You are here
News aggregator
Al-Azraq, ‘El Azul', el archienemigo de Jaume I también tiene su público
Nacho Herrero
Valencia
Se llamaba Al-Azraq, le apodaban El Azul y durante tres décadas lideró la resistencia andalusí a la conquista de Jaume I en las montañas y valles del sur de Valencia y el norte de Alicante. Su falta de linaje y los agujeros en su biografía confieren un halo de misterio a la tenacidad con la que se sabe que luchó, hasta hallar la muerte, por las tierras donde los suyos habían vivido cinco siglos. Aquella guerra supuso la formación del Reino de Valencia, cuya creación trajo fueros e instituciones propias, un idioma y nuevas fronteras y propició el surgimiento progresivo de una conciencia como pueblo diferenciado de otros de la Corona de Aragón. Todo eso se celebra el 9 de octubre en el día de la Comunitat Valenciana en recuerdo de aquella jornada del año 1238 en la que las tropas catalano-aragonesas entraron en València. Pero aunque apenas se sepa, aquella historia tuvo en realidad dos protagonistas, por eso en los últimos años varias iniciativas han relanzado la figura del desconocido líder musulmán como contrapunto al imprescindible monarca cristiano.
Fue el propio Jaume I quien encumbró a Al-Azraq y le convirtió en su gran enemigo en el Llibre dels Fets, seguramente porque no hay nada como un temible oponente para engrandecer la figura propia. Eso sí, sus referencias al “visir” siempre fueron en los peores términos. Además de en aquella crónica, su recuerdo, mitificado, ha perdurado ocho siglos en la cultura popular de los parajes de las comarcas en las que vivió. Se dice que nació en la alicantina Alcalà de la Jovada, que tenía madre cristiana y unos ojos azules que justificarían su apodo, pero nada de eso está probado. De hecho, tanto la animadversión de Jaume I como la falta de certezas en su biografía obligan a ir con tiento a la hora de abordar su figura.
Siete años después de aquella capitulación con la que el rey Zaydan había entregado Balansiya a Jaume I, la batalla seguía abierta pero en otro punto. La línea de conflicto se había trasladado unos kilómetros al sur, igual que había hecho forzada parte de la población musulmana. Los líderes de la realeza islámica estaban ya mucho más lejos, seguramente en Murcia, Granada o en el norte de África. Es en ese contexto cuando, sin que existan referencias previas, aparece Al-Azraq para firmar en 1245 con los enviados del monarca en un paraje cercano al castillo de Alcalà el ‘Pacte del Pouet'.
“Debía ser una especie de ministro de exteriores. No sabemos si lo había sido del emirato de Valencia y tras su caída el uso del título de visir era ya solo simbólico, o si lo era de Dénia. No era hijo de un emir y según Jaume I le eligieron los musulmanes que se quedaron. Fue el pueblo el que lo puso”, destaca Just Sellés, autor de varias obras sobre él. “Los musulmanes se consideraban parte de Al Andalus pero aquí entonces el estado islámico estaba en descomposición y la mayoría de sus líderes se exilió . En cambio, él decidió quedarse y jugar sus cartas, como hizo al pactar con Castilla. Capitalizó el malestar contra la ocupación, fue el líder de la resistencia. En las últimas dos décadas se ha romantizado algo su figura pero al final él y Jaume I son dos caras de la moneda”, completa Vicent Baydal, historiador, divulgador y cronista oficial de València.
Ambos coinciden en la peculiar relación que establecieron los líderes. “Al-Azraq fue la némesis de Jaume I, incluso murieron el mismo año”, recuerda Baydal. “Fue su enemigo, el único que le plantó cara aquí bajo. El resto fue capitulando, rindiéndose con condiciones, es decir generalmente apañándose sus bolsillos. Él fue el único que defendió la tierra y a la gente, el único que no dejó colgados a los suyos. Jaume I se refiere a él como traidor pero para mí fue un ejemplo de conducta”, defiende apasionado Sellés.
Las revueltas de Al Azraq
Dos años después de aquel pacto que suponía una rendición progresiva de los musulmanes volvieron las hostilidades. La revuelta del andalusí ante lo que parece un incumplimiento de los términos pactados por parte de los cristianos fue la excusa de Jaume I para declararle traidor y decretar en febrero de 1248 la expulsión de los musulmanes del reino. Las escaramuzas se intensificaron y finalmente la crucial disputa por el Benicadell, el paso natural entre el norte y el sur en aquellas comarcas centrales, cayó del lado cristiano. Al-Azraq se refugio con los suyos en las montañas al amparo en parte de la interesada ayuda del rey de Castilla. Y aguantó.
Pese a su posición de debilidad o tal vez por ella, intentó un arriesgado golpe de mano del que no se tiene clara la fecha. Hizo pensar a Jaume I que estaba dispuesto a convertirse al cristianismo. “Se creyó el ofrecimiento de someterse, convertirse al cristianismo y casarse y Jaume I acudió al encuentro que habían concertado previamente en Rugat”, apunta el profesor de Historia Medieval de la Universitat de València Josep Torró en el documental de Octavi Masià sobre Al-Azraq. En realidad era una emboscada en la que el cristiano estuvo cerca de morir o ser capturado.
Colérico, el monarca lanzó una nueva ofensiva militar también con trampa, puesto que aceptó el ofrecimiento de uno de los consejero de su enemigo para traicionarle a cambio de dinero. El musulmán convenció a Al-Azraq para vender todo el grano que tenía almacenado a pocas semanas para la nueva siega cuando tenía su precio más alto, pero avisó a Jaume I, que redobló su asedio y, sabiéndolo sin alimentos en sus castillos, le empujó a firmar su abandono del Reino. Era junio de 1258 y ese verano el visir marchó a un desconocido exilio. “No sabemos dónde se fue. Todos pensamos que a Granada pero pudo irse al Magreb”, apunta Torró.
La batalla final
Lo que no esperaba nadie es que tras dieciocho años sin noticias suyas volviera y lo hiciera como lo hizo. Al frente de 250 jinetes y centenares de soldados, Al-Azraq regresó a las que habían sido sus tierras dispuesto a avivar unas revueltas musulmanas que habían vuelto a prender. Con un pequeño grupo se plantó en las puertas de Alcoi y se hizo perseguir hasta un barranco. “Fue una escabechina”, resume Sellés. Pero la victoria musulmana tuvo un precio: la muerte de su líder el 5 de junio de 1276. “Jaume I dice que murió a las puertas de Alcoi pero dice muchas cosas y no todas son verdad. Yo en mis libros le hago morir en el barranco tras haber salido herido. En cualquier caso, que fuera de avanzadilla habla de su valentía”, remarca Sellés.
Para entonces Jaume I ya debía estar también muy enfermo. “Los dos cayeron sin saber quién saldría finalmente victorioso de su enfrentamiento”, asegura Baydal, que recuerda cómo el monarca cristiano instó a su heredero a expulsar definitivamente a todos los musulmanes…si es que finalmente lograba mantener el Reino.
Una figura en alza
Las tres publicaciones de Sellés (la novela Al Azraq el blau de 2014, un libro de investigación histórica y una novela gráfica con Daniel Olmo), son clave en la recuperación de su figura, como también el trabajo de Torró y el documental de Masià. También el guiño de Zoo al “moro dels ulls blaus” en su canción Diània ha avisado de su historia al gran público.
“Estaba en el imaginario colectivo de nuestros pueblos pero hacia falta poner en limpio lo que se sabe de verdad. Era un personaje popular, hecho entre todos y hacía falta una versión más seria”, apunta Sellés, dispuesto a que su figura siga creciendo. “Para 2026 queremos organizar una agenda cultural importante en el 750 aniversario de su muerte y reivindicarlo como nuestro”, adelanta.
El País
Denuncian a las empresas vascas de armamento que colaboran con el genocidio en Palestina y Líbano
En aniversario del genocidio en Gaza denuncia de las empresas armas vascas en las masacres al pueblo palestino y libanés.
•Ante ITP Aero Barakaldo protesta por su colaboración en el mantenimiento de los aviones del ejército israelí que bombardean salvaje e indiscriminadamente la franja de Gaza; y en la actualidad Líbano.
•La actividad militar de ITP Aero representa un 39% de su negocio total y conlleva la fabricación de componentes para el avión de transporte militar Airbus A400M y el Avión de Combate Europeo.
•Denuncia de los "señores de la guerra" que con "Label Vasco", y vía presupuestos, subvencionan con 100 millones de euros a la industria de la guerra vasca. Siendo el País Vasco la tercera comunidad con mayor facturación en producción militar, sólo detrás de Madrid y Andalucía; en concreto 750 millones de euros.
Gazako genozidioaren urteurrenean, euskal arma enpresek Palestinako eta Libanoko herritarren genozidioan parte hartu zutela salatu dute
•Zehazki, ITP Aerok Gazako zerrenda modu basatian eta bereizi gabe bonbardatzen duten Israelgo armadako hegazkinak mantentzen laguntzen duela eta bere jarduera militarra bere negozio osoaren %39 dela.
•ITP Aerok osagaiak fabrikatzen ditu Airbus A400M garraio militarrerako hegazkinerako eta Europako Borrokarako Hegazkinerako.
•Euskal armagintzan 100 enpresa inguruk hartzen dute parte. Militar ekoizpen-rankingean Euskadi 3. postuan dago 750 milloi euroko fakturazioarekin, eta bakarrik daude gure aurretik Madril eta Andaluzia.
Condena a guardias civiles que ordenaron “desnudos integrales” en un control
ElDerecho.com
La Sala de lo Penal del Tribunal Supremo ha confirmado la condena a un año y medio de prisión y seis años de inhabilitación a dos agentes de la Guardia Civil que durante un control operativo ordenaron realizar un desnudo integral a tres jóvenes, a quienes pararon cuando circulaban en un vehículo por la AP-6, a la altura del peaje de El Espinar (Segovia), en sentido Madrid.
El tribunal ha desestimado los recursos de casación interpuestos por los dos condenados contra la sentencia de la Audiencia Provincial de Segovia que les impuso las citadas penas de prisión e inhabilitación por tres delitos contra la integridad moral, con la atenuante de dilaciones indebidas. Una tercera agente fue absuelta.
Los hechos ocurrieron durante un operativo de identificación selectiva de vehículos y personas para localizar drogas, armas u objetos robados en dicha autopista por la que viajaban en un vehículo tres chicos y una chica. Tras ordenarles que bajasen del coche, los agentes realizaron un cacheo corporal superficial de cada uno de ellos. El de la mujer se realizó más tarde porque tuvieron que avisar a una agente femenina.
Los agentes les pidieron que se dirigieran a las escaleras de una de las isletas donde se sitúan las cabinas y los cajeros. Con la ayuda de uno de los agentes condenados, para que actuara de apoyo, el otro agente les ordenó que se quitasen los zapatos, diesen la vuelta a los calcetines y se bajasen los pantalones y los calzoncillos. Tras la negativa a esto último, amenazó a uno de ellos con detenerle si no lo hacía. A otro de los jóvenes le mandó además que se levantase los genitales.
Según los hechos probados, esta forma de ser registrados, sin motivo suficiente y contraviniendo de forma expresa los protocolos de actuación, de los que eran conocedores, “causaron en las tres personas sometidas a dichas prácticas una humillación objetiva, que se tradujo en sentimientos de vergüenza y humillación en los sometidos a esa práctica”. Todos estos hechos los presenció desde lo alto de la escalera el agente que cubría la actuación de su compañero y “pese a ello nada hizo por evitarlo”.
La Sala concluye que “no es el incumplimiento de la Instrucción n° 19/2005 de 13 de septiembre de Secretario de Estado de Seguridad, relativa a la práctica de las diligencias de registro personal por las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad (hoy dejada sin efecto por la Instrucción núm. 1/2024 de la Secretaria de Estado de Seguridad por la que se aprueba el “procedimiento integral de la detención policial”, pero que mantiene su contenido y directrices esenciales), lo que colma la conducta típica; sino que es la absoluta gratuidad de la práctica llevada a cabo (como adecuadamente valora en su juicio de subsunción la sentencia recurrida), a su vez revelada por dicho incumplimiento; del que no se solicita autorización a instructor alguno pues no existían diligencias; tampoco al agente que tenía el mando operativo, se practica sobre personas que no se encontraban detenidas y no se deja constancia alguna de su práctica”.
