Yo lo decía normal, era su trabajo. Y lo vi. En ese momento los dos empezamos a armar la figura de un padre y abuelo genocida”.
Omar Jesús Vaca era suboficial del Ejército, integraba el Destacamento de Inteligencia del ex Batallón 121 de Rosario, bajo las órdenes del ex teniente coronel Pascual Oscar Guerrieri, condenado a prisión perpetua en 2010 por crímenes de lesa humanidad en la causa Guerrieri I. Los horrores motivaron otros dos procesos: Guerrieri II y Guerrieri III. “Mi abuelo murió en 2006, y murió impune. Todo ese segmento de inteligencia goza de una impunidad muy grande. En Rosario, después de la dictadura, hubo un robo en Tribunales y se llevaron toda la documentación”. Fue en 1984 y recién el año pasado hubo sentencia: en un juicio abreviado condenaron al Jefe de Inteligencia del Comando del Cuerpo II del Ejército, Héctor Fructuoso Funes, por el robo, y se constató que había sido un golpe planificado por el propio Ejército. La pena: cuatro años de prisión.
El abuelo Omar era parte de esa estructura. “Los trabajos que hacía de espionaje los llamaban ‘el ambiental'. Es un término que se sigue usando en trabajo social, por ejemplo, para relevar las condiciones de vida de una familia, la situación habitacional; bueno, mi abuelo se dedicaba a espiar a las personas, saber sus horarios, ficharlos. No está nombrado en ninguna causa. Pero sí nos llamó la atención que, ya muerto, mandaron a pedir su legajo en una causa por robo de bebés en el Hospital Militar de Paraná”.
Hay otra causa en la que su papá declaró: la del asesinato de Luis Alaniz. Fue el 19 de febrero de 1976, un mes antes del golpe. Todos en su familia sabían que esa noche había pasado algo, que a aquel psicólogo y militante de 33 años lo sacaron de su casa, lo corrieron por la calle, que lo mataron. “Mi abuela le contó a mi papá que mi abuelo estuvo implicado -dice Juliana-. ‘Tuvo que ver', le dijo. Mis abuelos vivían al lado de la casa”.
¿Tu abuela habló?
Mi abuela dijo eso pero nunca más dijo nada. Y no es que no sabía. Él la hizo entrar a la fábrica de armas, en plena dictadura, y le decían la Mata Hari (por la mujer que hizo tareas de espionaje para Alemania en la Primera Guerra Mundial). Sabía muchas cosas que nunca contó. Las abuelas, por más que los viejos estén muertos, los van a seguir apañando, acatando todo lo que dice el pater porque en ellas reposa esa idea de la reproducción familiar y el mantenimiento de esa unión. Romper la figura del pater, para ella, es romper con la idea sagrada de la familia. Es la punta de la pirámide: todo nace ahí.
Juliana se crió en el sur, en Santa Cruz, y no tuvo mucha relación, pero recuerda a su abuelo alto, robusto, con un hábito peculiar: “Tenía la costumbre de pasarse todo el día en el sillón mirando por la ventana, siempre vigilando la calle atrás de la cortina. ¿Qué miraba? No sé, seguía espiando. Todo el tiempo, con la radio prendida. En su habitación tenía un balcón y puso un espejo retrovisor: desde adentro podía ver quién pasaba por la vereda”.
También recuerda un almuerzo en el que la pequeña Juliana tenía agarrados los cubiertos al revés de la tradición: el tenedor en la mano derecha y el cuchillo, en la izquierda. “¿Esta nena es zurda?”, le preguntó el abuelo Omar a su papá. Tenía 5 años.
4. Mirar el monstruo a la cara
“Poder tomar distancia de algo tan íntimo como la ‘propia sangre' es un recorrido doloroso pero necesario, que nos libera del peso de la ‘culpa' por lo que nuestros predecesores hicieron”.
Año nuevo, celebración familiar en una quinta conurbana, su papá a punto de empezar el show de fuegos artificiales y, mientras miraban las estrellas, Natalia Dopazo le preguntó al abuelo de qué trabajaba antes. “Luchaba contra la subversión”, le respondió. “En ese momento, y para una niña de 7 u 8 años, decir mayonesa o subversión era lo mismo”, piensa Natalia, hoy, a sus 36. El sentido -la respuesta- vendría mucho después.
Siempre ocultó, por recomendación familiar, que su abuelo era militar: “Mi viejo militó en el PC (Partido Comunista), no eran de ese mundo, pero era por una cierta protección”. Tampoco contaba en la escuela que los fines de semana iban al Círculo Militar en Olivos, provincia de Buenos Aires: solo decía “El Club”. Pero la situación familiar “se puso rara” en 2002, cuando “El Tata” fue detenido. En ese momento su abuelo y su abuela estaban separados, pero ella salió de garante y aceptó vivir con él para que no fuera a cárcel común. Dos años después, Natalia leyó una nota en la contratapa de Página/12 que lo nombraba con apellido y cargo: Orlando Oscar Dopazo, jefe del Batallón de Comunicaciones de Comando 141 de Córdoba. Allí aparecía también el relato, con detalles insoportables, del asesinato de un militante de las FAL. Natalia deseaba que no asociaran ese apellido con el suyo: “Siempre me habían dicho que mi abuelo no había hecho cosas ‘tan graves'. Que participó pero no mató. Que no torturó. Durante esos años me alcanzaba como respuesta, pero entonces empiezan los juicios, y decía que lo estaban juzgando mal, que le endilgaban cosas que no había hecho. Había un halo medio raro. Hasta que empecé la facultad”.
Cada vez se hacía más preguntas. Tecleaba su apellido en los buscadores de Google, buscaba en organismos, consultaba amigos: “Cuando tenés estas historias no es fácil. A veces leés cosas y no las entendés. Se te bloquea el cerebro. O se te olvida”. Un novio le contó que había estado implicado en el asesinato del poeta Francisco Paco Urondo, en Mendoza, un operativo donde también desaparecieron a su compañera, la periodista Alicia Raboy, y secuestraron a su hija Ángela. Cada vez era más duro. “De pronto fui profe y tuve que llevar a mis alumnos a ex centros clandestinos”, dice Natalia, y en esas experiencias le era inevitable comparar el casino de oficiales de la ESMA con los Casinos de Oficiales de Córdoba o Mendoza donde su abuela le contaba que hacían fiestas.
Fue hace tres años que Natalia encontró un documento en la Secretaría de Derechos Humanos. Allí Dopazo aparece como jefe de Inteligencia G2 de Mendoza. Allí estaba. Tenía pesadillas: soñaba con una chica de pelo corto, con torturas, con violaciones, personas que no sabía quiénes eran pero veía sufrir. Ya sabía de la existencia de un colectivo que reunía familiares de genocidas, aunque todavía no era momento. “No lo hacía por la humanidad, lo hacía por mí: necesitaba saber”, dice Natalia. Sí le escribía a una de esas hijas desobedientes, Lili Furió, la mejor amiga de su mamá junto a otra mujer: las tres hijas de militares, pero Lili fue la única que hizo esa ruptura: “Cuando mirás al monstruo a la cara no podés hacerte más la boluda”, le decía Lili. Es que ya no era solo el Tata, ese abuelo que la cuidó hasta los 12, el de los asados, las compras, el que la llevaba a jugar a la plaza. “Fui confirmando la sospecha de que hizo muchas cosas malas: no había sido un administrativo nomás. Cuando el desconocimiento es tan grande no podés preguntar ni repreguntar. Estuve muchos años intentando encontrar a las personas que me pudieran dar respuestas. Mi abuelo tuvo varios juicios, pero nunca llegó a sentencia. Murió en 2010”.
5. Del otro lado
“Si bien el vínculo filiatorio determina nuestro encuentro, no es la relación personal que tuvimos con el familiar lo que nos convoca, sino un posicionamiento social y colectivo de repudio al accionar genocida”.
Para Nicolás Ruarte (34), el período 1976-1983 era un punto más en una línea de tiempo histórica que se leía relativamente sencilla: gobierno democrático-dictadura militar-gobierno democrático. “Me enteré de qué era la dictadura el día que mi abuelo cae preso”, dice, y eso pasó en 2003. Tenía 13 años y una preocupación: cómo iba a contar lo que ocurrió en su escuela. Entonces abrió un proceso que tiene otro punto en 2007 con una condena que Nicolás vio por TN: Luis Arias Duval, Jefe de la Central de Reunión del Batallón 601 de Inteligencia, condenado a 25 años de prisión, junto a otros siete militares, entre ellos el ex jefe del Ejército Cristino Nicolaides, por el secuestro y la tortura de seis militantes montoneros en la primera causa por la Contraofensiva. Cinco siguen desaparecidos.
No fue el único en la familia. El hermano de Luis fue Alberto Arias Duval, un ginecólogo que asistía a partos en la ESMA y murió sin llegar a juicio. Su primo, el excoronel del Ejército Agustín Arias Duval, fue detenido y procesado por el Circuito Camps: estaba acusado de participar en el ataque a la casa de Daniel Mariani y Diana Teruggi, donde secuestraron a Clara Anahí, nieta de Chicha, fundadora de Abuelas. También murió sin juicio. Por la otra rama familiar, su abuelo paterno es Orlando Miguel Arcángel Ruarte, teniente coronel del Batallón 101 de Comunicaciones de La Plata. Estuvo preso e imputado por dos homicidios y una privación ilegal de la libertad, pero no llegó a la sentencia por problemas de salud. Nicolás no habla mucho de él por no tener una relación como la que tuvo con Luis.
