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Tortuga Antimilitar
Releyendo sobre el conflicto de Israel-Palestina: 8 reflexiones y una conclusión
Actualmente la realidad informativa nos llena de noticias y nos deja poco tiempo para reflexionar sobre ellas: las consecuencias de la globalización.
Sin embargo, meditar sobre lo que está pasando en Palestina es imprescindible para formar nuestra opinión política. Por ello he hecho un pequeño viaje al pasado, cuando formaba parte de Utopía Contagiosa, y recojo a continuación algunas de las noticias que publicamos sobre Israel hace años, reproduciendo total o parcialmente su contenido:
Primera reflexión: el apoyo militar mediante venta de armas entre Israel y España ha sido constante
En una noticia de Octubre de 2017 ya nos referíamos a que España apoya descaradamente al militarismo israelí comprando sus misiles contracarro SPIKE
Analizamos hoy la compra de 260 puestos de tiro y 2.600 Misiles contracarro de alcance medio SPIKE por un precio total de 364'69 millones de €, según Wikipedia el coste total será de 394 millones de €. Se calcula que el coste de cada unidad ronda los 100.000 dólares USA.
Una breve historia de los recorridos de esta colaboración militar hispano-israelí se pueden resumir así:
En 2002 General Dynamics – Santa Bárbara firma un acuerdo con Rafael por la que la contratista española se convertiría en el contratista principal de las ventas del Spike si era finalmente elegido.
En el Consejo de Ministros del 24 de noviembre de 2006, presidido por Zapatero, del PSOE, se decide invertir en el programa: 260 lanzadores y 2.600 misiles MR (Medium Range). Se informaba que la industria nacional asumiría el 60 % del trabajo y que el pago se repartiría en 15 anualidades desde 2008 a 2022.
El 30 de noviembre de 2007 el Consejo de Ministros decidió comprar más Spike, versión ER (Extended Range), destinados a los helicópteros de ataque Tigre: 44 lanzadores y 200 misiles por 44'027 millones de € prorrateados entre 2007 y 2012.
El 29 de mayo de 2009 se entregaron al Ministerio de Defensa los primeros misiles.
La empresa Rafael, o Raphael, es una empresa que fabrica armas del Ministerio de Defensa israelí. Tiene más de 7.000 empleados y se fundó en 1948.
Durante el principio de los años 1990 Rafael operó con pérdidas (con un pico en 1995, con pérdidas de $120 millones sobre una facturación de $460 millones); entonces se decidió reestructurar la organización para empezar a operar Rafael como una compañía. Inicialmente se crearon tres divisiones diferenciadas; cada una operando como un centro de beneficios, con una hoja de balance separada, a presentar al nuevo consejo de dirección.
La restructuración fue completada en 2002 cuando Rafael fue formalmente incorporada como sociedad limitada (a pesar de ser una empresa estatal), manteniendo sus capacidades tecnológicas a través de extensos programas de inversión en I+D (en torno al 10% de la facturación). En su primer año como sociedad limitada, Rafael obtuvo 37$ millones de beneficio sobre $830 millones de ventas.
Rafael tiene multitud de empresas subsidiarias en el mundo. En Europa, a través del Holding ERCAS, de la que posee el 100 %, domina dos secciones militares: Dinamit Nobel Defense (con el 100% de las acciones) y PAP Tecnos (con el 100 % de las acciones).
Una compra tan grande de misiles SPIKE supone un apoyo decidido al militarismo israelí y hace rentable a una de sus principales empresas armamentísticas, con lo que da alas a la política represiva de Israel sobre Palestina.
Nuevamente una decisión militar que influye en nuestra política exterior, que en principio se define como de apoyo a una solución negociada y no violenta en el conflictos israelo-palestino.
Damos con una mano lo que quitamos con la otra.
Segunda reflexión: no colaboramos sólo con las empresas de armas israelíes, sino que también damos información militar a Israel sobre militantes palestinos y nos comprometemos a no investigar crímenes de guerra israelíes
El 4/12/2014 titulábamos: Indignante apoyo militarista a Israel desde el Ministerio de Defensa español
Por primera vez en la historia un Ministro de Defensa español realiza una visita oficial a Israel.
Ha hecho falta que asuma la cartera de Defensa uno de los halcones del gasto militar y del endeudamiento en armas (Morenés), para que se fragüe esta escenificación del apoyo de nuestro militarismo al militarismo israelí.
Aunque la prensa señala que el encuentro interministerial valdrá para hablar de la fuerza de injerencia española en Líbano, lo cierto es que el encuentro debe inscribirse en el contexto de los vergonzosos convenio de cooperación militar de España e Israel recientemente firmado, y según el cual, España, entre otras lindezas, ofrece información militar a Israel sobre militantes palestinos, se compromete a no investigar crímenes de guerra cometidos por autoridades israelíes en los casos en los que no haya víctimas españolas, o vende armas y tecnología militar a Israel, a quien también le compramos material militar y policial, a según el periódico 20 minutos, o nosotros mismos en otras entradas,
Ya lo ven, Morenés se va a Israel a vender más armas a un estado terrorista. ¿Alguien se preguntará para qué las va a utilizar? A lo mejor al Ministro le parece una cosa irrelevante.
Por cierto, según escribimos esta noticia nos enteramos de que España levanta la suspensión de armas a Israel impuesta por la atrocidades de Gaza de este verano. Más negocio, nada de derechos humanos.
Tercera reflexión: los israelíes entrenan a nuestros policías, guardia civiles, mossos y guardias reales
El 14 de agosto de 2014 publicábamos: Una empresa israelí entrena a nuestros policías, guardia civiles, mossos y guardias reales
Nos hemos preguntado dónde aprenden y perfeccionan sus métodos de acción los diversos policías que luego se aplican en la calle contra la gente en las movilizaciones diversas. Por un video escalofriante hemos conocido que la policía, la guardia civil, los mossos de escuadra, la guardia real y otras fuerzas similares se entrenan en «técnicas de seguridad ciudadana» en Israel. En concreto las técnicas de represión avanzada que practican los israelíes contra la población civil de Palestina, las enseña luego en cursos y cursillos a otros cuerpos policiales y paramilitares, entre ellos a las referidas policías españolas.
El curso de una semana en Israel y en castellano cuesta 2.390 € sin iva, y el de 2 semanas 3.970 € sin iva.
¿Han estado pagando las administraciones, policía, guardia civil, mossos, guardia real, …, este dineral por los cursos o los han pagado los interesados? Mucho nos tememos que el dinero para unos fines tan poco ético hayan salido del bolsillo de todos.
El vídeo explica el entrenamiento ofrecido en 2011 a los Mossos de Esquadra catalanes, quienes después los han aplicado con tanta habilidad sobre el pueblo catalán.
Son espeluznantes las imágenes. Es aterrador conocer el grado de colaboración inmoral entre el estado genocida de Israel y los responsables de la planificación de las políticas de defensa y de seguridad en España y sus comunidades autónomas. Y, como no podía ser menos, es aborrecible comprobar las enseñanzas ofrecidas, que pagamos entre todos, para que nuestros supuestos «defensores» las apliquen contra nosotros porque nos siguen considerando su enemigo interno. ¿A lo mejor es porque efectivamente ellos son los enemigos de los pueblos?
Cuarta reflexión: somos un gran cliente de Israel en el comercio de armas
El 15 de Enero de 2014 publicábamos: España, uno de los clientes privilegiados de las industrias militares de Israel
Fuente: El País
Israel acaba de desvelar lo que era un secreto a voces: España es uno de sus clientes más apreciados en compra de armas. Tal vez esto explique las recientes noticias del buen trato recibido en España por parte de personalidades israelíes con acusaciones de genocidio en asuntos militares.
Nos dice ahora el País, que se hace eco de la noticia, que un juez israelí ha obligado al gobierno de aquel país a revelar sus clientes en compra de armas, entre los que se encuentra España.
Según la noticia al menos hemos gastado en la última década 300 millones de euros en armamento israelí, principalmente para comprar misiles y drones militares.
El negocio parece que no sólo va viento en popa, sino que España se presenta a futuro como un gran cliente, porque pretende que su nuevo ciclo de armamentismo se construya con la adquisición de más drones, más misiles y más ingenios para la llamada «guerra electrónica», justo los principales nichos de lo que nos vende Israel.
¿Tal vez el papel ambiguo de España en el conflicto de Oriente Medio tiene que ver con este papel de dependencia y de mezcla de intereses con la industria militar israelí?
Quinta reflexión: 18 Estados miembros de la UE autorizaron 1.018 licencias para exportar armas a Israel por 200 millones de €
El 29 de enero de 2009 publicábamos: Venta de armas de la Unión Europea a Israel.
Recomendamos la lectura del post de Hernán Zin en su blog «Viaje a la guerra».
En él plantea las razones que han de hacernos reconducir la política de venta de armas a Israel. Además, informa de que
«18 Estados miembros autorizaron un total de 1.018 licencias para exportar armas a Israel por valor de 200 millones de euros».
«Francia, Alemania y Rumanía son los tres principales exportadores. Francia emitió licencias de exportación por valor de 126 millones de euros, Alemania autorizó 28 millones y Rumanía, 17 millones».
Sexta reflexión: Alemania fomenta el rearme nuclear de Israel
El 6 de Junio de 2012 publicábamos: Alemania colabora con el rearme nuclear de Israel
Fuente: El País En la curiosa fórmula de ventas de armas de país a país, que acaba de estrenar España con la venta de 250 tanques Leopard a Arabia Saudí, Alemania nos lleva ventaja. Alemania ha «ayudado» a Israel a comprarse tres submarinos fabricados en los astilleros de Kiel. Estos submarinos tienen un dispositivo hidráulico secreto que sirve para instalar y lanzar misiles nucleares. Alemania, en su quehacer puritano, no ha instalado armas nucleares. Sólo ha dado la máquina en condiciones de uso para que los israelíes, si es que lo deciden, puedan instalar este tipo de armamento. ¿Ha existido algún tipo de reparo ético a esta venta por parte del gobierno alemán? No. ¿Ha existido alguna consideración estratégica, o geopolítica o algún estudio de impacto regional de lo que implica dotar de esta tecnología a los isreaelíes? Tampoco. ¿Puede ser que Alemania, en su ingenuidad, no sepa cómo usan los israelíes sus armas y submarinos? Por supuesto que no, el propio ex secretario de estado Lothar Rüll o el alto funcionario del ministerio de defensa Hans Rühle, declaran en Der Spiegel que Alemania sabe el uso de este armamento y la instalación de ojivas nucleares desde hace tiempo. Con la instalación de armamento nuclear en submarinos, Israel da un paso más en su peligrosidad militar. No sólo cuenta con misiles nucleares en tierra, sino con la potencialidad de una amenaza «flotante» que pone en mayor riesgo a la región. Parece que las continuas protestas de Estados Unidos por la «nuclearización» posible de Irán no encuentran el mismo eco cuando el protagonista es Israel. ¿Qué ocurre, que con ellos no aumenta el riesgo de conflicto nuclear en la zona y en el globo? ¡Qué cinismo rige la política internacional mundial! Se trata de un caso de lucro a cambio de terror y, por qué no decirlo, un nuevo síntoma del militarismo creciente en Alemania; pero también, y conviene ir observándolo, un movimiento estratégico de Alemania en el reposicionamiento mundial que se está dando en la región del medio-oriente árabe, algo mucho más peligroso si cabe.
Séptima reflexión: España incumple su propia legislación al exportar material de defensa a Israel
El 4 de marzo de 2014 publicábamos: A vueltas con el militarismo israelí
Fuente: negociosocults Nos llega, a través de la pagina web negociosocults.org una extensa, indignante y meritoria información sobre el negocio en que ha convertido Israel su militarismo, así como los intereses y complicidades con que cuenta en en gobierno español y en las sociedades de Cataluña y el País Vasco.
Concretamente nos hablan del informe « Defensa, Seguridad y Empleo como Negocio Relaciones Militares , armamentísticas y de Seguridad entre España e Israel» donde se desentraña gran parte de este escandaloso negocio mutuamente compartido.
El informe en concreto, cuya lectura atenta recomendamos, ha sido elaborado por Camino Simarro, investigadora del Centre Delás de estudios por la Paz, y por Oriol Sabaté, miembro del Grupo de Formación del Seminario de Economía Crítica TAIFA, y cuenta con la colaboración de una enorme serie de grupos e instituciones.
Señala el informe con rotundidad que «las relaciones militares y de seguridad entre España e Israel son significativas y tienen una clara tendencia al alza» mostrando el entramado que las potencia. Además nos explica que «España incumple su propia legislación al exportar material de defensa a Israel» superando con creces desde 2007 a la fecha final del informe los 400 millones de euros de importaciones de armas.
Detalla también la implicación de instituciones presuntamente honorables (incluidas algunas universidades) en el militarismo israelí y nos ofrece una amplia y detallada panorámica de este negocio que, a su vez, implica el refuerzo de la opresión que Israel, en este caso con nuestro concurso más o menos entusiasta, hacia Palestina, del que su potente industria militar es uno más de los instrumentos puestos en marcha para financiar la letalidad del ejército israelí.
Octava reflexión: la clave para que los israelíes vivan mejor es promocionar el gasto social detrayéndolo del gasto militar
El 2 de octubre de 2011 publicábamos: Los indignados y lo militar en Israel: paradigma de que la inversión en defensa no sustenta el desarrollo sostenible.
Fuente: El País. A principios de agosto, se creaba en Isarel una comisión gubernamental que junto con los portavoces de las protestas de los indignados iba a diseñar las soluciones de la crisis que habían provocado las políticas gubernamentales de Israel. Ahora esta comisión ha elaborado su informe en el que «ha recomendado al Gobierno que aumentara el gasto social en 30.000 millones de shekels (unos 6.000 millones de euros) durante los próximos cinco años. El problema consistía en que ese dinero, según el informe de la comisión, debía recortarse de los gastos militares, cosa del todo imposible con el actual Gobierno y el actual Parlamento«. Con el ejército hemos topado. La comisión ha completado el círculo vicioso y se ha encontrado con que no es posible dar alternativas dentro del actual sistema militarista y violento que rige Israel. El informe, papel mojado, sólo ha sido aplaudido por el primer ministro y por el Banco de Israel. Los manifestantes ya anuncian grandes manifestaciones para el 28 de octubre.
Sin embargo, la comisión ha dado en el clavo: si quitasen dinero a lo militar (lo que conllevaría cambiar de manera radical su política exterior), Israel podrían hacer mucho más gasto social, además, posiblemente sus problemas internacionales podrían tener nuevas perspectivas y se saldría del callejón sin salida en el que llevan décadas.
Además de condenar a la miseria a Palestina y a los palestinos, Israel está condenando a la pobreza a muchos de sus habitantes (se libran las élites, claro). Lo está haciendo con una política continuada militarista y violenta que promueve actuaciones irrespetuosas con los derechos humanos, actuaciones que han llevado a Israel a vivir en permanente estado de guerra.
Esta situación es, a juicio de cualquier analista independiente, insostenible. Gastar años tras año lo que no se tiene en un segmento de la sociedad tan improductivo de riqueza social como es lo militar ha de provocar la quiebra.
El argumento-disculpa que se suele usar es que la seguridad es la base de todo el desarrollo futuro. Pues bien, aquí se nos demuestra un ejemplo paradigmático de que la dichosa frase es cierta, pero al revés: endeudarse para financiar lo militar no ha llevado a Israel a un desarrollo sostenible sino a todo lo contrario: a la quiebra social y económica, a ponerse en peligro constante de guerra con todos sus vecinos y a un estado que ha sido calificado en múltiples ocasiones de estado terrorista.
La realidad es bien cruda: esta situación se mantiene porque unas pocas elites sacan pingües beneficios de la venta de armas, de las políticas violentas del Estado israelí. Los demás se dejan llevar por la cultura y la política «realista» de las elites.
Los indignados de Israel (y los españoles deberían tomar buena nota) quieren mejoras sociales y económicas. Pero han de ser conscientes de que éstas sólo podrán llegar del cambio de su modelo social, político y económico; sólo podrán llegar cuando Israel deje de ser un estado agresor de sus vecinos y de medio ambiente.
Conclusión:
la paz es el camino, no hay camino para la paz
La guerra ruso-japonesa, un conflicto total que conmocionó al mundo
Kawai Atsushi
En 1904 Japón declaró la guerra a Rusia, una gran potencia. Habían pasado menos de 40 años desde la Restauración Meiji. La invasión rusa de Ucrania ha renovado el interés del mundo por aquella guerra librada por Japón contra el gigante euroasiático. Veamos con qué trasfondo se fraguó, cuál fue su desarrollo y qué consecuencias tuvo.
La rusofobia se apodera de los japoneses
Durante la era Meiji (1868-1912), la rusofobia era una enfermedad endémica en Japón. Existía un temor patológico a que el Imperio ruso invadiera el archipiélago japonés.
En su búsqueda de puertos de mar que no se congelasen durante el invierno, Rusia había dado inicio, entrado el siglo XVIII, a una política de expansión hacia el sur. Como parte de esa política, se acercó a Japón para tratar de forzar al bafuku (Gobierno militar) a que estableciera intercambios comerciales. En los últimos años del periodo Edo (1603-1868), buques de guerra rusos ocuparon durante algún tiempo ilegalmente las islas japonesas de Tsushima, en el estrecho homónimo que separa Japón de la península coreana. Pese a lo estipulado por el Tratado de Shimoda de 1855, que confería a la isla de Sajalín, conocida entonces en Japón como Karafuto, un estatus indeterminado permitiendo el poblamiento por ambas partes, desde el inicio de la era Meiji los rusos comenzaron a enviar prisioneros y militares al lugar, y a ejercer presión sobre los colonos japoneses.
En mayo de 1891, durante una visita a Japón, el zarévich Nicolás, futuro Nicolás II, resultó herido de arma blanca al ser atacado por un policía japonés que formaba parte de su guardia de seguridad. El ataque ocurrió en la ciudad de Ōtsu, por donde Nicolás y su séquito pasaban de regreso a Kioto después de visitar el lago Biwa. El primer ministro Matsukata Masayoshi y hasta el emperador Mutsuhito acudieron al hospital de Kioto donde Nicolás estaba siendo atendido. Muchos japoneses le enviaron telegramas y cartas de disculpa. Su habitación quedó sepultada en regalos de todo tipo.
Como disculpa ante el zarévich, pero también en solidaridad con la difícil tesitura en que el hecho había colocado al Emperador, una mujer se suicidó delante del edificio del Gobierno prefectural de Kioto cortándose la garganta con una hoja de afeitar. Fue sin duda una reacción desproporcionada e irrazonable, pero es que muchos japoneses temían que el suceso sirviera de pretexto a Rusia para declararle la guerra a Japón.