Añade que “es precisamente esa gratuidad de la exigencia del desnudo integral, la que determina la cosificación de los registrados, el atentado a su dignidad, la humillación que determina la conducta típica”.
En este caso, explica la sentencia, “aunque se trate de desnudos contemplados por persona del mismo sexo, la gratuidad de su práctica, sin justificación, integra un acto de humillación relevante en relación con el bien jurídico protegido”.
La Sala en su sentencia, ponencia del magistrado Andrés Palomo, indica que la “relevancia de la humillación acaecida en autos, aunque no medió contacto físico en práctica de desnudo integral, pues no existía autorización normativa para que los agentes la ordenaran, obraron con abuso de su función; sin justificación alguna plausible, ya que en su momento no se dejó la obligada constancia escrita de la misma y el hecho probado, de obligada observancia, en motivo por error iuris, afirma esa falta de justificación, al negar motivación suficiente, que en la fundamentación, identifica con gratuidad absoluta”.
En cuanto al agente que contempló los hechos desde lo alto de la escalera y no hizo nada por evitarlos, el tribunal rechaza la alegación relativa a que no cometió ningún delito. “Bastaba si era de superior empleo al otro agente acusado, que le ordenara cesar en ese registro con desnudo integral; y si no lo era, acudir al agente que allí tenía el mando operativo, que, conforme al relato probado, era un tercer agente”, concluye la Sala.
Los objetores de conciencia del ejército israelí: “No quiero volver a Gaza. Esta guerra solo sirve a los líderes políticos”
Francisco Carrión
Tiene 26 años y durante dos meses sirvió en Sde Teiman, el campo de detención israelí en el desierto del Néguev que se ha convertido en el centro de las denuncias de violaciones de derechos humanos tras alojar a miles de gazatíes desde el inicio de la guerra. Ariel es uno de los decenas de miles de reservistas israelíes llamados a filas desde el 7 de octubre y uno de los que, a las puertas de un nuevo alistamiento obligatorio, se niega a enfundarse de nuevo el uniforme.
“Mi próximo despliegue, el que me niego a hacer, es en Cisjordania dentro de una unidad de infantería”, relata el joven en un café cercano a Jerusalén Este. Es una tarde de fin de semana y la clientela está formada por veinteañeros que ríen despreocupados. Ariel, su nombre ficticio por miedo a represalias, habla rápido, casi sin tiempo para respirar. Conoce bien Cisjordania, escenario desde hace una semana de la mayor operación militar israelí en décadas, y rechaza la idea de regresar a un territorio repleto de asentamientos israelíes.
Tres años de 'mili' en Cisjordania
“En Cisjordania hice los tres años del servicio militar obligatorio. Serví en un batallón de búsqueda y rescate. En la práctica, estuvimos desplegados en toda Cisjordania realizando misiones de infantería y no quiero regresar a las detenciones, la dispersión de las protestas, la vigilancia de carreteras y la protección de asentamientos”, comenta Ariel, que vive con angustia el tiempo de descuento. Su último alistamiento comenzó el 7 de octubre, tras los ataques de Hamás que segaron cerca de 1.200 vidas, y se prolongó durante meses en la envoltura de la Franja de Gaza, la zona más cercana al territorio palestino. “Aquel 7 de octubre tomé el coche y conduje hacia Be'er Sheva. Al principio, ayudábamos en los puestos de control de la policía. Era un momento complicado porque había aún militantes sueltos”, rememora.
David, otro de los reclutas que se niegan a empuñar las armas y que también exige anonimato, no ha podido olvidar la experiencia de estar destinado durante semanas en el interior de la Franja. “Ha sido una misión dura. Me enviaron como miembro de una unidad de evaluación médica, pero terminé trabajando como médico de combate”, narra este joven de 24 años. “Lo más terrible para mí no fueron tratar las heridas sino oir a la gente gritar y pedir ayuda, mirar a los civiles y ver su miedo, el sentimiento de no saber lo que estaba pasando. La unidad trató de ayudarnos a procesar sucesos duros y el impacto de los soldados heridos y los muertos”.
"Recuerdo haber hecho cosas de las que me avergüenzo"
Tras cuatro meses en el norte de Gaza, una geografía carcomida por cerca de un año de operación militar que ha dejado 41.000 muertos, David puso tierra de por medio. Acaba de regresar a Israel tras pasar meses viajando por Asia. “Pertenezco a una generación, la que tiene entre 18 y 35 años, que nunca creía que fuera a participar en una guerra como ésta. Estábamos seguros de que algo a esta escala era pasado”, desliza. “Incluso estando en una zona relativamente segura de Gaza, sentía que mi vida corría peligro. Sigue habiendo muchos túneles que el ejército no controla y a veces continuaban llegando cohetes. Cuando sucedía, ni siquiera había tiempo para esconderse o huir. Era cuestión de echarse a tierra y esperar a que no cayeran cerca de uno”, recuerda.
En la negativa de Ariel a enfundarse de nuevo el uniforme subyace una posicionamiento ético que forjó durante su servicio militar obligatorio y que sigue teniendo zonas de silencio. “Cuando terminé la mili en Cisjordania me juré que no regresaría. Tenía claro que no quería participar en detenciones arbitrarias, dispersión de protestas pacíficas o aplicación de castigos colectivos contra un pueblo. Ya tenía reservas antes de ir y, después, tuve tan claro que la misión en Cisjordania es tan claramente política y no está basada en la seguridad que me parece inverosímil participar en algo así”. “Robar tierras es un crimen. Las fuerzas que mueven los asentamientos en Cisjordania son las mismas que hacen girar la guerra en Gaza”.
De aquellos años dice arrastrar la sensación de que hizo cosas en contra de su voluntad. “Algunas personas encuentran la fuerza y tienen el entorno correcto y pueden elegir sus propias acciones. Yo no me sentía así entonces. No sentía que negarme fuera una opción real por muchas razones como el no sentirte cómodo o el miedo a ser castigado”, murmura. Asegura que hizo terapia al mismo tiempo que servía en el ejército. “Es realmente dura la experiencia de hacer algo inmoral y hacerlo contra tu voluntad con la sensación de ser responsable, pero ahora soy reservista. Durante mi servicio militar recuerdo haber hecho cosas de las que me avergüenzo y ahora siento que tengo que decir: no más; no voy a ponerme en esa posición otra vez”.
Una convicción que también traslada ahora a la contienda en Gaza, en mitad de la presión internacional y de las familias de los rehenes para ponerle fin a cambio de salvar al centenar de personas que permanecen secuestradas. “Tras ver cómo se está desarrollando esta guerra, he llegado a la conclusión de que no sirve a nadie: ni a los intereses de los ciudadanos israelíes ni a los palestinos; tampoco a los rehenes. Sirve a la ambición de algún líder político. La guerra pudo ser legítima tras el 7 de octubre pero creo que a medida que avanzaba la guerra, se hizo evidente que no cumplía con ningún objetivo. Para noviembre tenía claro que no quería tener que ver con eso”.
“Una vez que ves la guerra como algo sin sentido e inmoral, entonces no quieres arriesgar tu vida. Hay gente que está realmente cansada. Han pasado mucho tiempo luchando. Esta guerra tiene un coste muy elevado para la sociedad israelí”, agrega. Su negativa a engrosar las filas de las Fuerzas de Defensa de Israel también tiene un precio. “El castigo varía. Depende de lo motivados que estén para castigarte. En teoría, puedes ir a la cárcel durante periodos bastante largos. Por lo general, es alrededor de una semana o dos entre rejas si tienes mala suerte. Ya me negué en otra ocasión a unirme a una misión de infantería de mi batallón. Llegué al cuartel con la maleta lista para ir a la cárcel, pero convencí a mi comandante de que estaba decidido a no empuñar un arma. Me terminó poniendo una multa de 1.000 euros”.
Un movimiento con nuevas adhesiones
El grupo de reclutas que rehúsa la llamada a filas ha crecido en las últimas semanas. Cerca de medio centenar firmó a finales de mayo una carta que ha sumado adhesiones. “Los seis meses durante los cuales participamos en el esfuerzo bélico nos demostraron que la actividad militar por sí sola no traerá a los rehenes a casa”, escribieron en la misiva. Entre las firmas, figuran objetores de conciencia procedentes de la Inteligencia Militar y unidades de infantería, ingeniería, tanques y élite.
David también observa con escepticismo el curso del conflicto, en un contexto en el que primer ministro Benjamin Nentayahu se aferra a mantener la presencia militar en el corredor de Filadelfia, cuya retirada exige Hamás para aceptar el acuerdo de liberación de rehenes, y con las protestas callejeras reclamando un pacto que socorra a los rehenes. “Honestamente no tenemos fe en este gobierno. Queremos ir a elecciones y decidir. Bibi [Benjamin Netanyahu] está matando lentamente a Israel. Nos está condenando a abrir otra guerra en el norte para preservar su poder y control sobre nosotros. No se preocupa por lo que está pasando en el país, especialmente con los rehenes y la guerra en curso. Sabe que en el momento en que todo esto termine, podría perder el poder”, opina.
“No hay una buena razón para que yo vuelva a Gaza”, añade el veinteañero. “La situación ahora impone detener la guerra para liberar a los rehenes. Es la única palanca que tenemos. Eso es lo que apoyo, pero Bibi y su gobierno parecen querer evitar a toda costa ese escenario. Y estamos perdiendo la última oportunidad de que regresen a casa”, arguye. Cuando la guerra estalló, David puso en suspenso su proyecto de startup y dejó el piso que alquilaba en Tel Aviv. “Ahora regreso a casa de mis padres, pero quiero volver a mi vida anterior”, confiesa.
Hubo un tiempo en el que Ariel y David pensaron que era posible la paz. Ahora ya no están tan seguros. “El odio en ambos lados no ha parado de crecer. La idea de vivir en paz y coexistencia no me parece posible. Por desgracia, he renunciado a que suceda en el futuro próximo”, balbucea David. Ariel reconoce que, igual que rechaza alistarse, también se niega a abandonar el país. “Prefiero quedarme porque me importa este lugar y me importa vivir aquí. Y mi vida está aquí. Mis amigos están aquí, mi familia está aquí. Mi hogar está aquí. Pero sería deshonesto decir que no he estado pensando si necesito esto. Tengo ambiciones en la vida, pero este lugar me importa lo suficiente y me siento lo bastante ligado a él y a todos sus habitantes como para no marcharme pronto”, balbucea.
“Hay una pequeña esperanza entre quienes han empezado a levantar la voz. La paz no llegará sin igualdad y libertad por igual para israelíes y palestinos. Por muy sombrío que resulte el presente, tengo dos fuentes diferentes de esperanza: ver a palestinos e israelíes trabajando juntos y a gente en Israel cada vez más escéptica sobre la guerra. La desventaja militar de los palestinos es tan grande que durante muchos años los israelíes, en lugar de buscar una solución política permanente, se acomodaron al status quo. Lo que ha demostrado el 7-O es que no importa cuántos miles de millones de dólares se inviertan en seguridad. Hay gente en Gaza que ha vivido asediada desde hace años y siempre encontrarán la manera…”, concluye.
Miles de manifestantes piden el fin del genocidio en Gaza por segundo día consecutivo
EFE
Miles de personas han salido a la calle este domingo en las manifestaciones celebradas por segundo día consecutivo en ciudades como Barcelona, Madrid o València para pedir el fin del "genocidio" en Gaza, a punto de cumplirse un año del ataque de Hamás en Israel y la posterior ofensiva israelí en Gaza.
La manifestación más numerosa ha tenido lugar en Barcelona, donde miles de personas -4.500 según la Guardia Urbana y 30.000 según la organización- han exigido que se detenga el "genocidio" en Palestina, y han reclamado al Gobierno que rompa relaciones con Israel y no le venda armas.
Los manifestantes, muchos de ellos con banderas palestinas o ataviados con el tradicional pañuelo kufiya, han coreado consignas como "Boicot a Israel", "Dónde están, no se ven, las sanciones a Israel", "Israel asesina, Europa patrocina", "Generalitat, prou complicitat" o "No es una guerra, es un genocidio".
El eurodiputado de Comuns-Sumar, Jaume Asens, ha exigido al Gobierno en esta manifestación que "acabe con la política de opacidad" respecto a la venta de armas a Israel.
En una marcha pacífica, València ha acogido otra movilización para reclamar también el fin del "genocidio" en Palestina.