Tras la detención de su abuelo, Nicolás comenzó a investigar por su cuenta para saber qué había pasado. Si bien su mamá siempre se posicionó en contra de esos crímenes, las discusiones en la casa donde el abuelo Luis tenía el beneficio de la prisión domiciliaria, eran largas y arduas respecto de cómo tenía que ser su defensa. “Mi abuelo, para mí, era un héroe. Fue difícil separar esa figura para tratar de indagar algo más. Lo quería muchísimo”. Todos los miércoles de su vida, desde los 4 hasta los 14 años, Nicolás salía del colegio e iba a lo de su abuelo. La radio prendida todo el día cantando tangos, sus milanesas con puré, sus pizzas amasadas, su pelo engominado, su traje impecable. Imágenes y recuerdos de la misma persona que ya en domiciliaria, cuando Nicolás le preguntó si los desaparecidos eran 30.000, se paró y sacó, del armario en el que guardaba su arma un listado. “No andes repitiendo boludeces”, le dijo y se lo mostró. Nicolás recuerda: “Era un listado con muchas hojas apaisadas, con nombres y números de DNI. Era parte de su defensa, para decir que eran muchos menos. Mi abuelo sabía mucho. Pero nunca habló. Y se lo recrimino”.
Nicolás se fue alejando de esa casa, de esas reuniones, de ese abuelo. Necesitaba saber más. A sus 15 le pasó algo: “Me puse de novio con una chica que tenía un familiar desaparecido. Le prohibieron ir a la casa de mi abuelo. Ahí pude ver, más allá de lo que me contaba mi mamá, lo que significó para una familia en carne propia, del otro lado de la represión. Porque siempre escuchaba que los Montoneros, que las bombas, que eran ‘ellos o nosotros', y recién ahí pude ver el otro lado: los 30 mil, que te cuenten cómo entraron a la casa, el exilio, las redadas. Con ellos fui a mi primera marcha del 24 de marzo, en 2006”.
¿Qué recordás, qué sentiste?
Los cantos. El poder de la voz: “Como a los nazis les va a pasar…”. Me resonó mucho. El poder de movilización, las miles de personas por la causa. En esa época todavía creía parte del discurso de mis abuelos y me fui con la sensación de que no era divertido estar acá. Me fui casi sintiéndome un infiltrado. Tenía miedo de que alguien dijera: ‘Él es nieto de milicos'”.
No pasó, y en esa marcha, que fue la primera a la que Nicolás había ido en la vida, también se abrió algo. Empezó a trabajar en teatro y, tras un paso estudiando Ingeniería en Sistemas (“dejé, no me hacía feliz”), se metió de lleno en el arte: es dramaturgo, escenógrafo, músico, intérprete. En una obra llamada Habitus, que trataba sobre la violencia social, el final estaba reservado para que sus intérpretes rompieran el código de escena y hablaran al público, narrando una historia real. Nicolás le contó a la directora su historia, y le preguntó si podía sumarse. Le dijo que sí y así nació su monólogo Documento Nacional de Identidad: “Fue la primera vez que conté mi historia en público”.
Esa ruptura lo llevó a investigar para poner en escena su propia obra de teatro que llamó Arizmendi, por el alias que utilizaba su abuelo en dictadura. En esos años un compañero le acercó un recorte de una nota de un diario sobre un colectivo con un nombre extraño: Historias Desobedientes. Los contactó para entrevistarlos para su obra. Pero nunca más se fue: “Fui el primer nieto que se integró al colectivo”.
6. Juicio y castigo
Los pliegues de estas vidas se ubican en el mapa de una nueva generación de derechos humanos. Estas desobediencias se organizaron en 2017 con una primera ruptura en la obediencia debida de esas familias por parte de hijos e hijas. Lo que traen Augusto, Natalín, Juliana y Nicolás -como integrantes de Historias Desobedientes- y Natalia -de Asamblea Desobediente- es otro tipo de corrimiento: son nietas y nietos, y de este grupo solamente Juliana tiene a su papá militando en el colectivo. El resto sintió una pulsión mucho más fuerte que el mandato, las tradiciones, el clan familiar, el dolor de sus madres y padres.
Nicolás: “Lo siento como un deber. Nadie elige dónde nace, los vínculos que tocan, la familia que tiene: la vida nos puso en esta situación y nos dio estas cartas tan singulares. Sé que lo que hicieron es verdad: en la Sala de Embarazadas de la ESMA hay una placa con el nombre de mi tío abuelo. La primera vez que la vi me quebré: no me pueden negar que el tipo formó parte de eso. No lo siento como una culpa, pero sí que con estas cartas, por este punto de vista que nos tocó, tenemos la chance de hacer algo importante”.
La culpa, o la vergüenza, es inevitable en algunos procesos. ¿Cómo se politiza? Juliana: “Tenemos una historia que contar que no es linda. Pero vos elegís cómo posicionarte respecto de eso. Se trata de deconstruir también qué significan los lazos familiares. El colectivo aparece a la par y gracias a la última ola feminista. Si nos historizamos, somos producto de esas banderas: hay mucha conexión entre romper el silencio y denunciar al familiar golpeador y abusador con denunciar al familiar genocida. Rompimos el silencio desde nuestra historia. La familia te impone, y ninguno de mis primos y mis tías están en esta: si mi familia decide mantener el silencio, yo decido hacer otra cosa, y eso me ayudó a dejar la vergüenza, porque vergüenza deberían sentir las personas que reproducen los ideales de la dictadura como Victoria Villarruel, y no nosotros que reivindicamos la memoria, la verdad y la justicia”.
Natalín: “Sabemos lo que hicieron. Los repudiamos. Nuestras historias aportan a esa conciencia colectiva”.
En el caso de Augusto, fue su papá quien le acercó la noticia de un colectivo con familiares de genocidas. Ellos lo apoyan, se emocionan, aunque no participan. Su abuelo, a diferencia de los demás, todavía vive. “Mi mamá aún no se anima. Pero hemos dado pequeños pasos yendo a marchas juntos”, dice el nieto y cuenta que en la movilización del primer paro general de la CGT, en enero, su mamá le mandó una foto. “Mirá a quién me encontré”, le escribió. Eran las Abuelas, y ella les estaba tocando la mano. Augusto sonríe: “Me hizo saber que está por el mismo camino”.
Natalia: “Creo que hay muchas personas que pueden saber cosas. No porque las oculten, sino porque en sus casas puede haber un papelito, alguna agenda, un documento, con lo que se puede reconstruir un caso. Mucha gente con la que hablo me dice ‘tengo un tío', ‘tengo un abuelo', tienen familiares militares. Hay un trabajo de acompañar esos procesos, y vincularte con esta historia te ayuda a procesar y entender que no estás solo ni sola. Que hay compañeros que te enseñan a investigar, que te van a escuchar. Y, en lo personal, nombrar las cosas: yo quiero decir que mi abuelo es genocida e hizo todo esto. Si no hubo justicia en proceso, al menos que haya una justicia histórica”.
7. Desobediencia presente
Nicolás cuenta que a través de una campaña por redes sociales invitaron a la vicepresidenta Victoria Villarruel aque se sumara a la desobediencia. Es hija de Eduardo Villarruel, teniente primero del Estado Mayor del Ejército que participó en el Operativo Independencia, en Tucumán, donde secuestraron y asesinaron miles de obreros, estudiantes, docentes y militantes sociales. Por sus métodos y su crueldad, es considerado el inicio de la represión clandestina que el golpe de Estado de 1976 sistematizaría en todo el país. A su vez, la vicepresidenta es sobrina de Ernesto Villarruel, también militar, detenido por crímenes en el centro clandestino de detención El Vesubio, aunque fue declarado “incapaz” para estar en el juicio. Nicolás: “Obviamente, nunca nos contestó”.
¿Qué significa la desobediencia en este contexto?
Nicolás: El llamado a la desobediencia hoy no es solo a los familiares de los represores, sino de acá al futuro. Nos dirigimos a los miembros de las fuerzas armadas actuales, y de las fuerzas de seguridad, para que no vuelvan a ser un chivo expiatorio de los grandes grupos económicos que hoy quieren hacer lo mismo. Por suerte esa desobediencia la pudimos contagiar: hay compañeros y compañeras en Uruguay, en Chile, en Brasil, en Paraguay. Nos contactaron familiares de nazis en Alemania. Familiares del franquismo en España. Una italiana descendiente de funcionarios de Mussolini. La fuerza de Memoria, Verdad y Justicia terminó engendrando historias desobedientes dentro de las propias familias militares. Y hay que buscar nuevas formas: la calle, pero también lo virtual, que es un espacio que habitan los jóvenes.
Augusto: Venimos de lugares muy sucios y oscuros de la historia y fue un destello de luz y de amor lo que nos hizo salir de ahí. Crecimos con los juicios, con el cuadro de Videla que se bajaba, y no habíamos vivido un gobierno como este que trae un discurso negacionista y quiere patear todo lo que se construyó. Es peligroso porque el odio es muy destructivo. Es importante pensar el amor: si las Madres y las Abuelas pudieron plantarse en dictadura poniéndose un pañuelo, tenemos que hacernos cargo y plantar nuestros límites.
Juliana: ¿Qué más podemos hacer además de contar nuestra propia historia? Es un desafío que estamos encarando para luego de esta etapa de romper el cascarón. No quita que hoy podamos abonar a que familiares de fuerzas de seguridad desobedezcan ese mandato familiar. Esas fuerzas pueden y deben desobedecer. Se ensucian las manos por un modelo económico que no los favorece a ellos ni a nadie: es el brazo armado del Estado ensuciándose las manos por el Estado. Los responsables de los delitos de lesa están condenados, ¿pero los autores intelectuales?, ¿y los económicos? Son los mismos que hoy mandan a la policía a los pibes de barrios humildes que buscan una salida laboral y a los meses tienen una 9 milímetros en la cintura. En ese proceso se deshumanizan. Y necesitan ser deshumanizados para ser ese brazo sucio y armado: ellos ganan dos pesos y nosotros también. Las medidas nos afectan por igual. Es un gran aporte que podemos hacer.
