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El caso del pistolero israelí de la Complutense podría ser sobreseído

Tortuga Antimilitar - 18 September, 2024 - 00:00

La larga mano del estado de Israel (¿o deberíamos decir de EEUU?). Habría que ver qué hubiera ocurrido y qué tratamiento policial, judicial y mediático hubiese tenido el caso si, en lugar de pertenecer a la embajada israelí, el pistolero amenazante perteneciera a otra embajada. Por ejemplo la de Venezuela. O la de Irán. Incluso la de Hungría. Nota de Tortuga.

Redacción El Salto

Era 8 de febrero de 2023 cuando organizaciones de apoyo al pueblo palestino se concentraban ante la facultad de Filología de la Universidad Complutense de Madrid para manifestar su repulsa por la intervención de la entonces embajadora de Israel, Rodica Radian-Gordon, en un ciclo de conferencias en ocasión del aniversario de los acuerdos de paz de Oslo. La concentración pacífica era duramente reprimida tanto por la seguridad privada de la universidad, como por la policía nacional y elementos de la seguridad de la embajada, incluyendo un sujeto que apuntó con un arma a los activistas.

Como resultado de la querella interpuesta por los estudiantes y manifestantes que se concentraban aquel día, y que pudieron grabar la escena en la que el sujeto les apuntaba en un vídeo que se difundió ampliamente, la policía ha confirmado los hechos e identificado el autor, si bien no se pueden hacer pública la información sobre este individuo, en virtud de la Ley de Protección de Datos, han explicado fuentes cercanas al procedimiento a El Salto. El sujeto, según explicaba a este diario en los días posteriores al incidente una de las personas presentes en la protesta, llevaba un arma con “una pegatina amarilla que nos hizo pensar que podría tratarse de una pistola taser”, poco después confirmarían que se trataba de un arma real.

En aquel momento, según denunciaban las personas presentes, el individuo que empuñaba el arma de fuego contó con la cobertura de la policía, que en lugar de proceder a su detención, lo protegió, algo que no hizo con las personas que se manifestaban y habían sido amenazadas a punta de pistola. Además, los agentes “detuvieron a dos de las activistas y multaron a 36 estudiantes más”, recuerdan fuentes próximas al caso. Las activistas detenidas entonces se han visto en la situación de enfrentar procesos penales, mientras que las multas suman un importe de más de 20.000 €.

La querella que presentaron a pesar de la represión, es la que ha resultado en un informe policial en el que se confirma la presencia del arma y se identifica al pistolero, que tiene pasaporte diplomático israelí y pertenecía al cuerpo de seguridad de la embajadora. Según afirmaba la propia policía y reportaron posteriormente varios medios, la pistola exhibida por el ciudadano israelí era supuestamente una Glock 9mm parabellum.

Las fuentes con las que ha conversado El Salto muestran su sorpresa porque en el mismo informe la policía explica que no fue consciente de la presencia de la pistola a pesar de que los activistas protestaran e interpelaran a los agentes para intervenir contra el hombre que les apuntaba y se preguntan cómo el cuerpo policial puede afirmar que no vio el arma, teniendo en cuenta lo registrado en el vídeo, “¿cómo ha podido identificar la policía detalladamente al agresor y al mismo tiempo alegar que no vieron nada? ¿Cómo han podido identificar a alguien a quien no vieron hacer nada?”, insisten.

Estas mismas fuentes temen que, a pesar de la viralidad del vídeo que registra los hechos, la policía no se está implicando, con el fin de evitar testificar contra el trabajador de la embajada, quedando su acción impune. Pues, tras la lectura del informe policial, el juez está esperando que la fiscalía se pronuncie, cabiendo la posibilidad de que un caso tan grave sea sobreseído.

No sería la primera vez que un incidente de este tipo se resuelve sin consecuencias, existiendo un precedente trágico: el asesinato de dos carpinteros jordanos a manos de un agente armado de la embajada israelí en Jordania en 2017, agente que pudo abandonar el país de manera impune.

Fuente: https://www.elsaltodiario.com/israe...

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Detenido el grupo de estupefacientes de la comisaría de la Policía Nacional en Alcalá de Guadaíra en una operación antidroga

Tortuga Antimilitar - 18 September, 2024 - 00:00

Fernando Pérez Ávila

Los cinco agentes del grupo de estupefacientes de la comisaría de la Policía Nacional de Alcalá de Guadaíra han sido detenidos este martes en el curso de una operación antidroga. La investigación, de la que han trascendido muy pocos detalles, la lleva la unidad de Asuntos Internos a través de un grupo especializado venido desde Madrid, tras tres meses de discretos trabajos en la comisaría local, mediante las diligencias habituales para este tipo de investigaciones.

Se sabe que hay unos 30 arrestados en total y que la mayor parte del operativo se ha desarrollado en el barrio alcalareño de Rabesa. Se desconocen aún cuáles son las imputaciones sobre los agentes y qué tipo de pruebas los implican en el tráfico de drogas. La operación permanece bajo secreto y fuentes oficiales de la Policía Nacional no han querido informar de nada relacionado con la misma.

La operación se inició a las cinco de la mañana. El jefe de la comisaría ordenó a todos los agentes destinados en esta sede policial que dejaran sus teléfonos móviles y les anunció que iba a haber una serie de detenciones en la comisaría, sin dar más pistas. Poco a poco, los policías que estaban de servicio descubrieron que los detenidos eran los miembros del grupo dedicado a la lucha contra el narcotráfico en esta ciudad.

Los agentes encargados de la investigación se han desplegado tanto por la comisaría como por la barriada de Rabesa, de donde son el grueso de los detenidos. Este barrio es el más deprimido de la ciudad y en él está muy presente el tráfico de sustancias estupefacientes. La operación ha supuesto una verdadera sorpresa para la mayoría de los policías destinados en esta localidad. Se han practicado 27 registros domiciliarios, no sólo en el municipio alcalareño, sino, además, en la localidad de vecina de Mairena del Alcor y en una parcela de Utrera, donde reside uno de los agentes detenidos.

En los últimos meses, la comisaría de la Policía Nacional en Alcalá de Guadaíra había sido noticia por el fuerte enfrentamiento de la mayoría de los funcionarios con el comisario jefe desde que éste llegó al cargo. Muchos de los policías se encuentran de baja por ansiedad y otros motivos similares, después de que se hayan abierto varios expedientes disciplinarios. Durante todo este tiempo ha habido momentos de gran tensión, con más de una veintena de bajas psicológicas y varios policías imputados por una presunta falsificación de las estadísticas. Aún así, en las últimas semanas ha habido buenas intervenciones de la Policía en Alcalá, como la de los agentes que rescataron a una madre y a dos niños de corta edad de un incendio.

El subdelegado del Gobierno en Sevilla, Francisco Toscano, se ha referido este martes al caso. "Consideramos que ante la operación que se ha desarrollado en Alcalá de Guadaira hay que pedir prudencia puesto que estamos en una investigación abierta que se está desarrollando en estos momentos. Ante todo, mostrar nuestro agradecimiento a las Fuerzas de Seguridad de la provincia que luchan incansablemente contra un problema como es el tráfico de drogas", apuntó Toscano.

"Con este tipo de operaciones, el Gobierno de España demuestra su compromiso para acabar con los delitos sean quienes sean los que los cometan, pero reitero que, hasta tener todos los datos en nuestras manos, sólo podemos apelar a la prudencia para que las fuerzas de seguridad puedan hacer su trabajo de la mejor manera, tal y como suelen desarrollar sus labores de seguridad”, añadió el subdelegado.

Fuente: https://www.diariodesevilla.es/alca...

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Violeta Parra

Tortuga Antimilitar - 17 September, 2024 - 20:11

El pobre, amando la patria y tan mal correspondido.

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“Ya no estudiamos”: Los niños de Gaza pierden la escuela, ya que la guerra de Israel interrumpe un año de educación

Tortuga Antimilitar - 17 September, 2024 - 00:00

Mohammad Al Sawalhi, Abeer Salman, Sana Noor Haq

(CNN) – Carteles multicolores, banderines blancos y banderas palestinas de papel decoran una tienda de campaña en Deir al-Balah, en el centro de Gaza. Mochilas escolares llenas de ropa, pequeñas almohadas y mantas con motivos florales están esparcidas por el suelo.

Más de una decena de niñas y niños están sentados con las piernas cruzadas en un aula improvisada en la región costera. Sus ojos se desplazan rápidamente por una gran pizarra mientras recitan las palabras de su maestra, Oula Al Ghoul, quien anima con delicadeza a sus alumnos. El sonido de los drones israelíes resuena en el cielo, un duro recordatorio de los combates que han envuelto a Gaza durante más de 11 meses.

“Tenemos guerra, no hay escuelas… Sin embargo, los niños están ansiosos por aprender”, dijo Al Ghoul a CNN. Decidió instalar un aula rudimentaria en la misma tienda de campaña en la que vive, solo para darles a algunos estudiantes de primer grado la oportunidad de estudiar.