Los convocantes han pedido al Gobierno que "ponga fin al comercio de armas y de tecnología militar y de seguridad con Israel", y la ruptura de relaciones diplomáticas, institucionales, económicas, deportivas y culturales con este país, así como que se le exijan responsabilidades "por sus crímenes de guerra y de lesa humanidad".
Madrid, que el sábado reunió a 20.000 personas según los organizadores -no más de 5.000 de acuerdo a la Delegación del Gobierno-, ha acogido una nueva protesta, menos numerosa, con cerca de medio millar de participantes, y que ha sido tildada por la Embajada de Israel de "apología del terrorismo".
También ha habido una manifestación en defensa de Palestina en Málaga con alrededor de 3.000 manifestantes y donde el coordinador andaluz de Izquierda Unida y diputado en el Congreso de Sumar, Toni Valero, ha pedido al Gobierno que haga efectivo el embargo de armas a Israel porque, según ha asegurado, su primer ministro, Benjamin Netanyahu, pretende llevar a Oriente Medio a "una guerra total".
Otras ciudades españolas como Gijón, Santiago de Compostela o Palma de Mallorca celebran este domingo manifestaciones contra los ataques de Israel sobre la población palestina.
Además, Barcelona acoge también en esta jornada un acto de la comunidad judía para conmemorar el primer aniversario del ataque de Hamás en territorio israelí, que desató el conflicto bélico en Oriente Medio.
Las manifestaciones a favor de Palestina de este domingo tienen lugar tras las celebradas el sábado en una treintena de ciudades españolas y coinciden con otras tantas celebradas a lo largo del fin de semana en diversas ciudades del mundo.
Todo ello a punto de cumplirse un año del ataque de Hamás a Israel del 7 de octubre de 2023, en el que murieron 1.200 israelíes y fueron secuestrados otros 251 -de los cuales 97 continúan en manos del grupo armado- lo que desencadenó una intensa ofensiva de Israel contra Gaza en la que ya han sido asesinadas cerca de 42.000 personas, la mayoría mujeres y niños.
Felipe VI ha criticado este domingo en su visita a Amán (Jordania) a los que han elegido la guerra por encima de la paz, "cambiando la vida de millones de civiles inocentes y acabando con vidas mientras redibujan fronteras y desplazan poblaciones", algo que considera "inaceptable".
Además, en el encuentro bilateral que, junto el rey jordano, Abdalá II, han mantenido las delegaciones de ambos países, Felipe VI ha transmitido el afecto de España por el pueblo jordano en los momentos complicados que vive la zona de Oriente Medio.
Sobre el conflicto en Gaza se ha pronunciado la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, quien ha afirmado que es "perverso e injusto" pedirle a Israel "que se deje aniquilar" y no dé respuesta a los ataques terroristas.
Por su parte, la vicepresidenta segunda del Gobierno, Yolanda Díaz, de Sumar, ha pedido a la comunidad internacional que imponga "ya las máximas sanciones" porque "no hay tiempo que perder", después de los últimos bombardeos en el Líbano.
"El régimen de Netanyahu continúa con su campaña de violación sistemática del derecho internacional: una invasión al norte, un genocidio al sur", ha lamentado en un mensaje en la red social X.
A esta petición se ha sumado la líder de Podemos, Ione Belarra, quien ha subrayado que "las demócratas del mundo tenemos que frenar al Estado genocida y hacer que las élites de Europa y EEUU respondan por darle apoyo".
Fuente: https://www.publico.es/sociedad/mil...;mm=mobile-big
El Consejo de Europa considera “preocupante” imponer el 25% de castellano en las aulas de Catalunya
Pau Rodríguez
Varapalo del Consejo de Europa hacia la sentencia que obliga a extender el 25% de castellano en todos los colegios de Catalunya. En su informe hecho público este martes, el Comité de Expertos de la Carta Europea de Lenguas Regionales y Minoritarias muestra “gran preocupación” ante la decisión del tribunal sobre la inmersión, y advierte también sobre el “deterioro” del valenciano en la Comunitat Valenciana y del catalán en Illes Balears debido a las políticas del Gobierno del PP contra su protección.
Aunque no es vinculante, este es un análisis periódico que hace el Consejo de Europa acerca del cumplimiento de cada país respecto a la protección de las lenguas minoritarias. Es el sexto desde que España firmó la Carta en 2001. Y de la misma forma que suele destacar un sistema español de promoción de las lenguas regionales bien desarrollado, también le recuerda no pocas asignaturas pendientes, la más evidente de la Justicia, un ámbito de la administración donde el uso de las lenguas cooficiales y minoritarias no está garantizado.
En sus conclusiones, los autores celebran también la introducción de las lenguas cooficiales en el Congreso, así como la solicitud de que la UE incluya catalán, vasco y gallego como idiomas oficiales. “El Comité de Expertos elogia a las autoridades españolas por esas iniciativas”, expresan.
Contra la sentencia del 25%
En sus anteriores informes, el Consejo de Europa ya había avalado el modelo de inmersión lingüística en Catalunya, que tiene el catalán como lengua de uso en las aulas, pero en esta nueva edición ha recriminado directamente a los tribunales la sentencia que obliga a introducir un 25% de castellano como mínimo en todas las escuelas e institutos. “Las recientes decisiones judiciales sobre los modelos lingüísticos de las escuelas en las comunidades autónomas son un motivo de gran preocupación”, señala.
Y añade: “Fijar un porcentaje mínimo de enseñanzas en castellano para cada escuela individualmente va en contra de las obligaciones aceptadas por España en el artículo 8 de la Carta”. Con todo, reconoce también que se puede reforzar el castellano como lengua vehicular para salvaguardar su aprendizaje si es necesario por razones sociales y lingüísticas.
En el caso catalán, cabe recordar que el Tribunal Supremo ratificó la sentencia para extender este porcentaje mínimo de castellano a todo el sistema educativo, pero un cambio legislativo en el Parlament ha dejado su resolución pendiente del Tribunal Constitucional. La nueva legislación mantiene el catalán como lengua de uso, pero introduce el castellano también como idioma curricular.
El retroceso con los gobiernos del PP
Sin mencionar a formaciones políticas concretas, el Comité de Expertos deja un recado a las comunidades gobernadas por el PP como Comunitat Valenciana, Illes Balears y Aragón, donde lamenta la adopción de medidas que también van en contra de la protección de las lenguas minoritarias establecida en la Carta.
En el caso balear, critica el decreto 5/2023 que elimina el requisito de saber catalán para la sanidad, lo que considera “especialmente lamentable”. Respecto a la Comunitat Valenciana, donde existe un mínimo del 25% para ambas lenguas cooficiales, castellano y valenciano, el Consejo muestra también “gran preocupación” por la recién aprobada ley de Libertad Educativa. “Reducirá de forma drástica la presencia del valenciano en el modelo educativo de la Comunitat Valenciana, particularmente en las zonas castellanoparlantes”, sentencia el texto.
La misma fórmula, la de la “gran preocupación”, sirve asimismo para reaccionar a las medidas adoptadas por el gobierno de Aragón respecto al aragonés. En referencia concreta a los “los recortes presupuestarios recientes adoptados a nivel regional, y la voluntad expresada por las autoridades regionales de modifciar el marco legal para reducir drásticamente el espacio que se da al aragonés en Aragón”.
A la espera de la justicia
Como es habitual, el Comité de Expertos se extiende en su crítica al estado de las lenguas regionales en la Justicia, quizás el que considera más reprochable de todos. A pesar de sus recomendaciones “desde hace años”, insisten, no se han llevado a cabo las modificaciones legislativas propuestas para que los idiomas cooficiales sean garanitzados en este ámbito.
El informe reconoce que sobre el papel se pueden tramitar documentos y pruebas judiciales en lenguas como el catalán, el vasco o el gallego, o usar estos idiomas en el juzgado con la asistencia de un intérprete si hace falta. Pero lamenta que su uso en sentencias, autos y otros documentos es bajo –en Catalunya– y extremadamente bajo –en las demás–, y critica que muchos jueces no atiendan la petición de enviar la documentación en lenguas que no sean en castellano.
El Diario
Bruselas prepara la guerra
España, la Babel ibérica que vive de espaldas a la riqueza lingüística de sus pueblos
Juan Oliver
El Estado español sigue sin proteger adecuadamente los idiomas propios que se hablan en el país, según ha constatado el sexto informe de evaluación sobre su situación elaborado por el grupo de expertos del Consejo de Europa, que fiscaliza cada cuatro años el cumplimiento de la carta europea de las lenguas regionales y minorizadas.
En España se hablan una docena de esas lenguas, casi todas (incluidas las tres cooficales, es decir el catalán, el gallego y el euskera) en situación de fragilidad frente al castellano oficial dominante: el amazigh o bereber, el aragonés; el bable de Asturias; el dariya o árabe marroquí de Ceuta; el extremeño, la fala y el portugués en Extremadura; el astur-leonés en Castilla y León; y el occitano o aranés en Catalunya.
El Consejo de Europa, que no tiene que ver con la Unión Europea, es una institución transnacional fundada en 1949 y formada por 46 estados europeos, destinada a fomentar la cooperación entre ellos para la defensa de los valores de la democracia, los derechos humanos y la igualdad ante la ley. Bajo su competencia se encuentra el Tribunal Europeo de Derechos Humanos.
La carta de las lenguas minorizadas, suscrita por España en noviembre de 1992, está destinada a protegerlas y fomentarlas como parte del patrimonio cultural del continente, además de asegurar el derecho de sus hablantes a que puedan utilizarlas en su vida pública y privada. Los expertos de su comité visitaron varias zonas del país en enero de este año.
Según el último informe, publicado la semana pasada, España ha desarrollado un buen sistema para la protección de las lenguas minorizadas, pero más de 30 años después de la firma de la Carta ha detectado problemas para que los hablantes de esas lenguas puedan emplearlos en sus relaciones con administración, especialmente en la justicia y la enseñanza, o verlos reflejados en los medios de comunicación públicos y privados y en las plataformas de difusión de la cultura, especialmente en las relacionadas con la producción audiovisual.
"La situación se ha deteriorado en algunas comunidades con la adopción de legislación que dificulta la implementación de la carta o por la ausencia de medidas" que contribuyan a revertirla. "En otros casos, las medidas adoptadas a nivel autonómico han sido anuladas o menoscabadas por las autoridades judiciales, cuyas decisiones finales pueden no ser compatibles con los compromisos ratificados por España", advierte el informe.
Aranés.
Lo hablan unos 10.000 habitantes del Valle de Arán (Lérida), con especial incidencia entre la población más joven. Está protegido en el Estatuto de Catalunya, que garantiza su presencia en los currículos escolares, pero el Consejo lamenta que la Generalitat no haya implementado medidas para garantizar efectivamente que se puede usar el aranés en las relaciones con la Administración autonómica, especialmente en el ámbito de la justicia.
Aragonés.
Lo entienden alrededor de 49.000 personas y lo hablan más de 25.0000 en la comunidad autónoma que desde el año pasado gobierna el Partido Popular de Jorge Azcón. "Los recientes recortes presupuestarios y la intención expresada por las autoridades regionales para modificar el actual marco legal para reducir drásticamente el espacio dado al aragonés en Aragón es una fuente de gran preocupación", dice el Consejo de Europa, que alerta del anuncio del Ejecutivo de Azcón de modificar la ley de 1999 sobre patrimonio cultural de Aragón "que hace referencia explícita al aragonés y al catalán como lenguas de la comunidad autónoma".
Bable
El Consejo de Europa asegura que el 62% de la población de Asturias habla bable y que esa lengua está presente en más de la mitad de los hogares de la comunidad. "Su uso está garantizado en las relaciones con las administraciones" y su conocimiento "se considera un mérito en el acceso a la función pública", cuenta con soporte en los medios públicos de comunicación, con varios programas de radio y televisión en esa lengua, y su estudio y el de su literatura es una opción en el sistema educativo que eligen anualmente más de 20.000 alumnos de primaria y secundaria.
Bereber
Los expertos del Consejo de Europa destacan que ni siquiera existen cifras oficiales del número de hablantes de amazigh o bereber, que podrían rondar en torno al 40% de la población de Melilla, que forman unas 86.000 personas. En 2014, la Asamblea de la ciudad autónoma lo reconoció como un "una lengua tradicional que forma parte inseparable del patrimonio cultural intangible común a todos los ciudadanos de Melilla", sin que hasta ahora se hayan adoptado más medidas efectivas para su promoción y protección.