8. Deseo y contagio
Juliana marchó este 24 de marzo por primera vez en Rosario. Ya había participado en Buenos Aires, pero ahora sentía otro deseo: “No puede ser que esté sola, que sea la única, acá. Mi intención era, primero, estar presente como desobediente. Y segundo, ver si pescaba a alguien. En Rosario no es que no hay, nos hablaron, pero todavía no participan activamente. Mucha gente busca acompañamiento, aunque no todes tienen la intención de una militancia activa”.
La acompañaron sus amigas, su red. Juliana marchó así con un cartel que tenía pegada dos hojas A4. De un lado decía: “Nunca más al pacto del silencio”.
Del otro: “Abuelo, ¿dónde están los 30.000 desaparecidxs?”.
Silencio.
Juliana entiende esa fuerza, esa potencia, lo que grita.
Y nuevamente lo politiza: “Hay que sembrar desobediencia”.
(Los fragmentos de citas iniciales son extractos del libro Nosotrxs, Historias desobedientes. Primer encuentro internacional de familiares de genocidas por la Memoria, la Verdad y la Justicia).
Jaroslav Hasek, uno de los nuestros
A lo largo del tiempo se le ha llamado de todo: haragán, rebelde, vagabundo, anarquista, actor, bromista, bohemio (y nativo de Bohemia), alcohólico, traidor a la Legión Checa, bolchevique y bígamo, además, de un excelente novelista cuyas obras se beben como el mejor vino.
Estamos hablando de Jaroslav Hasek nació en Praga en 1883 y murió en Lipnice, en Bohemia, en pocos meses después de cumplir los cuarenta años. Acaba de editarse una nueva traducción de su inmortal obra, Las aventuras del valeroso soldado Schwejk, de la que ya hubo para Destino en 1980, Hijo de un profesor de matemáticas, nació en Praga en 1883 y murió en Lipnice en 1923. Estudió en la Academia Comercial de Praga y antes de ser famoso como escritor y periodista se ganó la vida como empleado de banca. La última parte de Las aventuras del valeroso soldado Schwejk, interrumpida por la muerte de Hašek, fue completada por el escritor checo K. Vanek. Es uno de los escritores checos más importantes de la literatura contemporánea y maestro indiscutible de Bohumil Hrabal y Milan Kundera.
Personaje único, infortunado en el amor, en el trabajo y en el teatro, y siempre sin blanca, estaba destinado, después de unos comienzos prometedores, a no alcanzar el éxito literario que no conoció en vida, muriendo como un apestado para los señores del orden establecido. Es posible que mucha gente haya oído hablar de su personaje más conocido, Schwejk, que ha sido comparado con Sancho Panza, pero seguramente pocos lectores jóvenes conocen, aunque tienen todavía mucha vida por delante para reparar tal infortunio.
Éste auténtico “grouchomarxista” será recordado siempre por sus extravagantes sátiras de la monarquía austro-húngara, por la manera inmisericorde con que trató a su “nobleza”, y por supuesto, contra su Iglesia y su alta burguesía, el anarquista que prestó su servicio a la causa bolchevique en Rusia, era, como salta a la vista, una personalidad contradictoria que le había llevado a crear su Partido del Progreso Moderado Dentro de los Límites de la Ley (en realidad mucho más serio que nuestra izquierda “realmente existente”).
Durante su estancia en la Rusia soviética se sintió eslavófilo, y no tuvo demasiados inconvenientes en retirar su lealtad a los Romanov, y más adelante al presidente liberal Masaryk. En sus actuaciones, Hasek era un singular producto burgués: antiintelectual, inculto levemente xenófobo, no parecía gozar de unos principios firmes. Al parecer, se dejaba llevar por sus impetuosas emociones y su falta de autodominio No se sabe de él que se identificase demasiado con el socialismo y la clase obrera, y por su manera de ser no parecía muy dado a estar sindicalizado, aunque lo cierto es fue despedido de su empleo por instigar una huelga en la que puso todo su talento. También se cuenta que trabajó en una mina durante una temporada, pero fue una temporada breve, semejante esclavitud no estaba hecha para él.
Todo indica que lo suyo era beber en compañía de su “corte” de bohemios literarios, la mayoría de segunda fila, cuya compañía disfrutaba e incluso necesitaba mientras no le aburría con cuestiones teóricas de literatura y arte. También era amante de la compañía de la gente corriente, a la que tan bien supo dar vida sobre el papel en Las aventuras del valeroso soldado Scbwejk y en sus innumerables relatos publicados en entregas semanales. Su incapacidad para adaptarse a las convenciones dominantes acabó amargando la vida de su compañera, y acabó dando al traste con su matrimonio y con sus modestos sueños de felicidad personal. Un precio que por lo demás, resulta explicable desde el momento en que Jaroslav era un negado para aceptar cualquier tipo de restricción, burguesa o no, lo contrario que su esposa, que sí bien se jactaba de ser una mujer emancipada en realidad siempre acabó respetando dichas convenciones.
Cuando estalló la “Gran Guerra”, Hajek había comprometido reputación de un modo tan universa y tan ineludible que debió ver con autentico alivio la oportunidad de sumirse el anonimato de una oscura vida militar que le proporcionó la posibilidad de comenzar de nuevo, aunque durante la contienda acabó desertando del ejército austriaco y se pasó a las tropas checoslovacas libres que luchaban en Rusia “por la libertad de su país”, aunque, finalmente, en 1918 ingresó en el partido comunista ruso y se presentó como voluntario para trabajar en el incipiente Ejército Rojo. Nadie puede negar que hiciera buen uso de esta posibilidad durante los dos años que pasó en Rusia como comisario bolchevique, cargo que le proporcionó al fin un sentido para su vida y le dio todas las apariencias de ser otro hombre, nada menos que un revolucionario.
El mismo dará fe que la mejor época de su vida comenzó en octubre de 1918, cuando fue enviado como “organizador bolchevique” al pueblecito de Bugulma, escondido en la Rusia Oriental entre baschkires y tártaros, un espacio recién liberado de los blancos que comenzaban a levantar cabeza gracias al apoyo de Gran Bretaña.
Tres años más tarde regresó a Checoslovaquia, militó en las filas del partido comunista checoslovaco, y comenzó a trabajar en su obra inmortal, El buen soldado…, hasta que su quebrantada salud, arruinada por años de alcoholismo desprejuiciado, se lo permitió. Como era de esperar con alguien así, el reconocimiento de la novela se produjo lentamente y llegó cuando el autor ya había muerto. La posteridad le reveló como uno de los un de los grandes humoristas de la época y como un formidable satírico. El protagonista de esta novela, voluminosa (780 pgs) e inacabada, sería interpretada desde diferentes enfoques: como el “pequeño hombre” que lucha contra la burocracia con astucias y subterfugios innatos a los Sancho Panza, como el patriota que se buró de sus amos austriacos o mejor quizás, como una burla subversiva y antisistema. Algo de verdad contienen cada una de las interpretaciones, es más, seguramente es todas estas ambivalencias la que hacen tan universal.
Sin embargo, por encima de todo esto hay un Hajek (el de los delicioso Relatos de Bugalma), que nos deja testimonio de una intensa nostalgia por aquella Rusia provinciana y universal que estaba conmoviendo los cimientos del siglo XX. Nos parece oír la voz de un Hajek mucho más cómplice. Aunque se burla del camarada Yerokhimov y de otras autoridades soviéticas, la suya es una sátira amable, muy diferente de los latigazos con que flageló a los burócratas austriacos y a algunos de sus propios compatriotas. Incluso la Iglesia Ortodoxa sale mucho mejor parada que la Iglesia Católica de Austria. La explicación de esto no es difícil de encontrar: en el fondo, Hajek era un eslavófilo; quería y comprendía a aquellos personajes rusos y se identificaba con sus sueños. Esta es a razón de que, en sus relatos rusos, muestre sus mejores y más amables aspectos como escritor. Y quizá otra razón para esto es que, mientras los escribía estaba temporalmente libre de influencia de la bebida y gozaba de una mayor serenidad.
Conviene recordar que en la Rusia bolchevique, el alcoholismo podía representar el pelotón de fusilamiento. Yerokhimov, el personaje principal de estos relatos, no existió en la realidad, pero es un personaje muy vivo y fielmente retratado, especialmente un personaje ruso en una época de anarquía. Empero, si existió un cierto Yerokhym que fue condenado a muerte por robar cuando dirigía registros domiciliarios. Fue juzgado por el Tribunal Revolucionario del que formaba parte Hajek, y quizá el personaje y su nombre le sugirieron estos relatos. Al tiempo que leemos y sonreímos, no debemos olvidar que estamos contemplando la vida rusa en el espejo deformante de Hajek. Yerokhimov amenaza con hacer fusilar a todo el mundo, pero Hajek presenta esto corno algo cómico, como una peculiaridad de los entusiastas revolucionarios rusos que puede ser perdonada.
Un cuadro muy diferente es el que nos presenta Babel en su Caballería Roja.
En el relato que hace Babel de la guerra civil abunda en episodios corno éste, en los que es tan fácil estrangular a un ser humano como retorcerle el cuello a un ganso. El cosaco Kudrya ejecuta a un anciano judío por espionaje. El judío grita. Kudrya le agarra la cabeza bajo el brazo y le estrangula. El judío calla y extiende las piernas. Kudrya toma un puñal en la mano derecha y “le corta el gaznate al judío, cuidando de no mancharse las manos”. Pero en Las aventuras del valeroso soldado Schwejk hay pasajes que hablan del de los cadáveres humanos, de los campos de batalla abonados con los excrementos de las tropas que llevan a la muerte sus amos capitalistas. Pero, en sus viñetas de la guerra civil rusa, Hajek cierra los ojos a todo esto, y su presentación de la vida bajo el gobierno bolchevique es tan “constructiva” como los artículos de propaganda que escribió día tras día durante aquella época grata de su vida.