Se entendía que, si Japón era atacado, no podría defenderse y acabaría convirtiéndose en una colonia. Por suerte, tanto el Gobierno de Rusia como el zarévich Nicolas expresaron su satisfacción por la respuesta dada por Japón al atentado. De todos modos, el ministro japonés de Exteriores, Aoki Shūzō, dimitió de su cargo.
La alianza nipo-británica y su influencia en la guerra ruso-japonesa
Tres años después, en 1894, estalló la primera guerra sino-japonesa, un conflicto del que podemos decir que se originó en relación directa con la política japonesa frente a Rusia.
Desde inicios de la era Meiji, Japón trató de conseguir que Corea se abriera al mundo. La idea era modernizar Corea para que colaborase con Japón y entre ambos pudieran detener el avance ruso hacia el sur. Este movimiento encontró la oposición de China, entonces dominada por la dinastía Qing, que era el estado suzerano o protector de Corea. El antagonismo entre Japón y China fue enconándose y finalmente se produjo la guerra.
Gran vencedor de la guerra, Japón obligó a China a reconocer la independencia de Corea mediante el Tratado de Shimonoseki y le impuso el pago de una enorme indemnización de 200 millones de taeles (cerca de 310 millones de yenes de la época, equivalente a más de dos años de ingresos del Estado), así como concesiones territoriales (península de Liaodong, isla de Taiwán, etcétera).
La victoria trajo el frenesí, pero Rusia se encargó de enfriar los ánimos japoneses. Instigando a Francia y a Alemania para actuar conjuntamente, apremió al Gobierno de Japón a devolver la península de Liaodong a China argumentando que su posesión por Japón no favorecería la paz en el Extremo Oriente. Es la acción conocida en Occidente como Triple Intervención y como Injerencia de los Tres Países en Japón.
Japón comprendió que no obtendría nada resistiéndose y decidió devolver a China dicha península, que no tardó en caer bajo dominio de Rusia, país que había obtenido de China la cesión de Dalian y Lüshunkou (Port Arthur), y que seguía expandiendo su radio de influencia. La presencia militar rusa en toda Manchuria fue permanente a partir del levantamiento de los bóxers, que le dio una inmejorable oportunidad para enviar tropas.
El Gobierno coreano, que trataba de evitar caer bajo influencia japonesa, probó el acercamiento a Rusia. Pero la principal impulsora de este acercamiento, la emperatriz Myeongseong, esposa principal del emperador Gojong, fue asesinada en un complot orquestado por el embajador japonés, Miura Gorō. Gojong se refugió en la embajada de Rusia. Se formó entonces en Corea un gobierno prorruso, con asesores rusos en asuntos financieros y militares.
Japón movió ficha en 1902, consiguiendo una alianza con el Reino Unido. Este país, cuyos intereses en China e India estaban siendo amenazados por Rusia, entendió que apoyar a Japón podría ser un modo de frenar el avance ruso en Asia Oriental.
Con este respaldo, Japón se propuso conseguir de Rusia un reconocimiento de sus derechos para actuar como tutor de Corea, a cambio de reconocer, por su parte, el dominio ruso sobre Manchuria. En esta fase, Japón confiaban todavía en poder solucionar por métodos estrictamente diplomáticos este contencioso. Sin embargo, con la seguridad que ofrecía la alianza militar nipo-británica, el pueblo japonés fue cada vez más sumiso a las tendencias belicistas. Y cuando se supo que Rusia había comenzado a establecer bases en la región septentrional de Corea, la mayoría de la población se posicionó a favor de la guerra.
Esto puede entenderse como una consecuencia del secretismo con el que el Gobierno japonés manejaba los datos sobre los respectivos poderíos nacionales de Rusia y de Japón. Pero la prensa japonesa no fue menos responsable de ello. Con el fin de aumentar su tirada, la mayor parte de los periódicos y revistas abrazó el discurso belicista y apoyó la guerra contra Rusia sin informar de que en el resto del mundo se daba por seguro que en caso de conflicto Rusia vencería.
Hay que decir, no obstante, que pese a ser una ínfima minoría también hubo quien abogó por el antibelicismo o se posicionó al menos en contra de esa guerra. Así, se opusieron a entrar en guerra intelectuales como Uchimura Kanzō, desde un humanitarismo de cuño cristiano, o Kōtoku Shūsui y Sakai Toshihiko, desde planteamientos socialistas. Kōtoku, que trabajaba en el diario Yorozu Chōhō, presentó su dimisión cuando este medio pasó a posicionarse a favor de la guerra, fundó la sociedad Heiminsha y a través de su órgano continuó pregonando el antibelicismo incluso después de que Japón entrase en guerra con Rusia. Otra voz disonante fue la de la poeta Yosano Akiko, que durante la guerra publicó en la revista literaria Myōjō su famoso poema Kimi shinitamō koto nakare, en el que rechazaba la idea de morir por el país.
El sueño de la victoria rápida
Con la opinión pública a su favor, para el otoño de 1903 las autoridades militares japonesas habían decidido ya embarcarse en la guerra. Pronto se rompieron las negociaciones y en febrero de 1904 se produjo la declaración. Se dice que el Emperador, que hasta poco antes se había posicionado en contra, dejó en claro que la guerra no respondía a su voluntad y, derramando lágrimas, se mortificaba pensando cómo podría disculparse ante sus antepasados en caso de derrota, y cómo podría justificarse ante el pueblo. Pero no solo era el Emperador el que temía una derrota. Tanto el Gobierno como los militares sabían perfectamente que, si iban a un enfrentamiento frontal con Rusia, Japón no tendría ninguna probabilidad de ganar.
Por ello, los militares elaboraron la siguiente estrategia. La contienda duraría no mucho más de un año. La flota combinada japonesa aniquilaría la Flota del Pacífico de Rusia mediante un ataque sorpresa. Simultáneamente, el Ejército de Tierra de Japón concentraría todas sus fuerzas en la ciudad manchú de Liaoyang y aplastaría a los rusos antes de que estos pudieran enviar refuerzos. De esta forma, en un breve periodo de tiempo, conseguirían desmoralizar al Gobierno ruso y arrastrarlo rápidamente a la mesa de negociación. Esto es tanto como decir que Japón se lanzó sobre la gran potencia eurasiática sin una perspectiva clara de victoria y sin saber en qué costos incurriría.
La idea de que todo se resolvería rápidamente resultó ser una pura ensoñación. En la batalla de Liaoyang consiguieron vencer a los rusos, pero a un alto coste, pues perdieron más de 5.300 soldados y además no consiguieron cerrar la huida al enemigo. Tampoco consiguieron aniquilar a la Flota del Pacífico de un solo golpe, pues los barcos rusos encontraron refugio en Lüshunkou.
Este puerto estaba muy bien protegido por cañones y no era posible acercarse a él desde el mar, así que la Marina japonesa pidió al Ejército de Tierra que lo atacase. Pero el casco urbano estaba fortificado con hormigón y el ataque exigió grandes costos en vidas humanas y en tiempo. Además, el cerco de Lüshunkou fue una batalla de trincheras, obuses de asedio de 28 centímetros, ametralladoras, cañones rápidos, granadas de mano, cañones de campaña, etcétera. En este sentido, fue un adelanto de lo que luego se vería en el Primera Guerra Mundial.
Posteriormente, el Ejército de Tierra japonés fue obteniendo sucesivas victorias y avanzando hacia el norte hasta llegar a Mukden, donde esperaba librar la batalla definitiva contra los rusos. La batalla duró 10 días y participaron en ella 600.000 soldados. Vencieron los japoneses, pero volvieron a tener muchas víctimas (70.000 entre muertos y heridos) y una vez más no pudieron dar el golpe de gracia al enemigo porque la falta de municiones impidió una persecución efectiva.
Indignación al conocerse que no se recibirían indemnizaciones de guerra
La guerra ruso-japonesa supuso un coste para Japón de 1.700 millones de yenes, de los cuales 1.350 millones fueron por bonos públicos que se financiaron, en sus dos terceras partes, con empréstitos conseguidos en el Reino Unido por el vicegobernador del Banco de Japón Takahashi Korekiyo. Fue, pues, el capital británico y norteamericano el que permitió sostener la guerra contra Rusia. Si, de uno u otro modo, Japón consiguió concluir la guerra ventajosamente, fue en gran parte gracias al apoyo del aliado británico. Además del apoyo económico que supusieron las compras de deuda exterior, el Gobierno británico ofreció a Japón informaciones muy valiosas y dificultó la llegada de la Flota del Báltico, prohibiéndole pasar por el canal de Suez y aprovisionarse de carbón en sus colonias. Esa fue una de las causas de que Japón venciera en la batalla naval.
Por supuesto, el pueblo de Japón dio su total apoyo a la guerra. Se incorporaron a filas más de un millón de soldados, los contribuyentes tuvieron que soportar grandes subidas de impuestos, ofrecieron al Estado sus ahorros postales e hicieron donaciones.
Por el lado ruso, el zar Nicolás II no había perdido la moral de guerra ni siquiera tras la derrota de Mukden. Pero cuando, en mayo de 1905, la Flota del Báltico fue completamente destruida en aguas del mar del Japón, finalmente se mostró dispuesto a iniciar conversaciones de paz. En el interior, la situación era grave. En San Petersburgo, una manifestación de obreros había sido aplastada por la Guardia Imperial en el llamado Domingo Sangriento. En muchos lugares del país ocurrían grandes huelgas y disturbios (Revolución rusa de 1905). Esta inestabilidad fue uno de los factores que obligó a Rusia a buscar rápidamente la paz con Japón.
El acorazado Mikasa, buque insignia de la flota combinada japonesa en la batalla de Tsushima (batalla del mar del Japón). Tras quedar fuera de servicio, el Mikasa fue reparado y actualmente se expone en el Parque Conmemorativo Mikasa de la ciudad de Yokosuka (prefectura de Kanagawa). (Jiji Press)
El acorazado Mikasa, buque insignia de la flota combinada japonesa en la batalla de Tsushima (batalla del mar del Japón). Tras quedar fuera de servicio, el Mikasa fue reparado y actualmente se expone en el Parque Conmemorativo Mikasa de la ciudad de Yokosuka (prefectura de Kanagawa). (Jiji Press)
En septiembre de ese año, gracias a los buenos oficios del presidente norteamericano Theodore Roosevelt, se firmó la paz entre ambos países (Tratado de Portsmouth). Si bien Rusia se avino a reconocer los derechos japoneses de tutelaje sobre Corea y le cedió sus concesiones en Lüshun y Dalian, así como la mitad sur de la isla de Sajalín (Karafuto), no tuvo que pagar ni un solo yen de indemnización. Pero era explicable, ya que, mientras que la guerra había dejado a Japón exhausto, sin dinero, armas ni soldados, a Rusia le sobraban todavía fuerzas para seguir luchando.
Pero al pueblo japonés no le convenció esta solución. Durante 10 años, había hecho un alarde de aguante y perseverancia soportando pesados impuestos para ampliar y fortalecer el ejército, y en la guerra había sufrido grandes pérdidas humanas. El 5 de septiembre, día de la firma del tratado, grupos contrarios al proceso de paz tomaron el céntrico parque Hibiya, en Tokio, y expresaron su ira incendiando el Ministerio del Interior, puestos de policía y sedes de periódicos que apoyaban al Gobierno (Sucesos de Hibiya). Los disturbios se extendieron por todo el país y el gabinete de Katsura Tarō se vio obligado a dimitir en pleno.
Asia despierta a la modernización
La guerra ruso-japonesa fue la primera guerra total del siglo XX. Implicó a las diplomacias de las potencias imperialistas y por esta razón algunos estudiosos le asignan el número 0 entre las guerras mundiales. ¿Qué influencia tuvo este conflicto en Japón, en Rusia y en el resto del mundo?
Japón envió al continente un millón de soldados, de los que perdió en acción o a consecuencia de enfermedades unos 90.000. Además, más de 150.000 resultaron heridos. Pero los daños no solo fueron humanos. El Estado se endeudó pesadamente, el campo quedó abandonado para satisfacer las necesidades bélicas y el desánimo cundió en la población. El poeta Ishikawa Takuboku acuñó la famosa frase de que el país sufría un “impasse de época” (jidai heisoku). El descrédito que sufría el Estado y la destrucción de la integridad de la familia, la aldea y otras comunidades fueron causa de que un creciente número de personas adoptase alguna de las nuevas ideologías, desde el socialismo o el comunismo, hasta el individualismo o el liberalismo.
Las terribles experiencias vividas en el frente afectaron duramente a muchos soldados de origen campesino, que al ser desmovilizados y regresar a su aldea se dieron a una vida disoluta para escándalo de sus coterráneos. Para corregir estas tendencias el Gobierno publicó un edicto moralizante en el que reclamaba al pueblo laboriosidad y ahorro, mientras reprimía los movimientos obreros y el socialismo. La amenaza rusa había desaparecido, pero el precio pagado fue muy alto.
Rusia sufrió pérdidas humanas comparables a las japonesas. Se libró de pagar indemnizaciones, pero hubo de hacer concesiones territoriales. Perdió a manos de Japón el pretendido dominio sobre Corea y tuvo que poner fin a su política de avance hacia el sur. Su política exterior cambió. En 1907 firmó un acuerdo comercial con el Reino Unido y dirigió su avance hacia la península de los Balcanes, pregonando el paneslavismo. Ahí vino a chocar con el pangermanismo de Austria-Hungría, choque que desencadenó la Primera Guerra Mundial.
En cuanto a Estados Unidos, había mediado para obtener la paz entre Japón y Rusia y antes del conflicto había prometido a Japón colaboración en la gestión del ferrocarril de Manchuria. Sin embargo, el abandono unilateral de estos planes por parte de Japón produjo un rápido giro negativo en los sentimientos norteamericanos hacia Japón. En el interior del país surgió un movimiento para conseguir la expulsión de los inmigrantes japoneses y en política exterior Estados Unidos criticó a Japón cada vez que se revelaban nuevos planes para enviar colonos al continente asiático.
En Europa, la victoria japonesa atizó el temor al “peligro amarillo”, la amenaza de las razas asiáticas. Sin embargo, en los países y territorios no blancos dio origen a movimientos de oposición y resistencia frente al reparto del mundo y al dominio colonial que unilateralmente estaban llevando a cabo los blancos. La victoria japonesa dejó una honda huella en líderes asiáticos como Sun Yat-sen, Mao Zedong, Nehru y Ho Chi Minh y supuso una gran motivación en luchas revolucionarias que desarrollarían posteriormente.
En Irán se aceleró el movimiento revolucionario constitucionalista y en Egipto se avivó el movimiento de resistencia frente al Reino Unido. En otras zonas del mundo surgieron movimientos antirrusos, como en Finlandia, o antieuropeos, como en Turquía. Ocurrió un verdadero boom de lo japonés. Tōgō Heihachirō, almirante de la victoriosa flota japonesa, fue apodado en el Reino Unido el “Nelson del Oriente” y su imagen se proyectó por todo el mundo. En Turquía se le puso su nombre a una calle y en Finlandia se comercializó una cerveza que lo retrataba en la etiqueta.
Fotografía del encabezado: Estatua de Tōgō Heihachirō en el parque de Tagayama, desde el que se obtiene una panorámica vista de su ciudad natal, Kagoshima, y la bahía de Kinkō. Más de un siglo después de los hechos que le dieron fama, capitanes y marineros de barcos extranjeros anclados en el puerto de la ciudad suelen visitar el lugar para presentar sus respetos al gran almirante. (Jiji Press)
La industria del control migratorio se frota las manos ante la campaña de la derecha
Grandes empresas se lucran gracias al negocio del control de las migraciones, que también financia a regímenes antidemocráticos con dinero procedente de Europa.
Dani Domínguez
La inmigración es ya la cuarta preocupación de los españoles. La campaña de la derecha política y mediática ha colocado a los extranjeros en el centro de los miedos de la ciudadanía, tal y como lo confirma el último barómetro del Centro de Investigaciones Sociológica (CIS). Las encuestas, realizadas en julio, reflejan un aumento de casi diez puntos en la preocupación por el tema migratorio, que ha pasado de inquietar a un 7,7% hace una década a llegar al 16,9% en el pasado mes.
Una escalada que coincide con la operación de desgaste puesta en marcha por parte de las fuerzas reaccionarias contra el Gobierno de coalición y que utiliza a las personas migrantes como arma de presión a través de discursos racistas y xenófobos.
Un terreno abonado y propicio para que determinadas empresas hagan negocio basado en las emociones y miedos más irracionales de la población, convenientemente agitados desde medios y clase política. La fundación porCausa, especializada en periodismo y migraciones, ha calculado en “no menos de 9.344 millones de euros el presupuesto destinado a la externalización de fronteras de la UE entre 2004 y 2024”.
En su informe Externalización, la organización define el modelo migratorio actual como un “caos” que genera “rechazo e incomprensión” en la opinión pública de los países de destino, “muerte, sufrimiento y gastos desproporcionados” para las personas que migran y un entramado económico y político que “invierte considerables esfuerzos en garantizar que las políticas siguen el camino que han seguido hasta ahora”.
En el ranking de empresas que se benefician del control migratorio se encuentran algunas de las más conocidas en España. Así, el Grupo ACS, propiedad de Florentino Pérez, “tiene un porfolio diversificado que abarca desde la organización de campañas de sensibilización en centros de refugiados hasta el despliegue de guardias de seguridad privados en las oficinas de Extranjería, pasando por las luces de seguridad que rodean el puerto de Melilla o el suministro de comidas y la limpieza de centros en los que se interna a migrantes sin papeles”, explica porCausa, que cifra en más de 50 millones las ganancias de la multinacional por las realización de estos trabajos entre enero de 2014 y abril de 2022.
Por su parte, Babcock Mission, líder del ranking, se encarga del suministro de aviones y helicópteros de rescate del Servicio Aéreo de Salvamento Marítimo, lo que le ha reportado contratos por valor de más de 218 millones de euros en ocho años. El top 3 lo completa Indra, cuyos servicios van desde la puesta en marcha de Sistema Integrado de Vigilancia Exterior (SIVE) hasta la venta de sistemas para “controlar cámaras y software de gestión de datos para fronteras inteligentes” o de radares para detectar pateras, entre otros.
El análisis de porCausa también incluye a aerolíneas que hacen negocio con los vuelos de deportación como Evelop Airlines, Air Europa, Air Nostrum o Swiftwair, a empresas tecnológicas como Thales, Atos, Amper o Telefónica, y a otras como Eulen o Mora Salazar, esta última encargada de la fabricación de alambradas y concertinas.
Para José Bautista, jefe de Investigación de la fundación porCausa, el contexto actual favorecerá un aumento de los negocios de este tipo de empresas: “No hay una crisis migratoria, lo que hay es un interés en apuntar hacia la inmigración irregular que viene de África, que es residual. La inmensa mayoría son mujeres que proceden de América Latina y llegan por vía aérea. Lo que pasa es que el 80% del gasto de la industria del control migratorio se produce en la frontera sur, el negocio está ahí”, explica el periodista.