Catalán
Después del castellano, es la lengua con más hablantes en más comunidades autónomas: Catalunya, Valencia, Aragón y Baleares, donde figura expresamente mencionado en los respectivos estatutos. En Catalunya lo entiende cerca del 94% de la población y más del 80% puede expresarse en él. En esa comunidad, el Consejo de Europa alerta de que la decisión del Tribunal Supremo de imponer un 25% de asignaturas en castellano en el sistema educativo atenta contra la protección del catalán.
El informe de los expertos en lenguas minorizadas destaca que esa lengua, con más de 55.000 hablantes en Aragón, se encuentra en situación de riesgo en esa comunidad tras la decisión del nuevo gobierno regional de recortar todos los fondos relacionados con la promoción del idioma así como la financiación a las entidades que lo defienden. En Balears, los riesgos se derivan del sistema educativo, donde "el porcentaje de alumnos con habilidades comunicativas sólidas en catalán al final de la educación primaria es bastante bajo".
En País Valencià, donde el catalán se denomina valenciano, el Consejo también se muestra preocupado por la decisión del Gobierno autonómico, desde el año pasado en manos del PP, de implementar una nueva ley de libertad educativa que reduciría drásticamente la presencia de ese idioma en el sistema educativo. En Murcia, donde el valenciano se habla en 22 localidades de la sierra de El Carche pertenecientes a los municipios de Yecla, Jumilla y Abanilla, no existe mención a esa lengua en el Estatuto autonómico.
Euskera
El estudio destaca que la población vasca capaz de expresarse en euskera "está aumentando rápidamente (936.800 personas en 2021 en comparación con 419 000 en 1991)". "El porcentaje más alto de hablantes se encuentra entre la población más joven (más del 60% de los jóvenes de 16 a 24 años son bilingües en euskera y castellano)", apunta. Además, el 45% de los funcionarios reclutados por el Ejecutivo autonómico dominan esa lengua. Sin embargo, sólo lo conocen el 11% de los funcionarios de la Administración del Estado en Euskadi, de los que un porcentaje aún menos son capaces de hablarlo.
El Consejo de Europa destaca además que apenas el 7% de los jueces y menos del 3% de los fiscales que trabajan en la comunidad tienen competencias como para usarlo a nivel profesional. También hay problemas para el uso del euskera en los centros de salud y en las residencias de mayores y dependientes. Pese a la situación saludable de esa lengua en la cultura y la educación, aún no es posible realizar estudios íntegramente en euskera en varios grados universitarios, especialmente en los relacionados con la medicina y las ciencias de la salud.
El Consejo de Europa recuerda también que el euskera se habla también en el entorno del condado de Treviño, en Castilla y León, donde cerca de un 60% de la población es euskeroparlante sin que el Estatuto de Autonomía de esa comunidad recoja mención alguna al euskera.
Dariya o árabe marroquí
Es la lengua del 40% de la población de Ceuta, poblada por más de 83.000 personas según el último censo, pero el Estatuto de la ciudad autónoma tampoco lo menciona, de forma que no se garantiza que sus hablantes puedan utilizarlo en sus relaciones con las administraciones locales y estatales ni expresarse en él en su vida pública con garantías de igualdad con respecto al castellano.
Extremeño
Conocido como estremeñu, tiene 10.000 hablantes en la zona oeste de la comunidad, pero tampoco aparece en el Estatuto autonómico de Extremadura ni goza de medidas de protección o promoción. Tampoco se puede usar en las relaciones con la Administración ni tiene presencia en el sistema educativo. Sin embargo, diez municipios se han comprometido a promocionarlo utilizando señalización bilingüe en sus calles.
Fala
Tiene alrededor de 5.000 hablantes en los municipios de San Martín de Trevejo, Elijas y Valverde del Fresno, en el valle de Jálama. Es una lengua ausente en la Administración, la educación y los medios de comunicación públicos y privados.
Portugués
Cuenta con unos 1.500 hablantes en la localidad y el entorno de Olivenza, en el extremo occidental de Badajoz. Según el Consejo de Europa, "se encuentra en una situación precaria ya que ha estado sujeto a una fuerte influencia del castellano y hoy en día sólo lo emplean hablantes de edad avanzada", lo que supone el riesgo de que "se pierdan irremediablemente muchas costumbres y tradiciones".
Gallego
El 88% de la población gallega, formada por 2,7 millones de personas, lo entiende, y el 62% puede escribirlo correctamente. Los principales problemas que detecta el Consejo de Europa tienen que ver con su exclusión de la enseñanza de asignaturas científicas en los centros públicos y en la mayoría de los privados, y en el ámbito de la justicia, donde pese a estar reconocido el derecho a dirigirse y relacionarse con las autoridades judiciales en gallego, menos de un 1% de los procesos se desarrollan en esa lengua por la falta de competencias de jueces, fiscales y letrados de justicia. Aunque existe una cadena pública de radio y televisión íntegramente en gallego con amplia implantación en todo el territorio, la Xunta de Alfonso Rueda pretende abrirla también al castellano.
El gallego-asturiano, como se le conoce en Asturias, tiene alrededor de 23.000 hablantes en 18 municipios de la frontera entre Galicia y esa comunidad. Se permite su uso oral y escrito en las relaciones con la Administración regional, su conocimiento se valora como mérito para el acceso a la función pública y se ofrece como asignatura optativa en la enseñanza pública.
El gallego tiene otros 22.000 hablantes en localidades de la comarcas leonesa de El Bierzo y zamorana de Sanabria. Está reconocido en el Estatuto de Castilla y León, pero no existe posibilidad de usarlo en las relaciones oficiales con la Adminisitración autonómica.
Leonés
Se habla en algunas localidades de Castilla y León, pero el Consejo de Europa destaca que ni siquiera existen estadísticas fiables sobre sus usuarios, que según otras fuentes son alrededor de 20.000. No está contemplado en el Estatuto de la comunidad, ni es posible usarlo en las relaciones con la Administración ni se enseña en los colegios.
Fuente: https://www.publico.es/politica/esp...;mm=mobile-big
Génesis histórica del pensamiento y cultura New Age
«De la pseudociencia a la conspiración. Un viaje por la espiritualidad New Age»
Pablo San José Alonso.
Ver índice y enlace a todos los capítulos
2. Génesis histórica del pensamiento y cultura New Age
El origen del pensamiento y espiritualidad que desde mediados del siglo XX llamamos Nueva Era o New Age es remoto. El sociólogo Frédéric Lenoir, en su recomendable obra «Las Metamorfosis de Dios. La Nueva Espiritualidad Occidental» (Alianza, 2005) ubica su raíz en el movimiento romántico, especialmente el alemán, de principios y mediados del siglo XIX. El romanticismo, como es bien sabido, más allá de sus dimensiones artísticas, fue en su momento una reacción intelectual contra la influencia y predominio del pensamiento racional, cartesiano, ilustrado, materialista... entre las capas pensantes de la sociedad occidental. Pensamiento que, en la segunda mitad de la centuria, desembocaría en el triunfo del cientifismo, el utilitarismo, el positivismo y el Estado. La visión romántica es un desafío a ese paradigma y una reivindicación de emoción frente a razón, subjetividad frente a objetividad, individualidad frente a colectividad, espiritualidad frente a materia, etc. Rasgos que, como puede deducirse fácilmente, mutatis mutandi, son perfectamente extrapolables al movimiento actual que estudiamos en este escrito. Las y los románticos, tal como hoy ocurre a quienes secundan unas y otras expresiones contemporáneas del New Age, se rebelaban contra el imperio de una razón que comprendían —no sin cierta verdad— dogmática y displicente, contra la pretensión de diseñar un mundo de carácter mecanicista y unidimensional. Un mundo que, por otra parte, contradecía y negaba de hecho, en su propia plasmación y desarrollo, cualquiera de los ideales de la Razón y la Ilustración, dado su carácter eminentemente injusto, violento y liberticida.
Algunas derivas de esta reacción romántica, cada vez más descontentas con el cientificismo y el materialismo imperante van incorporando determinados misticismos: relecturas sincréticas de las religiones tradicionales junto con el descubrimiento de lejanas y exóticas espiritualidades, preferentemente orientales, filosofías igualmente místicas (la sociedad teosófica, por ejemplo, se funda en 1873) o propuestas terapéuticas emanadas o emparentadas con dichas sensibilidades y ya enfrentadas a la ciencia «oficial». El siglo XIX, poniendo otro ejemplo, asiste a un formidable éxito de la homeopatía en Europa y Norteamérica. Este tipo de recombinaciones tienen en común su necesidad de oponer una respuesta espiritual, de carácter novedoso, prestigioso a poder ser y —además— liberada de la influencia institucional de las viejas religiones, a la razón dogmática, a las explicaciones y lecturas de la realidad procedentes de los centros del poder ocupados por la emergente burguesía capitalista; explicaciones que están mediatizadas y solo son satisfactorias para las personas y capas sociales beneficiarias de aquel status quo. Como puede seguir advirtiéndose, dichas motivaciones no difieren apenas en nada de las que se dan en el presente. Los románticos, neorrománticos, neomísticos, o como los queramos llamar, de aquellos momentos se sienten íntimamente insatisfechos con la descripción de un mundo puramente material y tecnológico orientado a la utilidad y cimentado en la autoridad; con lo que entienden reificación y despojo de las categorías más trascendentales del ser humano. Por ello aspiran a una suerte de —en palabras de Lenoir— «reencantamiento» del mundo. De alguna forma desean recuperar la magia, el reconocimiento de que hay territorios que explorar, caminos que recorrer, dimensiones más allá de la experiencia y el conocimiento empírico. Apuestan por creer en un individuo humano —y subrayo lo de individuo— lleno de potencialidades, sin apenas límites ni fronteras.
Llegado el siglo XX, en un contexto en el que, de la mano de la expansión de la sociedad industrial, se popularizan las visiones materialistas y utilitaristas de la realidad, estas corrientes de pensamiento menguarán en su dimensión social y se convertirán en interpretaciones aún más minoritarias hasta su reaparición en la década de los años sesenta. Entretanto, su transmisión quedará reducida a ciertas élites intelectuales y culturales. Podemos citar nombres como Jiddu Krishnamurti, Rudolf Steiner, Herman Hesse… como agentes propagadores de filosofías y misticismos de corte orientalizante. También la existencia de determinadas prácticas como el higienismo, el naturismo, el vegetarianismo… Incluso, y es un dato a tener en cuenta a la luz de lo que ocurre hoy día, ciertas querencias de tipo romántico, espiritual y místico de los teóricos e inspiradores del fascismo europeo en los años veinte y treinta de la centuria, o de algunos ideólogos y artistas vinculados con el pensamiento anarcoindividualista, sobre todo en EEUU y Francia.
En los años 60 del siglo XX, en Norteamérica, Europa y otros puntos de Occidente hay un importante cambio de paradigma cultural. El modelo social que, tras las dos guerras mundiales, en su plano material estaba basado en el progreso, el crecimiento, la industria, la tecnología, la fortaleza del Estado..., y en el aspecto ideológico se afirmaba en los valores referenciales de la modernidad, es decir: ciencia, razón positiva, objetividad… comienza a dar muestras de agotamiento. Ello suscita, entre las capas más jóvenes, una nueva reacción cultural que se conocerá como posmodernidad. La juventud de las grandes ciudades, especialmente las capas más instruidas (y Mayo del 68 será su principal expresión) no termina de identificarse con el legado cultural recibido de las generaciones anteriores. Valores como el esfuerzo, la abnegación, el ahorro, la religión tradicional, la posición social, la familia, el emprendimiento, el compromiso con grandes ideales como la patria, que habían sido vivenciados por sus padres en décadas de grandes convulsiones políticas y económicas, pierden casi todo su sentido en lo que ya es, fundamentalmente, una sociedad de consumo y —al decir de Guy Debord— espectáculo. Así, la mirada dejará de estar puesta en el todo social, con su amplio repertorio de valores abstractos, y se dirigirá al individuo. De esa forma, los principios más definitorios de la nueva cosmovisión, además de la individualidad, serán el relativismo y la subjetividad. En su forma más reconocible, sobre todo en Norteamérica, el nuevo movimiento fue denominado —y es un término que ya en su propia definición aclara muchas cosas— contracultura. Entre sus principales manifestaciones destacan el movimiento beatnik, la psicodelia (vinculada al redescubrimiento de las drogas y la cultura del hedonismo) y, especialmente, el movimiento hippy. Es en este contexto cuando muchos de estos jóvenes individualistas, relativistas y reaccionarios a la cultura de sus padres, ávidos de espiritualidad, desarrollo de su yo interior y proclives a acoger con simpatía todo aquello que desafíe los paradigmas del orden establecido, dirigirán su mirada a ese conjunto de espiritualidades y filosofías exóticas, místicas, sincréticas, minoritarias, disidentes y, por todo ello, fascinadoras que existían desde el siglo XIX y que llegan a esa actualidad por los canales descritos. A partir de este momento, cuando los neomisticismos del siglo XIX se funden con la posmodernidad y la contracultura de los años 60 y 70 del siglo XX, podemos hablar de la espiritualidad o movimiento New Age.