“Incluso los padres vienen y preguntan sobre el progreso de sus hijos en la escritura, preguntándoles si están mejorando”.

Pero su iniciativa es la excepción. Mientras los niños de Medio Oriente comienzan el nuevo semestre, los de Gaza no podrán volver a la escuela. La ofensiva israelí lanzada tras los ataques del 7 de octubre liderados por Hamas ha generado una crisis humanitaria y ha paralizado los servicios educativos en el enclave asediado.

Al menos 45.000 alumnos de primer grado en Gaza no podrán comenzar el año escolar , según la agencia de las Naciones Unidas para la infancia, UNICEF.

“Los estudiantes de primer grado se suman a los 625.000 niños a los que ya se les ha negado un año escolar entero” y se enfrentan a la perspectiva de perder un segundo año de educación, dijo la agencia.

La campaña de bombardeos israelí ha destruido 123 escuelas y universidades en Gaza, según la Oficina de Medios Gubernamentales (GMO) de la zona. Al menos 11.500 estudiantes y 750 profesores han muerto, informó la GMO este lunes.

A principios de este año, la ONU acusó a las fuerzas israelíes de “aniquilar sistemáticamente” el sistema académico de Gaza, citando a expertos independientes, y pidió la protección de los escolares. Las FDI han dicho que los ataques contra las escuelas están dirigidos contra militantes de Hamas y han insistido en que se tomen medidas para minimizar los daños a los civiles. Hamas ha negado que haya combatientes infiltrados en la infraestructura civil.

Muchas escuelas se han convertido en refugios improvisados, ya que cientos de miles de personas buscan refugio de los bombardeos de Israel. Varios niños palestinos dijeron a CNN que los días dedicados al estudio han sido reemplazados por una lucha por la supervivencia. Algunos pasan horas haciendo cola para recibir agua o ayuda alimentaria, ya que el asedio de Israel ha agotado los suministros. Los trabajadores humanitarios dicen que los campamentos de desplazados están abarrotados de niños que no tienen un espacio seguro para jugar.

“Aspiraba a terminar mis estudios y ayudar a mi padre a alimentar a mi familia”, dijo Raghad Ezzat Hamouda, una estudiante de literatura inglesa de 19 años desplazada en Beit Lahia, en el norte de Gaza. El viernes, dijo a CNN que se había inscrito en su curso universitario el otoño pasado, justo antes de que estallaran las hostilidades.

“La guerra destruyó todas mis ambiciones y no quedó nada”.

Israel lanzó su ofensiva militar el 7 de octubre después de que el grupo militante Hamas, que gobierna Gaza, atacara el sur de Israel. Al menos 1.200 personas murieron y más de 250 fueron secuestradas, según las autoridades israelíes.

Los ataques israelíes en Gaza han matado al menos a 41.182 palestinos y herido a más de 95.000, informó el jueves el Ministerio de Salud de la zona. CNN no puede confirmar las cifras de forma independiente.

‘No hay escuelas, no hay libros, no hay nada'

Decenas de niños palestinos con zapatos polvorientos llevan bidones vacíos en una escuela que se ha convertido en un refugio improvisado para desplazados en Deir al-Balah. El sol les pega en la cara mientras hacen cola para recoger agua para sus familias.

Imágenes de CNN tomadas desde la escuela, dirigida por la principal agencia de la ONU para la ayuda humanitaria palestina, UNRWA, muestran a niños clamando por los escasos recursos. Las moscas pululan entre las filas de desplazados, que están dispersos entre hileras de tiendas de campaña, tendederos y colchones viejos, dentro de las enormes instalaciones. La ofensiva israelí en Gaza ha desplazado a 1,9 millones de personas, según la ONU, casi toda la población.

“Solíamos estudiar, asistir a clases, hacer los deberes y nuestras vidas eran felices”, dijo a CNN este lunes Maryam Shtawi, una joven que se aloja en el refugio. “Debido a la guerra, nos desplazamos y ya no hay educación, nada más, no hay estudios. Nuestras vidas se han convertido en ir a buscar agua y recolectar alimentos. Quiero aprender”.

Sajid, de nueve años, dijo a CNN que debería haber comenzado el cuarto grado. “Ya no hay escuelas para aprender. Las escuelas se han convertido en refugios para personas desplazadas”, dijo. “Ahora, vamos a buscar agua y compramos cosas en el mercado. Ya no estudiamos. Si hubiera seguido en la escuela, habría crecido y me habría convertido en un médico famoso”.

No hay garantías de seguridad para quienes se refugian en las escuelas. Al menos el 70% de las escuelas gestionadas por la UNRWA han sido atacadas durante la guerra, de las cuales el 95% se utilizaban como refugios para personas desplazadas, informó la agencia el 9 de septiembre .

El miércoles, al menos 18 personas, incluido personal de UNRWA, murieron en un ataque aéreo israelí contra una escuela de la ONU convertida en refugio en el campamento de Nuseirat, en el centro de Gaza, según la Defensa Civil de Gaza y funcionarios del hospital.

Las FDI afirmaron que la escuela “fue utilizada por terroristas de Hamas para planificar y ejecutar ataques terroristas contra las tropas de las FDI y el Estado de Israel”. La UNRWA afirmó que sus empleados eran profesores. El Secretario General de la ONU, Antonio Guterres, describió los ataques israelíes contra las escuelas como “violaciones dramáticas del derecho internacional humanitario”.

Los niños también han sido desarraigados de un refugio a otro, dijeron sus padres a CNN. La falta de estabilidad o rutina agravará el trauma psicológico de los niños que han presenciado escenas de derramamiento de sangre, han perdido a seres queridos o han quedado huérfanos por la guerra, según UNICEF.

“La situación de los estudiantes es difícil, necesitan aprender ahora mismo… Desafortunadamente, ninguno de ellos sabe escribir. No hay escuelas, ni libros, ni nada”, dijo Mohammad Masoud, un maestro. “En lugar de estar en sus clases o en las universidades, los estudiantes venden en las calles o intentan ayudar a sus familias haciendo cola para conseguir agua o comida”.

Mientras tanto, al menos 19.000 niños han sido separados de sus padres o cuidadores, informó la ONU en agosto.

“Están literalmente caminando entre la basura”

Más al sur, en Al-Mawasi, Khan Younis, los niños corren descalzos por las calles llenas de basura, según un trabajador humanitario en la extensa ciudad costera.

Algunos buscan entre montones de desechos objetos que puedan revender, dijo Liz Allcock, jefa de protección de la ONG Ayuda Médica para Palestinos (MAP), con sede en el Reino Unido.

“Hay niños por todas partes”, dijo Allcock el viernes. Su testimonio fue transmitido a CNN por MAP. “¿Dónde más van a estar? Realmente no hay espacios seguros para que los niños jueguen.

“He visto niños sin zapatos, descalzos y entre vertederos de basura que se extienden hasta donde alcanza la vista. Literalmente están vadeando basura, plásticos, todo tipo de desechos. Es un entorno altamente peligroso”.

Las agencias de ayuda humanitaria afirman que no pueden ofrecer protección o refugio adecuados a los niños, y citan las restricciones a la ayuda, los ataques a las zonas humanitarias designadas por Israel y las reiteradas órdenes de evacuación. En junio, la ONU añadió al Ejército de Israel a una lista mundial de infractores que han cometido violaciones contra los niños . Hamas y la Yihad Islámica Palestina también fueron añadidos a la lista, según una fuente diplomática.

“Es un caso de vulnerabilidades acumuladas que no se parecen a ningún otro lugar en el que he trabajado como humanitario”, dijo Allcock.

“Las acciones tomadas por el ejército israelí que han resultado en esta situación – la negación de ayuda adecuada, el bombardeo y los ataques aéreos contra civiles y zonas humanitarias – son una violación de todo tipo de posibles derechos del niño consagrados en el derecho internacional”.

CNN

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Símbolo de Israel

Tortuga Antimilitar - 17 September, 2024 - 00:00

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Lista de países que han sido bombardeados por los Estados Unidos de América desde la Segunda Guerra Mundial

Tortuga Antimilitar - 17 September, 2024 - 00:00

*RECORDATORIO A LOS QUE OLVIDAN*

Lista de países que han sido bombardeados por los Estados Unidos de América desde la Segunda Guerra Mundial:

* Japón 6.08 y 9.08 (1945)
*Corea y China 1950-53 (Guerra de Corea)
* Guatemala 1954
* Indonesia (1958)
* Cuba (1959-1961)
* Guatemala (1960)
* Конго (1964)
* Laos (1964-1973)
* Vietnam (1961-1973)
* Camboya (1969-1970)
* Guatemala (1967-1969)
* Granada (1983)
* Líbano (1983, 1984) (atacar objetivos en Líbano y Siria)
* Libia (1986)
* El Salvador (1980)
* Nicaragua (1980)
* Irán (1987)
* Panamá (1989)
+ Irak (1991) (Guerra del Golfo)
* Kuwait (1991)
* Somalia (1993)
* Bosnia (1994, 1995)
* Sudán (1998)
* Afganistán (1998)
* Yugoslavia (1999)
* Yemen (2002)
+ Irak (1991-2003) (tropas conjuntas de Estados Unidos y Gran Bretaña)
* Irak (2003-2015)
* Afganistán (2001-2015)
* Kazajistán (2007-2015)
* Somalia (2007-2008, 2011)
* Yemen (2009, 2011)
* Libia (2011, 2015)
* Siria (2014-2015)
* Hoy, indirectamente, vía NATO contra Rusia en Ucrania y contra Palestina en Gaza.
* Y las tres invasiones donde se robaron el 60% del territorio mexicano.