En otro de sus relatos, el titulado Ante el Tribunal Revolucionario del Frente Oriental, Hajek casi aplica el agudo de la justicia y a los procedimientos legales soviéticos de manera tan despiadada corno hizo con los procedimientos de los tribunales militares austriacos. Por esta razón, cuando se publicaron estos relatos en lengua rusa, algunos de los antiguos miembros del Quinto Ejército protestaron, acusándole de haber menospreciado el idealismo que existió en la lucha por la liberación de Siberia. Pero ahora todo esto ha cambiado. Bugulma no es el único pueblo soviético que tiene una calle con el nombre Hajek; y además, se precia de tener también un “museo Gashek”, aunque cabe pensar que autores como Hajek lo habría tenido imposible solamente diez años más tarde.
Si observamos la vida de Hajek como una verdadera novela picaresca que fue, y si cerramos los ojos a la realidad y aceptamos la imagen que nos da de ella el espejo del autor, podremos agradecer estos relatos, que son obras maestras en su género y que recuerdan los aspectos más amables y humanos de la gran novela épica de Hajek, Las aventuras del valeroso soldado Schwejk,obraque también figura en el catálogo de Galaxia Gütenberg, en una colección del Círculo de Lectores muy dada a recuperar” clásicos de la tradición revolucionaria, y por lo que se ve percibe, con cierta intención de domesticar, cuando no denigrar. Pero el lector interesado podrá recurrir a la edición en dos volúmenes de Destino (Barcelona, 1980, tr, del alemán de Alfonsina Janés), editorial que también publicó El comisario rojo (idem, 1983, tr. del inglés de Ester Donato, obra formada por varias narraciones comenzando por los Relatos de Bugalma, de lectura absolutamente recomendable para todo amante de la buena literatura y que además crea que otro mundo es necesario…
Las aventuras del valeroso soldado Schwejk es, tal vez, la obra de la literatura checa más conocida fuera del país, ya que al poco de ser publicada se tradujo a varios idiomas y fue objeto de adaptaciones teatrales y cinematográficas.
Seis empresas españolas hacen negocio en los territorios ocupados de Palestina en pleno apartheid israelí
Defensa otorga millonarios contratos a una empresa israelí que vende armas para el genocidio en Gaza
Danilo Albin
La cuenta bancaria de la empresa armamentística Elbit Systems crece al calor de los muertos en Gaza. Esta compañía, que figura al mismo tiempo como la principal proveedora israelí del Ministerio de Defensa español, ha logrado multiplicar sus ingresos gracias a su participación en una campaña militar que acumula ya más de 40.500 víctimas.
Las buenas noticias se suceden en las oficinas de Elbit Systems en el Centro Tecnológico Avanzado de Haifa. El pasado 12 de agosto llegaban novedades desde Madrid: el Ministerio que dirige Margarita Robles acababa de concederle otro contrato para el mantenimiento del mortero Cardom, en este caso por 10.000 euros.
Los vínculos entre Elbit Systems –considerada la principal industria militar de Israel– y el Ministerio de Defensa español vienen de lejos y suman toneladas de dinero: la compañía con sede en Haifa ha logrado un amplio número de contratos en Madrid desde al menos 2007. Según datos recogidos por Público, en el último año ha obtenido distintas adjudicaciones que suman más de seis millones de euros.
Esos éxitos se combinan con el creciente papel de esta empresa en la masacre contra la población civil en Gaza. De acuerdo a los datos de la propia compañía, sus cuentas han engordado a niveles históricos tras el inicio de las operaciones militares en Gaza en octubre de 2023.
Público ha tenido acceso a la transcripción de una conferencia telefónica ofrecida por los directivos de Elbit Systems el pasado 28 de mayo, durante la cual ofrecieron datos contundentes sobre sus vínculos con las matanzas en la Franja.
"Trabajamos 24 horas al día, siete días a la semana; en algunas instalaciones trabajamos en tres turnos", afirmó durante esa reunión el presidente de Elbit Systems, Bezhlalel Machlis, exoficial de artillería de las Fuerzas de Defensa de Israel.
El directivo resaltó que los empleados "han trabajado intensamente durante meses y han hecho posible que la empresa atendiera las necesidades del Ministerio de Defensa durante la guerra".
En esa misma conferencia, el director financiero de la empresa, Yaacov Kagan –quien anteriormente ocupó cargos en la Armada y el Ministerio de Defensa israelí– destacó que "los ingresos del primer trimestre fueron de 1.554 millones de dólares, frente a los 1.394 millones del primer trimestre de 2023".
El directivo ofreció un dato elocuente. Los ingresos del área "terrestre" de Elbit Systems "aumentaron un 26% en el primer trimestre de 2024, debido principalmente al aumento de las ventas de munición en Israel".
La cartera de pedidos de la empresa a 31 de marzo de 2024 era de 20.400 millones de dólares, 4.500 millones más que a finales del primer trimestre de 2023. "Casi 2.000 millones del aumento proceden de Israel", explicó el responsable financiero.
Por su parte, el presidente de la empresa aplaudió "la gran demanda por parte del Ministerio de Defensa israelí, que repercute positivamente en los ingresos y el crecimiento de la empresa".
Machlis subrayó que en el marco de la operación militar en Gaza aceleraron "soluciones" que "aún estaban en desarrollo", algunas de las cuales fueron "desplegadas en primera línea". "También estamos actualizando múltiples sistemas y soluciones basándonos en las lecciones aprendidas durante la guerra", indicó.
"Desde el comienzo de la guerra 'Espadas de Hierro', Elbit Systems ha experimentado un aumento sustancial de la demanda de nuestros productos y soluciones por parte del Ministerio de Defensa israelí, en comparación con los niveles de demanda anteriores a la guerra", remarcó.
"Hemos aumentado la producción para satisfacer las necesidades de las Fuerzas de Defensa de Israel, manteniendo al mismo tiempo las entregas a nuestros clientes internacionales", afirmó el presidente de la compañía. "El último trimestre se vio afectado por contrataciones masivas y seguimos contratando nuevos empleados, principalmente para proyectos de fabricación y desarrollo", remarcó.
Las previsiones de la empresa apuntan hacia un crecimiento de las ganancias. En esa línea, Sachlis citó la "adjudicación de un grupo de contratos por un importe total aproximado de 760 millones de dólares para el suministro de municiones al Ministerio de Defensa israelí". Los contratos se ejecutarán "durante un periodo de dos años".
"Noche histórica"
El empresario puso sobre la mesa otro ejemplo de su colaboración en el ámbito militar. "La noche del 14 de abril, Irán atacó Israel con cientos de drones y misiles. En esa noche histórica, Israel, junto con sus aliados, interceptó con éxito la mayoría de las amenazas aéreas entrantes con una precisión coordinada, demostrando el talento de la Fuerza Aérea israelí y la fuerza de nuestros sistemas de defensa aérea", apuntó.
El presidente de Elbit Systems aseguró que sus simuladores "ayudaron a entrenar a las tripulaciones aéreas", mientras que los centros de Mando y Control Estratégico de los sistemas de defensa antimisiles contribuyeron a "interceptar las amenazas aéreas iraníes".
Reclamos en el Congreso
Los posibles vínculos de esta empresa con el genocidio en Gaza ya habían sido advertidos en el Congreso por el grupo parlamentario de Sumar. En una proposición de ley formulada en marzo pasado, la formación de izquierdas había reclamado que se cancelase la compra de tecnología israelí "probada en combate" o de uso militar a cargo de Elbit Systems.
Por su parte, Podemos también reclamó al Gobierno "la revocación de todas las autorizaciones de contratos de importación y exportación de material militar vigentes con el gobierno y cualquier empresa israelí, incluidas sus filiales".
Según denunció el Centro Delàs de Estudios por la Paz, en noviembre de 2023 se exportaron desde España 987.000 euros en municiones a Israel. La operación estuvo a cargo de Nammo Palencia, filial de la multinacional noruego-finlandesa Nammo. La receptora de esas municiones fue, precisamente, Elbit Systems.
Público
Seis empresas españolas hacen negocio en los territorios ocupados de Palestina en pleno apartheid israelí
Emilia G. Morales
Unos 328 días de ofensiva israelí, 40.534 personas asesinadas, un avance colonial desbocado – 3.570 m2 de tierras palestinas declaradas israelíes a la hora, según el cálculo Público– o una amenaza de extensión del conflicto a toda la región. Ninguna de estas razones han persuadido a las seis empresas españolas que han operado en los territorios ocupados de Palestina de detener o revocar su actividad en ellos. Se trata de las compañías eDreams, CAF, GMV, Ineco, Salvat Logística y Grupo Semi, según los datos que ofrece el Centro de Investigación Who Profits consultados por este periódico.
Tampoco ha impedido al Ministerio de Defensa español, del que es titular la socialista Margarita Robles, continuar comerciando con empresas armamentísticas israelíes como Elbit System o Netline Communications Technologies (NCT). De acuerdo con la información revelada por Público esta semana, este mismo mes el departamento de Robles ha firmado dos nuevos contratos con estas empresas por un valor que roza el medio millón de euros.
Mientras la administración pública continúa adquiriendo los servicios y productos de empresas protagonistas de lo que la Corte Internacional de Justicia y el Corte Penal Internacional investigan como un genocidio, otras compañías españolas participan en la implantación del Estado de Israel en algunas de las tierras que el sionismo lleva décadas anexionándose de facto.
A excepción de eDreams, una plataforma que hace las veces de las antiguas agencias de viajes, el resto de las compañías recogidas en el listado de Who Profits han sido contratadas para llevar a cabo diferentes tareas relacionadas con el desarrollo ferroviario de Israel en los territorios ocupados. La expropiación de estas tierras por parte del sionismo no es una cuestión opinativa: ha quedado recogida en varias resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU, como la 242, de 1967, o la 2334, de 2016.