Dinero europeo para la represión
“Lo que dice el presidente del Gobierno durante su viaje suena bien, pero la realidad es bien distinta”, asegura Bautista. Durante su gira por Mauritania, Gambia y Senegal, Pedro Sánchez ha defendido que la “migración ordenada” y “regular” es “necesaria” y “conveniente”. “La irregular es directamente un infierno que lleva a situaciones extremas de explotación y entraña un riesgo evidente de muerte para los jóvenes que caen presos de las mafias. Debemos promover la migración regulada y luchar contra la migración irregular”, ha asegurado.
Sin embargo, determinadas prácticas de Europa y España no parecen encaminadas a lograr ese objetivo. Según una investigación de porCausa y Al Jazeera, la unidad de élite senegalesa Rapid Action Surveillance and Intervention Group (también conocida como GAR-SI), creada, equipada y entrenada con financiación de la Unión Europea, fue usada por el gobierno de Senegal “para reprimir violentamente las recientes protestas a favor de la democracia”. De acuerdo con la información publicada por el diario árabe, la unidad militar, compuesta por 300 hombres, fue creada en 2017 y tuvo un coste de 7 millones de euros.
Entre los vehículos identificados por Al Jazeera durante la represión de los manifestantes se encontraba el todoterreno URO Vamtac ST5, un modelo español fabricado por el fabricante gallego de vehículos pesados ??Urovesa. Este modelo fue entregado en presencia de la embajadora de la UE en Senegal en 2019 “como parte de un paquete de ayuda para aumentar las capacidades de GAR-SI Senegal para luchar contra la delincuencia transfronteriza”. En ese momento también se hizo entrega al Gobierno senegalés de 16 vehículos todoterreno Toyota, una ambulancia, 12 motocicletas y cuatro camiones.
“La dura represión en Senegal hizo que muchos jóvenes optaran por intentar llegar a Europa huyendo del país, por lo que se da una paradoja: la financiación otorgada por Europa al Gobierno senegalés para controlar a los migrantes que pretenden irse ha acabado provocando que más personas decidan migrar como consecuencia de la represión. Es un sistema perverso que, además, alimenta los negocios de ciertas empresas que se lucran con el sufrimiento de los migrantes”, denuncia José Bautista, quien también participó en la investigación con Al Jazeera.
Otra reciente investigación coordinada por la organización Lighthouse Reports también ha demostrado que países como Mauritania o Marruecos habrían empleado fondos de la Unión Europea para expulsar a inmigrantes subsaharianos hacia zonas desérticas de África y así disuadirles de volver a intentar llegar a Europa a través del país.
De acuerdo con la información, los migrantes son abandonados sin comida ni agua, lo que les expone “al secuestro, la extorsión, la venta como bienes humanos, la tortura, la violencia sexual y, en los peores casos, la muerte”: “En Mauritania, Marruecos y Túnez, vehículos de la misma marca y modelo que los proporcionados por los países europeos a las fuerzas de seguridad locales detuvieron a migrantes negros en las calles o los transportaron desde centros de detención a regiones remotas, según imágenes filmadas y verificadas, testimonios de migrantes y entrevistas con funcionarios”, expone la investigación. Según la fundación porCausa, algunos de los vehículos son suministrados por la Fundación Internacional y para Iberoamérica de Administración y Políticas Públicas (FIIAP), dependiente del Ministerio de Exteriores español.
“España y Europa son cómplices de lo que sucede en estos países, algunos de los cuales son dictaduras que empobrecen a su población. Su represión es lo que empuja a muchas personas a huir”, zanja José Bautista.
Entre 1983 y 1989 murieron 1.149 jóvenes en la mili
Según datos oficiales, entre 1983 y 1989 murieron 1.149 jóvenes en la mili, hubo casi 13.000 heridos y 179 chavales se suicidaron.
Fuente: https://x.com/IkerMadrid12/status/1...
Debate en Menéame: https://www.meneame.net/m/cultura/e...
La OTAN amplía sus instalaciones en Letonia y Lituania para estrechar el cerco sobre Rusia
Nuevas bases de la OTAN en Letonia y Lituania para proteger a los países occidentales de Rusia
Euronews
Se está ampliando la base militar de la Brigada Multinacional Adazi de la OTAN en Letonia. Las nuevas instalaciones albergarán los tanques y vehículos blindados de la brigada y también proporcionarán zonas para su mantenimiento.
"Se trata de un proyecto multimillonario. Supera los 7 millones de euros, es un esfuerzo más para combatir las posibles agresiones que se están produciendo en la vecindad", declaró James Smith, comandante del Mando de las Fuerzas Canadienses en Letonia. "Estamos trayendo más fuerzas y más gente aquí. Estamos formando a nuestra gente y también estamos trayendo equipamiento", añadió el coronel.
Tanto esta base como la alemana de Lituania forman parte de lo que se conoce como la 'línea de defensa del báltico'.
Más de 7 millones de euros de financiación para la base de Adazi
La ceremonia de inauguración del miércoles también marcó la finalización de los proyectos financiados por Canadá y España, que mejoraron la infraestructura de sus respectivos complejos dentro de la base militar. Las mejoras incluyen un nuevo almacén, estructuras tensadas, un perímetro de seguridad y una carretera de hormigón.
La inversión de Canadá y España para la construcción de estas instalaciones asciende a más de 7 millones de euros. Letonia se encargó de la supervisión de la construcción para garantizar el éxito de los proyectos. Ambos proyectos de construcción comenzaron en 2023 y se completaron en aproximadamente un año.
En noviembre de 2024 la brigada realizará su primer ejercicio de campo a gran escala y demostrará su integración en la estructura de mando superior de la OTAN. Se espera que la brigada alcance su plena preparación para el combate en 2026.
Bases de la OTAN en Lituania para proteger a las naciones occidentales
Al mismo tiempo, Alemania está construyendo otra base militar de la OTAN en Rudnininkai, también en Lituania. La zona se utilizará para el mantenimiento de equipos militares aliados, incluidos tanques. La base está financiada por Berlín y se construye a través de la Agencia de Apoyo y Suministro de la OTAN. Algunos elementos de la brigada alemana se estacionarán en Rukla, donde actualmente prestan servicio soldados alemanes del Grupo de Combate de Presencia Avanzada reforzada de la OTAN.
Es una cuestión de disuasión y de Rusia. Debemos poder estacionar una brigada blindada alemana aquí en Lituania para garantizar la libertad de las naciones occidentales
La base albergará a unos 2.000 soldados, incluidos vehículos de combate, y se espera que esté plenamente operativa en 2027.
Yahoo
El juez procesa al Grupo Antidroga de la Policía Nacional en Mérida por “organización criminal”
Pedro Águeda
El Grupo de Estupefacientes de la Policía Nacional en Mérida fue, al menos entre los años 2018 y 2021, una “organización criminal” dedicada al tráfico de hachís, entre un amplio abanico de delitos. Esta es la principal conclusión de la investigación desarrollada por la Unidad de Asuntos Internos y el Juzgado de Instrucción número 3 de la capital extremeña, cuyo titular, el magistrado José Agustín Agenjo, acaba de dictar el auto de cierre de la instrucción.
El juez propone juzgar a seis agentes del Cuerpo Nacional de Policía, los cinco que componían el Grupo de Estupefacientes de Mérida hasta su detención hace ahora tres años, y un sexto agente. Al frente del grupo había, apunta la investigación, un inspector, Francisco Javier N., al que sus subordinados llamaban ‘Rambo', pero quien dirigía realmente la trama criminal era Javier G., ‘El Canario', otro de los policías del equipo, según figura en el sumario.
“El Grupo de Estupefacientes actuaba como una organización criminal en la que todos los integrantes participaban de manera concertada y coordinada, repartiéndose las tareas o las funciones”, escribe el juez en su resolución, a la que ha tenido acceso elDiario.es. “Es revelador el papel predominante del policía Javier G., quien ejerce realmente las funciones de dirección y coordinación que debería tener el inspector del Grupo”, añade el magistrado.
Como desveló elDiario.es en junio de 2023, los policías nacionales están acusados de quedarse dinero de los traficantes en los registros cuando no estaba presente el secretario judicial; de robar miles de euros en material para las plantaciones de marihuana y entregárselo después a sus confidentes; de provocar entregas de droga para sumar detenidos e incautaciones; de avisar a sus colaboradores de que otros agentes les investigaban; y también de compartir plantaciones de marihuana y sus beneficios con traficantes de la zona.
La actividad ilícita de los policías era tan amplia según el juez que este se vio obligado a hacer un esfuerzo de síntesis y plantea un esquema de los hechos en el auto resumen de la investigación. Al describir el delito de organización criminal, el magistrado Agenjo explica el que denomina “modus operandi” del grupo: “Pasaba por tener una serie de informantes, colaboradores y protegidos que le proporcionaban información esencial para proceder a la detención de personas vinculadas con el mundo del tráfico de drogas”.
“Las operaciones policiales permitían [continúa el juez] que el traficante protegido realizara la actividad delictiva con la aquiescencia del Grupo, al tiempo que le protegía frente a investigaciones de otros grupos de investigación”. Este tipo de colaboracion con los narcos (“omisión del deber de perseguir delitos”, lo califica el juez) dio pie “a otro tipo de de colaboración en la que el propio grupo participaba de la actividad delictiva, en concreto del cultivo de plantaciones de marihuana”.
Todas esas actividades las cometían como un grupo concertado, pero el juez atribuye además al Canario tráfico de cocaína. “Al margen del resto del Grupo, propone a L.S.P [un narco] trabajar juntos, facilitándole transacciones de cocaína en la zona de Mérida”, relata el magistrado. Con otro presunto narcotraficante, el policía “llega a concretar” el precio de esta droga, precisa el juez en su auto, que lleva fecha del pasado 4 de septiembre.
El policía ofrecía a otros grupos traficar en Mérida
El poder en el mundo del crimen del policía nacional Francisco Javer G., El Canario, superaba al de otras organizaciones que operaban sin la ventaja del uniforme y la placa. El agente llegó a invitar a otros grupos a establecerse en la capital extremeña y les ofrecía ventajas. “Participaba de forma activa en las transacciones de droga, ofreciendo sus servicios a los suministradores de la mercancía ilícita para establecerse en la ciudad de Mérida y facilitándo compradores del productor en la ciudad”, relata el magistrado en el auto de fin de la instrucción.
La Unidad de Asuntos Internos de la Policía Nacional requirió al juez en 2021 que permitiera la instalación de una cámara oculta en las dependencias del Grupo de Estupefacientes y la intervención de los teléfonos de sus miembros, incluido un virus troyano que permitiera acceder a sus conversaciones de WhatsApp con anterioridad a la fecha del inicio de los pinchazos.
Aquella iniciativa de Asuntos Internos supuso el principio del fin del grupo, cuyos miembros hablaban abiertamente de sus delitos, entre ellos y con investigados por narcotráfico. También, de las torturas a un detenido en los colabozos por el Canario, quien al enterarse de que el arrestado había comentado que toda Mérida conocía el “negocio” del policía bajó a su celda y le dio una paliza. En otro caso de malos tratos hay otros dos de los policías del grupo detenidos por presenciar los hechos y no hacer nada.
Un chat llamado 'Narcóticos'
Las conversaciones en un chat al que los policías han bautizado como ‘Narcóticos' son elocuentes. El 15 de julio de 2021, el Grupo de Estupefacientes está realizando un registro dentro de una operación policial. Mientras tenía lugar, el jefe de Estupefacientes, Francisco Javier N., avisa en el chat de whatsapp 'Narcóticos': “Aquí podéis hacer el rabúo”. Asuntos Internos cree que la expresión alude a que pueden “robar efectos” en el domicilio registrado. Por si quedaba alguna duda, Javi Canario responde: “Me voy a jartá”.
En la causa llegaron a estar imputados diez policías o ex policías nacionales, pero el juez decreta el archivo de las actuaciones para cuatro de ellos al no encontrar indicios suficientes para sostener la acusación. Uno de ellos es el padre de Javier G., el Canario, quien también fue policía de narcóticos en Mérida y llegó a trabajar con su hijo en el pasado.
Junto a los seis policías procesados hay otros nueve acusados, ajenos al Cuerpo Nacional de Policía. El magistrado Agenjo considera a Gema S., esposa del policía Javier ‘El Canario', partícipe a título lucrativo de la trama, por haberse beneficiado del dinero obtenido ilícitamente por su marido. Y como responsable civil señala al Estado al tener seis de los acusados la condición de funcionarios públicos.
El Diario
Noticias de la Siria ocupada por EEUU
Mohamed Nader Al-Omari
La otra ocupación: Las fuerzas estadounidenses en Siria
Mientras que la atención del mundo se ha centrado en las brutalidades de la ocupación israelí, la ocupación militar ilegal estadounidense de la vecina Siria se ha descuidado en gran medida. Ahora, la resistencia local y regional se está uniendo para hacer frente a esa ocupación.
La ubicación estratégica de las bases militares estadounidenses en el noreste de Siria no es casual. Desde la frontera sirio-jordano-iraquí, en el suroeste del país, hasta las zonas situadas al oeste del Éufrates, en el noreste, hay 28 instalaciones estadounidenses, 24 de ellas bases militares.
Este despliegue, cuidadosamente planificado con objetivos geoestratégicos concretos, sólo está al servicio de los intereses locales, regionales e internacionales de Washington.
Según datos estadounidenses, el número de soldados de ocupación en Siria aumentó drásticamente de 50 efectivos en 2015 a más de 2.000 a finales de 2017. Informes de abril de 2017 sugirieron incluso que el entonces asesor de seguridad nacional, el general de brigada HR McMaster, consideró la posibilidad de desplegar hasta 50.000 soldados en Irak y Siria.
Obama justificó este importante despliegue militar como necesario para hacer frente a la "inestabilidad interna" en Siria, incluido el aumento del terrorismo y el "debilitamiento de las instituciones" gubernamentales. La presencia militar estadounidense aprovechó estas condiciones, exacerbadas por intervenciones extranjeras que suministraron armas, dinero e información a facciones extremistas, desde el llamado «Ejército Sirio Libre» hasta grupos como el Frente Al-Nusra y, más tarde, el ISIS.
EEUU también apoyó a ciertas fuerzas kurdas pro-occidentales en el establecimiento de una administración autónoma en el noreste de Siria, a costa de las gobernanzas tradicionales, una medida destinada a equilibrar la influencia de Moscú después de que Damasco solicitara la intervención de la fuerza aérea rusa para ayudar a frustrar la militancia respaldada desde el extranjero.
Desestabilización y bloqueo económico
Uno de los principales objetivos de la presencia ilegal estadounidense es el saqueo de los recursos sirios de petróleo y gas. Esto no solo financia las actividades de sus apoderados de las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS) dirigidas por kurdos, sino que también refuerza el bloqueo económico sobre Siria, ejemplificado por las sanciones de la Ley César impuestas en junio de 2020.
En su momento, el ex enviado de EEUU a Siria, James Jeffrey, declaró que estas sanciones contribuyeron al hundimiento de la libra siria y obstaculizaron la política económica del gobierno sirio, señalando que Damasco «es incapaz de gestionar una política económica eficaz y de blanquear dinero en bancos libaneses».
EEUU también utiliza los ingresos del petróleo para financiar su presencia militar y obstruir los esfuerzos de reconstrucción de Siria. Por ejemplo, en agosto de 2020, la CNN informó de un acuerdo aprobado por Trump que permitía a la empresa estadounidense Delta Crescent Energy LLC explotar yacimientos petrolíferos controlados por las FDS.
Contener a Irán y garantizar los intereses del régimen israelí
En el plano regional, la presencia estadounidense pretende impedir que Irán establezca conexiones terrestres con el Mediterráneo a través de Irak y Siria. Este posicionamiento estratégico también sirve de respaldo a la base aérea turca de Incirlik donde hay aviones de EEUU, en medio de las crecientes tensiones entre Washington y Ankara.
Además, las bases estadounidenses en el sureste de Siria y cerca de la frontera iraquí contienen a las tribus árabes antisionistas y protegen a Israel bloqueando el corredor terrestre entre Siria e Irak. En concreto, esta medida pretendía aislar a Siria de sus aliados regionales, en particular Irán y Hezbolá, que suponen una amenaza directa para el régimen israelí.
Contrarrestar la influencia rusa y china
En el plano internacional, la presencia estadounidense en Siria ayuda a Washington a mantener su ya escaso dominio sobre el orden mundial, contrarrestando la influencia de las potencias euroasiáticas Rusia y China. El despliegue en Siria se considera un obstáculo para la iniciativa china 'Belt and Road', que amenaza con potenciar el crecimiento económico de Pekín (y de los países por donde transcurre) de un modo que podría socavar el posicionamiento estratégico estadounidense.
A pesar de la importante presencia estadounidense, la sostenibilidad a largo plazo de las tropas norteamericanas en terreno hostil es incierta.
Los esfuerzos de Washington por cambiar el sistema político sirio han fracasado, y las bases e instalaciones estadounidenses se han enfrentado a crecientes ataques de grupos de resistencia regionales. Desde noviembre de 2023, soldados e instalaciones estadounidenses se han enfrentado a 102 ataques con grandes daños y bajas, lo que refleja la creciente oposición a la ocupación estadounidense de tierras sirias.
Más recientemente, el éxito de la diplomacia rusa y los movimientos hacia la reconciliación sirio-turca pueden obligar a EEUU a elegir entre la confrontación o la retirada.
El futuro de la participación estadounidense en Siria
Las próximas elecciones presidenciales estadounidenses también podrían influir en el futuro de la implicación estadounidense en Siria. Si la actual administración consigue negociar un acuerdo regional de alto el fuego -y declara un serio interés en volver al acuerdo nuclear iraní-, podría optar por retirar las tropas de Siria para reforzar el apoyo demócrata. Por el contrario, si Trump vuelve al poder, un posible entendimiento con Rusia podría acelerar la salida estadounidense tanto de Ucrania como de Siria.
Desde 2015, las sucesivas administraciones estadounidenses no han proporcionado una cifra clara y coherente sobre la presencia total de tropas estadounidenses en Siria. Sin embargo, las estimaciones indican que aproximadamente 3.000 soldados están estacionados en varias bases en las provincias de Hasakah, Deir Ezzor, al oeste del Éufrates, y a lo largo de la frontera sirio-iraquí.
Los despliegues de tropas forman un «anillo» estratégico en torno a los recursos críticos de petróleo y gas de la región, que constituyen la mayor parte de la riqueza subterránea de Siria. La concentración de bases estadounidenses en estas zonas revela su importancia para asegurar los recursos energéticos y mantener el control sobre las rutas de transporte de estos productos.