La historia de esta sensibilidad epistemológica y posicionamiento cultural, que es como, quizá, mejor podemos denominar a la realidad que analizamos más que como un movimiento organizado y reconocible, no sufrirá grandes variaciones hasta el presente. En todo momento y lugar de Occidente habrá personas y grupos más o menos asociados en torno a ideales hippys (más tarde evolucionarán hacia una mayor integración social y se denominarán «alternativos») que, en su vertiente individualista irán profundizando cada vez más en temas de naturismo, salud natural, crecimiento personal, yoga, zen, diversas cuestiones «biológicas», vegetarianismo… y en su dimensión más sociopolítica en temas relacionados con la comunidad alternativa y el pacifismo y, posteriormente, llegando a nuestros días, preocupaciones ecologistas y de crítica global (teórica) al sistema, espacio en el que terminarán acogiendo, como veremos después, diferentes teorías de la conspiración.
La delincuencia no crece con el aumento de pateras: Los datos que desmontan la conexión alimentada por la derecha
La relación entre ambos fenómenos, en tal caso, es “negativa”, apunta la catedrática en Derecho Penal y Criminología Elisa García.
Toni Ferrera / Natalia G. Vargas
Canarias recibe desde 2020 el 80,5% de la inmigración irregular que llega a España, pero esto no se ha traducido en un aumento de la criminalidad en las islas. Los datos del Ministerio del Interior desmontan el discurso político que intenta vincular a las personas migrantes con la delincuencia. “Parece que tal y como está el panorama es contra toda lógica, pero después de 30 años de estudio y leer a muchísimos autores, la relación entre inmigración y delincuencia es negativa”, apunta Elisa García España, catedrática de Derecho Penal y Criminología de la Universidad de Málaga.
La inmigración ha vuelto a dominar la agenda política de Canarias en los últimos años. Tres décadas después de la llegada de la primera patera a Fuerteventura, el debate permanece estancado en viejos discursos que tratan de relacionar a las personas desplazadas con la inseguridad. Este martes, todos los grupos del Parlamento autonómico se unieron para frenar una Proposición No de Ley (PNL) impulsada por Vox, en la que trataba de responsabilizar a los supervivientes de la ruta canaria de un supuesto aumento de los delitos en las islas. En su exposición de motivos, el partido de extrema derecha retuerce las cifras de criminalidad para ligarlas a una “invasión inmigratoria”.
Sin embargo, la tasa de criminalidad en Canarias está por debajo de la media nacional. De acuerdo con los datos del Ministerio del Interior, en el conjunto del Estado hubo 48,6 infracciones penales por cada 1.000 habitantes en 2022, pero en las Islas se registraron menos, 43,5 por cada 1.000. Existen otras autonomías, como las Islas Baleares (63,4), Catalunya (60,6) y la Comunidad de Madrid (59,2), donde la tasa es aún mayor.
Además, la evolución de la delincuencia en el Archipiélago muestra que, desde la entrada del nuevo siglo, la criminalidad ha decrecido para luego estabilizarse en la última década. En el año 2000, la tasa era de 66,5 por cada 1.000 habitantes. En 2023, el curso pasado, ya había caído a 46,5 por cada mil, tras un pequeño repunte desde la crisis del coronavirus. Todo esto mientras el peso de la población extranjera en la Comunidad Autónoma se ha triplicado en los últimos 23 años.
“La comunicación política es sentimental. Va a las tripas. ”Ellos son los más salvajes, los más violentos“,...”, explica el periodista Samuel Toledano. Para que el discurso emocional funcione, se necesitan “elementos sólidos”. “Ahí entra el dato. Cogen el dato que les interesa, lo descontextualizan y ya tienen un argumento sólido. Así la gran propaganda funciona mejor”, añade el profesor de Ciencias de Comunicación y Trabajo Social de la Universidad de La Laguna.
Coalición Canaria y el Partido Popular también han abrazado las consignas que hasta ahora abanderaba la extrema derecha. En una tertulia televisiva, el secretario de Organización de CC en Lanzarote, Echedey Eugenio, expresó su preocupación por que los menores extranjeros no acompañados compartieran aulas y hospitales con su familia. “¿Sabes con quién van a compartir sus colegios y sus centros sanitarios esos 6.000 menores cuando se conviertan en mayores de edad? Con mis hijos y mis nietos”, clamó el teniente de alcalde del Ayuntamiento de Arrecife.
A las puertas de las pasadas elecciones europeas, el senador del PP Sergio Ramos aprovechó el asesinato de un joven en el municipio grancanario de Telde para agitar la campaña. El también vicealcalde de esta ciudad aprovechó la muerte del chico, apuñalado tras una reyerta, para afirmar que los migrantes representan “un problema muy grave” que tiene como máximo responsable al Gobierno de España.
La percepción de inseguridad que pretendía trasladar el senador tampoco se sostiene con datos. Los registros del Instituto Nacional de Estadística (INE) revelan que los nacionales en Canarias delinquen más que los extranjeros. En 2023, según la última actualización de las cifras, publicada esta misma semana, el 79% de los condenados en las Islas tenían la nacionalidad española, frente a un 21% de extranjeros. Y eso que lo que nos muestran los datos son tan solo “la reacción del sistema” ante el delito, no la “delincuencia real”, explica García España.
La catedrática, que lleva décadas estudiando la relación entre inmigración y delincuencia y dirige el Observatorio Criminológico del Sistema Penal ante la Inmigración (OCSPI), hace hincapié en este hecho y en la dificultad de “delimitar” el concepto inmigración, en donde caben muchas cosas. “Yo he estado viviendo un año en Estados Unidos. Cambié mi residencia habitual y fui inmigrante. Pero cuando tú hablas de inmigración, en la cabeza de las personas no está ese concepto tan amplio”, destaca.
García España recuerda que “el derecho penal no llega a todos por igual”, que es “mucho más fácil” perseguir un delito de hurto que de corrupción administrativa o ir detrás de una “determinada población”. Es un sistema “selectivo”, insiste la experta, sobre todo con las personas con rasgos étnicos diferentes, algo que está “altamente demostrado”. “Es un sesgo individual, que no quiere decir que sean racistas y que vayan a por el extranjero de forma dolosa”, sino que “desvían su actuación sin que ellos sean conscientes de ello”, remacha.
Al actuar sobre 100 inmigrantes y 10 españoles, eso sí, “consigues determinados réditos”, concluye la catedrática. “Estamos mirando todo el rato si el inmigrante es el que delinque, pero lo que hay que hacer es poner el foco en el contexto social de acogida”.
Una investigación publicada en 2012 en la revista American Law and Economics Review analizó la base de datos provincial de 1999 a 2009 en España para evaluar si había alguna relación entre inmigración y delincuencia. El trabajo, muy citado en el ámbito académico, concluye, en palabras de uno de sus autores, César Alonso-Borrego, profesor de Economía en la Universidad Carlos III de Madrid, que no existe evidencia de una relación causa efecto entre ambos factores, “particularmente en lo que respecta a delitos graves y contra la propiedad”.
Entre las razones que pueden explicar esto, Alonso-Borrego alude a las “afinidades culturales” entre la población nativa y una parte importante de la población inmigrante en España durante esa década, principalmente de origen latinoamericano. El estudio también descubrió que colectivos de otros países de origen, como los rumanos, presentaron tasas de criminalidad mayores en los primeros años de su llegada, pero que en poco tiempo esos registros pasaron a asemejarse a los de los nacionales. “La explicación más plausible es la integración”, recalca el economista.
“El enfoque securitario y el discurso del miedo son algunas de las expresiones más comunes de las nuevas formas de racismo contemporáneo: el racismo democrático”, explica la investigación Racismo “democrático” y fronteras morales: ¿cómo construir una ciudadanía insurgente?, elaborado por Daniel Buraschi y María José Aguilar-Idáñez. “El discurso racista se alimenta del miedo y justifica el rechazo de las personas migrantes porque considera que es legítimo defenderse frente a la amenaza que representan estas personas”, añade el estudio.
Para el activista Redwan Baddouh, el objetivo de estas campañas es claro: generar crispación y odio hacia las personas migrantes. “Intentan poner a pelear a pobres contra pobres. Le dicen a los pobres de aquí que otro pobre le está quitando cosas, cuando el problema no es el que llega de otro país en situación de vulnerabilidad, sino los cuatro gatos que especulan y acumulan toda la riqueza”, asevera. Según Baddouh, “no son solo los discursos de la extrema derecha, sino también las acciones del Estado las que alimentan el odio” hacia las personas migrantes. “No las regularizas y las tienes en condiciones denigrantes. Se va generando una situación de conflicto y así alimentas el monstruo del racismo”, concluye.
Bruselas prepara la guerra
Frente a la propaganda inicial sobre el heroísmo del pueblo ucraniano que estaba dispuesto a derramar hasta la última gota de su sangre, se abre paso la realidad: solo en la Unión Europea hay 800.000 insumisos ucranianos.
Javier Zulaika
Miembro del colectivo “Gerrarik Ez”
Mientras se escriben estas líneas, Israel está intentando provocar una gran guerra en Oriente Medio. Esta importante noticia permite que pasen inadvertidas las decisiones, igualmente trascendentales, que se están tomando en Bruselas y que pretenden prepararnos para librar una guerra contra Rusia. Hoy mi objetivo es llamar la atención sobre la gravedad de los acuerdos y declaraciones realizados por los gobernantes europeos y los motivos que los suscitan.
El ejército y el pueblo ucraniano dan claros síntomas de agotamiento. La posibilidad de la capitulación de Kiev toma fuerza ante el continuo avance de Moscú. Esto se debe, en parte, al relativo fracaso del armamento suministrado por Occidente a Ucrania. Pero, quizás, el mayor problema al que se enfrentan los gobiernos europeos sea el creciente rechazo popular a la guerra. Esta evolución queda reflejada en la última encuesta del Consejo Europeo de Relaciones Exteriores y se ha confirmado en las elecciones regionales alemanas de Sajonia y Turingia donde los partidos que apoyan la guerra se han hundido. Y en Brandeburgo, el retroceso ha sido menor gracias al carisma de su dirigente regional, Dietmar Woidke, y a que el canciller Scholz ha sido apartado totalmente de la campaña.
Frente a la propaganda inicial sobre el heroísmo del pueblo ucraniano que estaba dispuesto a derramar hasta la última gota de su sangre, se abre paso la realidad: solo en la Unión Europea hay 800.000 insumisos ucranianos.
Pero las dificultades para Kiev son mucho mayores. Frente a la propaganda inicial sobre el heroísmo del pueblo ucraniano que estaba dispuesto a derramar hasta la última gota de su sangre, se abre paso la realidad. En la Unión Europea hay 4,1 millones de refugiados ucranianos y de ellos se calcula que un 22 % están en edad de reclutamiento. Los llamamientos de Kiev para que vuelvan y se alisten están siendo totalmente desoídos. Por eso, entre otros, el ministro de Exteriores de Polonia, Radosław Sikorski, ha vuelto a solicitar a los gobiernos de la UE que dejen de prestar ayuda social a los refugiados ucranianos en edad de combatir. Podríamos afirmar que solo en la Unión Europea hay 800.000 insumisos ucranianos.
La situación dentro de Ucrania no parece mejor, y según diversos medios crece el rechazo al reclutamiento forzoso, junto a la desmoralización y la deserción. En este sentido, el pasado 8 de septiembre, CNN publicó un artículo titulado “Superados en armamento y número, los militares ucranianos luchan contra la baja moral y la deserción”. Según declaraciones a la cadena norteamericana de diversos mandos del ejército, la situación es particularmente grave entre las unidades de infantería cerca de Pokrovsk y en otras partes de la línea del frente oriental. “Los seis (mandos) dijeron que la deserción y la insubordinación se están convirtiendo en un problema generalizado, especialmente entre los soldados recién reclutados. […] No todos los soldados movilizados abandonan sus puestos, pero la mayoría sí”.