Bien es cierto que algunas de estas empresas llevaron a cabo su actividad antes de los atentados de Hamás del 7 de octubre, cuando las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) aún no habían descargado cientos de miles de toneladas de explosivos como venganza sobre la Franja de Gaza. Sin embargo, el apartheid –tal y como ha llegado a nombrarlo en varias ocasiones la ONU– la colonización y las intervenciones militares contra los palestinos venían prolongándose desde hacía décadas de forma cada vez más frecuente.
Tanto es así que incluso la UE, fiel aliada de Israel, llegó a aprobar una directriz en 2013 para impedir que los centros académicos o de investigación israelíes que tuvieran sede en los territorios ocupados accedieran a becas, subvenciones o ayudas públicas del club de los 27.
España es el tercer país europeo con más empresas operando en los territorios ocupados
Aún así, desde el año 2017 hasta la actualidad, las seis empresas españolas han cooperado directa o indirectamente mediante su actividad empresarial, en el mantenimiento de la hegemonía de Israel en los territorios que ocupa ilegalmente. Cabe decir que las españolas son sólo una pequeña parte de las empresas extranjeras que reconocen, con sus prácticas, el control sionista sobre estas tierras. Suponen el 6% de un total de 97 compañías foráneas que han operado u operan en ellas, según Who Profits.
Una proporción que se reduce al 2% si se incluye en la ecuación a otras 365 entidades israelíes. España es el tercer país europeo con un mayor número de empresas que se han lucrado con actividades desarrolladas en territorios ocupados. Delante de ella se encuentran Alemania, con 15 empresas, e Italia, con otras ocho.
Este listado de empresas es complementario al publicado por la Oficina de Derechos Humanos de la ONU (OCHA) en febrero de 2020 y que recoge el nombre de 112 empresas, mayoritariamente israelíes, que explotan los recursos naturales de estas tierras. Ninguna empresa española fue incluida en aquella primera versión del listado. Paralelamente, movimientos como el BDS (Boicot, Desinversiones y Sanciones, prensa y organizaciones en defensa de los derechos humanos han recopilado datos sobre esas otras compañías cuyas prácticas quedaron fuera de los estándares de malas praxis de la ONU.
EDreams: Turismo en la Palestina ocupada
Los inicios de esta agencia de viajes digital tuvieron lugar en el año 2000 en Silicon Valley (California). Poco después la entidad fundada por el empresario hispanomexicano Javier Pérez-Tenessa se mudó a Barcelona y, tras convertirse en Edreams Odigeo SA en 2014, comenzó a cotizar en la bolsa española. Desde entonces no ha parado de crecer.
Tres de las cinco marcas de la empresa –eDreams, Opodo y Travellink– ofrecían 237 alojamientos vacacionales en los territorios ocupados de Palestina y Siria: 37 en 13 asentamientos de Cisjordania, otras 13 en dos barrios de asentamientos en Jerusalén Este y un total de 187 en 25 asentamientos en los Altos del Golán sirio. La mayoría, estaban etiquetados como "Israel".
Así fue, al menos, hasta el primero de junio de este año, última fecha en la que Who Profits actualizó la información. En aquel momento, la ofensiva sobre Gaza venía alargándose desde el 7 de octubre de 2023 y había causado decenas de miles de muertos en Gaza y otros cientos en Cisjordania. Público ha preguntado a la compañía sobre la situación actual de estos alojamientos en la web, pero al momento de esta publicación no se ha obtenido respuesta.
Este comportamiento –ofrecer alojamientos turísticos en asentamientos ilegales sionistas, a veces etiquetados como Israel, y para beneficio de los israelíes– se ha observado también en la holandesa Booking y en las estadounidenses Airbnb y Tripadvisor, así como en algunas de sus filiales.
Un ejemplo llamativo fue la sesión de tiro anunciada como una "experiencia" vacacional en Viator –filial de Tripadvisor– en un campo de tiro situado en un asentamiento ilegal israelí, según reveló un informe publicado a finales de 2017. En su descripción, los organizadores de la actividad animaban a los turistas a sentirse como "luchadores contra el terrorismo", a la par que aseguraban que la actividad sería impartida por dos instructores que sirvieron en las FDI.
CAF y la línea de tren del apartheid
El caso de Construcciones y Auxiliares de Ferrocarriles SA (CAF) ha sido el que más repercusión ha tenido en la prensa española desde que, en 2019, el consorcio CFIR Light Rail Ltd, formado por la empresa vasca y la compañía pública israelí Saphir Engineering and Industry, consiguiera la adjudicación del Estado sionista para la ampliación de su red ferroviaria.
Saphir es una vieja conocida del apartheid palestino. Está incluida en el listado publicado de la ONU de empresas que colaboran en la ocupación israelí. Entre otras cuestiones, la empresa posee una fábrica de hormigón en el asentamiento ilegal de Atarot, en Jerusalén. Además, según la información que recogió Who Profits, habría participado en la construcción de una carretera de circunvalación de Nabi Elyas, también en la Cisjordania ocupada.
El proyecto ferroviario para el que fue contratado CFIR Light Ril busca conectar Jerusalén Este con varios asentamientos coloniales de Israel en los territorios ocupados de Cisjordania. La línea de tren ligero JNET proyecta 28 kilómetros de vías con 76 estaciones que recorrerán 160 vagones, dando continuidad a los asentamientos ilegales. Por todo ello, CAF se embolsará unos 500 millones de euros.
El contrato fue enormemente criticado por organizaciones pro derechos humanos, como el Comité de Solidaridad con la Causa Árabe (CSCA) y Amnistía Internacional. Los primeros denunciaron a CAF por este contrato ante un organismo de Responsabilidad Social Corporativa dependiente de la OCDE.
En repuesta a esta petición, el Ministerio de Industria requirió a CAF un informe independiente donde explicara el proyecto. Como recogió Sergio González, miembro del CSCA, en un artículo publicado la revista Ecologista, dicho informe terminó por estimar que el proyecto JNET para el que había sido contratado CAF era inclusivo en tanto que "todo el que pagase el billete podría montarse en el tranvía y que al poder acceder los residentes palestinos (extranjeros en su propia tierra) de Jerusalén se podría decir que Israel les hace el favor de construir infraestructuras".
El artículo también recuerda que CAF ha colaborado con otras empresas incluidas en la lista negra de la ONU, como Egged o Banco Hapoalim. Por su parte, Amnistía Internacional solicitó al organismo internacional que incluyera a la empresa vasca en este listado, aunque por el momento tal petición no ha sido atendida.
Pero CAF no es la única empresa española que colabora con la creación del tren ligero en los territorios ocupados de Palestina. También lo han hecho GMV Innovating Solutions y Salvat Logística, a quienes la compañía vasca ha contratado para llevar a cabo tareas complementarias a la suya.
Otras dos españolas en los trenes de la ocupación
Para hacer posible el proyecto de tren ligero de Jerusalén Este, CAF contó con dos empresas españolas punteras en el sector tecnológico y logístico. En primer lugar, era necesario hacer llegar a los territorios ocupados de Palestina los 114 vagones de tranvías desde las fábricas de CAF hasta el puerto de Ashdod, en Israel, desde donde serían trasladados a los depósitos situados en asentamientos como French Hill y Neve Ya'akov.
De acuerdo a la información recopilada por Who Profits, esta fue la ruta que gestionó en mayo de 2022 la empresa española Salvat Logística para trasladar dos vagones desde la fábrica de CAF de Zaragoza a Israel. Se desconoce si esta compañía ha continuado con esta labor, aunque Who Profits apunta que serán necesarios más fletes para transportar el resto de vagones a Israel. En el momento de la publicación de este artículo, Salvat no ha confirmado a este periódico si continúa o no llevando a cabo la cogestión marítima del proyecto.
En 2021, CAF contrató a otra empresa con sede social en España: GMV Innovating Solutions. Esta entidad jurídica ofrece servicios de ingeniería, así como de desarrollo y mantenimiento de sistemas software para diferentes sectores, incluidos los sistemas inteligentes de transporte como las redes ferroviarias. De hecho, presta estos servicios a la red de Metro de Barcelona, Valencia, Zaragoza o de Santiago de Chile.
Para el proyecto del tren de Jerusalén Este, GMV ha prestado su Sistema Automático de Localización de Vehículos y de Gestión de Cocheras gracias a los cuales la empresa ferroviaria israelí puede localizar los trenes, diseñar rutas dinámicas o establecer un sistema de información para los pasajeros, entre otras tareas. Según una nota de prensa de la compañía, el proyecto de GMV se ejecutaría en cuatro años y medio, por lo que se espera que finalice entre 2025 y principios de 2026. Público se ha puesto en contacto con esta empresa, que ha preferido no hacer declaraciones al respecto de su actividad en Israel.
El mismo año en el que CAF contrató a esta empresa, una filial de GMV fue sancionada por el Banco Mundial por llevar a cabo prácticas corruptas y fraudulentas en dos proyectos de desarrollo sostenible y otro de transporte urbano en Vietnam que habían sido financiados por esta entidad. La sanción impedía a esta filial acceder a un proyecto del Banco Mundial hasta este mismo año 2024. Por su parte, GMV despidió a los directivos responsables de aquellas prácticas.
Ineco: Una empresa pública para los túneles
En 2013, la empresa pública Ineco, dependiente del Ministerio de Transportes y Movilidad español, logró un contrato para la electrificación de la red ferroviaria de Jerusalén. El proyecto fue polémico, pero no tanto como la licitación que consiguió tres años después, en 2016, para la planificación e ingeniería de los túneles de la Línea Azul del tren ligero de la misma red.