Nunca hay que olvidar quién representa una amenaza real para la paz.
¿Hubo alguna indignación de la comunidad occidental contra Estados Unidos?
¿Hubo fuertes gritos de denuncia?
¿Ha habido alguna vez sanciones contra Estados Unidos?
Nada. Ni una exclamación, ni una sombra de reproche, ni un destello de indignación.
¡Países “occidentales” cobardes, desvergonzados e hipócritas!
Recordad todos los crímenes que EE.UU. comete contra otros países.

Fuente: https://www.facebook.com/photo?fbid...

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Un reportaje desvela el nexo entre los minerales chilenos y la industria bélica europea

Tortuga Antimilitar - 16 September, 2024 - 00:00

Home Reportaje devela nexo entre los minerales chilenos y la industria bélica europea

La investigación que la ONG Ecosistemas presenta el próximo jueves 25 de julio, a las 18 horas, en el Centro de Extensión de la Universidad Católica muestra el vínculo entre la actividad minera realizada por grandes empresas europeas con proyectos en Chile: Anglo American, Glencore y Río Tinto, y la industria armamentista del viejo continente. Fuente: ONG Ecosistemas, 19 de julio de 2024.

“Minería e industria bélica: metales chilenos en el negocio de la guerra” se titula el reportaje audiovisual creado por la ONG Ecosistemas que se exhibirá el jueves 25 de julio a las 18 horas en la sala 203 del Centro de Extensión de la Universidad Católica (Alameda #390) con el propósito de abrir el debate sobre el destino de algunos minerales explotados en nuestro país: la industria armamentista europea, cuya demanda creciente de cobre, molibdeno y numerosos otros metales y aleaciones claves en la fabricación de portaviones, tanques, vehículos blindados y de combate, misiles, balas, y un largo etcétera, están en la mira.

Chile ha sido un actor prominente en la gran minería metálica durante más de un siglo. Actualmente operan tres de las más grandes empresas mineras del mundo, de origen europeo: Anglo American, Glencore y Río Tinto. Según el centro de investigación científica de la Comisión Europea, estas empresas son las principales proveedoras de minerales a la industria armamentista del viejo continente. Además CODELCO, principal productor de cobre a nivel mundial, participa en explotaciones con Anglo American y Río Tinto, es decir, el Estado chileno estaría involucrado en el cuestionado negocio de la industria bélica del norte global.

La explotación y suministro de metales desde países como el nuestro fomentan la guerra que incrementa los ingresos de las grandes potencias bélicas encabezadas por Estados Unidos, Rusia y China. Todo esto en un escenario donde existen 59 conflictos bélicos y la guerra entre Ucrania y Rusia se aproxima a los 900 días con más de 80 mil muertos entre civiles y militares.

Las consecuencias socioambientales son devastadoras para el sur global desde donde se extraen gran parte de los minerales. Basta constatar las alarmantes tasas de cáncer en la población, los efectos de la sequía y los múltiples problemas socio ambientales que la región de Antofagasta enfrenta debido a la producción de cobre a gran escala.

Actualmente además las tecnologías bélicas exigen minerales críticos -gama de metales, no metales y tierras raras- que posibilitan la construcción de armas como cazabombarderos de última generación, misiles inteligentes, drones, satélites espía, fusiles para francotiradores, etc.

“El sector armamentista es, por lejos, el mayor consumidor de metales del mundo” indica su director Juan Pablo Orrego, sin embargo no podemos saber qué porcentaje de toda la minería que se hace en el mundo, con sus devastadores impactos, es para la industria bélica, porque no hay suficiente transparencia en el sector para conocer información tan fundamental para la ciudadanía.

El reportaje audiovisual -12 minutos- será presentado por su director, Juan Pablo Orrego Silva, ecólogo presidente de Ecosistemas, y será comentado por Flavia Liberona Céspedes, directora ejecutiva de Fundación Terram; Manuel Prieto, profesor de la Universidad de Tarapacá y director del Núcleo Milenio AndesPeat, junto a Héctor Cossio López, editor general de El Mostrador. La actividad es abierta al público, previa inscripción en https://forms.gle/DpzTuits38TWQjK86

Ficha técnica:

Director: Juan Pablo Orrego Silva

Montaje: Daniel Pastene Saldías

Investigación: Juan Pablo Orrego S. y Mitzi Urtubia S.

Duración: 12 minutos.

Ver vídeo:

https://www.terram.cl/reportaje-dev...

Conversatorio “Minería e industria bélica: metales chilenos en el negocio de la guerra”:

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Más malos que el diablo

Tortuga Antimilitar - 16 September, 2024 - 00:00
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«De la pseudociencia a la conspiración: Un viaje por la espiritualidad New Age»

Tortuga Antimilitar - 15 September, 2024 - 00:01

Redacción Tortuga.

Título: De la pseudociencia a la conspiración. Un viaje por la espiritualidad New Age
Autor: Pablo San José Alonso
Edición: Justel, agosto 2024

Índice y enlace a los artículos

1. La rabiosa actualidad de algo que no es tan nuevo
2. Génesis histórica del pensamiento y cultura New Age
3. Un fenómeno en auge
4. ¿De qué hablamos exactamente?
5. Una psicología característica
6. De izquierda y de derecha
7. ¿En qué creer si Dios está muerto?
8. Una forma disidente de comprender la realidad
9. El problema de la naturaleza
10. El New Age, un conflicto en la sociedad occidental

Nos complace presentar y publicar en nuestra página web, en rigurosa exclusiva, el nuevo ensayo de nuestro compañero del Grup Antimilitarista Tortuga, Pablo San José Alonso.
«De la pseudociencia a la conspiración: Un viaje por la espiritualidad New Age» es un breve ensayo (equivaldría a un librito de unas ochenta páginas) que en esta ocasión ve la luz en forma digital. En la web de Tortuga iremos publicando sus diez capítulos en sendas entregas quincenales, a partir del domingo 22 de septiembre. Los diferentes artículos serán enlazados, según vayan viendo la luz, en el índice de arriba. Finalmente, se añadirá un documento pdf para la libre descarga del ensayo desde este mismo lugar.

En «De la pseudociencia a la conspiración: Un viaje por la espiritualidad New Age» Pablo San José analiza detenidamente uno de los hechos más resonantes de nuestros días. Con la denominación "espiritualidad New Age", una forma de nombrar el fenómeno que el propio autor reconoce como apuesta, San José trata de adentrarse en los pormenores de las diferentes expresiones sociales que se apartan de la institucionalidad a la hora de analizar la realidad: lo que para algunos serían "alternativos" o "resistentes", mientras que para otros, peyorativamente, serían "hippies" o "magufos".

Tomando como punto de partida sus dos principales expresiones, la ciencia "alternativa" y la teoría de la conspiración, el autor se esfuerza en encontrar los puntos de unión de un fenómeno que entiende que es global en la sociedad occidental y que, de alguna forma, comparte los suficientes elementos comunes como para poder ser tratado como un hecho social de carácter unitario.

Así, San José bucea en la génesis histórica del hecho estudiado, que remonta al siglo XIX, su evolución a lo largo del tiempo, y se detiene a realizar una taxonomía de sus diferentes concreciones y expresiones en el momento actual.

Una vez acotado el tema a estudiar, pasa a analizar sus diferentes pormenores: desde los aspectos psicológicos comunes en las personas que suscriben las teorías New Age, a sus necesidades existenciales, sus apuestas filosóficas y sus métodos cognitivos. También trata de señalar causalidades, variables, influencias y consecuencias de tipo social, e incluso relacionar el fenómeno con la política. Este último apartado resulta de gran interés vista la actual deriva de numerosas organizaciones partidistas y medios de comunicación que hoy hacen bandera de la teoría alternativa y del relativismo informativo.

Por último, San José hace una valoración en clave personal del conflicto que entiende que la cultura New Age supone para la actual sociedad Occidental.

Esperamos que el ensayo, independientemente de si se está mucho o poco de acuerdo con lo que se plantea, sea de vuestro agrado y despierte vuestro interés.

Pablo San José es también autor de los ensayos editados en papel "El ladrillo de cristal. Estudio crítico de la sociedad occidental y de los esfuerzos para transformarla" y "El opio del pueblo: Crítica al modelo de ocio y fiesta en nuestra sociedad". Ambos pueden consultarse en la web de Tortuga y adquirirse por correo postal.