Según los periodistas de CNN, a medida que la situación en el campo de batalla se deteriora, un número cada vez mayor de tropas ha comenzado a rendirse y “solo en los primeros cuatro meses de 2024, los fiscales iniciaron procesos penales contra casi 19.000 soldados que abandonaron sus puestos o desertaron, según el propio parlamento ucraniano”. Se añade: “Es una cifra asombrosa y, muy probablemente, incompleta. Varios comandantes dijeron a CNN que muchos oficiales no denunciaban las deserciones y las ausencias no autorizadas, con la esperanza de convencer a las tropas de que regresaran voluntariamente, sin enfrentar un castigo”.
Con cientos de miles de muertos en la guerra y un sistema de reclutamiento forzoso enormemente impopular, con un Gobierno que se sostiene gracias a la ley marcial, con la cual ha ilegalizado a los partidos de la oposición y tomado el control de los principales medios de comunicación, con unos ingresos fiscales que se han derrumbado y dependiendo de Occidente hasta para pagar salarios de militares y funcionarios, y con la amenaza de la bancarrota del país acechándoles... se puede afirmar, que el régimen ucraniano está en una profunda crisis reflejada en la destitución de ministros y altos mandos del ejército.
Además, la mayoría del pueblo ucraniano no es ni fanática, ni fascista, ni quería la guerra, como a menudo afirman los partidarios de Rusia. La realidad es que Zelenski ganó las elecciones en 2019 con el apoyo masivo de las regiones de habla rusa. Y en su programa electoral prometía poner fin a la guerra civil iniciada tras el golpe de Estado de 2014, acabar con la corrupción que devora al país y normalizar el uso de la lengua rusa. En 2021, la popularidad de Zelenski se encontraba por los suelos por motivos obvios, pues estaba haciendo justo lo opuesto a lo prometido en campaña. Y fue la invasión rusa la que le devolvió cierto apoyo social.
La OTAN (y los dirigentes europeos) tiene conocimiento directo del hundimiento del Estado Ucraniano, de su gobierno, de su ejército, etc., y por eso se ha desatado el pánico entre las élites de Bruselas. El Parlamento Europeo instó, el 19 de septiembre, a los Veintisiete a que permitan a Ucrania usar las armas que les han enviado para atacar a Rusia. Piden que se “levanten inmediatamente todas las restricciones al uso de los sistemas armamentísticos occidentales proporcionados a Ucrania...”. Sí, proponen “atacar a Rusia”, es increíble.
Al momento, el presidente de la Duma rusa, Viacheslav Volodin, respondía: “Hoy el Parlamento Europeo llamó a los países de la Unión Europea a levantar las restricciones a los ataques... contra nuestro país […]. A lo que conducen estos llamamientos es a una guerra mundial con armas nucleares”.
Es preciso reseñar que la semana anterior, el presidente ruso, Vladímir Putin, había advertido a la OTAN que si autorizaban a Ucrania el uso de misiles de largo alcance, eso significaría su implicación directa en la guerra. Argumentaba que Ucrania no tiene ninguna capacidad para utilizar dichos misiles, que la definición de objetivos y sus trayectorias, así como su lanzamiento, requiere de los expertos de la alianza y esto supondría su implicación directa.
El nuevo Comisario de Defensa Andrius Kubilius, área recién creada en la Unión Europea, declaraba a Reuters que “Europa debe prepararse para enfrentarse militarmente a Rusia en seis u ocho años”.
Por su parte, el jefe de la OTAN, Jens Stoltenberg, declaraba que las advertencias de Putin no deben preocuparnos, dado que ya se han sobrepasado otras líneas rojas marcadas por Moscú y no ha pasado nada. “No lo ha hecho porque sabe que la OTAN es la alianza militar más fuerte del mundo. También saben que la guerra nuclear, no se puede ganar y no se debe librar. Y se lo hemos dejado muy claro en varias ocasiones”.
Para terminar de rematar el disparate, el nuevo Comisario de Defensa Andrius Kubilius, área recién creada en la Unión Europea, declaraba a Reuters que “Europa debe prepararse para enfrentarse militarmente a Rusia en seis u ocho años”. “La Unión Europea no tendrá planes de defensa ni liderazgo militar, como la OTAN, pero sí tendrá instrumentos para conseguir mayor financiación, algo que la OTAN no tiene”, añadió.
Todo encaja, Bruselas y el resto de los gobiernos europeos se someten, una vez más, a los designios de Washington y adoptan una estrategia que podría tener algún sentido para los intereses de la oligarquía norteamericana, pero ninguno para Europa. No les importa ni la voluntad, ni el bienestar de los pueblos europeos; han decidido prepararnos para un enfrentamiento militar con Rusia. Y es que, los gobernantes europeos están girando a la extrema derecha, sustituyendo el pensamiento racional por la ideología y el fanatismo anti-ruso, al extremo de apostar nuestras vidas y nuestro futuro, al albur de la guerra.
Al igual que hoy afirman que “Rusia nunca declarará la guerra a la OTAN porque la temen”, ayer nos aseguraban que no pasaba nada por expandir la alianza, que Moscú protestaba pero no era capaz de hacer nada... hasta que pasó lo que vemos en Ucrania. Es muy probable que en los próximos años la batalla política más decisiva que se libre en Europa, contra el militarismo y la guerra, sea entre el pueblo y estas élites gobernantes, pues nos parece muy difícil que la mayoría de los jóvenes europeos vayan a aceptar morir por ellos.
Los colectivos se movilizan contra el genocidio en Gaza y convocan una marcha para exigir el embargo de armas a Israel
Efe / Público
La Red Solidaria contra la Ocupación de Palestina (RESCOP) ha convocado protestas y una marcha en Madrid el 5 y 6 de octubre. La apoyan representantes del mundo de la cultura y la idea es denunciar la "inacción" del Gobierno ante el "genocidio" del Ejército israelí en Gaza y Cisjordania y exigir el embargo "inmediato" de armas a Israel.
"Un Gobierno de izquierdas no se puede permitir nunca contribuir al genocidio de Israel", ha explicado uno de los que han intervenido en la rueda de prensa para explicar esta convocatoria y que ha tenido lugar en la Sala Mirador de Madrid.
El actor Ismael Prieto ha subrayado en declaraciones a los medios que no se trata ya de una cuestión política "sino de humanidad" y ha emplazado a los gobiernos "a que dejen de ser culpables de lo que está sucediendo", mientras que el cantante Marwan, de origen palestino, ve "espeluznante" que la comunidad internacional se quede de brazos cruzados ante las masacres en Gaza.
La marcha, que transcurrirá a partir de la seis de la tarde entre Atocha y Sol, se enmarca en el primer aniversario de la guerra en Gaza en represalia por los atentados de Hamás y en un momento de la subida de tensión en Líbano por la guerra que libran Israel y Hizbulá.
Nadwa, otra de las activistas, ha sido también muy crítica con el Ejecutivo al recordar que mientras muchos dirigentes políticos abandonaron la sala cuando la semana pasada intervino el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, ante Naciones Unidas, "España se quedó, no se levantó para protestar en favor de los derechos humanos", pero, sin embargo, sí están continuamente reiterando "que están haciendo todo lo posible para alcanzar un alto el fuego". "Pedimos a nuestro gobierno que escoja el lado de los derechos humanos", ha repetido Nadwa.
Desde la plataforma Desarma Madrid, Mar Jimena ha insistido en que hay que luchar "contra la militarización social y el comercio de armas", exigiendo "el embargo total del comercio de armas entre España e Israel".
A través de un vídeo, otros actores como Beatriz Rico, Irene Arcos, Pedro Casablanc, Ana Fernández y Gonzalo de Castro han reclamado al Ejecutivo el embargo de armas a Israel y se han posicionado "contra la colonización y el militarismo".
El consenso israelí considera que esta ofensiva es legítima, y a nadie le importa que quienes mueran en Gaza sean, en su mayoría, mujeres y niños; nadie cuestiona la aniquilación
Juan Luis Saldaña
Escritor, poeta, músico y editor argentino. Vive en Israel desde 1998 a donde se mudó por problemas de salud. Es un ciclón creativo, vanguardista y experimental. Su música, su voz poética y su forma de ver el mundo son un caleidoscopio personal, lejos de convencionalismos. Sobre su cabeza, Wapner escucha desde hace un tiempo “un rumor de aviones que van a matar aquí y allá”. Los graba en su teléfono y los envía en mensajes sonoros como testimonio de una crueldad humana a la que nadie debería acostumbrarse. Acaba de publicar “Afuera hay guerra / Afuera hay guerro” en la editorial española Libros de la Imperdible y acaba de entregar también una colaboración musical con el percusionista argentino Marcelo García titulada Camallo. Wapner es testigo de algo que, según él, nadie debería llamar conflicto.
En España hablamos cada vez menos del conflicto de Gaza. Parece que se nos está olvidando ya.
El problema, según se deduce de tu planteo, es lingüístico: empleas la palabra “conflicto”, que es líquida y se diluye en medio del discurso, al cual suaviza. Como líquido que es, al final se evapora. Este líquido diluyente que es la palabra “conflicto” funciona como eufemismo que oculta la bruta realidad: en Gaza hay un genocidio. Un genocidio con mayúsculas: GENOCIDIO. Un genocidio que incluye el mayor infanticidio en lo que va del siglo. Un genocidio que abarca bestialidades como la destrucción masiva de los centros urbanos, la aniquilación de sus instituciones, de su infraestructura, la violación masiva de todo lo que se sostenía sobre sus pies. Los medios de difusión, la prensa en general, funcionales a los intereses de los gobiernos (España es parte importante de la alianza occidental que, además, hace la guerra a Rusia) utilizan perífrasis para crear en sus consumidores una paradoja: una sensación de bienestar que atenúe el conflicto (su propio artificio léxico) que anestesia una realidad horrible: Occidente, Estados Unidos y Europa, es cómplice del genocidio perpetrado por Israel en Gaza. Diluir (demoler) Gaza y ocuparse de otros conflictos, la guerra contra Rusia, por ejemplo.
Usted reside cerca de Gaza. ¿Cómo se vive esta realidad a diario?
Vivimos a 86 kilómetros y medio de Gaza en línea recta, por carretera son unos 115 kilómetros, hora y media de viaje, más o menos. A fines de 2013, Ana Camusso, mi esposa, montó una muestra de sus tintas sobre el Infierno del Dante en la galería “La casa blanca”, del kibutz Nir Oz, en la frontera con Khan Yunis, la segunda ciudad más poblada de Gaza. Este kibutz fue el más afectado por el ataque de Hamas el 7 de octubre de 2023. Jaim Peri, director-fundador de la galería, curador de la muestra, murió en su cautiverio en la propia Khan Yunis, tras un bombardeo israelí. Julio Silverman, de quien nos hicimos amigos, murió durante el ataque junto a su esposa, y sus nietos, dos mellizos de año y medio de edad, murieron junto a su padre en el cautiverio en Gaza. Y muchos de quienes visitaron la galería en aquellos días, también han muerto o continúan cautivos. Esta masacre, que causó 1200 muertos y 250 secuestrados, fue el detonante de la respuesta genocida de Israel. Y a nosotros nos cambió la vida, nos partió en dos. El sonido del genocidio, los aviones caza que vuelan a diario sobre nosotros, lo tenemos incrustado en cada rincón nuestro. Siempre hay un bramido lejano. Cerca nuestro hay una base de la fuerza aérea de donde parten los ataques. Y cuando en abril Irán atacó con misiles a este país, hacia donde apuntó fue a Arad y a su base aérea vecina. Fue media hora en la que parecía que el cielo se desplomaba sobre nosotros. Pero no se desplomó, el ataque fue amañado con los Estados Unidos para que no causara bajas civiles. Sólo murió una niña beduina que dormía en su tienda cercana a la base. El cielo que se viene abajo y mata todo lo que encuentra en su camino está destinado a Gaza. En esta ciudad nadie dice lo que piensa. Pero cuando alguien abre la boca, me tiemblan las piernas de la indignación. Como hace un par de meses, con un ex-amigo taxista que me dice, convencido, que está bien, que los maten a todos, un millón de palestinos muertos es poco. O hace un par de días, en el minimercado, cuando el dueño daba por sentado que la vida de un niño judío vale las de mil niños palestinos. ¿Matarías niños?, le preguntaba a un empleado de este super que tenía dudas sobre si ingresar o no al ejército, a la conscripción. El dueño, que oyó, hizo la pregunta: “¿Qué niños?” “Los niños de Gaza”. “Ah, ellos no son niños”. Nosotros vivimos con angustia. Y todos los días hablo con mi querido amigo, el gran poeta de Gaza, Nasser Rabah.