Garantizar la energía y la soberanía de Siria
La base de Rmeilan, situada en la campiña nororiental de Hasakah, fue el primer puesto militar estadounidense en Siria. Alberga a unos 500 efectivos cuya misión principal es salvaguardar las instalaciones petrolíferas de la región. La zona incluye unos 1.300 pozos petrolíferos, que producían entre 120.000 y 150.000 barriles diarios antes de 2011 y unos dos millones de metros cúbicos de gas.
La base de Al-Shaddadi, situada al sureste de la ciudad del mismo nombre, ocupa una posición estratégica cerca de las reservas de petróleo más importantes de la región. En sus inmediaciones se encuentra el yacimiento de Al-Gypsa, que contiene unos 500 pozos petrolíferos, lo que lo convierte en el segundo mayor yacimiento de petróleo de Al-Hasakah. La base también abarca la planta de gas de Al-Shadadi, lo que subraya aún más su papel fundamental en el control de los recursos energéticos de Siria.
La base del campo de Al-Omari en Deir Ezzor es la mayor y más crucial base estadounidense en Siria y está situada en el campo petrolífero de Al-Omari, que producía hasta 80.000 barriles diarios antes de 2011. Esta base, junto con otras como el campo de Conoco, Tal Baydar, Life Stone, Qasrak, Himos y Al-Tanf, garantiza el dominio estadounidense sobre el terreno más vital y rico en recursos de Siria.
La presencia militar estadounidense en el noreste de Siria es un despliegue estratégico con implicaciones de largo alcance. Aunque ha servido a los objetivos de Washington de contrarrestar la influencia iraní, asegurar los intereses israelíes, esquilmar la economía siria y mantener la hegemonía estadounidense en todo el Levante y el Golfo Pérsico, las tropas estadounidenses se enfrentan ahora a la amenaza de ataques diarios.
La resistencia a la presencia estadounidense procede actualmente de las tribus árabes locales y del Eje de Resistencia de la región, pero la dinámica regional en constante cambio y los posibles cambios postelectorales en la política exterior estadounidense pueden ampliar la oposición de estas fuerzas y forzar finalmente la retirada estadounidense de Siria.
Sin embargo, mientras EEUU siga considerando valiosa su presencia en la región, es probable que mantenga sus bases militares y persiga sus objetivos estratégicos en Siria en un futuro previsible.
The Cradle
Tomado de La Haine
García Castellón, el juez que siempre estaba ahí cuando lo necesitaban
Desde meter en prisión preventiva a Mario Conde –presidente de uno de los grandes bancos, inversor y amiguete de Pedro J. Ramírez y prestamista del rey Juan Carlos, nada menos– a acabar su carrera judicial cometiendo un error de principiante y viéndose obligado a dar carpetazo al caso Tsunami con el que pretendía impedir la aplicación de la ley de amnistía. La carrera de Manuel García Castellón ha sido amplia y polémica, que es a lo que se puede aspirar en la Audiencia Nacional, pero han sido los últimos años los que han marcado su trayectoria. Pocos jueces, si acaso un puñado, han intervenido en asuntos políticos con tanta intensidad como él.
Hizo lo que pudo y el Partido Popular nunca lo olvidará.
Este lunes, el BOE publicó su jubilación forzosa unos pocos meses antes de cumplir 72 años. No le era posible obtener otra prórroga. Es indudable que se ocupó de casos de gran trascendencia política y que sus decisiones complacieron al PP o le dejaron muy aliviado. Sin García Castellón, todo habría sido peor para el partido. Tampoco se puede negar que el magistrado salió beneficiado.
Después de su primera etapa en la Audiencia Nacional, que duró cinco años, obtuvo uno de los premios gordos de la carrera. El Gobierno de José María Aznar le envió a París como juez de enlace con las autoridades francesas. Un chollo, como ser obispo de Mondoñedo. Poco trabajo y gran sueldo. Actualmente, ese puesto cuenta con un salario anual de 130.000 euros. Para entendernos, es un poco más que los 127.000 euros que cobran los presidentes de sala del Tribunal Supremo y los 124.000 euros de los magistrados de ese tribunal, lo que podríamos llamar la élite judicial.
El Gobierno de Mariano Rajoy cumplió con lo que le tocaba. Sin que se conociera su dominio de idiomas, pasó de París a Roma. En total, 17 años fuera de España. Todo lo bueno se acaba. Tuvo que regresar a su antiguo puesto, donde instrucciones judiciales que afectaban directamente al PP podían tener un gran impacto político y –esto es lo más importante– el juez sustituto estaba poniendo nervioso al partido. García Castellón se vio obligado a poner fin a sus 'vacaciones en Roma'.
Los casos de Púnica y Lezo perseguían a los nombres más altos de la cúpula del partido en Madrid. Llegaron a estar imputados cuatro expresidentes madrileños: Esperanza Aguirre, Alberto Ruiz-Gallardón, Cristina Cifuentes e Ignacio González. Sólo el último fue procesado. Su juicio aún no se ha celebrado en uno de esos puntos característicos de la justicia española: los casos se eternizan en el juzgado cuando ya hay poco más que investigar. Para cuando se celebra el juicio, los efectos políticos inmediatos están más que diluidos.
Algunas frases de los fiscales anticorrupción dejaron patente el 'modus operandi' del juez. Nunca es tarde para cambiar de opinión. Sus resoluciones eran “contradictorias con todos los precedentes que sobre estos pagos de corrupción ya había valorado previamente como existentes y sólidos”, dijeron en una ocasión. De esta manera, un caso de corrupción va perdiendo capas y se queda desnudo.
La lista de agradecimientos por sus decisiones es larga y en ella figura de forma especial María Dolores Cospedal. Los audios de sus numerosas reuniones con el comisario Villarejo revelaban que ambos mantenían relaciones comerciales –el marido de Cospedal pidió al policía que fuera “baratito”, porque “estamos tiesos”–, lo que colocaba a la secretaria general del PP en una posición delicada. Sólo en teoría, porque García Castellón no lo vio como algo sospechoso. A fin de cuentas, Cospedal negó cualquier pago. “No se le llegó a pagar ningún dinero” a Villarejo, dijo. ¿Cómo no iba a creerla el juez?
En relación a la posibilidad de que Rajoy y Cospedal se vieran implicados en el caso Kitchen, los fiscales anticorrupción se quejaron de que García Castellón había establecido una barrera infranqueable: “Hay una rotunda negativa a seguir investigando en esa dirección, como si se hubiera establecido un cordón o inaceptable línea roja que no se pudiera traspasar en la investigación”. Más que cordón o línea, fue un auténtico muro.
Con Podemos, no hubo tantos miramientos, más bien lo contrario. Una denuncia de una asesora de Pablo Iglesias a la que le habían robado el móvil fue convenientemente digerida por el juez y convertida en una investigación al propio líder de Podemos hasta que la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional le ordenó parar. Lo que no hizo.
Su principal objetivo era implicar al partido en pagos secretos procedentes de Venezuela. La mecánica se repitió con frecuencia. La instrucción era secreta, pero eso no impedía que acabara filtrándose a varios medios de comunicación en los que aparecía en forma de titulares alarmantes o valiosos minutos de televisión.
En el plano judicial, todo quedó en nada. Dos años de instrucción sin imputados ni juicios, donde era posible que el juez ordenara a la policía que investigara cuentas bancarias de personas que ni siquiera estaban siendo investigadas. Si a alguien le parece que fue una investigación prospectiva, lo que sería ilegal, no hay que persignarse ante tal osadía, porque eso fue precisamente lo que terminó diciendo la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional.
Cuando Aznar dijo aquello de que “el que pueda hacer, que haga”, en realidad García Castellón ya llevaba mucho tiempo haciendo cosas. Su final de fiesta estuvo a la altura de lo que se esperaba de él. La investigación de Tsunami y las protestas contra la sentencia del juicio del procés pasó a ser uno de los mayores obstáculos de la aplicación de la ley de amnistía. Después de varios años de instrucción, García Castellón descubrió de improviso que estaba ante un caso de terrorismo, con lo que Carles Puigdemont se quedaría sin amnistía.
Ahí fue donde el juzgado de García Castellón se estrelló contra un muro mientras conducía a la máxima velocidad. La Audiencia Nacional anuló toda su instrucción desde julio de 2021 porque el juez había prorrogado la investigación del caso fuera del plazo permitido. El magistrado tuvo que tirar la toalla, no sin antes dejar clavada la bandera sobre la trinchera que debía abandonar. Afirmó en el auto de archivo del caso que las diligencias anuladas “apuntaban de manera inequívoca a la comisión de hechos susceptibles de ser calificados como un delito de terrorismo”.
Era como un brindis al sol o escupir al viento, pero al menos serviría para nutrir los editoriales de aquellos agradecidos por el apoyo de García Castellón a su causa ideológica.
Su labor ha sido impagable en el sentido más literal del término. No hay dinero para pagar tantos servicios al Partido Popular y además sería totalmente ilegal. Los adversarios del PP siempre llevaron una diana pintada en el pecho según entraban en el juzgado número seis de la Audiencia Nacional.
Quizá todo fue una casualidad, quizá era un juez muy malo o quizá haya que buscar la explicación en las palabras del propio magistrado para entender su gestión tras su regreso a España. “¿Por qué dicen 'lawfare' cuando están acusando a los jueces de prevaricación?”.
El Diario
Marruecos y la colonización de Palestina
Santiago González Vallejo
Comité de Solidaridad con la Causa Árabe
Marruecos está embarcado en unos ambiciosos proyectos de extender líneas ferroviarias tanto de alta velocidad como convencionales que amplíen la oferta de movilidad ferroviaria a la mayoría de sus habitantes.
También en que su acción política esté regida por la apropiación del Sahara Occidental, sin pasar por el referéndum de autodeterminación saharaui con el que se comprometió ante las Naciones Unidas.
En lo que respecta a esto último, su prioridad de apropiación del Sáhara y la normalización de su conquista le hizo cambiar su política tradicional con relación a Palestina. Marruecos pasó de apoyar el Plan de Paz Saudí, 'paz por territorios', a formar parte de los Acuerdos de Abraham, diseñados por el entonces presidente estadounidense Trump y su sionista cuñado, Jared Kushner, que implicaban el reconocimiento de Israel sin más y sin limitar siquiera la extensión de asentamientos en territorios ocupados por Israel.
De hecho, el reconocimiento de este Israel supone un cheque en blanco a la política expansionista y colonizadora israelí frente a los palestinos. Israel no tiene definidas sus fronteras y ni siquiera reconoce las de la Partición de las Naciones Unidas de 1947, ni las del armisticio anterior a 1967. Pero hay que admitir que Marruecos, aliado de Estados Unidos en diferentes frentes y con relaciones subterráneas previas con Israel, hizo un dos por uno y consiguió normalizar las relaciones con el ocupante Estado de Israel a cambio de que éste y Estados Unidos reconocieran la soberanía del reino de Marruecos sobre el territorio del Sáhara Occidental, en contra del respeto al derecho internacional y de las decisiones de las Naciones Unidas.
Mohamed VI, rey de Marruecos, emir de los creyentes, presidente del Comité Al Quds/ Jerusalén, gobernante absoluto de áreas relevantes del país, como exterior y defensa, y empresario y comisionista al que no se le escapa una en sus negocios dentro del reino, ya con el establecimiento de relaciones con Israel, compra armas y tiene instructores de Israel, la tecnología de espionaje Pegasus, para espiar dentro y fuera de su reino (incluyendo el Reino de España o las instituciones europeas), mientras da caridad a los palestinos para intentar ocultar sus contradicciones al tiempo que mete en prisión a los disidentes saharauis.
Dada su identificación con la conquista y colonización del Sáhara frente al derecho internacional, se utilizan los presupuestos del reino marroquí y sus inversiones necesitadas de proveedores externos para bascular la elección entre unas empresas de unos países u otros, para influir en los gobiernos donde residen las sedes de esas multinacionales. De pronto, esos gobiernos se hacen dúctiles a las prioridades políticas (y coloniales) estratégicas o económicas del rey y empresario Mohamed VI, desde IKEA a los acuerdos comerciales de la UE. Pero intentando la invisibilidad de la causa y efecto.
En esta vorágine de estar en todo, hay un pequeño desliz de Mohamed VI y su corte majzen que muestra la rotura de las costuras. Esto alimentará el abandono de su imagen formalmente propalestina, deteriorada tras el atraque de un buque militar israelí en Tánger hace unas semanas. Veremos si intentan censurar la información y encarcelar a la prensa respondona.
Así, en el caso del concurso de ingeniería ferroviaria, suponiendo que las ofertas técnicas eran similares, la Oficina Nacional de Ferrocarriles (ONCF) tenía que formalmente decantarse por una u otra oferta empresarial, Egis Rail (Francia) o INECO (España), pero especulamos que, como en otras ocasiones, ha habido una decisión regia. Días antes de hacerse público el ganador (y había habido retraso en la resolución de ese concurso), el presidente de la República francesa Emmanuel Macron, liberal, había mandado una carta al rey de Marruecos, decantando a Francia como partidaria de la 'autonomía' que el Reino de Marruecos dice ofrecer al territorio conquistado e invadido del Sáhara: "es la única base para lograr una solución".
Un paso más allá del ofrecido unilateralmente por el presidente del gobierno de España, el socialista Pedro Sánchez que, sin contar con las Cortes o el conjunto del gobierno, había mandado una carta secreta a Mohamed VI diciendo que la 'autonomía' ofrecida por su Majestad marroquí era "la base más seria, creíble y realista para la resolución de este diferendo".
Tenemos, pues, la prioridad que rige la política marroquí: el vasallaje de gobernantes socialistas y liberales de países europeos que siguen haciendo gala de planteamientos coloniales, decidiendo por poblaciones autóctonas cual debe ser su destino; y unos contratos de ingeniería y después de material ferroviario, construcción, etc. a distribuirse por relevantes multinacionales.
El fleco que empaña esos enjuagues, dado que la opinión y voluntad de los saharauis para los gobernantes de los países mencionados carece de importancia, es el asunto ferroviario y la empresa elegida, en esta ocasión, Egis.
Egis Rail está incluida en la Base de Datos de las Naciones Unidas, desde 2020 y ratificada en el año 2023 como una de las empresas participante a título lucrativo en la ocupación y colonización de Palestina. Fue seleccionada por las autoridades de ocupación israelí como consultora para el tren ligero de Jerusalén en 1999. En 2007, ganó un contrato de 11,9 millones de euros para el Plan Maestro de Transporte de Jerusalén (JTMT) para ayudar en la construcción y expansión del proyecto del tren ligero en Jerusalén, actividad que continúa ejerciendo, conectando los barrios de los asentamientos israelíes entre sí en Territorio Ocupado Palestino y con zonas consideradas israelíes.
Hay diferentes resoluciones de las Naciones Unidas, opiniones de la Corte Internacional de Justicia y las Convenciones de Ginebra que consideran un crimen facilitar la transferencia de población de la potencia ocupante a territorio ocupado y expulsar a la autóctona, palestina. El presidente del Comité Al Quds no estuvo atento, otro día más, de las lecciones de derecho internacional.
INECO, empresa de ingeniería pública española, también participó en esas labores de ingeniería. En agosto de 2016, ganó un concurso para la planificación e ingeniería de los imprescindibles túneles de la Línea Azul del Metro Ligero de Jerusalén. El trazado previsto de la Línea Azul pasa del asentamiento de Gilo, en el suroeste de Jerusalén Este, a través del centro de la ciudad, hasta el asentamiento de Ramot, en el norte de Jerusalén Este, todos territorios ocupados palestinos. Según contestaciones a preguntas parlamentarias, que no hemos podido contrastar, lo hizo sólo en zonas consideradas como israelíes.
De paso diremos que, en esas líneas de tren ligero, en la gestión y ampliación de las líneas Roja y Verde, participa la empresa española CAF. COMSA licitó y ganó en la Línea Azul. Que tengamos noticias, los gobiernos europeos no han sancionado a ninguna empresa que se lucra con la ocupación y colonización israelí, como sí ha hecho con las rusas por su apoyo a la invasión de Ucrania. Al contrario, las promueven, como hace el ministro Carlos Cuerpo con CAF o Macron con Egis y Alstom, empresas francesas en la Base de Datos de las Naciones Unidas.
Todos, Macron, Sánchez y Mohamed VI están en contra verbalmente de la ocupación y colonización de Palestina, pero no de la del Sáhara, a pesar de lo establecido por el derecho internacional. Las empresas que ayudan en la colonización y se lucran con ella campan por sus respetos ante el cinismo y complicidad de sus avalistas.
La sociedad civil, los defensores de derechos humanos y los internacionalistas, además de pedir boicots, sanciones y desinversiones a las empresas delincuentes, debemos exigir coherencia a todas las instituciones locales, regionales y nacionales que tienen capacidad de dictar criterios sostenibles en las compras públicas. Debemos señalar la responsabilidad de nuestros gobiernos y, si es necesario, cambiar democráticamente sus políticas y su proximidad a determinadas multinacionales delincuentes.
Público
III Fireta del Llibre Anarquista de La Marina: Pedreguer, 7 de septembre
Salut companys i companyes¡
Continuem amb els diferents cartells que van anunciant-mos les activitats que es realitzaran el pròxim dia 7 de setembre de 2024 a la III FIRETA DEL LLIBRE ANARQUISTA DE LA MARINA, a Pedreguer (Alacant).
- Paella solidària en suport al moviment llibertari -
Recordem el menjador popular per qui vullga acompanyar-nos durant el dinar, els tiquets els podràs adquirir el mateix dia a la barra de begudes per a refrescar-se, oberta des de les 10 del matí, puntualitzem que tenim paella per a unes 40 persones, per a dinar tindrem paella mixta i paella vegana.
Vine promptet i no et quedes sense el teu tiquet per a dinar¡¡
Per a després de dinar, tornem a donar veu i un espai per a expressar-se al GRUP ANTIMILITARISTA TORTUGA, donant així suport als col·lectius i moviments socials, perquè pensem que són la força transformadora d'aquest canvi social que anhelem, que somiem, i que algun dia veurem arribar, però com bé sabem, la victòria no serà fàcil.
Xerrada:
ÉS URGENT I NECESSARI CONSTRUIR UNA CULTURA DE PAU.
A les 16:00h. Plaça de l'Amistat.
El Grup Antimilitarista Tortuga són un xicotet i veterà col·lectiu conformat per persones de l'Alacantí i el Baix Vinalopó. Des de l'època de la insubmissió, i sempre des de la seva identitat antimilitarista i el seu compromís amb la Pau, treballant temes contra la militarització social, les instal·lacions militars, la despesa bèl·lica, la desobediència civil, les guerres al món, l'educació per a la Pau, la cultura popular i qüestions semblants. Treballen en col·laboració amb la resta de moviments socials de les nostres comarques, i participen en la coordinació estatal Alternativa Antimilitarista-Moc. Podeu trobar-los a la seva pàgina web, grupotortuga.com on fam un treball continu de difusió i contrainformació antimilitarista.
