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Actualizado: hace 21 min 46 seg

Bañamos sangre al BBVA para denunciar su implicación en el genocidio del pueblo palestino y en la financiación de las guerras

16 March, 2024 - 16:40

Con esta acción, AA-MOC denunciamos que entre 2021 y 2023 el BBVA financió, con más de mil millones de €, a empresas fabricantes de armamento que Israel utiliza actualmente en su ofensiva contra Gaza. Así mismo, el BBVA financia proyectos energéticos en territorio ocupado palestino que implican políticas de confiscación de tierras y desplazamiento forzoso de la población palestina. Estos proyectos incluyen campos solares en territorio ocupado palestino, como se detalla en el informe «La complicidad del sector financiero español en la ocupación de Palestina«.

Consideramos una obscenidad que el BBVA, junto con gran parte del sistema financiero español, utilice proyectos aparentemente respetuosos con el medio ambiente y que contribuyen a la violación de derechos humanos en Palestina. Según el informe «Don't Buy into Occupation Coalition» de 2020 a 2023, el BBVA ocupó la posición nº 11 en la financiación de empresas israelíes en asentamientos ocupados, invirtiendo un total de 5.861 millones de dólares.

Por otra parte, resaltamos que el récord de beneficios logrados por el BBVA en 2023 se debe, en gran medida, a financiar la industria de la guerra, y por ello están manchados de sangre. Más concretamente, en los últimos años este banco ha destinado 5.400 millones de euros a apoyar industria armamentística, incluyendo entre sus inversiones la financiación de empresas vinculadas a la fabricación de armas nucleares.

La guerra es un crimen contra la humanidad y nos comprometemos a continuar abogando por la noviolencia y la desobediencia civil contra el gasto militar, la industria armamentística y las instalaciones militares en nuestras ciudades.

Ni una persona, ni un euro para la guerra! El BBVA se lucra con la guerra y el genocidio.

Categorías: antimilitar

Militarismo y patriarcado: Los siete horrores

12 March, 2024 - 00:00
Categorías: antimilitar

Por qué no disparan los soldados

22 February, 2024 - 00:00
Categorías: antimilitar

Historia de la insumisión y el fin de la mili en España

17 February, 2024 - 00:00

En febrero de 1989 se presentaron delante de los gobiernos militares decenas de jóvenes reclutas que estaban en busca y captura. Meses atrás habían desobedecido el llamamiento a filas. Comenzaba así la campaña de desobediencia civil más interesante y exitosa de la historia de España. La insumisión. Pocos años después la mili era un odioso recuerdo social.

La insumisión era la estrategia del MOC (Movimiento de Objeción de Conciencia) y de los colectivos Mili KK. Rechazaban la mili pero también los ejércitos y las guerras. Su radicalismo cosechaba afecto social. Crearon un clima antimilitarista y antimili que llevó al sistema de reclutamiento a una crisis terminal. La mili fracasó históricamente mientras que la insumisión moría de éxito. Al final del proceso la sociedad había hecho suya una proclama jamás pronunciada oficialmente: “tonto el último”.

Solamente entre los más mayores y los más conservadores perduraba la memoria de la mili como un rito de iniciación masculina a la vida adulta. Era patriotismo. Era añoranza. Recuerdos de amistades perdidas y de madres temerosas por la violencia cuartelera, los castigos de los mandos, los accidentes de carretera o los rumores de suicidios y de traumas físicos y psiquiátricos. Pero normalmente se trataba de un relato entre patético y fantasioso sobre la dureza del campamento, las guardias, la diana, el rancho, la Jura, el izado de la bandera, la adoración del Santísimo Sacramento, los desfiles, los paseos llenos de testosterona, el galanteo, con estilo viril y sin mariconadas, las borracheras, la grifa, las broncas con los paisanos, los ratos en los bares de putas… Las “batallitas de la mili” eran puro anacronismo. Ya no provocaban risas condescendientes. Sonaban ridículas.