¿Y qué le cuenta? ¿Cómo lo viven allí?
Qué pregunta, ¿Cómo vive una sociedad bajo exterminio y demolición día y noche, cada día bajo ataque fuera de toda proporción? ¿Aviones, helicópteros, de ultimísima generación bombardeando a una población que no tiene medios para oponerse? ¿Y todo perpetrado con la anuencia de Occidente? Hace unos diez días, un avión atacó a un jeep que custodiaba un camión-transporte de alimentos. Dos de ellos eran parientes de Nasser, quien viajó al hospital, el único funcionando en su zona, a recoger los cadáveres. Vio gente desesperada, niños que se tiraban los pelos de su cabeza, mujeres gritando, y cadáveres, cadáveres que llegaban de todas partes. Y así, siempre, cada día (hoy fue atacada una escuela matando a 14 personas, anteayer un bombardeo atacó una zona de gente desplazada pulverizando, enterrándola en un cráter de nueve metros de profundidad). La visión de mi amigo es devolver la dignidad de los suyos a través de la poesía. Tiene el corazón destrozado, pero escribe, escribe, no deja de escribir. Ayer dieron comienzo las clases en Gaza. Del padrón de niños en edad escolar, 10.000 se ausentaron porque están muertos. ¿Cómo viven allí? Occidente es incapaz de imaginar cómo vive su exterminio un pueblo, que no responde a su canon hegemónico.
Toda guerra es también una lucha de mentiras e informaciones. ¿Se siente usted libre para mantener su opinión en Israel?
No, porque el pensamiento hegemónico israelí, más allá de los matices, es de apoyo a esta guerra. Se cuestiona al Primer Ministro por su desinterés en rescatar a los rehenes en Gaza, por haber permitido sus muertes, por no negociar su liberación, se pide su renuncia, se piden elecciones, pero nadie pide el fin de la guerra para que pare la masacre. El consenso israelí considera que esta ofensiva es legítima, y a nadie le importa que quienes mueran en Gaza sean, en su mayoría, mujeres y niños, nadie cuestiona que la única forma que propone este gobierno de ultraderecha mesiánica sea la aniquilación. Pero si le dices a alguien que Israel mató en once meses a 17.000 niños, te responden que es mentira, que es propaganda enemiga. Decir estas cosas te pueden exponer a un linchamiento, físico o verbal. También fuera de Israel.
Aquí le escuchamos con asombro. Le confieso que sus palabras son más potentes que las pocas imágenes que vemos ya.
Siempre la palabra es más potente que la imagen en bruto. Las imágenes lanzadas a millones por día producen acostumbramiento, y de la costumbre se pasa a la indiferencia. Por eso los propios soldados israelíes se encargan de difundirlas. La censura se centra, básicamente, en la palabra: los medios de prensa, en la persona de los propios periodistas (agredidos, asesinados, expulsados), en la literatura.
¿Teme represalias por esta entrevista?
Bueno, si publicas una pregunta pregunta así, le das la idea a cualquiera que se le antoje represalias. Todo lo que dije aquí es público, conocido, no es secreto de nadie, no hay secreto. Todo lo que está sucediendo se hace a la luz del día, se transmite en directo y lo difunden víctimas y victimarios por igual. Que sea cada vez menos visible por el cansancio que causan la violencia de la imagen multiplicada ad nauseam, o las manipulaciones léxicas como el famoso “conflicto” o la dupla complementaria “guerra-paz”, es otra cosa. En una respuesta anterior, sostuve que en Israel existe un consenso a este estado de cosas, más allá de divergencias formales. Pero aquí también hay más de uno que piensa como yo, israelíes que admiro por su conocimiento, valentía y coherencia. Puedo citar al poeta y ensayista Yitzak Laor, muy presente en nuestras vidas, a los periodistas Gideon Levi y Amira Hass, que suelen hablar para medios de difusión extranjeros, incluso de la prensa árabe como la cadena Al Jazeera, que está prohibida en Israel desde hace un par de meses. A estas personas, que son muy conocidas, hay que agregar los cientos de israelíes que abandonan su país cada semana. Tenemos amigos que se han marchado a Inglaterra o Escocia y decidieron nunca más regresar a Israel. Y así, miles. Sí, la ultraderecha es violenta, la violencia es parte constitutiva de su identidad, de su presentación a la sociedad. Entre las formas de violencia que ejerce el fascismo está la intimidación, la amenaza, la represalia, en fin: meter miedo es su droga, sin ella no funciona.
Hemos leído su libro de poemas Afuera hay guerra / Afuera hay guerro. Cada uno combate con lo que tiene...
Bueno, escribo y hago música de casi toda mi vida, ese es mi lenguaje, todo lo que hice, hago y seguiré haciendo pasa por ahí, en todas sus variantes y cruces. A la guerra y la violencia se las combate con las ideas, con el pensamiento, con la filosofía, con el arte, con la conciencia y el amor puestos en el oficio que practiques… pero, la verdad, lo que siento es impotencia total, no puedo hacer nada que pueda alterar la dinámica de esta demencia. Una fuerza militar inmensa, con el apoyo de los Estados Unidos, se abalanza sobre un dos millones y medio de personas inermes y los hacen pedazos día a día, alterando la lógica de lo que fueron hasta ese momentos las guerras, en un movimiento deleuziano (las Fuerzas de Defensa de Israel adoptaron y adaptaron para sí las ideas de Deleuze-Guatari) que propone, en cada bombardeo, borrar del mapa toda referencia visual y humana en los centros urbanos de la franja de Gaza, matando en un sólo movimiento a la ciudad y sus personas, alterando con extrema violencia el paisaje, hasta hacerlo irreconocible. Demoliendo a bombazos de una o dos toneladas edificios con sus habitantes adentro, matando familias completas para eliminar a uno de sus integrantes marcado como objetivo a ser eliminado, en un programa alimentado por inteligencia artificial al que llamaron “Where is daddy?”, en operaciones que se llevaban a cabo puntualmente entre las cuatro y cinco y media de la mañana. Mis poemas, que escribí en su mayor parte durante la primera etapa de este genocidio, no podían combatir esta tragedia y su inercia, sino que se enfrentaban a un estado de desesperación (tan sólo dos fueron escritos un año antes, entre ellos, el que da título al libro y figuran en un disco que publiqué en 2023).
Su libro dice “el poeta de vanguardia entre las ruinas busca pan”. ¿Ha encontrado algo?
Encontré a Nasser Rabah. No sólo es el poeta palestino más importante de esta época, su obra es una de las fundamentales en la poesía contemporánea en lengua árabe. Es como si Miguel Hernandez y César Vallejo hubieran vuelto a nacer en Gaza. Su poesía es pan.
¿Deberíamos hablar con él?
Sí, por supuesto.
¿Ha pensado en volver a la Argentina? Aquí en España tampoco estaría mal…
No puedo volver a la Argentina por mi problema de salud. Ahora rige allí un gobierno monstruoso, que entre otras destrucciones, ha degradado el Ministerio de Salud a Secretaría. Pero, aún en gobiernos anteriores, hubiera sido imposible la cobertura de la medicación que necesito. Con respecto a España, siempre pensamos en ella, tenemos amigos en la literatura y en la música, pero el problema sigue siendo la cobertura de mi problema de salud. Aunque tuviese un pasaporte europeo todavía no sería suficiente: el primer tiempo debes pagarte tú mismo la Salud Pública. Si alguien me dijese “vente aquí, te esperamos con un contrato de trabajo…” También pensamos en Uruguay,que tanto quiero, bien cerquita de la Argentina. Y aún así. Sea donde fuere, no queremos quedarnos aquí. Tan lejos de la fantasía de mi abuelo Israel, que a principios de la década de 1920 se casó con mi abuela Jayah en lo que hoy es Tel Aviv: “En Israel las cárceles están vacías y sus calabozos tienen las puertas abiertas porque no hay nadie a quien encerrar”.
¿Cómo nos ve a los españoles desde allí?
A España, como España, la veo ambigua. Me interesa todo lo que sucede en ella, sigo su política, tanto para dentro como para fuera. Los israelíes tienen la idea de que España es favorable a los palestinos. Algo de eso hay, sobre todo en la calle, pero a nivel gobierno, España, de hecho, está con Israel, porque es parte de la OTAN, o sea los Estados Unidos. Por otro lado, una buena parte de los israelíes tiene su origen en España. Marroquíes, turcos, griegos de Salónica, o sus descendientes, se definen a sí mismos como sefardíes, o sea, españoles. La lengua oficial de Israel es el hebreo con pronunciación española. Hay una atracción-rechazo por España, para muchos, un país veladamente antisemita. Si España actuase con autonomía, si adoptase la actitud del chef José Andrés y su ONG World Central Kitchen, héroes absolutos, sería relevante de veras a la hora de mediar en esta barbarie. Considero al actual presidente, Pedro Sánchez, un político habilìsimo. Creo que si España se deshiciese de los resabios de franquismo que aún subsisten en ella –la monarquía en primer lugar– daría el gran salto. De otro modo, Vox podría ser el motor de un gran retroceso.
¿Y en el plano personal?
En el plano personal, tengo una relación frecuente con personas españoles y españolas, básicamente con artistas y gente relacionada a la literatura, entre poetas, dramaturgos, juglares, editores. Algunas de ellas, han inmigrado desde países diversos como mis amigos poetas saharauis, o el griot camerunés Boniface Ofogo. Viajé varias veces invitado a festivales para presentar mi música y mis libros, en gran parte, gracias a la amistad que entablé con el juglar de Zaragoza, Luis Felipe Alegre, con quien nos conocimos en 1989, en Buenos Aires. Otra persona importante para mí es Luis Lles, el creador del Festival Periferias, de Huesca (que este año no se llevó a cabo por censura de Vox). Todo lo que hago en música se lo hago escuchar, antes que a nadie, a él. Mención especial para David Gimenez Alonso, músico, poeta, editor, quien me ha publicado “Afuera hay guerra / Afuera hay guerro”.
Como a Alejandro, nos queda la esperanza...
No sé, la verdad que no lo sé. Los descendientes de Alejandro, de su imperio, los sirio-macedonios, son los responsables mítico-históricos, o más bien su excusa, del actual nacionalismo religioso hebreo. No sé, soy pesimista. Al menos, en el mediano plazo, no veo por dónde podría entrar la luz. Ayer mismo, Israel efectuó un atentado de nueva generación en el Líbano, cuatro mil personas heridas y 12 muertos por el estallido simultáneo de sus dispositivos de mensajería, más otros 450 walkies-talkies que explotaron hoy, matando a otros 20 libaneses. La esperanza está infiltrada por los servicios de inteligencia, por la inteligencia artificial, por las mafias de la guerra. Por todos lados, dispositivos a punto de estallar en cualquier momento que nadie sabe cómo, ni puede, ni quiere desactivar.
Juan Luis Saldaña
Periodista y escritor
No es una guerra: Es una campaña de exterminio de Israel y EEUU contra sus oponentes en la zona
Conceden la pensión extraordinaria a un francotirador español traumatizado por estar 24 horas viendo el cadáver del hombre que mató en Irak
África Albalá
Apostado en una azotea en un edificio de la ciudad iraquí de Náyaf, con el rifle entre las manos y rodeado por el enemigo. Una granada impacta contra la fachada del edificio y explota; otra se incrusta en el hormigón a tres metros de distancia, pero milagrosamente no revienta. Es el infierno que vivió un francotirador español durante trece días -y sus correspondientes noches- en 2004 y que le ha perseguido durante dos décadas. Ahora, un juzgado de la Audiencia Nacional le ha reconocido una pensión extraordinaria a causa del trauma sufrido.
No se limitó a ese cerco el calvario de este boina verde. Mientras realizaba labores de seguridad, observación y eliminación de objetivos en ese tejado, recibió la orden de abatir a un informador del Ejército del Macdi al que tenía localizado. Una vez ejecutada, el cuerpo del objetivo quedó tendido a 350 metros de la posición y permaneció allí durante 24 horas; un día entero en que este cabo primero tuvo que contemplar el cadáver del enemigo.
