Los casi cuatro cientos mil archivos que ha filtrado Wikileaks y que la prensa internacional ha tratado en sendos especiales cuentan sólo una parte de la historia: la anotación burocrática de «incidentes» en Iraq por parte del ejército estadounidense durante el período 2004-2009. Los medios que pretenden servirse de estos archivos para establecer «la verdad» definitiva sobre la guerra de Iraq continúan de algún modo empotrados en el ejército ocupante.