En aquellos momentos el conflicto político palestinoisraelí no se encontraba en una situación muy diferente a la actual. Al menos en lo esencial. Eso sí, la opresión israelí no había alcanzado las cotas de violencia que ha logrado en la actualidad. En 2016, la Franja de Gaza todavía se estaba recuperando de la que había sido la mayor intervención militar hasta la actual, la Operación Margen Protector (2014). Aún así, la tensión era palpable, llegando a desbordarse en momentos puntuales con intercambios de cohetes y bombas entre diferentes fuerzas islámicas y las israelíes.
La labor de Ineco conectaría Jerusalén Este con varios asentamientos israelíes ilegales, como el de Ramot y Gilo. Tras ser acusada de colaborar con el apartheid israelí, tal y como recoge El Salto en un artículo de febrero de este año, el Gobierno del entonces presidente, Mariano Rajoy (PP), aseguró que ninguno de los tramos en los que participa la empresa española atravesarían una zona ocupada. Rajoy obviaba, señala el medio, que la obra para la que fue contratada era indispensable para trasladar a colonos y soldados israelíes desde el centro de la ciudad hasta aquellos asentamientos.
Grupo SEMI: Electrificar un tren que parte Palestina en dos
En su proyecto de implementar infraestructuras que den continuidad a los territorios que considera propios, el Estado sionista también contó con los servicios de la empresa de sistemas eléctricos Sociedad Española de Montajes Industriales (SEMI). Lo hizo en 2015, cuando ganó una licitación para electrificar la línea de alta velocidad de Tel Aviv-Jerusalén, cuyos 400 km atraviesan tierras que el derecho internacional califica como palestinas.
En 2020, SEMI volvió a firmar otro contrato con una empresa ferroviaria israelí para terminar de electrificar la línea, en un proyecto que podría finalizar entre finales de este año y principios del próximo. Hasta 2020, Grupo SEMI formaba parte del Grupo ACS, propiedad del empresario Florentino Pérez. ACS vendió SEMI al grupo francés Vinci, que ha intensificado la presencia de la empresa española en Israel, en cuya capital ha abierto unas oficinas.
Al igual que el resto de empresas nombradas en este artículo, Grupo SEMI no ha querido hacer declaraciones a este periódico al respecto de sus negocios en Israel.
Público.
Canarias con Palestina denuncia el uso del puerto de La Luz y de Las Palmas para el tránsito de armas hacia Israel
En la noche del 27 de agosto, y hasta la mañana del 28, tras merodear durante seis horas en los límites de las aguas españolas, un barco, atracó en el Puerto de la Luz: el Klaus. Este navío pertenece a la misma compañía naviera involucrada en anteriores envíos de armas a Israel, uno probado (Kathrin) y otro sospechoso (Nordic). El Klaus, cuyo destino era Israel, es sospechoso de transportar armas para continuar con el genocidio que este estado sionista está perpetrando en territorio palestino.
Desde Canarias por Palestina:
Denunciamos la complicidad y cooperación del Gobierno de España y del Puerto de la Luz y de Las Palmas con el tráfico de armas hacia Israel.
Exigimos el bloqueo de los puertos a los barcos que se dirijan a este territorio, responsable del Genocidio y de la Ocupación, y seguimos exigiendo el fin del comercio de armas con el estado sionista.
Mantenemos nuestro compromiso con la campaña de Boicot, Desinversiones y Sanciones a Israel, como clave para lograr la Libertad, la Justicia y la Paz en Palestina.
Y seguimos expresando:
NO EN NUESTRO NOMBRE
NO AL SILENCIO COMPLICE
CANARIAS ES ZONA DE PAZ.
SI EL GENOCIDIO EMPIEZA AQUÍ, PARÉMOSLO AQUÍ.
Canarias con Palestina
Irlanda deja de comprar material militar a Israel
Agencias
El primer ministro irlandés, Simon Harris, confirmó este viernes que su Gobierno dejará de comprar material militar a Israel como medida de presión para acabar con la guerra en Gaza.
La medida forma parte de una amplia revisión de la relación política y comercial que mantiene con Tel Aviv el Ejecutivo de Dublín, de coalición entre democristianos, centristas y verdes.
Harris aseguró hoy que Irlanda no comprará "más material o equipamiento de defensa" a Israel, en cumplimiento, dijo, de las resoluciones de la Corte Internacional de Justicia (CIJ).
"Creo que es realmente importante que cuando un tribunal internacional llega a conclusiones sustanciales, esas conclusiones tengan efecto en todos los sentidos", declaró el 'taoiseach' (primer ministro) a la emisora de radio NewsTalk.
El mandatario irlandés recordó que ha insistido reiteradamente a su colegas de la Unión Europea (UE) sobre la necesidad de recurrir a "todos los medios disponibles" para elevar la presión sobre el Gobierno de Benjamín Netanyahu "para que cese la violencia".
Harris destacó que esta medida sigue a otras adoptadas recientemente por Dublín, en referencia, por ejemplo, al reconocimiento de Palestina como Estado, al aumento de la ayuda humanitaria o al apoyo ofrecido en forma de votaciones en la ONU.
60 organizaciones instan a la UE a romper con Israel por el asesinato de más de cien
A este respecto, avanzó que ha solicitado al fiscal general del Estado asesoramiento legal para evaluar qué más pasos puede dar para presionar a Israel, sobre todo en materia de relaciones comerciales y "en el contexto del fallo más reciente" del CIJ.
El dirigente conservador reconoció que la cuestión del comercio es competencia de Bruselas, por lo que subrayó que seguirá en contacto con sus homólogos comunitarios para llegar a una decisión conjunta.
Como ya hizo el pasado mayo junto a España, Harris volvió a pedir hoy al Consejo de Asociación UE-Israel que analice si Tel Aviv respeta los derechos humanos de acuerdo a sus obligaciones en ese marco de relaciones.
"Ese acuerdo contiene cláusulas de derechos humanos que no están ahí de relleno. Deben tener un significado y un efecto reales", concluyó el 'taoiseach'.
Según cifras oficiales, la República de Irlanda, un país tradicionalmente neutral, ha gastado más de 20 millones de euros en material de defensa israelí durante los últimos 20 años.
El Papa carga contra el discurso antiinmigración de la derecha: “Es un pecado grave”
Francisco pide en la audiencia pública de los miércoles “rutas de acceso, seguras y legales, para los migrantes” en plena escalada de llegadas de embarcaciones a España e Italia y mientras el PP agita el fantasma del “efecto llamada”.
Jesús Bastante
“Hay que decirlo claramente: hay quienes trabajan sistemáticamente por todos los medios para repeler a los emigrantes. ¡Para rechazar a los emigrantes! Y esto, cuando se hace con conciencia y con responsabilidad, es un pecado grave”. En plena escalada de llegadas de. embarcaciones a España e Italia, el papa Francisco ha decidido modificar su catequesis en la audiencia pública de este miércoles para lanzar una andanada contra la “militarización de las fronteras” o las “leyes más restrictivas” contra las personas migrantes, además del engaño de las mafias. “El Señor está con los migrantes y no con quien los rechaza”, proclamó.
“No es mediante leyes más restrictivas, no es mediante la militarización de las fronteras, no es mediante rechazos como lo conseguiremos. Por el contrario, lo conseguiremos ampliando las rutas de acceso seguras y legales para los migrantes, facilitando el refugio a quienes huyen de la guerra, la violencia, la persecución y diversas calamidades”, recalcó Francisco en su alocución, ante miles de personas, en la plaza de San Pedro.
El Papa centró su reflexión en el camino que, a través de “mares y desiertos” realizan a diario miles de personas buscando un futuro mejor. “Las rutas migratorias actuales a menudo están marcadas por travesías de mares y desiertos, que, para muchas, demasiadas personas, son mortales”, denunció, recordando que “el Mediterráneo se ha convertido en un cementerio. Y la tragedia es que muchos, la mayoría de estos muertos, podrían haberse salvado”. Ocurre lo propio en los desiertos, que “se convierten en cementerios de migrantes”.
“A menudo, tampoco aquí se trata de muertes ‘naturales'. No. A veces los llevan al desierto y los abandonan allí. En la era de los satélites y de los drones, hay hombres, mujeres y niños migrantes que nadie debe ver. Solo Dios los ve y escucha su clamor”, lamentó el pontífice.
“En esos mares y desiertos mortíferos, los migrantes de hoy no deberían estar”, admitió el Papa, quien añadió que “no es mediante leyes más restrictivas, no es mediante la militarización de las fronteras, no es mediante rechazos como lo conseguiremos”. Por el contrario, “lo conseguiremos ampliando las rutas de acceso seguras y legales para los migrantes, facilitando el refugio a quienes huyen de la guerra, la violencia, la persecución y diversas calamidades; lo conseguiremos fomentando por todos los medios una gobernanza mundial de la migración basada en la justicia, la fraternidad y la solidaridad. Y aunando esfuerzos para combatir el tráfico de seres humanos, para detener a los traficantes criminales que se aprovechan sin piedad de la miseria ajena”, finalizó.
El Diario
Cortázar y el fuego del escritor
Cristóbal León Campos
Nacido en Bruselas, Bélgica, el 26 de agosto de 1914 y de nacionalidad argentina, pasó gran parte de su vida en París, Francia, donde encontró su sentir latinoamericano y ejerció el compromiso intelectual-político con los desposeídos del mundo.
Así fue Julio Cortázar, un escritor de fama internacional y de difícil definición, ya que el mismo rechazó los moldes en los que en muchas ocasiones se le quiso encasillar.
Un autor enigmático, que hizo del cuento y la novela su refugio-hogar, deslizó las palabras desbordando estilos y confrontando al canon, recorrió cientos de veces el inconmensurable borde que separa al río Sena de las mágicas calles parisinas, capturó el apasionado sentir de generaciones que a través de las páginas de Rayuela (1963) imaginaron otras vidas, instaurándose en lo más alto del llamado boom latinoamericano, al cual Cortázar rechazó por su vinculación con los procesos de mercantilización de la literatura.