La imagen del cuerpo inerte del insurgente desmadejado sobre el suelo quedó grabada en las retinas de este militar y, junto con la tensión sufrida durante aquellos días, le generó un trastorno de estrés postraumático y depresivo, que le provocó ideas suicidas y lo llevaron a intentar quitarse la vida. También contribuyó a agravar su sentimiento de culpa el hecho de que, al día siguiente del disparo, el mando responsable de la orden comenzó a cuestionar la decisión.
Ahora, el Juzgado Central de lo Contencioso-Administrativo Número 3 de la Audiencia Nacional ha reconocido la incapacidad permanente de este cabo primero permanente del Ejército de Tierra español, causada por la pérdida de condiciones psicofísicas. Esta sentencia, a la que ha tenido 'ABC', anula una resolución previa del Ministerio de Defensa que consideraba esta condición ajena al servicio, lo que afecta directamente a la pensión.
La decisión del departamento de Margarita Robles se basaba en el acta de la Junta Médico Pericial que determinó que el militar español padecía un trastorno ansioso-depresivo y estrés postraumático de etiología mixta, es decir, ajeno a sus actos de servicio. Sin embargo, la Justicia ha establecido este septiembre que la patología se deriva de la situación vivida en Irak y no de factores de vulnerabilidad previos.
«Nuestro cliente ha acreditado una resistencia psiquiátrica superior a la de cualquier persona no solo normal, sino con una ausencia de vulnerabilidad muy alta. Así se desprende de su servicio en unidades especiales y en zonas de guerra, donde ha actuado con total satisfacción. Que sea una persona completamente normal no quiere decir que, ante una conflictiva, no pueda desarrollar una patología de tipo psiquiátrico que sea reactiva a la situación bélica a la que se ha visto expuesto», explica a 'ABC' el abogado de este francotirador, Antonio Suárez-Valdés, experto en Derecho Militar.
Y recalca: «Estuvo durante días en un tejado sin poder moverse, fue bombardeado, tuvo que acabar con la vida de terceras personas y esto le generó una patología que, por supuesto, es de tipo reactivo a esa conflictiva, como así ha determinado los psiquiatras que lo han venido atendiendo».
Con esta resolución de la Audiencia Nacional, que reconoce su incapacidad y le concede la pensión extraordinaria, el militar -al tener más de 20 años de servicio- recibirá el 200% de su haber regulador. Es el doble de lo que le correspondería si su patología se considerase no derivada del servicio.
ABC
La eterna actualidad de Simone Weil
Pocos pensadores del siglo veinte han ejercido tanta atracción como Simone Weil. Encontramos fragmentos de sus obras, todas póstumas, en los lugares más inesperados de la literatura contemporánea. La capacidad de perdurar como referente vital y filosófico más allá de las modas, las ideologías y las inercias culturales, revela la singularidad de su mensaje profético, a la vanguardia de sensibilidades que se han suscitado en las últimas décadas.
Simone Weil nace en París el 3 de febrero de 1909 en el seno de una familia judía de elevado nivel cultural. Educada en el agnosticismo, manifiesta una precoz inquietud intelectual y social. La búsqueda de la verdad y de la justicia marcarán de forma extrema todo su itinerario vital, guiado por una opción radical a favor de los oprimidos y vencidos y por una independencia de criterio que la hace inclasificable. Para ella “desear la verdad es desear un contacto directo con la realidad”. Esta exigencia constante, como antídoto frente a la superficialidad y la indiferencia reinantes, nos interpela, nos atrae, nos desconcierta y nos asusta, pues nos obliga a estar en alerta ante todo lo que pasa a nuestro alrededor, pensar el tiempo presente, pero pensarlo en un horizonte de eternidad, ya que, según sus palabras, “habría que escribir cosas eternas para estar seguros de que serán de actualidad” (Escritos de Londres y últimas cartas).
Discípula del filósofo Alain (Émile Chartier) —que dotará a su pensamiento de una extrema lucidez y la forjará como filósofa en el sentido más riguroso del término— estudia en la École Normale Supérieure mientras participa en actividades sindicales y pacifistas. Con los militantes de la Révolution prolétarienne, enseña en las Bourses de travail y participa en movilizaciones obreristas. Esta actitud le ocasiona problemas graves —desde traslados forzosos a la supresión de la asignatura—, en los institutos donde imparte clase como Agregada de Filosofía. En esta época surge el apelativo de “la virgen roja” con el que será conocida.
Tras un viaje a Alemania en 1932, denuncia el estalinismo y el fascismo como manifestaciones de un nuevo poder totalitario y desarrolla un análisis riguroso de la opresión, que comporta una revisión crítica de las tesis de Marx (Opresión y libertad). Para Simone Weil, la clave de la opresión se encuentra en el interior de la fábrica, en una técnica y un sistema de producción que impiden al obrero dominar su tiempo de trabajo y ser consciente de su actividad. La descripción parte del conocimiento directo de la condición obrera —título de uno de sus libros— que asume en 1934 trabajando como peón en la cadena de montaje de la Renault. Weil afirma que en una vida social bien ordenada el trabajo manual ha de ser su centro espiritual. Sus reflexiones sobre la opresión causan una auténtica conmoción en el movimiento revolucionario, y son objeto de comentarios de figuras eminentes como Leon Trotsky o Boris Souvarine. Albert Camus afirmará que, desde Marx, el pensamiento político y social no había producido en Occidente nada tan penetrante y profético.
Dos años después, participa en la guerra civil española al lado de los anarquistas de la columna Durruti. Un accidente la retira del frente y regresa pronto a París. La experiencia bélica tendrá un gran impacto sobre su visión de la condición humana. La objetividad e imparcialidad en la descripción de los hechos superará el partidismo de la mayor parte de la literatura sobre la contienda. La barbarie cometida por los de su propio bando es descrita crudamente en su carta a Georges Bernanos, escritor simpatizante de los sublevados que había denunciado también las atrocidades cometidas por los franquistas en Mallorca en su obra Los grandes cementerios bajo la luna. Decepcionada de la experiencia bélica, no dejará de escribir penetrantes alegatos contra la política exterior del gobierno francés, especialmente sobre la cuestión colonial (Escritos históricos y políticos). La crítica se centra en la conjunción de subordinación política, explotación económica y desarraigo cultural, vivida en las colonias y derivada de un Estado centralista y dominador, que es indiferente ante el sufrimiento infligido y que no está tan lejano como parece de las ansias de poder del Tercer Reich. Para Francia, solo será legítimo oponerse a Hitler si reniega también de su propio pasado esclavista y colonial.
Otra experiencia que marca la biografía de Simone Weil es el contacto místico con Cristo, que tiene como momento clave la Semana Santa de 1938 en la abadía benedictina de Solesmes (A la espera de Dios). Allí se inicia su acercamiento al cristianismo, que no culmina en la recepción del bautismo, por lo que ella considera la ausencia en la Iglesia católica de una auténtica universalidad, que supondría el reconocimiento como cristiano de las manifestaciones de verdad presentes en otras culturas y tradiciones. Para Weil, el cristianismo se opone al judaísmo y ha de encarnarse en las fuentes del paganismo, en un sentido elemental de lo sagrado. Entre Jerusalén y Atenas como símbolos de la herencia cultural de Occidente, escoge el ideal griego arcaico y platónico, que conecta con Oriente (Intuiciones precristianas y La fuente griega). A pesar de ello, muchos motivos judíos quedan implícitos en su pensamiento.
Simone Weil percibe la relación entre el hombre y Dios como un movimiento de mutua renuncia por amor. Si Dios ha renunciado a su poder en la Creación, la Encarnación y la Pasión, el ser humano tiene que renunciar a su propio yo y a toda imposición sobre el otro. Las nociones de atención, deseo, desgracia, compasión y belleza son las claves antropológicas de esa conversión radical, en la cual solo la gracia puede compensar el peso de la gravedad (Cuadernos y Pensamientos desordenados). Los textos de Simone Weil se hacen entonces más insustituibles que nunca, pues su pensamiento alcanza el punto más alto de tensión espiritual.
En 1939, el estallido de la segunda guerra mundial confirma los peores augurios sobre la imposibilidad de contrarrestar por medios pacíficos el Estado totalitario y su deseo expansionista. Simone Weil se arrepiente, en cierto sentido, de su pacifismo radical, pero reafirma sus consideraciones sobre la guerra. Merece destacarse su texto La Ilíada o el poema de la fuerza, en el cual realiza una lúcida reflexión sobre la gran lección que podemos extraer de este poema épico, que ella percibe como una especie de relato fundacional de nuestra cultura: “aprender a no admirar nunca la fuerza, no odiar a los enemigos y no menospreciar a los desgraciados”. La crisis profunda que vive Europa procede del olvido de estas raíces a causa del modelo romano, basado en el menosprecio al extranjero, los esclavos y los vencidos.
Las circunstancias personales en que Simone Weil se encuentra son de nuevo determinantes: en 1940 había abandonado París huyendo de la persecución nazi a los judíos y se había refugiado en Marsella hasta 1942. Después llega a Nueva York y, poco más tarde, a Londres para colaborar con la Resistencia. Allí escribe el famoso ensayo Echar raíces, que comienza con una declaración de deberes. Las obligaciones, que priman sobre los derechos, se corresponden con las necesidades materiales y espirituales del ser humano, y entre estas necesidades aparece una especialmente importante y olvidada, el arraigo, que reclama la exigencia de una vida comunitaria hecha de memoria y sentido de la propia identidad.
El ensayo resta inacabado, ya que Simone Weil, que se había negado a comer más de la ración que correspondía a los combatientes en la guerra, moría de tuberculosis, con tan solo treinta y cuatro años de edad, en un sanatorio de Ashford, el día 24 de agosto de 1943. El sentido de su vida puede medirse en las dimensiones de su plegaria: “Padre, arranca de mí este cuerpo y esta alma para hacer de ellos cosas para ti y no dejes subsistir de mí eternamente nada que no sea ese mismo arrancar”.
Emilia Bea, profesora de filosofía del Derecho y Filosofía Política en la Universitat de València
Políticas del abandono
Solo perdemos a aquellos, o aquello. a lo que renunciamos. El mercado, las instituciones y la mentalidad imperante van renunciando a demasiadas cosas, lo cual, nos impide recomponernos y recomponer el mundo. En el reciente libro titulado “Contar el abandono. Paisajes de un mundo en ruinas”, editado por Bellaterra, se recogen algunas de esas políticas que vertebran el abandono, a las que podemos sumar muchas otras: desertificación, extinción de especies y culturas, poblaciones migradas que malviven en la indigencia, vidas olvidadas que sobreviven en la calle sin hogar, neoesclavismo laboral, barrios degradados, violencia descontrolada, ancianos, drogodependientes, enfermos mentales y menores encerrados cuando no abandonados a su suerte, millones de personas aniquiladas, desplazadas o malviviendo en medio de guerras y postguerras. Estas, y otras situaciones endémicas, son la crónica de esas políticas del abandono, de la renuncia a garantizar derechos humanos básicos, de la desprotección frente al mercantilismo salvaje y, como no, de la complicidad de los estados en la reproducción del desorden social instituido.
Pero quizás, lo que en mayor medida contribuye a producir, reproducir y legitimar los abandonos es el acostumbrarnos a ellos. El hecho de aceptarlos con resignación como inevitables. Y esto lo consiguen no tanto invisibilizándolos, sino mediante su espectacularización. Es decir, no ocultándolos, sino reinterpretándolos ante nuestros ojos, mostrándolos como las consecuencias necesarias para que funcionen nuestras sociedades ricas con seguridad y libertad, para garantizar nuestro bienestar social frente a los riesgos que supuestamente nos amenazan. Ante este discurso dominante nos quedamos paralizados y practicamos el más terrible de los abandonos, cual es, dejar en manos de los abandonadores la gestión de nuestras vidas y de los efectos catastróficos que tienen sus políticas para la gran mayoría de la humanidad. No nos olvidemos, ellos llaman civilización a la barbarie y progreso a la destrucción.
César MANZANOS BILBAO. Doctor en Sociología.
Páxinas
- « primeira
- ‹ anterior
- …
- 5
- 6
- 7
- 8
- 9
- 10
- 11
- 12
- 13
- …
- seguinte ›
- última »