Seguidament, donarem pas al Col·lectiu Revolta 1873.
Xerrada:
ALCOI, 1873
A les 17:00h. Plaça de l'Amistat.
Aquest Col·lectiu naix amb l'objectiu de recuperar part de la història del moviment obrer d'Alcoi, concretament a 1873 i en l'anomenada, Revolució del Petrolio.
Un fet històric on la ciutat va viure una de les insurreccions obreres més importants del segle XIX, una massa obrera pertanyent a la 1a Internacional convoca la que possiblement, siga la primera vaga general d'aquest país, signe del clima social que existia entre el proletariat.
L'insurrecció va esclatar amb el dispersament a foc per part de les autoritats republicanes encapçalades per l'alcalde Agustí Alborx ''Pelletes'', resultant dos obrers morts i diversos ferits..
Avui en dia, encara envolten molts mites i mentides enquadrats dins d'aquesta insurrecció obrera, on continuen culpant a les treballadores i treballadors. El col·lectiu Revolta 1873 està fent un gran treball d'estudi i divulgació d'aquests fets, tant com les condicions de vida dels obrers, l'explotació infantil, la poderosa organització anarquista de la 1a Internacional, la dura i injusta repressió que patiren els obrers i obreres...
Tot açò i molt més, ens explicaran els companys de Col·lectiu Revolta 1873.
La programación continuará a las 17:30 h con la presentación del libro La Experiencia Zapatista, Rebeldía, Resistencia y Autonomía por parte de Editorial Milvus. Su autor, Jérôme Baschet, estará presente.
A las 19 h, Carlos Taibo presentará su libro Breviario de Ecología Libertaria.
La jornada concluirá con un concierto de los cantautores Atipiko Inconformista y Sonoris Causa a las 21 h. Además, durante todo el día, de 10:00 a 20:00 horas, se podrá visitar la exposición La Revolució del Petroli.
No està de més fer una crida i convidar a totes les editorials, distribuïdores i llibreries perquè vinguen i participen en la III Fireta organitzada per al dia 7 de setembre de 2024 en la localitat de Pedreguer, Alacant. L'horari de la Fira serà a partir de les 10 del matí i com de costum, disposem de taules, cadires i d'una bona ombra. Ens podeu escriure a:
grupanarquistadelamarina@gmail.com
Recordar la importància d'estar organitzats als moviments socials, perquè som la força transformadora, animem a totes a mobilitzar-se, aportar i crear lluita popular.
Salut.
Yurii Sheliazenko: La voz interior de la conciencia nos llama a un mundo en el que todos se nieguen a matar y no haya guerras
Mauro Carlo Zanella
Pressenza.
Un amigo me escribe: «¡Tú sí que eres valiente!», pero la verdad es que tengo mucho miedo, tengo una cita que confirmar con Yurii Sheliazenko, objetor de conciencia ucraniano, y en el último momento desearía aplazar el encuentro.
Imagino, en un crescendo de pánico, ser detenido por la policía, el servicio secreto, el ejército. Que me lleven a la cárcel o, peor aún, que me fusilen en el primer paredón. Luego, la racionalidad y el sentido del deber vuelven a imponerse y confirmo la cita.
Yuri se reúne conmigo en el restaurante italiano cercano a su casa. Enseguida simpatiza conmigo. Le tiendo las manos: «Yuri, mi inglés es pésimo.» «Bien, entonces podemos hablar en ucraniano», responde sonriendo.
Por suerte, el traductor del móvil facilita la conversación. Me pregunta por mi trabajo: «No soy periodista, enseño italiano e historia en una escuela primaria a niños y niñas de nueve y diez años».
«¿Historia de la Humanidad o Historia de Italia?», pregunta correctamente. “¿Les dices a tus alumnos que todos los seres humanos procedemos de África?».
«Por supuesto, es una de las primeras cosas que les explico».
¿Te preguntan cómo es que tenemos la piel clara?
«Les digo que recuperamos parte de nuestro color original con el sol».
Sonríe. «A los ucranianos nos cuesta más broncearnos».
«¿También estudian en la escuela el Imperio Romano, que tanto le gustaba a Mussolini?»
«Lo estudiamos críticamente, sobre todo en lo que respecta al militarismo y la esclavitud. Por ejemplo, leo a los niños el durísimo juicio de Plinio el Viejo sobre Julio César, a quien acusa de haber cometido crímenes contra la humanidad durante la campaña de las Galias». No oculto mis simpatías por el gladiador tracio Espartaco y la revuelta de los esclavos.
Me lo agradece, nos sentamos y comienza la larga entrevista con preguntas mías y otras enviadas por Anna Polo desde Italia. Al final me lleva a coger el taxi porque se hace tarde y dentro de una hora empieza el toque de queda.
Cuando llega el taxi, una anciana nos pide que la llevemos, al conductor le parece bien y a mí también.
Yuri me saluda con afecto y ahora toda mi preocupación es para él, ya que dentro de unos días tendrá que enfrentarse a un juicio difícil. Es un tipo valiente que merece toda nuestra solidaridad y cercanía.
He aquí la entrevista.
Se le acusa de «justificar la agresión rusa» con su declaración «Programa por la paz para Ucrania y el mundo», leída públicamente el 2 de octubre de 2022, Día Internacional de la No Violencia, en el Parque Botánico de la Universidad de Kiev, bajo la estatua de Mahatma Gandhi. ¿Cómo responde a esta acusación?
Es un pretexto absurdo para impedir que yo y la organización que dirijo, el Movimiento Pacifista Ucraniano, defendamos la paz y los derechos humanos, especialmente el derecho a la objeción de conciencia al servicio militar. El Programa por la Paz no justifica la agresión rusa. En realidad, apoya la condena de la agresión por la resolución de la Asamblea General de la ONU del 2 de marzo de 2022, así como el llamamiento a la resolución pacífica del conflicto entre Rusia y Ucrania, que Putin convirtió en una guerra de conquista genocida a gran escala.
La declaración del Programa por la Paz fue ampliamente difundida, enviada al presidente Zelensky, y lo convirtieron en un pretexto para la persecución. Pero el expediente del caso muestra que el Servicio de Seguridad de Ucrania me perseguía mucho antes del Programa por la Paz. Abrieron una investigación cuando en marzo de 2022 solicité al Comisario de Derechos Humanos del Parlamento ucraniano que reconociera el derecho a la objeción de conciencia y permitiera a los objetores viajar al extranjero. Un funcionario de la secretaría del Defensor del Pueblo informó a la SSU. Hice numerosas denuncias, el Defensor del Pueblo Lubinets no reconoce la falta, pero al menos mencionó en su informe anual que la ausencia de un servicio alternativo viola el derecho constitucional a tener creencias religiosas incompatibles con el servicio militar.
¿Cómo ves la situación bélica actual?
La guerra de agresión rusa se ha convertido en una guerra de desgaste. A nadie le gusta, pero ni el agresor ni la víctima quieren rendirse. Rusia y Ucrania son capaces de continuar el derramamiento de sangre con cierto grado de moderación y un vigor bien calculado, en pos de la victoria. Las visiones simplistas de la paz, como la rendición del enemigo, no son realistas porque ambas partes tienen una base económica seria, incluido el respaldo internacional. Ucrania, con la ayuda de muchos países, está intentando desarrollar una visión más seria y realista de la paz. Pero coincide con un deseo desesperado de seguir adelante, aunque no haya un camino claro. Estamos cansados de la guerra. Quiero ponerle fin de forma no violenta, aunque mucha gente se niegue a considerar esa posibilidad.
En cualquier caso, Ucrania no formará parte de ningún imperio, y esta guerra debería enseñar a todo tipo de imperialistas, empezando por el Kremlin, que es demasiado costoso y peligroso construir imperios en el siglo XXI. Mejor que abandonen sus armas y reconozcan que ningún pueblo libre como el ucraniano puede ser conquistado por la fuerza, y que sólo los grandes poderes del amor y la verdad pueden gobernar el mundo y unir a la humanidad pacíficamente.
¿Qué te da fuerzas para seguir adelante en esta difícil situación?
En primer lugar, es la esperanza basada en el conocimiento y la experiencia de vida de que los humanos por naturaleza son razonables y cualquier disparate, incluso uno tan doloroso como éste, acabará tarde o temprano tras una discusión y una reflexión adecuadas. En segundo lugar, son los amigos y la fe que nos llama a caminar alegremente por el mundo respondiendo al Dios que existe en cada uno de nosotros.
¿Te gustaría decir algo a tus seguidores en Italia y en otros países que podamos difundir a través de Pressenza?
Me gustaría daros las gracias por la solidaridad y el apoyo, por las publicaciones y peticiones, por todo lo que demuestra a los perseguidores del movimiento por la paz que el mundo está mirando. Aparte de mi profunda gratitud, me gustaría pedirles que transmitan mi llamamiento a tener esperanza y a dejarse llevar por la imaginación, no por los estereotipos primitivos y los eslóganes políticos.
Los activistas por la paz debemos ser percibidos, y serlo realmente, como idealistas inofensivos y productivos, soñadores legítimos que intentan activamente mejorar el mundo y no empeorarlo con movimientos o palabras insensatas. Estamos abiertos a comunicarnos con todo el mundo, pero debemos tener cuidado de no abrazar ni impulsar nociones tóxicas, como las llamadas a la rendición llenas de injusticia presentadas falsamente como ofertas de paz, o el odio y la deshumanización del «enemigo» disfrazados de «antifascismo» u otros tipos de «antiautoritarismo». Tenemos que dar ejemplo de acción y comunicación no violentas sin estereotipos injustos ni estructuras de poder. Tenemos que emerger como un pueblo común de todos los seres humanos del planeta, buscando la gobernanza no violenta y la armonía entre los miembros de nuestra familia de ocho mil millones de personas y entre los seres humanos y la naturaleza. No hagamos ningún tipo de guerra, no abracemos la oscuridad, naveguemos por el océano de luz hacia un futuro mejor.
Creo que entre la guerra y la rendición hay una tercera opción, y son las formas de defensa popular no violenta. ¿Qué opinas tú?
Estoy de acuerdo. Es una pena que, aparte de la ONU y algunas organizaciones de la sociedad civil, las instituciones de resistencia de noviolencia activa y de protección desarmada de civiles sean escasas, por falta de conocimientos, personas y recursos. La resistencia noviolenta forma parte del plan de estudios de la escuela de pacifismo «Civiles Libres» que puse en marcha aquí en Ucrania. Abogando por la objeción de conciencia al servicio militar, hago un llamamiento a la resistencia noviolenta a la agresión rusa y me alegro de que la gente encuentre la forma de resistir.
Un ejemplo es Vitaliy Alexeienko, ex preso de conciencia excarcelado por el Tribunal Supremo, al que se le ha vuelto a suspender la condena, a la espera de un nuevo juicio en el Tribunal Supremo en el que el fiscal pide penas de prisión reales. Vitaliy dijo en el juicio en primera instancia y en la apelación que encontró una manera de resistir la agresión como cristiano, sin matar. Putin quiere dividirnos, pero él se hizo cartero para mantener unida a la población de Ucrania mediante el reparto de cartas, paquetes y pensiones; de este modo, su trabajo pacífico preserva la comunicación postal, que forma parte de la cultura de la paz y la cohesión social. Se preocupa por la protección de los civiles en Ucrania. Si más gente prefiere el trabajo pacífico a matar, nadie querrá ser soldado, los ejércitos desaparecerán y cesarán las guerras. La voz interior de la conciencia nos llama a un mundo en el que todos se nieguen a matar y no haya guerras.
¿Cómo ha cambiado la sociedad ucraniana desde la guerra?
La sociedad ucraniana está gravemente traumatizada tras la agresión rusa y esto despierta muchos lados oscuros de la mentalidad popular. Hemos conservado algo de amor por la libertad y la democracia, el humanismo natural de los ucranianos, pero estos valores de cultura de paz son frágiles y la presión del militarismo, nacional y extranjero, es abrumadora. Está muy extendida la arcaica ilusión de que la violencia resuelve los problemas y que más violencia es la mejor respuesta a la violencia; esta concepción permanece casi incuestionada en el imaginario popular. Las tentaciones del poder, la codicia, la crueldad y el odio consumen muchas mentes. Pero incluso entre personas alejadas del pacifismo crece la sobria comprensión de que no debemos convertirnos en lo mismo que el Estado agresor: convertirnos en un despótico campo militar de esclavos armados hasta los dientes no será una «victoria ucraniana». La sociedad se siente acorralada, quiere y se siente capaz de salir de esta esquina sin salida. Tal vez no tengamos todavía una visión plausible de cómo poner fin a la agresión rusa con dignidad y justicia, pero la buscamos. Buscamos algo mejor que la guerra interminable tantas veces pronosticada por muchos «realistas» de aquí y de allá.
¿Será posible reconstruir las relaciones fraternales dentro del Estado ucraniano entre la población de habla ucraniana y la de habla rusa?
Si hablamos de hermandad entre todos los humanos, no del «hermano mayor del Kremlin» gobernando al «hermano menor ucraniano», entonces creo que debe ocurrir tarde o temprano, porque se trata de relaciones normales entre pueblos vecinos. Pero hay que restablecer la justicia para garantizar la paz. Rusia debe retirar las tropas de Ucrania y compensar los daños de toda la matanza y destrucción que hemos sufrido. Quizás haya una solución no tan directa y no tan controvertida para muchos rusos, pero actualmente no puedo decir cuál es, mientras que para los ucranianos es una condición mínima. Tenemos que buscar soluciones para la reconciliación, soluciones graduales y sabias que eliminen poco a poco el muro de odio, dolor y enajenación.
Concedo que no sólo el imperialismo ruso, sino también nuestro nacionalismo ucraniano es un obstáculo para la paz, especialmente debido al militarismo de la época de la Segunda Guerra Mundial arraigado en ambas ideologías. Pero es mentira que los ucranianos sean «fascistas», y Putin no puede esperar seriamente que el mundo pueda creer tal «justificación» de su guerra; especialmente desde que expresa su ambición de hacer de los ucranianos un solo pueblo con los rusos, probablemente piensa que cualquier deseo de independencia de Ucrania es «fascista». La cosa es que la gente junta muchas cosas a lo largo de la vida, y las acumulaciones comunes se convierten en patrimonio de la gente. Las guerras hacen que la gente acumule odio, miedo y malas intenciones. El militarismo es lo peor que la gente puede acumular. Las personas no deben definirse por las guerras que han librado, libran o esperan librar. La gente debe definir su identidad con la imaginación colectiva, el conocimiento, el arte, la alegría y la felicidad de la unión y la apertura para abrazar a cualquiera y a cualquier cosa en este maravilloso y bello Universo. Cuando caminemos en la luz, no en la oscuridad, seremos hermanos y hermanas, iguales y creativos, no destructivos. Para ello, debe realizarse un gran trabajo de iluminación y evolución de las consciencias.
¿Qué deberían hacer los pueblos europeos para imponer o hacer cumplir el alto el fuego?
Interesante la palabra «hacer cumplir»; espero que se refiera a hacer cumplir pacíficamente. Sin iniciativas de paz, o con iniciativas de paz tan débiles como las actuales, Putin seguirá atacando, y Zelensky seguirá contraatacando, y contarán con partidarios. Para ponerle fin, debemos decir la verdad no sólo sobre lo erróneo de la agresión rusa, sino sobre lo erróneo de cualquier guerra y violencia en principio y la necesidad de considerar e implementar soluciones pacíficas. Hay que cambiar la narrativa de la inevitabilidad de la guerra, hay que encontrar formas no violentas de transformar el comportamiento del Estado agresor y garantizar la justicia reparadora, la compensación o al menos la mitigación del dolor de todos los males cometidos. Se trata de una gran tarea que requiere el compromiso de muchas personas, muchos recursos, esfuerzos de investigación, educación y diálogo.
También será necesaria la resistencia a los intentos de utilizar los movimientos por la paz en beneficio de los esfuerzos bélicos, y es notorio cómo el Kremlin lo ha hecho en el pasado desacreditando a los activistas por la paz; debemos aprender de esos errores. También será necesaria la resistencia al pensamiento militarista y a las sospechas y los ataques. Así pues, tenemos que trabajar por la paz y ser resistentes. Lo básico es proteger el derecho a negarse a matar y popularizar una visión del mundo en la que se ponga fin a todas las guerras en que todos se nieguen a matar a un semejante, y dar a conocer ampliamente historias de personas que vivieron su vida siguiendo esta visión llena de esperanza, y sus respuestas a todos los desafíos del militarismo, la experiencia de una resistencia no violenta exitosa.
Traducido del inglés por David Meléndez Tormen
Defensa gasta 26.000 euros en un campamento para los hijos de la Guardia Real de Felipe VI
Danilo Albin
Diana, aseo y bandera. Así comenzó cada una de las jornadas del campamento infantil y juvenil de la Guardia Real, celebrado del 21 de junio al 2 de julio en un albergue de Onís (Asturias). El Ministerio de Defensa pagó 26.000 euros a una empresa de tiempo libre para que organizara el evento, bajo la expresa obligación de ajustarse a los valores de las Fuerzas Armadas en cada una de las actividades.
"Nos vamos durante 12 días fuera de casa, a un paraje de montaña, en el que el clima y las condiciones poco o nada tienen que ver con la ciudad", señala el dossier de Club3C, una empresa localizada en Tres Cantos que se hizo con el contrato de la Jefatura de Administración Económica del Cuarto Militar de Casa Real, dependiente de la Secretaría de Estado de Defensa.
Según consta en el pliego del contrato, el campamento se enmarcaba en las "acciones de conciliación laboral y familiar que, con un sentido educativo y recreativo, irán destinadas a los hijos del personal destinado en la Casa de S. M. el Rey – Guardia Real y otro personal del Ministerio de Defensa".
El documento establecía que el campamento tendría un total de 50 plazas destinadas a niños de entre 10 y 16 años, que se dividirían en dos grupos. La actividad tendría lugar en el albergue "Linde Bobia", un complejo de 15.000 metros cuadrados situado en Bobia de Abajo (Onís, Asturias), "reservado y proporcionado por la Guardia Real a la empresa adjudicataria".
El Ministerio de Defensa dejaba claro en el pliego que "las actividades y el desarrollo general del campamento respetarán en todo momento el ideario propio de la Guardia Real y de las Fuerzas Armadas en general".
Asimismo, se establecía que "los participantes disfrutarán de alojamiento y pensión completa (desayuno, tentempié, comida, merienda y cena), desde el inicio de la actividad (salida en autobús desde El Pardo) hasta la finalización de la misma (regreso en autobús a El Pardo)".