Escribió con gran apasionamiento, algo muy propio de quien nunca negó su sensibilidad, misma que lo condujo por los linderos del fuego, no sin salir en más de una ocasión lacerado por sus propias flamas. Cortázar ejemplifica en su persona la disputa a veces imperceptible y otra más de abierta confrontación, entre el compromiso político-ideológico y la creación literaria, ese juego de elementos que con un simple desliz canoniza o sataniza a uno u otro autor o autora.
Fue el propio Cortázar quien en diversas ocasiones reflexionó sobre el papel del intelectual ante los flagelos globales de la humanidad, en una carta-ensayo dirigida a su amigo, el intelectual cubano Roberto Fernández Retamar, fechada el 10 de mayo de 1967, desde Saignon, Francia, en donde, casi al finalizar, el cronopio mayor revela que: “la tentación cotidiana de volver como en otros tiempos a una entrega total y fervorosa a los problemas estéticos e intelectuales, a la filosofía abstracta, a los altos juegos del pensamiento y de la imaginación, a la creación sin otro fin que el placer de la inteligencia y de la sensibilidad, libran en mí una interminable batalla con el sentimiento de que nada de todo eso se justifica éticamente si al mismo tiempo no se está abierto a los problemas vitales de los pueblos”.
Esta reflexión sobre sí mismo y el papel del intelectual, que se publicó originalmente en la Revista Casa de las Américas (núm. 45, 1967), se convirtió en una especie de testamento filosófico adelantado, donde puede atestiguarse la transformación que atravesó Julio para convertirse en el afamado Cortázar, partiendo de la visión tradicional del escritor apolítico y únicamente responsable de su estética, a un escritor abiertamente comprometido con los procesos revolucionarios de su época, entre los que pueden nombrarse la Revolución Cubana, el Mayo Francés (1968) y la Revolución Sandinista en Nicaragua. A estos procesos emancipatorios dedicó diversos escritos a lo largo de varios años.
En 1969, al ser entrevistado por la Revista Life, Cortázar comentó: “Mi idea del socialismo no se diluye en un tibio humanismo teñido de tolerancia; si los hombres valen para mí más que los sistemas, entiendo que el sistema socialista es el único que puede llegar alguna vez a proyectar al hombre hacia su auténtico destino”. Estas palabras sintetizan al escritor de Todos los fuegos el fuego (1966), que confrontó el suyo propio, para legarnos una vasta obra innovadora de la estética y del compromiso con la humanidad.
La Guardia Civil descarta que se vaya a abrir una investigación por la maniobra que arrolló una lancha con migrantes
Óscar F. Civieta
El pasado domingo, la Guardia Civil arrolló una embarcación con cuatro migrantes para impedir su llegada a Melilla. El vídeo, en el que se ve cómo la lancha de los agentes pasa por encima de la de los migrantes (haciendo que uno de ellos caiga al agua), se hizo viral en las redes sociales. La Guardia Civil, en declaraciones a La Marea, admite que la maniobra “visualmente parece un poco agresiva”.
Desde el Cuerpo también manifiestan que, “como no hay heridos, ni detenidos, ni nada más allá de esa maniobra”, descartan que vaya a haber ninguna investigación al respecto.
Desde el Departamento de Comunicación del Cuerpo argumentan que el Servicio Marítimo pidió a los migrantes que pararan la barca, y estos no lo hicieron. “Si hay un control de la Guardia Civil en la carretera y tú te lo saltas, vamos a ir detrás de ti. Pues en el mar igual, pero en un barco. Porque si estás huyendo, estás cometiendo un delito, o algo puede haber”, afirman.
En este caso, agregan las mismas fuentes, “intentaron escaparse de nuestro control, por ello, se abortó el intento de entrada y se volvieron a Marruecos”.
Una maniobra peligrosa
La Guardia Civil afirma que esta maniobra “no es habitual, puesto que normalmente hay colaboración y, cuando les mandas parar, se paran. Pero, si esto no sucede –como en esta ocasión–, vamos a ir detrás para intentar detenerles, no podemos dejarles ir”.
Sobre la peligrosidad de la acción, aseguran que “cuánta más velocidad le metes al medio de transporte, más peligro. Son maniobras evasivas”.
Y respecto al riesgo que supone esta práctica, en la Guardia Civil aseveran que “el riesgo lo tiene cada agente cuando sale de servicio. Tanto el guardia civil como la persona que decide saltarse un control policial, en carretera, en el mar o en el aire. Cuando actúan de esa manera hay riesgo para todos, para nosotros como guardias civiles y para los ciudadanos que han decidido saltárselo”.
Sin heridos, sin investigación
En los primeros momentos, la Asociación Marroquí de Derechos Humanos – Sección Nador (AMDH) informó, a través de Facebook, de que se había recibido “el cuerpo de un migrante marroquí en la morgue del Hospital Hassani de Nador”, y que podría ser “la primera víctima de la intervención criminal de la Guardia Civil”.
Más tarde, sin embargo, publicaron otro mensaje en el que afirmaron que la gendarmería marítima de Beni Ensar les había confirmado “que no hubo muertos tras la violenta y peligrosa intervención de la Guardia Civil ayer contra la pequeña embarcación migrante. Según esta fuente, los cuatro migrantes a bordo están a salvo y bajo arresto”.
En una nueva publicación de Facebook, la AMDH señala que, “cuando conocemos el destino de varias investigaciones iniciadas por la parte marroquí, en varios casos similares, cuyos resultados nunca se han visto, se puede tener una idea de las causas de este traspaso total de este caso a Marruecos. Los españoles son totalmente responsables y deben asumir la responsabilidad de abrir una investigación”.
Un genocida entre genocidas
Renán Vega Cantor
El 24 de julio de 2024 es una fecha que debe formar parte del calendario mundial de la infamia, porque fue el día en que el principal genocida del siglo XX, el nazisionista Benjamin Netanyahu, fue recibido con alfombra roja en el Congreso de los EEUU. Al evento oficial asistieron la totalidad de legisladores del Partido Republicano y más de la mitad de los del Partido Demócrata, ya que unos treinta de ellos se negaron a ir ese día al Capitolio. El Carnicero de Tel-Aviv habló durante 52 minutos y se le ovacionó y aplaudió en 52 ocasiones, es decir, una vez cada minuto. Fue aplaudido a rabiar, tal si fuera una vedette de la farsándula o un deportista famoso y no un vulgar criminal que debería estar en una cárcel por el resto de su vida.
Que genocidas y asesinos sean recibidos en las altas instancias del poder de los EEUU en realidad no es nuevo, ni es sorprendente. Cabe recordar que por el engalanado hemiciclo del Capitolio o las confortables oficinas de la Casa Blanca han desfilado en los últimos 90 años todo tipo de genocidas y criminales. Valga evocar algunos ejemplos. Los Talibanes fueron recibidos en la década de 1980 por Ronald Reagan, a los que bautizó con el apelativo de "combatientes por la libertad". Por allí se pasearon horondos sanguinarios dictadores: Mobuto Sese Seko (de Zaire), recibido por Richard Nixon; Ferdinand Marcos (de Filipinas), agasajado por Ronald Reagan; Mohamed Suharto (de Indonesia), aclamado por Bill Clinton. Tiempo atrás, el "Buen Vecino", Franklin Delano Roosevelt, recibió a Anastasio Somoza (Nicaragua) en 1939 (al que llamaba "nuestro hijo de puta"), y en ese mismo año a Leónidas Trujillo ("nuestro otro hijo de puta", de República Dominicana), aunque este último no tuvo recibimiento oficial. Para no ir tan lejos, recordemos que, en enero de 2022, el Establishment de EEUU [es decir, Congreso y Presidente] acogieron con aplausos al pelele Juan Guaidó al que anunciaron de esta forma en El Capitolio, y no es un chiste, aunque parezca: "Con nosotros está en la galería el presidente legítimo de Venezuela". Ese día el títere fue aplaudido por congresistas e invitados, y una de la que más aplaudió fue la Demócrata Nancy Pelosi.
A los espacios del establishment entran como Pedro por su casa los genocidas y eso no sorprende, por tres razones. Primero, porque gran parte de los congresistas son genocidas, directos o indirectos, ya que están implicados en las numerosas y permanentes agresiones de Washington contra el resto del mundo, lo cual quiere decir que tienen untadas las manos de sangre. Segundo, todos los presidentes de EEUU después de la Segunda Guerra Mundial han sido genocidas y muchos de ellos han estado sentados en El Capitolio en su papel de senadores durante décadas, siendo el mejor ejemplo Job el Genocida Biden. Tercero, en el Capitolio y la Casa Blanca se han dado cita en diversos momentos genocidas y criminales a los que EEUU respalda y de los que se sirve para mantener a salvo sus intereses en los cinco continentes.
En el prontuario criminal del Capitolio y de la Casa Blanca sobresale su delito de apoyar, financiar y armar a los defensores del "mundo libre", como se decía en tiempos de la Guerra Fría, o los "paladines de la democracia y la libertad" como se les llama en nuestro tiempo a personajes de la catadura de Corina Machado. Pese a todo, es difícil encontrar un hecho comparable, por su cinismo y descaro, a la reciente acogida dispensada a Benjamin Netanyahu en El Capitolio. Y no se trata, desde luego, de medir la criminalidad de dictadores y gobernantes sumisos a Washington en una especie de ranquin de sangre, todos los cuales se han caracterizado por su apetito criminal al servicio del capitalismo y del imperialismo. Lo que debe recalcarse es que existen diferencias sustanciales al recibir al Matarife en Jefe del sionismo, con la recepción hecha a otros criminales de ahora o de antes. Una primera diferencia consiste en que Netanyahu ha sido recibido en cuatro ocasiones en el Senado de los EEUU y ningún otro funcionario de un gobierno extranjero ha tenido ese privilegio. Esto indica que es una maña de vieja data brindarle honores a alguien que es responsable directo de la muerte de miles de seres humanos. Y entre más asesina más aplausos se le dispensan.