Aquellos cambios de mentalidad se interrelacionaban con el contexto político. El gobierno socialista se enfrentó a las posiciones anti-OTAN de su propio electorado. No era consciente de las consecuencias que iba a traer forzar la propaganda a favor del sí a la OTAN entre los sectores más viejunos y reaccionarios o sencillamente más “felipistas”, mientras se despreciaba la opinión mayoritaria de la juventud en contra de la OTAN. No supo el PSOE vislumbrar que tras el Sí a la OTAN iba a llegar el No a la mili. A partir de 1986 creció una inmensa desafección juvenil contra el servicio militar obligatorio. Los colectivos de objetores tenían cada vez más visibilidad e influencia. No hacía gracia saber que dentro de los cuarteles imperaba la violencia y el mal gusto, pero mucha gente se reía leyendo las tiras cómicas de Ivá en El Jueves. La mili se estaba convirtiendo en “la puta mili”. Proyectaba temor, quizás más que nunca, pero se le había perdido el respeto.

En 1991, con la indignación social por el envío de reclutas de reemplazo a la zona de guerra en el Golfo Pérsico, la insumisión ganó más prestigio y eco mediático. El sistema de reclutamiento -la mili y una Prestación Civil Sustitutoria que rechazaban los colectivos de objeción de conciencia- era incapaz de absorber aquella contestación. Para más inri, con la victoria pírrica de Aznar en 1996, la derecha, necesitada del apoyo nacionalista vasco y catalán, se vio obligada a anunciar el fin de la mili.
Hacia finales de la década de 1990 España se convertía en la primera potencia mundial en número de objetores de conciencia. En una sola década la mili había llegado a su fase crepuscular sin gloria alguna, entre desprecios y cuchufletas, contraprogramada a través de un sintagma jocoso -la puta mili- que a todo el mundo le venía a la mente o a la boca, mientras España entera se había llenado de pintadas, murales y carteles a favor de los insumisos juzgados o encarcelados.

Quienes hicieron que aquello fuera posible tienen ahora más de 50 años. Entonces se ganaron el apoyo de sus familias, vecinos, compañeros de estudios o de trabajo, sindicatos, partidos, movimientos sociales y organismos internacionales. Hoy sus hijos se ven libres de aquella conscripción. Si alguien quisiera imponer la mili en España chocaría con ese magma intergeneracional. Sin embargo, eso no consuela. La mili no volverá por la fuerza de los nostálgicos. La mili, en este país y en muchos otros, podría volver en un contexto de emociones belicistas y llamamientos a la guerra. Eso es lo terrible del futurible. Por eso conviene recordar que el “no a la mili” lo hicieron popular y poderoso quienes se oponían a la guerras. Acabar con la mili fue un placer, un alivio y un motivo de fiesta popular. Pero ese legado es en realidad una advertencia.

El Correo.

Categorías: antimilitar

Cuestión nº 12 (última). La participación militar en la resolución de conflictos, lejos de solucionar el conflicto, genera nuevos problemas: muertos, refugiados, violaciones, etc.

13 February, 2024 - 00:00

Grup Antimilitarista Tortuga

Tortuga continúa con su réplica al argumentario militar «Las claves del porqué». En este caso respondemos a las ideas expresadas en su capítulo duodécimo, que es el último de la serie: «La participación militar en la resolución de conflictos, lejos de solucionar el conflicto, genera nuevos problemas: muertos, refugiados, violaciones, etc.», que copiamos íntegramente más abajo y cuyo contenido, como puede comprobarse mediante su lectura, apenas se ciñe a su propio enunciado. Como las veces anteriores, ordenaremos e iremos respondiendo a los principales argumentos del texto, omitiendo aquellos que, de forma muy reiterativa, ya han sido expuestos y, por lo tanto, respondidos en los puntos anteriores del panfleto del ministerio de Defensa.

a: «La finalidad esencial de los ejércitos es la de asegurar la paz y la estabilidad».

Respuesta: La afirmación del redactor o redactores del panfleto vuelve a ser un auténtico brindis al sol. Cualquier tipo de aproximación a la Historia en cualquier época y lugar muestra de forma muy clara que la «esencia» o razón de ser de todo ejército es imponer mediante la violencia extrema el dominio de algunas personas sobre el resto. Los ejércitos siempre han sido temidos por las poblaciones civiles; lejos de propiciar la paz han traído la guerra, la destrucción, el sometimiento, la muerte y el saqueo. Más bien podría decirse que ha habido cuotas mucho mayores de «paz» en aquellos lugares de los que los ejércitos se han mantenido alejados. Tal circunstancia tiene plena vigencia hoy día, cuando comprobamos la acción de unos y otros ejércitos en la casi cincuentena de conflictos bélicos activos que hacen que nuestro planeta sea un lugar de guerra e injusticia y no de paz y estabilidad.

b: Las guerras no las declaran los ejércitos, sino los políticos. Los militares son simples ejecutores de las órdenes del poder civil.