La Guardia Real se reservaba el derecho de "visitar y presenciar las instalaciones y las actividades en cualquier momento y cuantas veces estime oportuno", para lo cual preveía nombrar un "supervisor" que se encargaría de velar "por el cumplimiento y la calidad de los servicios contratados".
"Conversaciones inadecuadas"
La inscripción tenía un coste de 300 euros por niño. A lo largo de los 12 días de campamento, la empresa se comprometía a ofrecer una serie de actividades recreativas, entre las que incluía el descenso del Sella.
Los organizadores incluyeron en el dossier una serie de normas de conducta que debían seguir los asistentes y describían las sanciones que se impondrían en caso de incumplirlas. De esta manera, se advertía que no se toleraría "ningún tipo de violencia, tanto física como verbal", lo que incluía "bromas pesadas", "vocabulario indecente" o "conversaciones inadecuadas".
La empresa organizadora del campamento de la Guardia Real establecía además que quedaba "totalmente prohibido el consumo de alcohol y de otras drogas, así como el consumo de cigarrillos durante la realización del campamento". "Esto será motivo de expulsión directa", advertían.
Público
“Marta la estupa”, más de dos décadas infiltrada en movimientos sociales
Tomás Muñoz
Tras la identidad de “Marta de Aranjuez”, como la conocían sus compañeras de Madres Contra la Represión, el último de los colectivos políticos en los que participó, se esconde en realidad la agente de la Policía Nacional María Ángeles G. A., licenciada como funcionaria en la promoción del mes de junio de 1985.
Su identidad como agente encubierta ha quedado acreditada con una investigación realizada por El Salto en colaboración con antiguos militantes del colectivo Distrito 14 y con el medio de comunicación catalán La Directa. A través de diferentes pesquisas, se ha conseguido obtener los documentos que prueban la verdadera identidad de Marta y su carrera como funcionaria del cuerpo policial. A diferencia de otros infiltrados anteriores, María Ángeles G.A. sigue manteniendo activo el teléfono que utilizaba como Marta. Tras ser preguntada por este medio si confirma la información que la señala como agente encubierta, en una conversación vía Whatsapp, María Ángeles ha respondido que “ya nada me afecta, no tengo ninguna intención de hacer una declaración y no confirmo nada”.
El Salto ha podido certificar que acumulaba una larga trayectoria encubierta en diferentes espacios políticos de Madrid, que van desde experiencias autogestionadas como el Centro Social El Laboratorio, hasta colectivos de apoyo a presos de los GRAPO y del PCE(r), vascos, pasando por la Coordinadora Antifascista y diferentes espacios antirrepresivos.
A pesar de esa dilatada trayectoria, su presencia no pasó inadvertida para algunas de las personas que compartieron espacio con ella. Incluso en el último colectivo en el que participó, Madres Contra la Represión, tomaron la decisión de expulsarla cuando tuvieron suficientes indicios para sospechar que, en realidad, tras esa fachada de madre separada que aparentaba demostrar su compromiso político constante haciendo frecuentes viajes desde Aranjuez a Madrid para militar, se escondía una agente policial infiltrada. No fue un plato fácil de digerir para sus compañeras en este espacio.
Marta llevaba más de siete años participando y haciendo vida con la gente del colectivo: “Yo le tenía mucho cariño, ha sido un palo, porque al final después de tantos años militando juntas empatizas con la gente. A mí me llamaba mucho y hablaba con ella a menudo de su vida personal. Nos mandaba fotos por el WhatsApp de sus hijos, de sus viajes. Me contaba que seguía muy enamorada de su ex, aunque este tenía serios problemas de adicciones”, explica una de sus compañeras en este espacio, que prefiere mantener el anonimato.
La activista explica con amargura que “incluso una compañera le dijo una vez delante nuestra, Marta, tú tienes que ser policía, porque tú eres muy estilosa como para estar en estas cosas. Y la otra se partía de risa y nos partíamos todas de risa”. Otra de sus compañeras en Madres Contra la Represión recuerda los inicios de Marta en el colectivo: “Se nos acerca por primera vez en una de las manifestaciones para pedir la libertad de Alfon [un militante vallecano encarcelado tras la huelga general del 14 de diciembre de 2012], y se pone con nosotras en la pancarta, aunque ya la conocíamos de haberla visto antes en otros espacios antirrepresivos”.
Ella les contó que también era madre, y que estaba participando en ese momento en la Coordinadora Antifascista de Madrid. Pero que en ese espacio habían decidido no admitir la participación de individualidades, solo personas en representación de colectivos. Esta fue la razón principal que les dio en aquel momento para querer formar parte de su grupo.
“Venía de la Coordinadora Antifascista de Madrid, lo que nos sirvió un poco como un aval para aceptarla”, expone una de sus antiguas compañeras. En el colectivo se integró como una más, y sus compañeras la describen como una persona con don de gentes, buena presencia, muy fácil de tratar y que rehuía siempre los enfrentamientos internos. Aunque también se hacía mucho la despistada: “Siempre que había reuniones en las que podíamos tratar algún tema importante, me llamaba por teléfono y me preguntaba: ‘Ay, que es no me he enterado bien, ya sabes el despiste que tengo, ¿me lo puedes explicar?'. Y yo se lo explicaba y ahora me doy cuenta de que, a lo tonto, le estaba haciendo los informes”. Marta estaba tan integrada que llegó a solicitar los permisos (con su DNI falso) en Delegación del Gobierno para diferentes concentraciones que convocó el colectivo. Una práctica, la de manejar documentos falsos pero con todos los visos de legalidad, que ya es un clásico de este tipo de infiltraciones policiales.
Se destapa el pastel
En el colectivo fueron conscientes de que Marta podía ser una policía infiltrada tras la manifestación feminista del 8 de marzo de 2020, unos días antes de declararse el encierro por la pandemia del covid19. En ese momento, tras compartir las fotos en redes sociales, una persona de su entera confianza les dijo que Marta, que salía junto a ellas, era en realidad policía nacional. Con la circunstancia del encierro y el temor de tener las comunicaciones intervenidas, tardaron unas semanas en poder reunirse el resto de integrantes para decidir cómo afrontar la situación.
Elaboraron una estratagema para intentar demostrar si lo que les habían dicho era cierto. Una de sus antiguas compañeras explica que intentaron conseguir su vida laboral para comprobar si la historia que les había contado cuadraba. Para sus compañeras de Madres Contra la Represión, Marta se hacía pasar por una trabajadora ocasional de hostelería y en contratas de limpieza, siempre en una situación precaria e inestable.
“Nos decía muchas veces que tenía que ayudar en el bar de una amiga, en Aranjuez, aunque nunca nos invitó a ir”, recuerda el militante. “Recuerdo una vez que íbamos a ir a Soto del Real, a una concentración, y finalmente no vino porque nos dijo que le había surgido una sustitución para limpiar, precisamente, en la comisaría. Le dijimos ‘Marta, ten cuidado con esa gente', y ella nos contestó que estaba tranquila, que incluso hacía escarnio escupiendo en la mesa del comisario y se escaqueaba fumando cigarros en la puerta con agentes de servicio”, relata.
La reacción tras ser descubierta
Tras el chivatazo recibido, intentaron tenderle una trampa. “En aquel momento, pusimos por el grupo de WhatsApp que unos abogados nos habían avisado de que era posible que se nos hubiesen contabilizado mal los años de la vida laboral, y se ofrecían a arreglarnos el entuerto”, expone Luis. “Todas nuestras compañeras compartieron su vida laboral excepto ella, que dijo que se había encontrado por la calle a un amigo suyo abogado y que le había explicado que todo estaba en regla”.
Aquello fue el detonante y, cuando pudieron volver a reunirse tras las limitaciones de la pandemia, le convocaron a una reunión con el resto de integrantes del colectivo. En la misma, le desvelaron sus fundadas sospechas de que era una agente infiltrada. La reacción de Marta les sorprendió mucho, aunque les sirvió para confirmar sus suposiciones. “Primero nos dijo muy tranquila que le dijésemos su número de agente, una respuesta muy de policía y luego, tras decirnos que ella no llevaba toda la vida luchando para esto, simplemente se fue”, relata una de sus excompañeras. “Si a mi me acusan de ser agente policial encubierto, siendo militante antirrepresiva y antifascista, lo mínimo que hago es defenderme, pero ella no hizo nada, solo abandonó los grupos”.
Los antiguos militantes de Distrito 14, que han sufrido también en su propio espacio las infiltraciones de Juancar y Sergio, otros dos agentes encubiertos, creen que estas prácticas “en un plano general, sí han provocado cierta paranoia y desconfianza entre la militancia, aunque creemos que es debido a la falta de conocimiento sobre cómo funcionan estas prácticas, cómo detectarlas, cómo gestionarlas cuando ocurren”. Destacan también el fuerte impacto psicológico que tiene esta práctica por parte del Estado en las personas que son víctimas de este espionaje: “Muchas de las personas más relacionadas con policías infiltrados están pasando por procesos muy complicados, de hecho un informe del Centro SIRA cifra en un 70% las compañeras que han llegado a tener ideas suicidas tras pasar por este proceso, el 90% de las cuales están vinculadas a la vergüenza, a las humillaciones ahora percibidas y a una idea de irreversibilidad del daño”.
Marta, tras ser expulsada públicamente de Madres Contra la Represión, ni siquiera borró su cuenta de Twitter. Pero empezó a mostrar un carácter radicalmente distinto al que había mostrado en esa red social hasta ser destapada. “De pronto empezó a hacer comentarios con claro contenido fascista, e incluso a hacer burlas de publicaciones que difundían otros casos de policías infiltrados”, explica una militante del colectivo.
Desobede-ser: Nietas y nietos de genocidas
Sus abuelos estuvieron involucrados en delitos de lesa humanidad durante la dictadura. Ellas y ellos formaron dos colectivos para denunciar el horror y llamar a la desobediencia. Qué significa ese corrimiento. Los silencios, las culpas, la confrontación familiar. La vergüenza politizada. El arte como escenario público. Y cómo pensar la desobediencia en tiempos negacionistas. Por Lucas Pedulla.
1. Otra mirada
“Somos lxs hijas, hijos, nietas, nietos y familiares de los genocidas que protagonizaron la feroz dictadura de la historia argentina. De allí venimos”.
Fue un día común, dice Augusto De Bernardi (22), y lo común en su historia de adolescente de 14 años era salir del colegio Domingo Savio de Santa Rosa, provincia de La Pampa, e ir directo a su casa. Lo poco común, lo extraordinario, o el “baldazo de agua fría”, como suele definirlo, apareció en boca de su mamá, que lo recibió con una noticia también extraña:
A tu abuelo lo están trasladando a San Luis por un delito de lesa humanidad.
Augusto no sabía de qué le estaba hablando, ni entendía qué era eso de lesa humanidad, algo que nunca había escuchado en el colegio. Su mamá tampoco podía agregarle mucho, solo que a su abuelo, Carlos Ozarán, lo habían detenido en Buenos Aires y que ella misma se había enterado de que, aparentemente, tenía una causa. “Una cuestión política que ya se va a arreglar”, se repetían en la familia, como una forma de abarcar lo innombrable.
El joven Augusto supo entonces que su abuelo había tenido otra causa en los años noventa y que la habían cerrado. “Se lo están llevando a la cárcel”, se lamentaba, sin que le entrara en la cabeza tanta injusticia. Acompañó ese proceso y lo iba a ver al penal, en San Luis, llorando y conociendo a los compañeros con los que estaba en prisión: todos militares. “Me acuerdo que me sentía mal de ver a la gente ahí. Cómo mi abuelo puede estar acá, pensaba, pero en ningún momento me cuestionaba por qué era. Nunca pregunté qué había pasado. Solo me quedé con que era una cuestión política, que ya se iba a arreglar todo: para mí era imposible que mi abuelo hubiera hecho algo. Y me repetía: yo lo conozco”.
Siempre quiso ser abogado y en esos años cobró más fuerza como deseo para defender a su abuelo: que todo se esclarezca y se llegue a la verdad. “Lo voy a sacar”, se repetía, aunque en 2015 fue condenado a 20 años de prisión. “Todo esto fue así hasta una de esas visitas en San Luis. Era 2017”. Un día Augusto se quedó solo en el cuarto del hotel. Sabía que su familia guardaba en un cajón cintas de VHS con las audiencias del juicio grabadas. “Agarré uno de esos casetes al azar para ver cómo es que se desarrolla un juicio. Lo puse”. Cierra los ojos: “Siempre digo que las cosas que pasan no son casualidades”.
La imagen en la televisión mostró a una madre llorando por el secuestro de su hijo. Luego, a sus compañeros de militancia. Augusto no lo podía creer: “Contaban los detalles de la situación. Decían que esa persona había sido detenida y desaparecida por orden y a manos de mi abuelo. Lo nombraban. Para mí fue un impacto. Ver a esa madre llorando. No puede ser algo político, pensé. Algo tenía que haber pasado”.
Augusto terminó el video y tomó una decisión: no le dijo nada a su mamá. Fueron a la cárcel de visita habitual y fue directo: “Crucé miradas. Había algo, internamente, que ya no lo reconocía. Ya no quería estar en ese lugar. Tartamudeando le pregunté qué había pasado, por qué estaba ahí. Empezó con su discurso: que todo era político, juicio armado. Hasta que le dije lo que había visto en el hotel: una señora llorando porque le habían desaparecido al hijo. ‘Que lo estabas esperando vos en el batallón'. Me acuerdo que me miró a los ojos: me dijo que eran todas mentiras, que era gente mala que tenía intenciones económicas. Ya no lo escuchaba, solamente lo miraba. Quería verlo, pero ya no lo estaba viendo. No era el abuelo que había conocido esos 16 años. Veía otra mirada, eran otros ojos”.
¿Qué viste?
La deshumanización. Las violaciones. La tortura.
2. El diablo en pinta
“En mayo de 2017, después del fallo de la Corte Suprema de Justicia conocido como el 2 x 1, muchxs de nosotrxs empezamos a buscar la manera de alzar la voz, entendiendo el retroceso que el gobierno actual estaba llevando a cabo en materia de derechos humanos. A partir de publicaciones en la prensa, nos dimos cuenta de que no éramos lxs únicxs con estas inquietudes y comenzamos a encontrarnos”.
A Natalín Videla le llegó una de esas publicaciones en la prensa por un compañero de militancia. “No tengo nada que ver con Videla”, se presenta, 35 años, para aclarar que no hay ningún lazo con el asesino y secuestrador de bebés Jorge Rafael, sino que ese es el apellido de su madre. “Mi abuela no me quiere dar el apellido de mi viejo”, aclara y vislumbra en esa frase, y en el tono de voz en que lo dice, una historia brutal que Natalín ubica rápido para entender la densidad, el horror: “Mi abuelo mató de un tiro a mi papá”.
Silencio.
Su abuelo se llamaba Alfredo Telis. Su abuela se llama María Isabel Venturino. Ambos figuran en un listado con 700 nombres del personal civil del Servicio de Inteligencia Naval (SIN) que operó en dictadura. Una de sus bases fue la ESMA. Natalín descubrió el documento en 2015, mientras buscaba en un ciber información de sus abuelos, en medio de la disputa judicial con su abuela por el apellido. La historia la completó en pandemia cuando su mamá le preguntó si quería saber la verdad. Le advirtió que era dolorosa. Natalín le dijo que sí. Y entonces así puede contarla y contarse: “Mi abuelo le instaló a mi papá que se meta en la ESMA, que iba a poder garantizar futuro a su familia. Mi viejo ingresa. No podía estar casado ni tener hijos. Cuando yo nací, mi abuelo le preguntó a mi mamá si quería que me reconozcan como si fuera su hija. Mamá dice que no. Ella termina abriendo los ojos de lo que pasaba en casa porque un día, mientras pasaban en la tele una noticia sobre restitución de los nietos, mi abuela le dice a mi abuelo: ‘¿Viste? Menos mal que no te metiste en esa. Mirá en qué quilombo nos hubiésemos metido'. Mis viejos estaban comiendo. Se querían morir. Se quedaron mirando, duros. Mi viejo, después, se va de la ESMA, no lo aguantaba. En el 89 mi abuelo queda acuartelado en La Tablada. Cuando vuelve a su casa, empieza a tomar, y tiene una discusión con mi papá. Él le dice que los milicos son una mierda y unos hijos de puta. Mi abuelo sacó el arma, un calibre 22, y le disparó. Mi abuela cuenta la verdad a un compañero de mi viejo, que es por el que se termina enterando mi mamá. Mi abuelo queda preso un año y los mismos abogados que lo defienden, militares, arman el relato del accidente: que mi viejo había agarrado el arma y, en una maniobra, se disparó”.
Con esa versión se crio Natalín. “Mi abuelo tomaba y se volvía loco. Un día entró en calzones a los gritos al cuarto de mis viejos, apuntando con el arma a mi mamá, que estaba embarazada, diciendo que la iba a matar. Mi viejo se metió en el medio. Otro día tomó y se puso a contar cómo picaneaban, que a una mujer le habían cortado los senos. Se ponía sádico y, por momentos, también se ponía a llorar. Tomaba y era el diablo en pinta”.
Natalín recuerda su infancia en esa casa, jugando en los mismos lugares donde había pasado todo. Recuerda que un día su abuelo le regaló una hamaca, que otro salió con su abuela a darle de comer a los pajaritos. “Ellos me querían ver y yo quería ir a su casa, mi mamá mucho no podía hacer. Pero hablaban mal de mi familia materna: mi abuelo había sido delegado de una textil y lo hicieron renunciar amenazando que le iban a hacer boleta a la familia. En ese momento mi vieja tomó la decisión: Natalín no viene más”.
Se emociona cuando habla de su mamá: “Me saco el sombrero con ella. Todo lo que vivió, lo que sufrió. Lo que tuvo que afrontar. De chiquita yo dibujaba a mi papá en el cielo y a mi mamá y a mí jugando en una plaza. Sabemos que las víctimas de la dictadura son los compañeros detenidos desaparecidos, pero mi viejo fue una víctima de esa casa, de esos vínculos enfermos. De lo que significa rebelarte de los milicos. Sé que él me hizo rebelde”.
¿Tu abuelo fue juzgado?
Mi abuelo murió impune.
Silencio.
3. “Tuvo que ver”
“Acatamos por miedo o por amor todo lo que pudimos y nos esforzamos en seguir creyendo. Hasta que ya no pudimos más y la verdad nos explotó en la cara”.
Para Juliana Vaca Ruiz (28) el detonante fueron los últimos días de vida de su abuela. En ese proceso, de profundo duelo por la despedida de un familiar amado, Juliana se encontró con su papá en un camino que define como sincrónico. “Un día estábamos en la casa de mi abuela y aparecen fotos. En todas había milicos, reuniones, actos, mi abuelo con armas en lugares, galpones, y todas estaban entre las fotos de cumpleaños de la tía Patricia. Ese nivel de naturalización. Cuando mi papá empieza a rescatarlas, me dice: ‘tenemos que hacer algo con esto, el abuelo trabajaba en el servicio de inteligencia'. Y ahí me empieza a contar cosas, como que el lugar donde lo llevaba a jugar al fútbol era un centro de detención”.