Una segunda diferencia estriba en que todos los otros criminales no presumían de sus asesinatos, más bien intentaban ocultarlos, y se presentaban en el rol de pacíficos hombres de Estado. Cuando mucho, la denuncia de sus crímenes corría por cuenta de los perseguidos y algún que otro periodista o académico universitario preocupado por la suerte de los seres humanos que eran masacrados por los alumnos aventajados de Washington, pero en general esas denuncias no eran escuchadas. Si Adolfo Hitler hubiera sido presentado en el Capitolio lo habrían aplaudido con el mismo furor que han recibido Netanyahu, pero a diferencia de este último el Führer no hubiera alardeado del genocidio que llevaba a cabo y ni siquiera se le hubiera ocurrido mencionar ese hecho. Por el contrario, hubiera procurado mantenerlo lo más escondido que fuera posible.
Una tercera diferencia radica en que en otras épocas los genocidios se podían mantener ocultos y nadie en su momento se enteraba de ellos. No eran una noticia que pudiera ser oída o vista por millones de personas en el mundo. Por eso, el genocidio nazi no se conoció en forma directa en el instante en que se estaba realizando y, desgraciadamente, quedó como un asunto de investigación histórica. Este solapamiento de los genocidios y crímenes sirvió bastante a los poderes coloniales que los apoyaban, y así aconteció con los numerosos crímenes de las potencias coloniales y de los EEUU hasta no hace mucho tiempo. Hoy las cosas son distintas, porque no es ignorancia y desconocimiento lo que existe en el mundo sobre el genocidio de los palestinos que realizan los sionistas de Israel. Y tampoco es un secreto que los genocidas de Israel reciben apoyo directo de EEUU y la Unión Europea, que por eso mismo también son genocidas. A diferencia de lo sucedido durante la Segunda Guerra Mundial, hoy circulan por diversos medios visuales las imágenes de los bombardeos, las torturas y los asesinatos que lleva a cabo el régimen israelí. Y si alguien lo sabe son los legisladores de EEUU y el Presidente y la Vicepresidenta de ese país. En forma consciente y premeditada los congresistas de EEUU saben perfectamente que están ante un asesino en serie, que no ha salido precisamente de los estudios de Hollywood, donde predomina el lobby sionista.
En plena sintonía con sus padrinos genocidas, Netanyahu sostuvo que él era el portaestandarte de la eterna lucha de la civilización contra la barbarie y que va a ganar la guerra (un eufemismo de genocidio) que libra como cruzado de Occidente. Para que eso sea posible dijo, citando a Winston Churchill, "Dadnos las herramientas más rápido y terminaremos el trabajo más rápido". Esto traducido al buen romance significa, sin rodeos: ustedes los que mandan en EEUU deben darnos todas las armas que les pidamos para terminar nuestra tarea de exterminar hasta el último palestino que existe. De esta forma, concluiremos el genocidio lo antes posible.
Joe Genocida Biden ha sido fundamental en ese propósito, y así lo reconoció su alumno aventajado Benjamin Netanyahu al decir con orgullo que aquél "vino a Israel para estar con nosotros en nuestra hora más oscura". Y ha añadido que conoce a Biden hace más de cuarenta años y que sabe que este es "un orgulloso sionista irlandés-americano". El genocida sionista recalcó los intereses comunes entre EEUU e Israel y hoy eso quiere decir combatir a Irán que es "el enemigo más radical y asesino de EEUU». Por eso, en alusión siempre a EEUU afirmó: "Nuestros enemigos son sus enemigos, nuestra lucha es su lucha, nuestras victorias serán sus victorias". Y reafirmó que, en la lucha contra Hamas, un pretexto para no referirse directamente al pueblo palestino, "cuando América e Israel están unidos, nosotros ganamos y ellos [Hamás] pierden". Remató diciendo que era necesario mantener la cooperación genocida entre Israel y EEUU: "Trabajando juntos, tengo confianza de que nuestras naciones pelearán contra las tiranías y el terrorismo. Defenderemos nuestra tierra, a nuestra gente, pelearemos hasta alcanzar la victoria. Ese es nuestro compromiso sólido. Israel siempre será el aliado indispensable de EEUU en las buenas y en las malas. Israel siempre será un amigo fiel y un compañero infalible. Vine aquí a decir gracias a EEUU, gracias por su apoyo y solidaridad, por apoyarnos en nuestra hora de necesidad. Que Dios bendiga a Israel, a EEUU, y a la alianza entre Israel y EEUU para siempre".
Como puede percibirse, Netanyahu vino a justificar el genocidio, a recalcar el papel que desempeña EEUU en hacerlo posible y pidió más armas para masacrar en forma más rápida y eficiente a los palestinos. Y por todo ello, los genocidas del Congreso lo aplaudieron, incluyendo los asistentes que llenaron las barras, entre los que se encontraban criminales, admiradores y apoyos directos del Estado de Israel, como un tal Elon Musk, famoso por respaldar las causas más retrogradas y reaccionarias a través de sus redes antisociales del odio.
Como todo no puede ser ignominia, una congresista rompió la unanimidad genocida que se sentía en El Capitolio y La Casa Blanca. En efecto, Rashida Tlaib, de origen palestino y representante demócrata del estado de Michigan, portó con dignidad un cartel en el que se leía en uno de sus lados "Criminal de guerra" y en el otro lado "Culpable de genocidio". Ella llevaba en su cuello un pañuelo palestino y agitó su cartel durante la hora en que Netanyahu disparaba palabras de odio y muerte y los senadores de EEUU lo aplaudían con fervor genocida. Esa es la imagen que quedara para la posteridad y no la de los genocidas en éxtasis, así como de los tiempos de Hitler lo que quedó para el recuerdo, por su dignidad, fueron las fotos en las que alguna persona se negaba a levantar la mano y no hacían el saludo nazi.
En las calles aledañas al Capitolio, cientos de personas protestaban y denunciaban al genocida Netanyahu y a sus cómplices del gobierno profundo de los EEUU. Los manifestantes coreaban a los congresistas "Sois una vergüenza" y Biden otra vergüenza por darle una visa a un genocida en lugar de arrestarlo. En su discurso Netanyahu calificó a los que protestaban de cómplices, "tontos útiles de Irán" y de ignorantes porque "dicen que Israel es un estado colonial [y] no saben que es donde rezaban Abraham, Isaac y Jacob. Desde hace 4000 años Israel ha sido la tierra de los judíos». Como siempre hacen los sionistas, otra vez se recurrió a la "historia sagrada" para intentar justificar lo injustificable: la expulsión y limpieza étnica de los palestinos y el genocidio en marcha.
Cuando los congresistas de EEUU aplauden a un genocida están aprobando el asesinato de doscientos mil gazatíes, la muerte por bombardeos de miles de niños, la expulsión masiva de los pobladores de las zonas ocupadas por Israel.
Este hecho vergonzoso demuestra, más que cientos de discursos y elaboraciones "teóricas" el verdadero carácter de la libertad, la democracia y la justicia 'Made In USA'. Es la libertad de masacrar, de aplastar a gentes humildes, de usar las "bombas inteligentes del Imperio" para destruir a un pueblo. Es la democracia para elegir genocidas. Es la justicia del más fuerte, del más criminal y sanguinario. Por eso, los genocidas se aplauden y se alaban entre sí y alaban al mayor crimen cometido en lo que va del siglo XXI, en el que participan conscientemente los EEUU, cuyos dignatarios y grandes empresas están untados con la sangre de los palestinos, que son asesinados en su tierra ancestral por el régimen israelí, con las armas confeccionadas en EEUU.
El Colectivo
Tomado de La Haine
¿Quienes delinquen?
Cuando se habla de criminalidad en círculos mediáticos o políticos e incluso académicos, se toman como fuentes las memorias fiscales o los datos sobre detenciones que ofrecen las policías. Como si la criminalidad real se podría medir con estas estadísticas tan parciales y reduccionistas como falsamente interpretables. Se suelen validar dando por supuesto que sus estructuras selectivas de persecución del delito no condicionan el tipo de delitos y de delincuentes que procesan y, por tanto, que figuran en las estadísticas utilizadas como referencia única para caracterizar la criminalidad. Se da por sentado que persiguen por igual a todos los infractores de las normas penales y todos los supuestos de infracción. La criminalización de la pobreza y de la migración tiene que ver precisamente con el proceso de selección de los lugares y sujetos hacia los que se dirige el control policial y penal que es extremadamente selectivo.
Cada vez se aleja más lo real de lo percibido y, lo percibido, tiene efectos sociales reales. La imagen sobre qué y quienes atentan contra la seguridad, esta manipulada por quienes tienen el interés y la capacidad para hacer prevalecer su interpretación intencionada y, frecuentemente, para ocultar sus propios delitos. Cuentan con la complicidad de los sistemas de control policial y penal y, como no, con el apoyo incondicional de la industria mediática que fabrica miedo, rechazo y estigmatización hacia determinadas categorías de población (migrantes, pobres, juventud marginada, drogodependientes, personas con enfermedad mental, etcétera). Como se puede contemplar en las cárceles, dentro están una ínfima parte de quienes delinquen y que en su mayoría son personas desasistidas por las políticas sociales. Es la delincuencia convencionalizada. Salvo excepciones, quienes atentan contra las normas penales no ingresan en prisión y son adultos, blancos y con recursos económicos. El estado ha abolido de facto la cárcel para ellos y hace que la sociedad este totalmente indefensa frente a sus delitos.
César Manzanos.
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