Respuesta: La afirmación suena bastante a excusa. «Yo me limitaba a cumplir órdenes», era el reiterado argumento de los procesados en Nüremberg. En tal caso, no hay ninguna dicotomía: Tan responsables son de los estragos que causan las guerras los individuos que participan personalmente en ellas, como quienes las preparan y las desencadenan, sean éstos políticos, dueños de multinacionales o accionistas de bancos y empresas armamentísticas. Sin olvidar que, con más frecuencia de lo que se presume, el binomio ejército-industria militar es un importante poder fáctico, capaz de imponer su agenda a los diversos gobiernos civiles. Y sin dejar de recordar, asimismo, que en muchos casos el poder militar, por la fuerza de sus armas, termina devorando el poder civil de los estados convirtiéndose en su dueño. En España, sin ir más lejos, tuvimos un claro ejemplo de esta circunstancia no hace tantas décadas.

c: «Los ejércitos de países comprometidos con la paz y la libertad» solo utilizan su capacidad bélica cuando ésta es imprescindible, y siempre lo hacen desde los principios de la «ética militar» y el Derecho Internacional Humanitario.

Respuesta: Daría para hablar mucho eso de «países comprometidos con la paz y la libertad». ¿Cuáles son esos países? Nunca hemos escuchado al líder de ningún estado decir que su país y su ejército no estén comprometidos con la paz y la libertad. Cabe pensar, si hilamos fino, que los redactores del argumentario militar seguramente consideran que España y sus aliados son países comprometidos con la paz y la libertad, mientras que sus potenciales adversarios no lo son. Sin embargo a nosotras nos da por sospechar de que si vamos a cualquiera de esos otros países supuestamente no comprometidos con la paz y la libertad e interrogamos al respecto a sus dirigentes, su opinión será justamente la contraria. En cualquier caso, repasando la lista de países aliados o alineados con España nos podemos preguntar, ¿es Estados Unidos un país comprometido con la paz y la libertad? ¿Es Israel un país comprometido con la paz y la libertad? La respuesta negativa en ambos casos nos permitiría llenar muchas, muchas páginas. Los mismos ejemplos nos sirven para juzgar el argumento de que los ejércitos de los países comprometidos con la paz y la libertad solo utilizan su poder militar en casos imprescindibles. ¿Es imprescindible cada una de las innumerables acciones bélicas que el ejército de EEUU mantiene activas a lo largo y ancho del planeta? ¿Es imprescindible e inevitable la masacre genocida del ejército de Israel en Gaza? Tal vez lo verdaderamente imprescindible y necesario sea abandonar la macabra apología y propaganda militar en la que estamos educados; esa que nos hace creer que los conflictos solo pueden resolverse mediante el empleo de la violencia y la ley del más fuerte.

El argumentario también nos habla de «ética militar» y de derecho humanitario. Resulta cuanto menos curioso que quienes, al servicio de diferentes intereses económicos de dentro y fuera de las propias fronteras, tienen como cometido la eliminación a gran escala de vidas humanas pretendan arrogarse ser los defensores de la moral y el humanitarismo. Por si fuera poco, los ejércitos y demás cuerpos violentos que defienden a nuestros estados y empresas occidentales, bien lejos de ceñirse a esos comportamientos de supuesta «ética militar» o de legislación internacional humanitaria de los que presumen, muy a menudo se convierten en agentes delincuenciales que no dudan en actuar, en medio de la mayor de las impunidades, fuera de toda moral o de toda norma legal interna o externa. Los ejemplos se podrían nombrar a centenares.

Por todas estas razones que, como se ha podido comprobar, no son pocas: ¡No te dejes engañar, ningún ejército defiende la paz!

CUESTIÓN N.º 12. La participación militar en la resolución de conflictos, lejos de solucionar el conflicto, genera nuevos problemas: muertos, refugiados, violaciones, etc.