Ver más artículos de Pablo San José en Tortuga

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Civilización

Tortuga Antimilitar - 15 September, 2024 - 00:00

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Ucrania cada vez está más cerca del ‘momento Hiroshima'

Tortuga Antimilitar - 15 September, 2024 - 00:00

La gran paradoja es que la política de disuasión pretende evitar la guerra nuclear; sin embargo, esa estrategia puede requerir el uso de armas nucleares.

Thomas I. Palley

En agosto de 1945, Estados Unidos lanzó la bomba atómica sobre las ciudades japonesas de Hiroshima y Nagasaki. Desde entonces no se han vuelto a utilizar armas nucleares en un conflicto. Sin embargo, esto podría cambiar pronto ya que aumentan las probabilidades de que Ucrania se enfrente a un momento similar al de Hiroshima.

La situación en Ucrania ofrece a Rusia cada vez más motivos militares y geopolíticos para que utilice armas nucleares tácticas. A pesar de que será Rusia quien las emplee, Estados Unidos y la OTAN participan muy activamente en el proceso. Están atrapados en las garras de la locura neoconservadora que descarta con despreocupación las posibles consecuencias catastróficas y bloquea todas las salidas.

Las lecciones de Hiroshima y Nagasaki

Una forma de entender el momento actual es a través de la historia de los bombardeos de Hiroshima y Nagasaki. Aquellos ataques también tuvieron motivaciones militares y geopolíticas. La primera es un hecho ampliamente reconocido: la segunda, no.

De acuerdo con la historia normalizada, en agosto de 1945, Japón estaba derrotado de facto y había manifestado su voluntad de rendirse “con condiciones”. Sin embargo, Estados Unidos quería una rendición “incondicional”. También calculó que la conquista de Japón podría suponer un millón de bajas estadounidenses. En consecuencia, optó por destruir Hiroshima y Nagasaki, con lo que logró su rendición incondicional sin dichas bajas.

La motivación geopolítica preocupaba a la Unión Soviética. Esta había declarado la guerra a Japón al día siguiente del ataque de Hiroshima, y Estados Unidos temía que conquistara el norte de Japón, poco defendido. Las bombas de Hiroshima y Nagasaki lo impidieron al poner fin a la guerra de forma abrupta. También enviaron a la Unión Soviética un mensaje intimidatorio sobre el poder de Estados Unidos.

El paralelismo con Ucrania

La guerra de Ucrania ha generado una lógica que recuerda a la de 1945. El paralelismo militar es claro. Rusia quiere poner fin a la guerra de un modo aceptable. Incluso después de haber conquistado las provincias del Donbás, se enfrentará a continuos ataques con armamento de largo alcance proporcionado por Estados Unidos y sus socios menores de la OTAN. La consiguiente pérdida de vidas y daños rusos será inaceptable. Las armas nucleares tácticas pueden poner fin al conflicto de forma quirúrgica, y Ucrania se verá obligada a aceptar el resultado o enfrentarse a una mayor destrucción.

El paralelismo geopolítico también es claro. En 1945, Estados Unidos envió un mensaje a la Unión Soviética. En Ucrania, las armas nucleares tácticas enviarán a Estados Unidos el mensaje de que si continúa con su estrategia de escalada progresiva del conflicto se arriesga a provocar una guerra nuclear en toda regla.

El neoconservadurismo es una doctrina política que sostiene que nunca más existirá una potencia extranjera, como la antigua Unión Soviética, que pueda desafiar la supremacía estadounidense. La doctrina otorga a Estados Unidos el derecho a imponer su voluntad en cualquier parte del mundo, lo que explica la intervención estadounidense en Ucrania, mucho antes de la invasión rusa de 2022. Inicialmente, la doctrina se sembró entre los republicanos de línea dura, pero, desde entonces, ha sido adoptada por los demócratas, y ahora impera desde el punto de vista político.

Desde finales de la década de 1990, el proyecto neoconservador ha impulsado una guerra a cámara lenta contra Rusia, basada en una estrategia de “escalada progresiva”. El primer paso fue la incorporación de los países centroeuropeos a la OTAN, a la que siguió la incorporación de las antiguas repúblicas soviéticas del Báltico. A partir de entonces, Estados Unidos empezó a fomentar el sentimiento antirruso en las antiguas repúblicas de Georgia y Ucrania. A largo plazo, pretende fomentar la desintegración de Rusia, tal y como defendió el asesor de Seguridad Nacional estadounidense Zbigniew Brzezinski en la década de 1990.

La implicación de Estados Unidos y la OTAN en Ucrania se ha caracterizado por una estrategia similar de escalada progresiva. En la década anterior a la guerra, Ucrania fue el mayor receptor de ayuda militar estadounidense de Europa y los miembros de la OTAN paralizaron el proceso de paz de Minsk. A partir de entonces, el compromiso se ha intensificado constantemente, convirtiendo la ayuda en una guerra de poder y, posteriormente, en un conflicto directo y tácito con Rusia. El calendario incluye sabotear las negociaciones de paz a principios de 2022; suministrar misiles antiaéreos Stinger, misiles antitanque Jaguar y munición de artillería; suministrar sistemas de defensa antiaérea con misiles Patriot; transferir reactores MIG-29 de antiguos países del Pacto de Varsovia; suministrar artillería de ultra largo alcance, carros de infantería avanzados y tanques; suministrar sistemas de cohetes HIMARS de largo alcance y misiles ATACMS y Storm Shadow de mayor alcance; y suministrar aviones F-16 modernizados.

Paralelamente, Estados Unidos ha proporcionado información por satélite, al tiempo que algunos asesores encubiertos han colaborado en ataques con misiles de largo alcance en el interior de Rusia, de los que cabe destacar los ataques al puente de Kerch, a buques de guerra rusos en el mar, a astilleros navales en Crimea y Novorossiysk, al sistema ruso de defensa AWACS de gran altitud y un ataque al sistema ruso de defensa contra misiles antibalísticos.

La estrategia de escalada progresiva tiene como objetivo tensar la cuerda, y se supone que se va tensando lo suficientemente poco como para negar a Rusia motivos para recurrir a la opción nuclear. Sin embargo, la estrategia corre el riesgo de no ser capaz de ver la gota que colme el vaso.

Poner fin a la guerra, poner fin a la escalada progresiva y restablecer la disuasión

Ponerse en el lugar del otro puede ser esclarecedor. Los objetivos de Rusia son tres. En primer lugar, quiere poner fin a la guerra en condiciones aceptables. En segundo lugar, quiere contrarrestar la estrategia estadounidense de escalada progresiva. En tercer lugar, quiere restablecer la credibilidad de su disuasión nuclear, que se ha visto comprometida por escaladas que han desdibujado líneas rojas que no deben cruzarse.

El uso de armas nucleares tácticas se ha vuelto cada vez más racional, ya que lograría los tres objetivos, razón por la cual la situación es grave. La gran paradoja es que la disuasión pretende evitar la guerra nuclear, sin embargo, el restablecimiento de la disuasión puede requerir el uso de armas nucleares, ya que demuestra la voluntad de hacerlo.

Muchos partidarios neoconservadores han hablado despreocupadamente del “farol nuclear de Putin”. La realidad es que la amenaza de represalias nucleares por parte de Estados Unidos es un farol. Ningún político o general estadounidense en su sano juicio se arriesgaría a una guerra termonuclear por el bien de Ucrania.

Un pronóstico desalentador

Todavía hay tiempo de detener la escena. El problema es que la paz ni siquiera se contempla. La viciada democracia de Ucrania está en suspenso, los extremistas de Azov tienen el control y cualquier ucraniano que se oponga a la guerra se enfrenta a penas de cárcel o algo peor.

En Estados Unidos, los neoconservadores están al mando y el público recibe continuamente una narrativa maniquea que pinta a Occidente como el bueno y a Rusia como el malo. Esa falsa narrativa se refuerza constantemente y dificulta el compromiso político y ético.

El pronóstico es desalentador. Irónicamente, lo que puede impedir un momento como el de Hiroshima es el éxito ruso en el campo de batalla.

Thomas Palley es doctor en Economía y máster en Relaciones Internacionales por la Universidad de Yale. Fue economista jefe de la Comisión de Revisión Económica y de Seguridad EEUU-China.

Este artículo se publicó originalmente en inglés en thomaspalley.com.

Traducción de Paloma Farré.

Fuente: https://ctxt.es/es/20240901/Firmas/...