Su papá, rápidamente, se puso en contacto con HIJOS Rosario. Juliana fue más despacio: “Empecé terapia por ese entonces y la terapeuta me preguntó por mi familia. Naturalmente hablé de mi papá, de mi mamá, que mis abuelos eran militares. Ella, súper feminista y de izquierda, me pregunta: ¿cómo militares?”. Juliana, militante universitaria y por los derechos humanos, entonces lo vio: “Ahí me cayó la ficha. Yo lo decía normal, era su trabajo. Y lo vi. En ese momento los dos empezamos a armar la figura de un padre y abuelo genocida”.
Omar Jesús Vaca era suboficial del Ejército, integraba el Destacamento de Inteligencia del ex Batallón 121 de Rosario, bajo las órdenes del ex teniente coronel Pascual Oscar Guerrieri, condenado a prisión perpetua en 2010 por crímenes de lesa humanidad en la causa Guerrieri I. Los horrores motivaron otros dos procesos: Guerrieri II y Guerrieri III. “Mi abuelo murió en 2006, y murió impune. Todo ese segmento de inteligencia goza de una impunidad muy grande. En Rosario, después de la dictadura, hubo un robo en Tribunales y se llevaron toda la documentación”. Fue en 1984 y recién el año pasado hubo sentencia: en un juicio abreviado condenaron al Jefe de Inteligencia del Comando del Cuerpo II del Ejército, Héctor Fructuoso Funes, por el robo, y se constató que había sido un golpe planificado por el propio Ejército. La pena: cuatro años de prisión.
El abuelo Omar era parte de esa estructura. “Los trabajos que hacía de espionaje los llamaban ‘el ambiental'. Es un término que se sigue usando en trabajo social, por ejemplo, para relevar las condiciones de vida de una familia, la situación habitacional; bueno, mi abuelo se dedicaba a espiar a las personas, saber sus horarios, ficharlos. No está nombrado en ninguna causa. Pero sí nos llamó la atención que, ya muerto, mandaron a pedir su legajo en una causa por robo de bebés en el Hospital Militar de Paraná”.
Hay otra causa en la que su papá declaró: la del asesinato de Luis Alaniz. Fue el 19 de febrero de 1976, un mes antes del golpe. Todos en su familia sabían que esa noche había pasado algo, que a aquel psicólogo y militante de 33 años lo sacaron de su casa, lo corrieron por la calle, que lo mataron. “Mi abuela le contó a mi papá que mi abuelo estuvo implicado -dice Juliana-. ‘Tuvo que ver', le dijo. Mis abuelos vivían al lado de la casa”.
¿Tu abuela habló?
Mi abuela dijo eso pero nunca más dijo nada. Y no es que no sabía. Él la hizo entrar a la fábrica de armas, en plena dictadura, y le decían la Mata Hari (por la mujer que hizo tareas de espionaje para Alemania en la Primera Guerra Mundial). Sabía muchas cosas que nunca contó. Las abuelas, por más que los viejos estén muertos, los van a seguir apañando, acatando todo lo que dice el pater porque en ellas reposa esa idea de la reproducción familiar y el mantenimiento de esa unión. Romper la figura del pater, para ella, es romper con la idea sagrada de la familia. Es la punta de la pirámide: todo nace ahí.
Juliana se crió en el sur, en Santa Cruz, y no tuvo mucha relación, pero recuerda a su abuelo alto, robusto, con un hábito peculiar: “Tenía la costumbre de pasarse todo el día en el sillón mirando por la ventana, siempre vigilando la calle atrás de la cortina. ¿Qué miraba? No sé, seguía espiando. Todo el tiempo, con la radio prendida. En su habitación tenía un balcón y puso un espejo retrovisor: desde adentro podía ver quién pasaba por la vereda”.
También recuerda un almuerzo en el que la pequeña Juliana tenía agarrados los cubiertos al revés de la tradición: el tenedor en la mano derecha y el cuchillo, en la izquierda. “¿Esta nena es zurda?”, le preguntó el abuelo Omar a su papá. Tenía 5 años.
4. Mirar el monstruo a la cara
“Poder tomar distancia de algo tan íntimo como la ‘propia sangre' es un recorrido doloroso pero necesario, que nos libera del peso de la ‘culpa' por lo que nuestros predecesores hicieron”.
Año nuevo, celebración familiar en una quinta conurbana, su papá a punto de empezar el show de fuegos artificiales y, mientras miraban las estrellas, Natalia Dopazo le preguntó al abuelo de qué trabajaba antes. “Luchaba contra la subversión”, le respondió. “En ese momento, y para una niña de 7 u 8 años, decir mayonesa o subversión era lo mismo”, piensa Natalia, hoy, a sus 36. El sentido -la respuesta- vendría mucho después.
Siempre ocultó, por recomendación familiar, que su abuelo era militar: “Mi viejo militó en el PC (Partido Comunista), no eran de ese mundo, pero era por una cierta protección”. Tampoco contaba en la escuela que los fines de semana iban al Círculo Militar en Olivos, provincia de Buenos Aires: solo decía “El Club”. Pero la situación familiar “se puso rara” en 2002, cuando “El Tata” fue detenido. En ese momento su abuelo y su abuela estaban separados, pero ella salió de garante y aceptó vivir con él para que no fuera a cárcel común. Dos años después, Natalia leyó una nota en la contratapa de Página/12 que lo nombraba con apellido y cargo: Orlando Oscar Dopazo, jefe del Batallón de Comunicaciones de Comando 141 de Córdoba. Allí aparecía también el relato, con detalles insoportables, del asesinato de un militante de las FAL. Natalia deseaba que no asociaran ese apellido con el suyo: “Siempre me habían dicho que mi abuelo no había hecho cosas ‘tan graves'. Que participó pero no mató. Que no torturó. Durante esos años me alcanzaba como respuesta, pero entonces empiezan los juicios, y decía que lo estaban juzgando mal, que le endilgaban cosas que no había hecho. Había un halo medio raro. Hasta que empecé la facultad”.
Cada vez se hacía más preguntas. Tecleaba su apellido en los buscadores de Google, buscaba en organismos, consultaba amigos: “Cuando tenés estas historias no es fácil. A veces leés cosas y no las entendés. Se te bloquea el cerebro. O se te olvida”. Un novio le contó que había estado implicado en el asesinato del poeta Francisco Paco Urondo, en Mendoza, un operativo donde también desaparecieron a su compañera, la periodista Alicia Raboy, y secuestraron a su hija Ángela. Cada vez era más duro. “De pronto fui profe y tuve que llevar a mis alumnos a ex centros clandestinos”, dice Natalia, y en esas experiencias le era inevitable comparar el casino de oficiales de la ESMA con los Casinos de Oficiales de Córdoba o Mendoza donde su abuela le contaba que hacían fiestas.
Fue hace tres años que Natalia encontró un documento en la Secretaría de Derechos Humanos. Allí Dopazo aparece como jefe de Inteligencia G2 de Mendoza. Allí estaba. Tenía pesadillas: soñaba con una chica de pelo corto, con torturas, con violaciones, personas que no sabía quiénes eran pero veía sufrir. Ya sabía de la existencia de un colectivo que reunía familiares de genocidas, aunque todavía no era momento. “No lo hacía por la humanidad, lo hacía por mí: necesitaba saber”, dice Natalia. Sí le escribía a una de esas hijas desobedientes, Lili Furió, la mejor amiga de su mamá junto a otra mujer: las tres hijas de militares, pero Lili fue la única que hizo esa ruptura: “Cuando mirás al monstruo a la cara no podés hacerte más la boluda”, le decía Lili. Es que ya no era solo el Tata, ese abuelo que la cuidó hasta los 12, el de los asados, las compras, el que la llevaba a jugar a la plaza. “Fui confirmando la sospecha de que hizo muchas cosas malas: no había sido un administrativo nomás. Cuando el desconocimiento es tan grande no podés preguntar ni repreguntar. Estuve muchos años intentando encontrar a las personas que me pudieran dar respuestas. Mi abuelo tuvo varios juicios, pero nunca llegó a sentencia. Murió en 2010”.
5. Del otro lado
“Si bien el vínculo filiatorio determina nuestro encuentro, no es la relación personal que tuvimos con el familiar lo que nos convoca, sino un posicionamiento social y colectivo de repudio al accionar genocida”.
Para Nicolás Ruarte (34), el período 1976-1983 era un punto más en una línea de tiempo histórica que se leía relativamente sencilla: gobierno democrático-dictadura militar-gobierno democrático. “Me enteré de qué era la dictadura el día que mi abuelo cae preso”, dice, y eso pasó en 2003. Tenía 13 años y una preocupación: cómo iba a contar lo que ocurrió en su escuela. Entonces abrió un proceso que tiene otro punto en 2007 con una condena que Nicolás vio por TN: Luis Arias Duval, Jefe de la Central de Reunión del Batallón 601 de Inteligencia, condenado a 25 años de prisión, junto a otros siete militares, entre ellos el ex jefe del Ejército Cristino Nicolaides, por el secuestro y la tortura de seis militantes montoneros en la primera causa por la Contraofensiva. Cinco siguen desaparecidos.
No fue el único en la familia. El hermano de Luis fue Alberto Arias Duval, un ginecólogo que asistía a partos en la ESMA y murió sin llegar a juicio. Su primo, el excoronel del Ejército Agustín Arias Duval, fue detenido y procesado por el Circuito Camps: estaba acusado de participar en el ataque a la casa de Daniel Mariani y Diana Teruggi, donde secuestraron a Clara Anahí, nieta de Chicha, fundadora de Abuelas. También murió sin juicio. Por la otra rama familiar, su abuelo paterno es Orlando Miguel Arcángel Ruarte, teniente coronel del Batallón 101 de Comunicaciones de La Plata. Estuvo preso e imputado por dos homicidios y una privación ilegal de la libertad, pero no llegó a la sentencia por problemas de salud. Nicolás no habla mucho de él por no tener una relación como la que tuvo con Luis.
Tras la detención de su abuelo, Nicolás comenzó a investigar por su cuenta para saber qué había pasado. Si bien su mamá siempre se posicionó en contra de esos crímenes, las discusiones en la casa donde el abuelo Luis tenía el beneficio de la prisión domiciliaria, eran largas y arduas respecto de cómo tenía que ser su defensa. “Mi abuelo, para mí, era un héroe. Fue difícil separar esa figura para tratar de indagar algo más. Lo quería muchísimo”. Todos los miércoles de su vida, desde los 4 hasta los 14 años, Nicolás salía del colegio e iba a lo de su abuelo. La radio prendida todo el día cantando tangos, sus milanesas con puré, sus pizzas amasadas, su pelo engominado, su traje impecable. Imágenes y recuerdos de la misma persona que ya en domiciliaria, cuando Nicolás le preguntó si los desaparecidos eran 30.000, se paró y sacó, del armario en el que guardaba su arma un listado. “No andes repitiendo boludeces”, le dijo y se lo mostró. Nicolás recuerda: “Era un listado con muchas hojas apaisadas, con nombres y números de DNI. Era parte de su defensa, para decir que eran muchos menos. Mi abuelo sabía mucho. Pero nunca habló. Y se lo recrimino”.
Nicolás se fue alejando de esa casa, de esas reuniones, de ese abuelo. Necesitaba saber más. A sus 15 le pasó algo: “Me puse de novio con una chica que tenía un familiar desaparecido. Le prohibieron ir a la casa de mi abuelo. Ahí pude ver, más allá de lo que me contaba mi mamá, lo que significó para una familia en carne propia, del otro lado de la represión. Porque siempre escuchaba que los Montoneros, que las bombas, que eran ‘ellos o nosotros', y recién ahí pude ver el otro lado: los 30 mil, que te cuenten cómo entraron a la casa, el exilio, las redadas. Con ellos fui a mi primera marcha del 24 de marzo, en 2006”.
¿Qué recordás, qué sentiste?
Los cantos. El poder de la voz: “Como a los nazis les va a pasar…”. Me resonó mucho. El poder de movilización, las miles de personas por la causa. En esa época todavía creía parte del discurso de mis abuelos y me fui con la sensación de que no era divertido estar acá. Me fui casi sintiéndome un infiltrado. Tenía miedo de que alguien dijera: ‘Él es nieto de milicos'”.
No pasó, y en esa marcha, que fue la primera a la que Nicolás había ido en la vida, también se abrió algo. Empezó a trabajar en teatro y, tras un paso estudiando Ingeniería en Sistemas (“dejé, no me hacía feliz”), se metió de lleno en el arte: es dramaturgo, escenógrafo, músico, intérprete. En una obra llamada Habitus, que trataba sobre la violencia social, el final estaba reservado para que sus intérpretes rompieran el código de escena y hablaran al público, narrando una historia real. Nicolás le contó a la directora su historia, y le preguntó si podía sumarse. Le dijo que sí y así nació su monólogo Documento Nacional de Identidad: “Fue la primera vez que conté mi historia en público”.
Esa ruptura lo llevó a investigar para poner en escena su propia obra de teatro que llamó Arizmendi, por el alias que utilizaba su abuelo en dictadura. En esos años un compañero le acercó un recorte de una nota de un diario sobre un colectivo con un nombre extraño: Historias Desobedientes. Los contactó para entrevistarlos para su obra. Pero nunca más se fue: “Fui el primer nieto que se integró al colectivo”.
6. Juicio y castigo
Los pliegues de estas vidas se ubican en el mapa de una nueva generación de derechos humanos. Estas desobediencias se organizaron en 2017 con una primera ruptura en la obediencia debida de esas familias por parte de hijos e hijas. Lo que traen Augusto, Natalín, Juliana y Nicolás -como integrantes de Historias Desobedientes- y Natalia -de Asamblea Desobediente- es otro tipo de corrimiento: son nietas y nietos, y de este grupo solamente Juliana tiene a su papá militando en el colectivo. El resto sintió una pulsión mucho más fuerte que el mandato, las tradiciones, el clan familiar, el dolor de sus madres y padres.
Nicolás: “Lo siento como un deber. Nadie elige dónde nace, los vínculos que tocan, la familia que tiene: la vida nos puso en esta situación y nos dio estas cartas tan singulares. Sé que lo que hicieron es verdad: en la Sala de Embarazadas de la ESMA hay una placa con el nombre de mi tío abuelo. La primera vez que la vi me quebré: no me pueden negar que el tipo formó parte de eso. No lo siento como una culpa, pero sí que con estas cartas, por este punto de vista que nos tocó, tenemos la chance de hacer algo importante”.
La culpa, o la vergüenza, es inevitable en algunos procesos. ¿Cómo se politiza? Juliana: “Tenemos una historia que contar que no es linda. Pero vos elegís cómo posicionarte respecto de eso. Se trata de deconstruir también qué significan los lazos familiares. El colectivo aparece a la par y gracias a la última ola feminista. Si nos historizamos, somos producto de esas banderas: hay mucha conexión entre romper el silencio y denunciar al familiar golpeador y abusador con denunciar al familiar genocida. Rompimos el silencio desde nuestra historia. La familia te impone, y ninguno de mis primos y mis tías están en esta: si mi familia decide mantener el silencio, yo decido hacer otra cosa, y eso me ayudó a dejar la vergüenza, porque vergüenza deberían sentir las personas que reproducen los ideales de la dictadura como Victoria Villarruel, y no nosotros que reivindicamos la memoria, la verdad y la justicia”.
Natalín: “Sabemos lo que hicieron. Los repudiamos. Nuestras historias aportan a esa conciencia colectiva”.
En el caso de Augusto, fue su papá quien le acercó la noticia de un colectivo con familiares de genocidas. Ellos lo apoyan, se emocionan, aunque no participan. Su abuelo, a diferencia de los demás, todavía vive. “Mi mamá aún no se anima. Pero hemos dado pequeños pasos yendo a marchas juntos”, dice el nieto y cuenta que en la movilización del primer paro general de la CGT, en enero, su mamá le mandó una foto. “Mirá a quién me encontré”, le escribió. Eran las Abuelas, y ella les estaba tocando la mano. Augusto sonríe: “Me hizo saber que está por el mismo camino”.
Natalia: “Creo que hay muchas personas que pueden saber cosas. No porque las oculten, sino porque en sus casas puede haber un papelito, alguna agenda, un documento, con lo que se puede reconstruir un caso. Mucha gente con la que hablo me dice ‘tengo un tío', ‘tengo un abuelo', tienen familiares militares. Hay un trabajo de acompañar esos procesos, y vincularte con esta historia te ayuda a procesar y entender que no estás solo ni sola. Que hay compañeros que te enseñan a investigar, que te van a escuchar. Y, en lo personal, nombrar las cosas: yo quiero decir que mi abuelo es genocida e hizo todo esto. Si no hubo justicia en proceso, al menos que haya una justicia histórica”.
7. Desobediencia presente
Nicolás cuenta que a través de una campaña por redes sociales invitaron a la vicepresidenta Victoria Villarruel aque se sumara a la desobediencia. Es hija de Eduardo Villarruel, teniente primero del Estado Mayor del Ejército que participó en el Operativo Independencia, en Tucumán, donde secuestraron y asesinaron miles de obreros, estudiantes, docentes y militantes sociales. Por sus métodos y su crueldad, es considerado el inicio de la represión clandestina que el golpe de Estado de 1976 sistematizaría en todo el país. A su vez, la vicepresidenta es sobrina de Ernesto Villarruel, también militar, detenido por crímenes en el centro clandestino de detención El Vesubio, aunque fue declarado “incapaz” para estar en el juicio. Nicolás: “Obviamente, nunca nos contestó”.
¿Qué significa la desobediencia en este contexto?
Nicolás: El llamado a la desobediencia hoy no es solo a los familiares de los represores, sino de acá al futuro. Nos dirigimos a los miembros de las fuerzas armadas actuales, y de las fuerzas de seguridad, para que no vuelvan a ser un chivo expiatorio de los grandes grupos económicos que hoy quieren hacer lo mismo. Por suerte esa desobediencia la pudimos contagiar: hay compañeros y compañeras en Uruguay, en Chile, en Brasil, en Paraguay. Nos contactaron familiares de nazis en Alemania. Familiares del franquismo en España. Una italiana descendiente de funcionarios de Mussolini. La fuerza de Memoria, Verdad y Justicia terminó engendrando historias desobedientes dentro de las propias familias militares. Y hay que buscar nuevas formas: la calle, pero también lo virtual, que es un espacio que habitan los jóvenes.