Los conflictos armados actuales nacen a partir de acciones internas en el seno de un estado o externas entre varios estados o actores no estatales que generan una situación crítica que la convierte en insostenible. La finalidad esencial de los ejércitos es la de asegurar la paz y la estabilidad, por lo que la intervención militar se produce cuando ese conflicto ha escalado en gravedad y las medidas políticas y diplomáticas se han mostrado ineficaces para controlarlo y limitarlo.
Las guerras no las declaran los militares, sino los políticos, pues como escribió el general e historiador prusiano Carl Von Clausewitz, “la guerra es la mera continuación de la política por otros medios”. El militar es el primero que detesta el uso innecesario de la fuerza porque es el primero que conoce y sufre los terribles y violentos efectos de la misma. Por todo ello, los ejércitos se constituyen en gestores de la misma en el entendimiento de que su intervención solo se llevará a cabo -si fuera realmente inevitable- bajo dirección del Estado que es quien detenta el monopolio del uso de la fuerza.
Entre la paz y la guerra, como elementos antagonistas, existen otras situaciones graduales en cuanto al uso de la fuerza, en una progresión que pasa por intervenir en operaciones para lograr o mantener la paz en determinadas áreas conflictivas o actuar en apoyo a la población ante catástrofes naturales.
El militar no sólo está instruido y adiestrado para el conflicto armado, sino que también está formado en los principios de ética militar, entendidos éstos como el conjunto de prácticas que le orientan a actuar conforme a unos valores morales de referencia. En última instancia, los ejércitos de países comprometidos con la paz y la libertad están regulados por instituciones propias y controlados por los poderes públicos y sus actuaciones en el exterior se llevan a cabo con mucha frecuencia dentro del marco de organizaciones multinacionales con los mismos estándares de ética y exigencia.
Ante una conflagración, el militar deberá actuar siempre acorde al Derecho Internacional Humanitario (ius in bello) aliviando la situación de los heridos, de los prisioneros y de la población civil y de sus bienes, en un intento de paliar los efectos de un conflicto que esté fuera de los principios de moralidad. Como dijo Dag Hammarskjöld2, “el mantenimiento de la paz no parece un trabajo para soldados, pero sólo los soldados pueden realizarlo”.

Ver también:

0-Las claves de la apuesta por un mundo sin ejércitos. Respuesta al prólogo del argumentario militar.
https://antimilitaristas.org/Las-cl...

Cuestión nº 1. Las inversiones en defensa van en detrimento de las correspondientes a sanidad y educación.
https://antimilitaristas.org/Cuesti...

Cuestión nº 2. La inversión para la adquisición de los nuevos vehículos blindados 8x8 detrae recursos para gasto social.
https://antimilitaristas.org/Cuesti...

Cuestión nº3. Los gastos en armamento y sistemas de defensa en España son inútiles, pues no se emplean en guerras y llegan a ser obsoletos sin haber sido utilizados realmente:
https://antimilitaristas.org/Cuesti...

Cuestión nº4. El gasto militar en España es un gasto absurdo si se forma parte de alguna organización defensiva supranacional:
https://antimilitaristas.org/Cuesti...

Cuestión nº5. Con el importe de un carro de combate Leopardo podrían adquirirse 440 respiradores:
https://antimilitaristas.org/Cuesti...

Cuestión nº6. El ejército no puede vencer pandemias ni evitar catástrofes:
https://antimilitaristas.org/Cuesti...

Cuestión nº7. España no tiene ninguna amenaza directa que la ponga en riesgo de un conflicto que haga necesario tener unas Fuerzas Armadas:
https://antimilitaristas.org/Cuesti...

Cuestión nº 8. Los ejercicios, maniobras y actividades de instrucción militar causan agresiones al medioambiente, contaminan y dañan la flora y la fauna en los campos de tiro y maniobras y zonas de instrucción:
https://antimilitaristas.org/Cuesti...

Cuestión nº 9. El ejército no debiera tener presencia en espacios educativos o de ocio infantil con la excusa de que es una profesión más: https://antimilitaristas.org/Cuesti...

Cuestión nº 10. El ejército no puede participar en procesiones y otras manifestaciones de carácter religioso: https://antimilitaristas.org/Cuesti...

Cuestión nº 11. El ejército no es una institución democrática y, por ello, no tiene cabida en una sociedad libre y democrática: https://antimilitaristas.org/Cuesti...


Hemeroteca de Insumissia:
Mentiras para justificar el ejército español (del 1 al 10):
https://antimilitaristas.org/Mentir...

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