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Vicent Andrés Estellés: Llibre de meravelles

Tortuga Antimilitar - 14 September, 2024 - 00:00

Idioma: valenciano

Año de publicación: 1971

Valoración: imprescindible

Se cumplen hoy cien años del nacimiento en Burjassot de Vicent Andrés Estellés, uno de los más grandes poetas que ha habido en lengua valenciana (y, por ende, catalana), dicho sea con toda la precaución que supone establecer algún tipo de jerarquía o incluso gradación en un género de apreciación tan subjetiva como es el de la poesía, más aún por parte de este humilde lector. Pero ya nos entendemos... y en todo caso, Vicent Andrés Estellés era la caña, sin duda, no ya uno de los mejores poetas que ha habido en lengua valenciana/catalana, sino yo diría uno de los mejores nacidos en España en el siglo XX. Poeta del siglo XX, aunque bien enraizado en los clásicos de su lengua: no sólo el título de este libro está tomado de otro de Ramón Llull, del siglo XII, sino que cada poema que lo compone está encabezado por una cita de Roís de Corella, Per March, Jordi de Sant Jordi o, por supuesto y sobre todo (¿cómo no?), Ausiàs March.

Esto no significa que la poesía de Estellés (Andrés también es el primer apellido, no un nombre propio, pero aceptemos la convención de usar el segundo) siga al dedillo modelos antiguos o desprenda un tufillo a naftalina. Todo lo contrario: se trata de lírica de una viveza extraordinaria, a horcajadas de la poesía social (pero prefigurando la "de la experiencia") y, sobre todo, del espíritu de la vida en la calle, de la frescura de los portales y la oscuridad de las escaleras de vecinos donde se besan los amantes, de las calles, las alamedas -la Alameda, de hecho-, los parques, los descampados y pretiles de la ciudad de Valencia y sus alrededores. Porque Valencia es uno de los motivos principales de este libro, no ya sólo como escenario de sus poemas, sino un elemento central, un personaje (por tópico que suene esto) que transita de arriba a abajo, de Norte a Sur Y de Este a Oeste, por todas sus páginas -de hecho, encontramos en ellas un vibrante poema, Cos mortal, compuesto enteramente con calles y puentes de Valencia-; una Valencia diferente en muchas cosas de la actual, aunque, de todos modos, reconocible. La Valencia que fue y que, cuando se publicó el libro, ya estaba comenzando a perderse.

Porque la nostalgia es otro de los motivos que recorren el libro, una nostalgia dulce y amarga a un tiempo, la nostalgia de la juventud ya pasada, de sus ansias de vida, de amor y libertad, matizada por la conciencia de los tiempos oscuros, de la represión vivida en aquellos años de posguerra en los que transcurrió. Esa posguerra franquista y dolorosa, llena de miedos y silencios, de sobreentendidos y humillaciones, de desaparecidos y asesinados, de vencedores y, sobre todo, vencidos, es la gélida sombra proyectada sobre todos los poemas, incluso los más vitales y hedonista. De forma simétrica, aunque más discreta, incluso subterránea -excepto en la última parte del libro, donde Estellés se lanza a una cierta vinculación nacional, más exaltada-, está recorrido por el espíritu de un pueblo que se mantiene a la espera, que aguarda el momento de poder salir a respirar el aire libre, de expresarse como tal (sobre todo, en la última parte del libro, Propietats de la pena).

Porque el amor, o eso nos viene a decir Estellés, es lo único que puede salvarnos, el amor en toda su profundidad y extensión, no sólo el amor excelso y puro que han cantado tradicionalmente los poetas -que también- sino el amor carnal más desatado, el erotismo furtivo de los amantes contra las tapias, o en los bancos más escondidos del parque, en los descansillos y las azoteas de las casas. El amor, que es el mayor acto de resistencia, aún desesperada, que podemos llevar a cabo, un amor que, si no lo puede todo, sí puede ser el ultimo refugio que nos quede. No en vano, el poema más célebre de Estellés, casi -o sin casi- un himno popular, se titula Els amants...

De hecho, eso es lo otro que nos queda para resistir, nos viene a recordar este libro: la poesía. Una poesía, en su caso, torrencial pero medida, de verso libre pero riguroso, llena de imágenes líricas sacadas de lo más humilde, del polvo de las calles y el sudor de quienes las recorren. Una poesía de una tierna ferocidad, preñada de musicalidad y que no renuncia, incluso, a una cierto tono épico -una épica doméstica, casi secreta, si se quiere- y que utiliza anáforas y aliteraciones para conseguir darnos ese aliento. Una poesía nacida de las entrañas del pueblo, quizá de forma oculta, como una semilla plantada por el azar, pero que, desde luego, ha conseguido serlo sin ambages.

Por no acabar la reseña sin compartir unos versos de Vicent Andrés Estellés deun poema que aparece en el primer "capítulo" de este Llibre de meravelles y que creo que ejemplifica bastante bien su figura y su voz:

Un entre tants com no aguarden i lluiten.

Un entre tants com foraden la nit.

Un entre tants com no dormen i guaiten.

Un entre tants.

(...)

Un entre tants com trencaven els cants.

Un entre tants entre fúries i espants.

Un entre tants entre tots els amants.

Un entre tants.

(...)

Un entre tants com es moren d'amor.

Un entre tants com foraden la nit.

Un entre tants com carreguen els morts.

Un entre tants.

Fuente: https://unlibroaldia.blogspot.com/2...

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En torno a Omelas

Tortuga Antimilitar - 14 September, 2024 - 00:00

Santiago L. Moreno

Misteriosos son los caminos por los que progresa la cultura; investigar cómo ciertos movimientos y obras sobrenadan la corriente temporal hasta perdurar y destacar entre el resto se convierte en una labor, más que detectivesca, de rastreador profesional. Qué aleatorias parecen las causas por las que muchas veces un libro, una película o cualquier creación artística se mantienen, recobran vida y se proyectan hacia el futuro. En estos tiempos de información sin fin, fuentes ilimitadas y canales por doquier es prácticamente imposible seguir los vericuetos de la popularidad y determinar las causas del éxito de un producto cultural o el porqué de su resurrección. Les pondré un ejemplo de lo caprichosa que parece, en ocasiones, la recuperación de una obra.

En 2019, BTS, la gran boy band de los últimos años, ídolos del pop coreano y mundial, lanzan el videoclip de la canción “Spring Day”. En sus imágenes aparecen un par de referencias de ciencia ficción, ambas procedentes de dos obras distópicas. El objetivo al incluirlas en el vídeo no es profundizar en su carácter político, sino crear con ellas reflejos estéticos. De la película Snowpiercer, un pequeño éxito también coreano, se menciona el nombre en la letra de la canción. En el videoclip se puede ver a algunos miembros de la banda recorrer los pasillos de un tren que atraviesa la nieve. No es mucho, pero tras el estreno del vídeo hubo algunas alusiones en las redes a esta referencia. Si no obtuvo mayor repercusión fue debido a que la segunda acaparó casi toda la atención de los fans. En un par de planos, en grandes letras, aparecía una misteriosa palabra: Omelas.

La canción de BTS aborda la añoranza, el sentimiento de tristeza que te embarga al echar de menos a alguien querido. Las imágenes, en las que Omelas aparece dos veces como un rótulo luminoso, recurren a ese nombre propio con fines creativos, para provocar sensaciones estéticas mediante el uso de algunos elementos del trasfondo del relato al que da título. El más evidente muestra el malestar de uno de los miembros en soledad, siempre en contraste con la alegría del grupo unido. A los dos segundos del estreno, millones de adolescentes, toda una generación nueva, se interesaron por el texto que dio vida a esa palabra, el inmortal relato de Ursula K. Le Guin titulado “The Ones Who Walk Away From Omelas”. Busquen en youtube y encontrarán decenas de vídeos hechos por adolescentes tratando de explicar la fuente, el origen de esa palabra que da nombre a una ciudad y el significado del cuento que la incluye. Teorías, opiniones, análisis a mansalva más o menos certeros. Da igual que un fuerte porcentaje de este interés se corresponda, como bien sabemos, con la necesidad actual de generar contenido, de sacarlo de donde sea. Lo que cuenta es el impulso que recibió el relato de Le Guin, ese segundo aire en el presente y la seguridad de su permanencia en esas mentes en el futuro, su visibilidad para las siguientes generaciones. Algo tremendamente positivo, pues se trata, sin duda alguna, de un texto que va más allá de su valor literario, una de esas raras obras que, debido a la influencia de su discurso, no es exagerado calificar como imprescindibles.

Por dar un dato personal, se trata de uno de mis dos cuentos de ciencia ficción favoritos. Lo tengo repetido en mi biblioteca en distintas antologías, pero es un texto que, a pesar de su escasa longitud, siempre pensé que debería tener una edición propia, a su altura. Por ejemplo, como la que ha sacado Nørdicalibros hace unos meses. Se trata de una versión ilustrada, en tapa dura y papel estucado, con un formato liviano pero de lujo, en una edición que no llega a las 40 páginas pero capta tu atención al primer vistazo. La nueva traducción del título, “Quienes se marchan de Omelas”, me gusta menos que la de toda la vida, “Los que se alejan de Omelas”. Encuentro una mayor fidelidad e incluso eufonía en la segunda. Arbitrariedades aparte, el resto de la edición me parece maravilloso. Lo es por la presentación, pero, principalmente, porque las ilustraciones de Eva Vázquez complementan de manera perfecta la obra maestra que acompañan. Las tonalidades ocres, que van oscureciéndose hasta el gris según progresa el relato; las geometrías esféricas y sinuosas; los cambios de siluetas repletos de significado; el maravilloso simbolismo que secuencializa todas las ilustraciones, ese rojo festivo de los farolillos y los fuegos artificiales que es metáfora también de los ciudadanos y que, finalmente, se transmuta en un río de sangre. Todo en el ámbito gráfico me ha parecido una delicia, tanto a nivel artístico como en el plano intelectual, por su gran capacidad para amoldarse al espíritu del relato. El cual, por supuesto, me ha vuelto a cautivar con su vigencia inmutable.