Augusto: Venimos de lugares muy sucios y oscuros de la historia y fue un destello de luz y de amor lo que nos hizo salir de ahí. Crecimos con los juicios, con el cuadro de Videla que se bajaba, y no habíamos vivido un gobierno como este que trae un discurso negacionista y quiere patear todo lo que se construyó. Es peligroso porque el odio es muy destructivo. Es importante pensar el amor: si las Madres y las Abuelas pudieron plantarse en dictadura poniéndose un pañuelo, tenemos que hacernos cargo y plantar nuestros límites.
Juliana: ¿Qué más podemos hacer además de contar nuestra propia historia? Es un desafío que estamos encarando para luego de esta etapa de romper el cascarón. No quita que hoy podamos abonar a que familiares de fuerzas de seguridad desobedezcan ese mandato familiar. Esas fuerzas pueden y deben desobedecer. Se ensucian las manos por un modelo económico que no los favorece a ellos ni a nadie: es el brazo armado del Estado ensuciándose las manos por el Estado. Los responsables de los delitos de lesa están condenados, ¿pero los autores intelectuales?, ¿y los económicos? Son los mismos que hoy mandan a la policía a los pibes de barrios humildes que buscan una salida laboral y a los meses tienen una 9 milímetros en la cintura. En ese proceso se deshumanizan. Y necesitan ser deshumanizados para ser ese brazo sucio y armado: ellos ganan dos pesos y nosotros también. Las medidas nos afectan por igual. Es un gran aporte que podemos hacer.
8. Deseo y contagio
Juliana marchó este 24 de marzo por primera vez en Rosario. Ya había participado en Buenos Aires, pero ahora sentía otro deseo: “No puede ser que esté sola, que sea la única, acá. Mi intención era, primero, estar presente como desobediente. Y segundo, ver si pescaba a alguien. En Rosario no es que no hay, nos hablaron, pero todavía no participan activamente. Mucha gente busca acompañamiento, aunque no todes tienen la intención de una militancia activa”.
La acompañaron sus amigas, su red. Juliana marchó así con un cartel que tenía pegada dos hojas A4. De un lado decía: “Nunca más al pacto del silencio”.
Del otro: “Abuelo, ¿dónde están los 30.000 desaparecidxs?”.
Silencio.
Juliana entiende esa fuerza, esa potencia, lo que grita.
Y nuevamente lo politiza: “Hay que sembrar desobediencia”.
(Los fragmentos de citas iniciales son extractos del libro Nosotrxs, Historias desobedientes. Primer encuentro internacional de familiares de genocidas por la Memoria, la Verdad y la Justicia).
Jaroslav Hasek, uno de los nuestros
A lo largo del tiempo se le ha llamado de todo: haragán, rebelde, vagabundo, anarquista, actor, bromista, bohemio (y nativo de Bohemia), alcohólico, traidor a la Legión Checa, bolchevique y bígamo, además, de un excelente novelista cuyas obras se beben como el mejor vino.
Estamos hablando de Jaroslav Hasek nació en Praga en 1883 y murió en Lipnice, en Bohemia, en pocos meses después de cumplir los cuarenta años. Acaba de editarse una nueva traducción de su inmortal obra, Las aventuras del valeroso soldado Schwejk, de la que ya hubo para Destino en 1980, Hijo de un profesor de matemáticas, nació en Praga en 1883 y murió en Lipnice en 1923. Estudió en la Academia Comercial de Praga y antes de ser famoso como escritor y periodista se ganó la vida como empleado de banca. La última parte de Las aventuras del valeroso soldado Schwejk, interrumpida por la muerte de Hašek, fue completada por el escritor checo K. Vanek. Es uno de los escritores checos más importantes de la literatura contemporánea y maestro indiscutible de Bohumil Hrabal y Milan Kundera.
Personaje único, infortunado en el amor, en el trabajo y en el teatro, y siempre sin blanca, estaba destinado, después de unos comienzos prometedores, a no alcanzar el éxito literario que no conoció en vida, muriendo como un apestado para los señores del orden establecido. Es posible que mucha gente haya oído hablar de su personaje más conocido, Schwejk, que ha sido comparado con Sancho Panza, pero seguramente pocos lectores jóvenes conocen, aunque tienen todavía mucha vida por delante para reparar tal infortunio.
Éste auténtico “grouchomarxista” será recordado siempre por sus extravagantes sátiras de la monarquía austro-húngara, por la manera inmisericorde con que trató a su “nobleza”, y por supuesto, contra su Iglesia y su alta burguesía, el anarquista que prestó su servicio a la causa bolchevique en Rusia, era, como salta a la vista, una personalidad contradictoria que le había llevado a crear su Partido del Progreso Moderado Dentro de los Límites de la Ley (en realidad mucho más serio que nuestra izquierda “realmente existente”).
Durante su estancia en la Rusia soviética se sintió eslavófilo, y no tuvo demasiados inconvenientes en retirar su lealtad a los Romanov, y más adelante al presidente liberal Masaryk. En sus actuaciones, Hasek era un singular producto burgués: antiintelectual, inculto levemente xenófobo, no parecía gozar de unos principios firmes. Al parecer, se dejaba llevar por sus impetuosas emociones y su falta de autodominio No se sabe de él que se identificase demasiado con el socialismo y la clase obrera, y por su manera de ser no parecía muy dado a estar sindicalizado, aunque lo cierto es fue despedido de su empleo por instigar una huelga en la que puso todo su talento. También se cuenta que trabajó en una mina durante una temporada, pero fue una temporada breve, semejante esclavitud no estaba hecha para él.
Todo indica que lo suyo era beber en compañía de su “corte” de bohemios literarios, la mayoría de segunda fila, cuya compañía disfrutaba e incluso necesitaba mientras no le aburría con cuestiones teóricas de literatura y arte. También era amante de la compañía de la gente corriente, a la que tan bien supo dar vida sobre el papel en Las aventuras del valeroso soldado Scbwejk y en sus innumerables relatos publicados en entregas semanales. Su incapacidad para adaptarse a las convenciones dominantes acabó amargando la vida de su compañera, y acabó dando al traste con su matrimonio y con sus modestos sueños de felicidad personal. Un precio que por lo demás, resulta explicable desde el momento en que Jaroslav era un negado para aceptar cualquier tipo de restricción, burguesa o no, lo contrario que su esposa, que sí bien se jactaba de ser una mujer emancipada en realidad siempre acabó respetando dichas convenciones.
Cuando estalló la “Gran Guerra”, Hajek había comprometido reputación de un modo tan universa y tan ineludible que debió ver con autentico alivio la oportunidad de sumirse el anonimato de una oscura vida militar que le proporcionó la posibilidad de comenzar de nuevo, aunque durante la contienda acabó desertando del ejército austriaco y se pasó a las tropas checoslovacas libres que luchaban en Rusia “por la libertad de su país”, aunque, finalmente, en 1918 ingresó en el partido comunista ruso y se presentó como voluntario para trabajar en el incipiente Ejército Rojo. Nadie puede negar que hiciera buen uso de esta posibilidad durante los dos años que pasó en Rusia como comisario bolchevique, cargo que le proporcionó al fin un sentido para su vida y le dio todas las apariencias de ser otro hombre, nada menos que un revolucionario.
El mismo dará fe que la mejor época de su vida comenzó en octubre de 1918, cuando fue enviado como “organizador bolchevique” al pueblecito de Bugulma, escondido en la Rusia Oriental entre baschkires y tártaros, un espacio recién liberado de los blancos que comenzaban a levantar cabeza gracias al apoyo de Gran Bretaña.
Tres años más tarde regresó a Checoslovaquia, militó en las filas del partido comunista checoslovaco, y comenzó a trabajar en su obra inmortal, El buen soldado…, hasta que su quebrantada salud, arruinada por años de alcoholismo desprejuiciado, se lo permitió. Como era de esperar con alguien así, el reconocimiento de la novela se produjo lentamente y llegó cuando el autor ya había muerto. La posteridad le reveló como uno de los un de los grandes humoristas de la época y como un formidable satírico. El protagonista de esta novela, voluminosa (780 pgs) e inacabada, sería interpretada desde diferentes enfoques: como el “pequeño hombre” que lucha contra la burocracia con astucias y subterfugios innatos a los Sancho Panza, como el patriota que se buró de sus amos austriacos o mejor quizás, como una burla subversiva y antisistema. Algo de verdad contienen cada una de las interpretaciones, es más, seguramente es todas estas ambivalencias la que hacen tan universal.
Sin embargo, por encima de todo esto hay un Hajek (el de los delicioso Relatos de Bugalma), que nos deja testimonio de una intensa nostalgia por aquella Rusia provinciana y universal que estaba conmoviendo los cimientos del siglo XX. Nos parece oír la voz de un Hajek mucho más cómplice. Aunque se burla del camarada Yerokhimov y de otras autoridades soviéticas, la suya es una sátira amable, muy diferente de los latigazos con que flageló a los burócratas austriacos y a algunos de sus propios compatriotas. Incluso la Iglesia Ortodoxa sale mucho mejor parada que la Iglesia Católica de Austria. La explicación de esto no es difícil de encontrar: en el fondo, Hajek era un eslavófilo; quería y comprendía a aquellos personajes rusos y se identificaba con sus sueños. Esta es a razón de que, en sus relatos rusos, muestre sus mejores y más amables aspectos como escritor. Y quizá otra razón para esto es que, mientras los escribía estaba temporalmente libre de influencia de la bebida y gozaba de una mayor serenidad.
Conviene recordar que en la Rusia bolchevique, el alcoholismo podía representar el pelotón de fusilamiento. Yerokhimov, el personaje principal de estos relatos, no existió en la realidad, pero es un personaje muy vivo y fielmente retratado, especialmente un personaje ruso en una época de anarquía. Empero, si existió un cierto Yerokhym que fue condenado a muerte por robar cuando dirigía registros domiciliarios. Fue juzgado por el Tribunal Revolucionario del que formaba parte Hajek, y quizá el personaje y su nombre le sugirieron estos relatos. Al tiempo que leemos y sonreímos, no debemos olvidar que estamos contemplando la vida rusa en el espejo deformante de Hajek. Yerokhimov amenaza con hacer fusilar a todo el mundo, pero Hajek presenta esto corno algo cómico, como una peculiaridad de los entusiastas revolucionarios rusos que puede ser perdonada.
Un cuadro muy diferente es el que nos presenta Babel en su Caballería Roja.
En el relato que hace Babel de la guerra civil abunda en episodios corno éste, en los que es tan fácil estrangular a un ser humano como retorcerle el cuello a un ganso. El cosaco Kudrya ejecuta a un anciano judío por espionaje. El judío grita. Kudrya le agarra la cabeza bajo el brazo y le estrangula. El judío calla y extiende las piernas. Kudrya toma un puñal en la mano derecha y “le corta el gaznate al judío, cuidando de no mancharse las manos”. Pero en Las aventuras del valeroso soldado Schwejk hay pasajes que hablan del de los cadáveres humanos, de los campos de batalla abonados con los excrementos de las tropas que llevan a la muerte sus amos capitalistas. Pero, en sus viñetas de la guerra civil rusa, Hajek cierra los ojos a todo esto, y su presentación de la vida bajo el gobierno bolchevique es tan “constructiva” como los artículos de propaganda que escribió día tras día durante aquella época grata de su vida.
En otro de sus relatos, el titulado Ante el Tribunal Revolucionario del Frente Oriental, Hajek casi aplica el agudo de la justicia y a los procedimientos legales soviéticos de manera tan despiadada corno hizo con los procedimientos de los tribunales militares austriacos. Por esta razón, cuando se publicaron estos relatos en lengua rusa, algunos de los antiguos miembros del Quinto Ejército protestaron, acusándole de haber menospreciado el idealismo que existió en la lucha por la liberación de Siberia. Pero ahora todo esto ha cambiado. Bugulma no es el único pueblo soviético que tiene una calle con el nombre Hajek; y además, se precia de tener también un “museo Gashek”, aunque cabe pensar que autores como Hajek lo habría tenido imposible solamente diez años más tarde.
Si observamos la vida de Hajek como una verdadera novela picaresca que fue, y si cerramos los ojos a la realidad y aceptamos la imagen que nos da de ella el espejo del autor, podremos agradecer estos relatos, que son obras maestras en su género y que recuerdan los aspectos más amables y humanos de la gran novela épica de Hajek, Las aventuras del valeroso soldado Schwejk,obraque también figura en el catálogo de Galaxia Gütenberg, en una colección del Círculo de Lectores muy dada a recuperar” clásicos de la tradición revolucionaria, y por lo que se ve percibe, con cierta intención de domesticar, cuando no denigrar. Pero el lector interesado podrá recurrir a la edición en dos volúmenes de Destino (Barcelona, 1980, tr, del alemán de Alfonsina Janés), editorial que también publicó El comisario rojo (idem, 1983, tr. del inglés de Ester Donato, obra formada por varias narraciones comenzando por los Relatos de Bugalma, de lectura absolutamente recomendable para todo amante de la buena literatura y que además crea que otro mundo es necesario…
Las aventuras del valeroso soldado Schwejk es, tal vez, la obra de la literatura checa más conocida fuera del país, ya que al poco de ser publicada se tradujo a varios idiomas y fue objeto de adaptaciones teatrales y cinematográficas.
Defensa otorga millonarios contratos a una empresa israelí que vende armas para el genocidio en Gaza
Danilo Albin
La cuenta bancaria de la empresa armamentística Elbit Systems crece al calor de los muertos en Gaza. Esta compañía, que figura al mismo tiempo como la principal proveedora israelí del Ministerio de Defensa español, ha logrado multiplicar sus ingresos gracias a su participación en una campaña militar que acumula ya más de 40.500 víctimas.
Las buenas noticias se suceden en las oficinas de Elbit Systems en el Centro Tecnológico Avanzado de Haifa. El pasado 12 de agosto llegaban novedades desde Madrid: el Ministerio que dirige Margarita Robles acababa de concederle otro contrato para el mantenimiento del mortero Cardom, en este caso por 10.000 euros.
Los vínculos entre Elbit Systems –considerada la principal industria militar de Israel– y el Ministerio de Defensa español vienen de lejos y suman toneladas de dinero: la compañía con sede en Haifa ha logrado un amplio número de contratos en Madrid desde al menos 2007. Según datos recogidos por Público, en el último año ha obtenido distintas adjudicaciones que suman más de seis millones de euros.
Esos éxitos se combinan con el creciente papel de esta empresa en la masacre contra la población civil en Gaza. De acuerdo a los datos de la propia compañía, sus cuentas han engordado a niveles históricos tras el inicio de las operaciones militares en Gaza en octubre de 2023.
Público ha tenido acceso a la transcripción de una conferencia telefónica ofrecida por los directivos de Elbit Systems el pasado 28 de mayo, durante la cual ofrecieron datos contundentes sobre sus vínculos con las matanzas en la Franja.
"Trabajamos 24 horas al día, siete días a la semana; en algunas instalaciones trabajamos en tres turnos", afirmó durante esa reunión el presidente de Elbit Systems, Bezhlalel Machlis, exoficial de artillería de las Fuerzas de Defensa de Israel.
El directivo resaltó que los empleados "han trabajado intensamente durante meses y han hecho posible que la empresa atendiera las necesidades del Ministerio de Defensa durante la guerra".
En esa misma conferencia, el director financiero de la empresa, Yaacov Kagan –quien anteriormente ocupó cargos en la Armada y el Ministerio de Defensa israelí– destacó que "los ingresos del primer trimestre fueron de 1.554 millones de dólares, frente a los 1.394 millones del primer trimestre de 2023".
El directivo ofreció un dato elocuente. Los ingresos del área "terrestre" de Elbit Systems "aumentaron un 26% en el primer trimestre de 2024, debido principalmente al aumento de las ventas de munición en Israel".
La cartera de pedidos de la empresa a 31 de marzo de 2024 era de 20.400 millones de dólares, 4.500 millones más que a finales del primer trimestre de 2023. "Casi 2.000 millones del aumento proceden de Israel", explicó el responsable financiero.
Por su parte, el presidente de la empresa aplaudió "la gran demanda por parte del Ministerio de Defensa israelí, que repercute positivamente en los ingresos y el crecimiento de la empresa".
Machlis subrayó que en el marco de la operación militar en Gaza aceleraron "soluciones" que "aún estaban en desarrollo", algunas de las cuales fueron "desplegadas en primera línea". "También estamos actualizando múltiples sistemas y soluciones basándonos en las lecciones aprendidas durante la guerra", indicó.
"Desde el comienzo de la guerra 'Espadas de Hierro', Elbit Systems ha experimentado un aumento sustancial de la demanda de nuestros productos y soluciones por parte del Ministerio de Defensa israelí, en comparación con los niveles de demanda anteriores a la guerra", remarcó.
"Hemos aumentado la producción para satisfacer las necesidades de las Fuerzas de Defensa de Israel, manteniendo al mismo tiempo las entregas a nuestros clientes internacionales", afirmó el presidente de la compañía. "El último trimestre se vio afectado por contrataciones masivas y seguimos contratando nuevos empleados, principalmente para proyectos de fabricación y desarrollo", remarcó.
Las previsiones de la empresa apuntan hacia un crecimiento de las ganancias. En esa línea, Sachlis citó la "adjudicación de un grupo de contratos por un importe total aproximado de 760 millones de dólares para el suministro de municiones al Ministerio de Defensa israelí". Los contratos se ejecutarán "durante un periodo de dos años".
"Noche histórica"
El empresario puso sobre la mesa otro ejemplo de su colaboración en el ámbito militar. "La noche del 14 de abril, Irán atacó Israel con cientos de drones y misiles. En esa noche histórica, Israel, junto con sus aliados, interceptó con éxito la mayoría de las amenazas aéreas entrantes con una precisión coordinada, demostrando el talento de la Fuerza Aérea israelí y la fuerza de nuestros sistemas de defensa aérea", apuntó.
El presidente de Elbit Systems aseguró que sus simuladores "ayudaron a entrenar a las tripulaciones aéreas", mientras que los centros de Mando y Control Estratégico de los sistemas de defensa antimisiles contribuyeron a "interceptar las amenazas aéreas iraníes".
Reclamos en el Congreso
Los posibles vínculos de esta empresa con el genocidio en Gaza ya habían sido advertidos en el Congreso por el grupo parlamentario de Sumar. En una proposición de ley formulada en marzo pasado, la formación de izquierdas había reclamado que se cancelase la compra de tecnología israelí "probada en combate" o de uso militar a cargo de Elbit Systems.
Por su parte, Podemos también reclamó al Gobierno "la revocación de todas las autorizaciones de contratos de importación y exportación de material militar vigentes con el gobierno y cualquier empresa israelí, incluidas sus filiales".
Según denunció el Centro Delàs de Estudios por la Paz, en noviembre de 2023 se exportaron desde España 987.000 euros en municiones a Israel. La operación estuvo a cargo de Nammo Palencia, filial de la multinacional noruego-finlandesa Nammo. La receptora de esas municiones fue, precisamente, Elbit Systems.
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