El cuento de Le Guin condensa la forma en que la autora entendía la ciencia ficción, un género literario que, como ella siempre defendió, no busca el futuro, sino el presente; no la adivinación, sino la metáfora. Por mucho extraterrestre o extraña criatura que pueblen las páginas de los libros, el centro de la ficción en realidad somos nosotros, los seres humanos. En la ciudad futura de Omelas no hay entes extraños, solo hay humanos y un dilema moral atemporal, que se revela más importante cuanto mayor es nuestro progreso. Podría empezar aludiendo a ilustres nombres rusos o mencionando problemas irresolubles de vida o muerte, pero prefiero citarlo antes de otro modo, en términos más afines a los lectores de C.

¿Recuerdan el diálogo entre Spock y Kirk a ambos lados del cristal, la explicación que da el frío vulcano de su sacrificio en La ira de Khan?

– La lógica dicta que el bien de la mayoría…

– …supera el bien de la minoría.

– O de uno solo.

Quienes se alejan de Omelas

Hay una enorme carga emotiva en esa escena. En ella se suman varios factores, algunos menos evidentes que otros. Muere un personaje querido, dando su vida por los demás, y se alude a la amistad en su significado más noble, entre individuos de distintas especies, un canto a la diversidad que se adelanta al de nuestro tiempo. Pero hay un asunto que es más intelectual, deducible en ese diálogo y en las posteriores palabras de Kirk, pronunciadas antes de que el féretro de su amigo sea lanzado a las estrellas: “De todas las almas que encontré en mis viajes, la suya fue la más… humana”.

Lo cierto es que la humanidad de Spock se hace patente al apartar la emoción y hacer una lectura racional de ese diálogo. No son sólo sus actos de sacrificio y amistad los que lo acercan a la humanidad, sino también algo más trivial. Para consolar a su amigo, el frío y lógico Spock hace algo muy nuestro: miente. Su decisión no pertenece al terreno de la lógica, pues estamos, en realidad, ante una cuestión ética. Elegir salvar la vida de un número mayor de personas sobre otro menor es un acto en el que la lógica es una mera herramienta al servicio de la moralidad. La elección moral es una cuestión, mal que nos pese a veces, volitiva, y es este dilema, precisamente, el que centra el relato escrito por Ursula K. Le Guin. Pero la escritora lo aborda de una manera más sofisticada y con implicaciones más complejas que el visceral asunto de quiénes viven o mueren. El relato de Le Guin no va de elecciones de supervivencia amparadas en el número. Es, dentro de su circunscripción moral, netamente político.

El dilema del tranvía o la balsa de la Medusa, que antes eludí nombrar, son variaciones del mismo problema, la toma de una decisión moral en la que se da por sentado –quizás demasiado rápido– que la diferencia en el número de vidas a salvar o condenar es el elemento crucial, pero el carácter extremo de lo que plantean es indagatorio. Miran dentro de nosotros para saber qué mueve nuestras decisiones y nuestros valores internos, a qué le damos importancia moral. El dilema planteado por Le Guin es bastante más sutil y pragmático, de una utilidad mayor, pues no busca el conocimiento interior, sino progreso, la mejora del ser humano. No nos sitúa ante decisiones de vida o muerte, algo al fin y al cabo extraordinario, sino que propone algo más cotidiano, el maltrato de uno solo como motor de la felicidad y bienestar del resto.

Un individuo no decide todos los días (ni siquiera en toda su vida) si han de morir una persona o trece, pero sí, y continuamente, cuánto padecimiento ajeno está dispuesto a tolerar a cambio de la felicidad propia. De hecho, el trasfondo del cuento está presente en muchas de las decisiones diarias que tomamos, sean grandes o pequeñas, especialmente cuando sopesamos el coste personal de ayudar a los que padecen. Pueden encontrarse ejemplos en nuestro día a día, pero también en los grandes asuntos generales, esos que alimentan los noticiarios. Llevarte tus impuestos a otro país incrementando tu fortuna con un dinero que iría a beneficios sociales; recuperar tu diversión nocturna, aburrido del confinamiento, a cambio de la vida de unos cuantos ancianos más; votar pensando exclusivamente en tu beneficio personal. Todo eso es Omelas.

Le Guin describe una sociedad utópica cuyos habitantes viven en un estado de bienestar, belleza, abundancia y felicidad. Lo hace posible el maltrato a un niño, encerrado en un sótano en un estado miserable. Delgado, desnudo, lleno de pústulas y sentado sobre sus excrementos, es pateado e insultado a diario por sus guardianes. La descripción no concede atenuantes, el relato está diseñado con mano de hierro, evitando cualquier equívoco, y eso tiene un motivo. El uso de la figura infantil apela directamente a la humanidad del lector, conmueve y alborota las conciencias. De ser la víctima un adulto, la historia no habría logrado alcanzar la misma intensidad, el mismo efecto. Sin esa devastadora impresión inicial, sin ese paso previo de comprensión y aceptación, el siguiente nivel de lectura, el realmente importante, tendría un menor calado. Miles de personas en un estado de felicidad absoluto a cambio del padecimiento de un niño. El bienestar de la mayoría supera… ¿supera en qué modo y a qué minoría? No se trata de una cuestión de vida o muerte, aquí el lector no se puede amparar en la salvadora lógica del número, pues a ambos lados de la proposición no descansan términos semejantes. No se trata de una vida o trece, sino de conceptos inmensurables. ¿Es mi felicidad, la de toda una sociedad, un fin que justifique el sufrimiento de un niño? ¿Cómo medimos el peso real de ambos extremos, la felicidad de muchos y el sufrimiento de uno solo? Y finalmente, ¿es moral planteárselo?

Quienes se alejan de OmelasQuienes se marchan de Omelas propone un dilema ético, pero no se limita a enunciarlo. Se moja y es firme en su conclusión, y esto es posible, como señalé antes, porque la construcción no da alternativas, marca los pasos para que se llegue a una conclusión antes de poder acceder a otras. Porque la ciencia ficción es en su mayor parte metafórica, y eso, inevitablemente, va a provocar múltiples interpretaciones según cada lector, que es quien, al fin y al cabo, decide el sentido de la lectura. Les pondré un par de ejemplos. Vivimos el auge de la subjetividad, malos tiempos para delimitar el concepto de sufrimiento. Por otra parte, también es la época de las cancelaciones, del odio al pensamiento opuesto, de la nazificación del otro. Así que permítanme jugar un poco y poner a prueba las implicaciones del relato trastocando un solo parámetro. Todos entienden la moraleja, el espíritu. Es obvio que lo que sucede en la sociedad de Omelas está mal. ¿Pero qué ocurre si saltamos directamente al segundo nivel y eliminamos al niño? ¿Si lo cambiamos por un criminal o, simplemente, por alguien a quien se odia? ¿Si ponemos a un asesino de masas, a un miembro de la Manada, a un nazi o incluso, sí, a esa persona a la que no puede ni ver en las redes sociales? ¿Si torturamos a “ese”? ¿Sigue haciendo la misma lectura moral? ¿La felicidad de todos a cambio del padecimiento de ese tipejo?

Bien, sin niño aún, hagamos una interpretación con la perspectiva desde el otro lado. El relato nos sorprende porque invierte la pirámide de poder y sugiere que las dictaduras no dependen del número, que pueden darse también en sentido contrario, que un Estado en el que una sola persona es oprimida por el bien de miles también es una dictadura. Puede ser leído, por lo tanto, como una distopía atípica, inversa, en la que es el Estado, aunque de consenso y elegido por mayoría, el que oprime a un individuo determinado, y entonces convalidar las teorías randianas. La utopía de la mayoría es la distopía de uno solo, la preciada libertad individual es sometida por lo que han decidido los demás. ¿Por qué demonios he de pagar impuestos? ¿Por qué he de mermar mi capital para el bienestar del resto? ¿Por qué he de obedecer las castrantes medidas del Gobierno para mi libertad? Toda lectura es válida si respeta los parámetros de la historia, recuerden. Por eso la autora los propone tan férreos, tan claros. La utilización de un niño como sujeto central no es baladí; es, de hecho, el quid de la cuestión, la forma en la que la autora intenta que el relato no se salga del camino, acotarlo para que conduzca a una conclusión y no a otra, que la vista no se desvíe del asunto con falsos aliviaderos ideológicos, que no nos despiste la víctima, el según quién. La utopía de muchos es posible gracias al sufrimiento de un niño. Si concluimos que eso es una barbaridad, todos ya de acuerdo, podremos dar el paso siguiente y sustituir al niño.

Es difícil no compartir interiormente la propuesta del maravilloso final, que, en el extremo opuesto de un giro al uso, es el refrendo de la conclusión a la que el lector ha tenido que llegar bastante antes, una salida y una lección moral: esto está mal y hay que rechazarlo. El diálogo con el cuento, las reflexiones alternativas, son inevitables, pero si nos atenemos a la historia tal como está relatada, el mensaje de Quienes se marchan de Omelas es obvio: que el bienestar de unos provenga del sufrimiento de otros, o de uno solo, es inmoral. No se trata de felicidad por infelicidad, o de comparar tipos de bienestar, conceptos, en la era de las redes sociales, más subjetivos que nunca. Es bienestar por sufrimiento, utopía del resto por condiciones infrahumanas de uno solo. Por eso decía al principio que el relato no puede ser más político. Sí, moralidad al fin y al cabo, pero una vez determinado el problema y transmutada la metáfora a nuestra realidad, lo que muestra su feo rostro desde ese sótano tiene nombre y apellidos. Aceptar el sufrimiento de unos pocos por el beneficio de la mayoría, que al fin y al cabo es de lo que trata el cuento, alude al capitalismo y más directamente a su corriente neoliberal. Mi bienestar, mi beneficio, justifican tu sufrimiento.

En cierto modo, vivimos en Omelas, y no es una forma de hablar. No es agradable, pero llegó el momento de refrescarles la memoria, de recordar esas fábricas textiles del sur de Asia en las que elaboran nuestras prendas. O mejor, más certero aún, el terrible asunto del coltán y el cobalto. La República Democrática del Congo es el mayor productor mundial de coltán. En las minas del Congo trabajan, desde los 5 años de edad, miles de niños (40.000 decía UNICEF hace un tiempo) en condiciones infrahumanas. Sus pequeños cuerpos les permiten acceder a las vetas arrastrándose a través de estrechos túneles en los que un adulto no cabría. Llamarlo obra de mano barata no haría justicia a la realidad de la situación. Malnutridos, sucios, heridos y en una situación similar a la esclavitud. Muchos de esos niños mueren, por el polvo inhalado, por su exposición a la radiación, por los derrumbes o por el esfuerzo de las 16 horas diarias de trabajo. Occidente ladea la vista y adquiere ese coltán ya blanqueado por la vecina Ruanda, país que carece de producción. El coltán, compuesto de columbita y tantalita, es fundamental para la fabricación y funcionamiento de nuestros teléfonos móviles, tabletas, ordenadores portátiles, televisores y un sinfín de electrodomésticos. Sin él, nuestro paraíso tecnológico de globalización, información y comunicación instantánea, gran parte de lo que se ha convertido en la fuente de nuestro ocio y nuestro bienestar diario, esta pequeña utopía digital, no sería posible tal como la conocemos. Pueden acceder a este artículo de Xataka para saber por qué. Y complementar su lectura con la de este otro de El Independiente para tener una visión más completa. Aviso de que contiene preguntas incómodas.

No quisiera pasarme de desagradable, pero lo cierto es que no es necesario estirar el sentido metafórico del relato de Ursula K. Le Guin, ni buscar otro tipo de interpretaciones alternativas, porque, a un año de cumplirse el cincuentenario de su escritura, su contenido sintoniza casi literalmente con nuestra realidad. El magnífico final de Quienes se marchan de Omelas es una propuesta, un llamamiento a la decencia, la invitación a tomar ese camino. En una realidad como la del cuento escrito por Ursula K. Le Guin, un día cualquiera una persona podría apagar el televisor y otra volver a escribir en un papel. Quizás, otras comenzarían a renunciar a sus smartphones y volverían a compartir comidas y cenas con sus amigos y familiares, mirándose a los ojos, sin ser interrumpidos por ningún cacharro. Quizás esa actitud se convertiría en algo a seguir, en una marea creciente. Puede que en realidad la utopía sea esa, al fin y al cabo. No Omelas, sino la actitud de renunciar a ella. Quizás, en una realidad como la del cuento, algún día todo Omelas se daría cuenta. Quizás…

Me pregunto si los niños del coltán sabrán quiénes son BTS.

Fuente: https://www.ccyberdark.net/8738/en-...

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Faltan tumbas

Tortuga Antimilitar - 13 September, 2024 - 00:00

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Los negocios con Israel y Arabia Saudí dejan al desnudo múltiples violaciones al Tratado de Comercio de Armas

Tortuga Antimilitar - 13 September, 2024 - 00:00

Danilo Albin

El negocio armamentístico no tiene límites, ni siquiera para los países que han suscrito un acuerdo internacional en el que se comprometen a respetar ciertos puntos elementales. Acostumbrados a manejar cifras astronómicas, los grandes empresarios saben que el Tratado de Comercio de Armas (TCA), cuyos miembros acaban de reunirse en Ginebra, no supone necesariamente un freno a sus intereses.

Mientras la Franja de Gaza se desangra, la organización internacional Armas Bajo Control, encargada de monitorizar el cumplimiento de lo acordado en el TCA por los 115 Estados Partes –entre los que se encuentra España– y 27 signatarios, vuelve a constatar que las vulneraciones a lo estipulado en ese acuerdo están a la orden del día.

Pese a contar entre sus firmantes con los diez principales exportadores de armas con la excepción de Rusia –lo que representa, según datos de Amnistía Internacional (AI), a más del 90% del comercio mundial de armamento–, los incumplimientos en torno a la imposibilidad de realizar operaciones con países involucrados en violaciones al derecho humanitario resultan evidentes.

El informe de monitorización realizado por Armas Bajo Control denuncia que "muchos Estados Partes no han cumplido plenamente sus obligaciones, y las transferencias de armas han agravado conflictos en regiones como Yemen, Etiopía, Myanmar y Sudán".

"La crisis humanitaria de Gaza es un buen ejemplo de las consecuencias del comportamiento irresponsable en las transferencias de armas. Desde la escalada del conflicto entre Israel y Palestina en octubre de 2023, ha aumentado la vigilancia sobre las transferencias de armas a la región", apunta el documento.

No en vano, el informe aprecia que "para que el TCA cumpla lo prometido, es necesario un mayor compromiso de los Estados Partes y los signatarios para que las preocupaciones humanitarias pasen por delante de los intereses nacionales".

Negocios españoles

Las reiteradas ventas de material armamentístico español a Arabia Saudí –responsable de las masacres contra civiles en Yemen desde marzo de 2015– figuran precisamente entre esos incumplimientos del TCA que organizaciones de derechos humanos como Amnistía Internacional denunciaron en innumerables ocasiones.

Los negocios con Israel también están hoy entre las vulneraciones al TCA que comprometen tanto al Gobierno –por permitir las exportaciones– como a las empresas españolas que han realizado esas operaciones con el Ejecutivo de Benjamín Netanyahu.

El Gobierno español asegura que no se han autorizado nuevas exportaciones a Israel desde el pasado 7 de octubre. Sin embargo, un informe del Centro Delàs de Estuidios por la Paz señala que en noviembre de 2023 se exportaron 987.000 euros en municiones a Israel por parte de Nammo Palencia, la filial de la multinacional Nammo. El material fue enviado a la empresa Elbit Systems, una de las principales proveedoras del Ejército israelí.

"Casos reales"

Armas Bajo Control sostiene que ante el "número de zonas de crisis de derechos humanos creadas por conflictos violentos y exacerbadas por el comercio irresponsable de armas", es aún más urgente que los debates concretos en las reuniones del TCA sobre la "aplicación y el cumplimiento efectivos" de los puntos que prohíben las exportaciones a países involucrados en tales crímenes "se basen en casos reales y en la realidad sobre el terreno".

La reunión de Estados Partes del TCA que se celebró la pasada semana en Ginebra no sirvió para avanzar en esa dirección. Según señalan a Público fuentes de organismos de derechos humanos que asistieron al encuentro, hubo "declaraciones retóricas" al respecto, "pero una ausencia casi total de críticas a los Estados que obviamente violan sus obligaciones".

En esa línea, durante la conferencia hubo críticas a China por armar a Myanmar y Sudán, pero "se limitó a decir que el gigante asiático respeta los principios de su ley de exportación a criticar veladamente a los Estados que arman a actores no estatales".
"Crímenes de guerra"

La denuncia sobre las vulneraciones al TCA por parte de los Estados firmantes llegó de la mano de Amnistía Internacional, que dejó en evidencia la gravedad de las operaciones de venta de material armamentístico a Israel.

En su intervención ante la conferencia celebrada la pasada semana en Ginebra, la organización de derechos humanos remarcó que "los Estados Partes del TCA, así como los signatarios –como Estados Unidos y algunos Estados europeos– siguen autorizando transferencias de armas ante la evidencia de ataques indiscriminados y directos contra civiles y bienes de carácter civil que, deben ser investigados como crímenes de guerra".

Público

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La vinculación de la industria de defensa española con el conflicto en Gaza: el negocio de armas con Israel

Tortuga Antimilitar - 13 September, 2024 - 00:00

Livia Drusila Castro

El genocidio en Gaza es indiscutible, sin embargo, a medida que van pasando los meses el boom informativo se desinfla y el número de muertos y heridos cada vez se despersonaliza más. Ahora mismo, la cifra supera ya las 40.000 personas fallecidas, pero esto para muchos, es solo un número más.

Cuando buscamos culpables, siempre hablamos de Israel, de Netanyahu o de Estados Unidos. Pero, ¿qué pasa con España? Si echamos la vista atrás, el pasado mes de mayo, Pedro Sánchez reconocía el Estado palestino. Sin embargo, su discurso estaba lleno de contradicciones.

España ha comprado armamento israelí por más de 1.000 millones de euros desde que se inició el conflicto en Gaza el pasado mes de octubre. ¿Quiénes son las empresas relacionadas con el comercio de material militar con Israel? Y, ¿por qué esto perpetúa el conflicto en Gaza?

Tres cuartas partes de la tecnología armamentística y de seguridad que se produce en Israel es exportada. Indra, Airbus, Escribano, GMV, Alpha Unmanned Systems y PAP Tecnos. Gigantes del mundo de la defensa. Todos ellos con un amplio historial en la compra-venta de material con los sionistas.

La última en adjudicarse un contrato ha sido PAP Tecnos, filial de la israelí Rafael, que hace tan solo cinco días, el pasado lunes 19 de agosto, recibió un contrato del Ministerio de Defensa español por valor de 300.000 euros para el mantenimiento de las estaciones de armas de accionamiento remoto (RCWS) Mini Samson. Unos sistemas de armamento por control remoto, integrados en los vehículos blindados RG-31.

Repasamos las últimas operaciones de estas empresas y su vinculación con Israel en este vídeo:

Público

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¡Nada de raza! La identidad religiosa y lingüística de los judíos

Tortuga Antimilitar - 12 September, 2024 - 00:00

Juan Signes Codoñer
Catedrático de Filologia Griega, Universidad Complutense de Madrid

En 1830 el viajero y periodista alemán Jakob Philipp Fallmerayer afirmó que “la raza helena está hoy extinguida en Europa” y que “ni una sola gota de sangre helena pura y sin mezcla fluye en las venas de la población cristiana de la actual Grecia”.

Al hacerlo, rompió el mito de la continuidad “racial” entre antiguos y modernos griegos, favorecida por los románticos europeos que habían apoyado la independencia de Grecia del Imperio Otomano.

Sin duda Fallmerayer tenía sus motivaciones políticas, pues era defensor de la causa otomana. Pero hoy resulta evidente que los modernos griegos descienden de la mezcla de múltiples poblaciones que a lo largo de los siglos se helenizaron en el ámbito del Mediterráneo oriental. También que buena parte de los modernos turcos no descienden de las estepas de Asia central, sino de antiguos griegos convertidos al islam.

Debemos aplicar una visión similar a los modernos judíos y dejar de presentarlos como descendientes directos de los antiguos hebreos de la diáspora. El problema es complejo, pero no se debe plantear en términos de sangre o genealogía, pues ello llevaría a situaciones paradójicas. Por ejemplo, que muchos judíos y cristianos de Oriente Próximo que se convirtieron al Islam son ancestros de los modernos palestinos.
No consuma noticias, entiéndalas.

Me limitaré aquí a hacer unas rápidas consideraciones sobre los judíos helenófonos, hoy un grupo muy minoritario frente a los asquenazis o sefardíes que, sin embargo, hace siglos constituían una boyante comunidad extendida por amplias zonas del Mediterráneo.

Del hebreo al griego

La identidad judía se preservó durante siglos en el Oriente mediterráneo por medio de la religión. Esta utilizaba los textos sagrados hebreos y toda la tradición interpretativa de las leyes (especialmente el Talmud) como cimiento comunitario. El hebreo, la lengua sagrada, debía ser aprendido, porque las comunidades judías hablaban naturalmente otras lenguas. Entre ellas, de forma destacada, el griego.

Ya en el siglo III a. e. c., la comunidad judía de Egipto tradujo el Antiguo Testamento al griego para servirse de él ante el desconocimiento que buena parte de sus miembros tenía del hebreo. El conflicto se repetía en tiempos del emperador Justiniano (527-565), quien, en su Novela 146, escribía:

“Debido a las peticiones que los judíos nos han dirigido nos enteramos de que algunos de ellos solo se atienen a la lengua hebrea y quieren servirse de ella para la lectura de los libros sagrados, mientras que otros consideran necesario que se añada la griega y han disputado sobre esta cuestión entre ellos por mucho tiempo”.

El emperador, lógicamente, autorizó el uso de la lengua griega en la sinagoga.

Entre ambos episodios habían transcurrido casi 900 años en los que los judíos de Oriente se comunicaron en griego y algunos, como Filón de Alejandría, redactaron en esta lengua sus escritos. La predicación de Pablo, judío de origen, se había hecho también en griego.

Tras la cristianización del imperio, encontramos incluso sinagogas en los siglos V-VI, como la de Beit She'an en Galilea o la de Dura Europos en Siria, que usan imágenes tal como hacían los griegos en sus templos.

Judíos y romanos

Cuando el Imperio romano se helenizó y convirtió en lo que hoy llamamos Bizancio, un proceso iniciado precisamente por Justiniano, los judíos helenófonos pasaron a considerarse “romaniotas”. Hasta la caída de Constantinopla en 1453 usaron el griego como lengua materna y se mezclaron con la población local.

Sin duda hubo guetos y persecución de la comunidad judía (queda abundante legislación imperial que lo demuestra y no faltan noticias de persecuciones en las fuentes). Emperadores como Justiniano I (527-565), Heraclio (610-641), León III (717-741) y Basilio I (867-886) fueron especialmente activos en la persecución y conversión forzosa de judíos. Sin embargo, eso no evitó la interacción entre comunidades y que no solo judíos se convirtieran a otras religiones (debido a la presión de las autoridades) sino que comunidades no judías, de procedencia diversa, se convirtieran al judaísmo:

Los janes del imperio jázaro, que dominó parte del Cáucaso y de la actual Ucrania, se convirtieron al judaísmo entre los siglos VIII-IX, lo que les confirió una identidad propia frente a los pueblos cristianos y musulmanes con los que estaban en contacto y hace sospechar que sus motivos no fueron exclusivamente religiosos.

A pesar de su procedencia túrquica, los janes llegaron a utilizar el hebreo en su cancillería y mantuvieron correspondencia con Hasday Ibn-Shaprut, médico y diplomático judío en la corte califal cordobesa del siglo X. Sabemos que el emperador Constantino VII Porfirogénito (912-959), que envió varias embajadas a Al-Ándalus, facilitó esos contactos que, necesariamente, pasaban por Constantinopla.

Benjamín de Tudela, un viajero judío que recorrió el Imperio bizantino en el siglo XII, escribió en la crónica de su viaje a propósito de la Valaquia (la zona montañosa del Epiro, en los Balcanes) que los nombres de sus habitantes “son de origen judío y que algunos dicen incluso que ellos eran judíos, una nación a la que llaman hermana. Cuando se encuentran con un israelita le roban, pero nunca lo matan, como hacen con los griegos”.

Esta descripción puede parecer chocante e incluso absurda, pero es indicio de que la permeabilidad entre las creencias era mayor en zonas marginales del Imperio.

Curiosa es también la descripción que hace una crónica constantinopolitana del siglo X, la llamada Continuación de la Crónica de Teófanes (“Theophanes Continuatus”), de las creencias religiosas del emperador Miguel II de Amorio (820-829), que supuestamente profesaba el iconoclasmo, es decir, el rechazo a las imágenes religiosas.

Según esta fuente, el emperador es descrito como miembro de la secta de los atinganos (los “intocables”), cuyos líderes eran judíos y cuyos fieles seguían la ley de Moisés.

El mundo medieval no era menos multicultural y multiétnico de lo que puede ser el actual. Las grandes migraciones de pueblos tuvieron lugar en este periodo. Los judíos no fueron ajenos a estas mezclas y presentarlos hoy como descendientes sanguíneos de los antiguos hebreos tiene tan poca base histórica como en el caso griego.

El antisemitismo no puede combatirse con argumentos identitarios basados en la sangre, pues las identidades milenarias, como la judía y la griega, se construyen culturalmente, con la lengua y la religión, no con la “raza”. Estas apelaciones a la raza solo sirven para crear falsas legitimidades históricas como la que está en la base del moderno sionismo y su proyecto de colonización de Palestina, un proyecto que es básicamente europeo y no semita.

Fuente: https://theconversation.com/nada-de...

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